No se defenderme

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La indefensión aprendida

Imagínate que tratas de escapar de una situación agresiva o muy dolorosa siendo tan sólo un niño o niña, y por más que lo intentas no lo consigues. Tratas de cambiar la realidad en la que te hayas inmerso (maltrato, abandono físico o psicológico, etc), pero sin éxito.

¿Afectará esto de algún modo a tu vida como ser adulto?

La respuesta «la tengo en la boca«: SI, y con mayúsculas. Casi con toda probabilidad desarrollarás un sentimiento de indefensión aprendida, que te tendrá atado de pies y manos a situaciones dolorosas y que no quieres vivir, pero paradójicamente sin hacer nada por cambiarlas

¡Y es que hasta a no defendernos podemos aprender!

Hay una teoría denominada «la teoría de la indefensión aprendida«, desarrollada por Seligman (1967) y aplicada con posterioridad por Walker.  Seligman realizó varios experimentos ya clásicos en Psicología.

EL EXPERIMENTO:

«Expuso a dos perros, encerrados en grandes jaulas, a descargas eléctricas ocasionales. Uno de los animales tenía la posibilidad de accionar una palanca con el hocico para detener esa descarga, mientras el otro animal no tenía medios para hacerlo. El tiempo de la descarga era igual para ambos, ya que la recibían en el mismo momento, y cuando el primer perro cortaba la electricidad, el otro también dejaba de recibirla.  En cualquier caso, el efecto psicológico en ambos animales era muy distinto; mientras el primero mostraba un comportamiento y un ánimo normal, el otro permanecía quieto, lastimoso y asustado, con lo que la importancia de la sensación de control en el estado de ánimo parecía demostrada. Incluso cuando la situación cambiaba para el segundo animal, y ya sí podía controlar las descargas, era incapaz de darse cuenta y seguía recibiendo descargas sin intentar nada para evitarlo. Se intentó entrenar a los animales para que saltaran de un compartimiento a otro y así evitar o escapar de las descargas. Pero el aprendizaje de estas nuevas conductas no se produjo, a pesar de que les hubiera permitido librarse de estos castigos».

COMO LO LLAMARON:

Los autores describieron esta situación como Indefensión Aprendida (learned helplessness): – en términos psicológicos- cuando los organismos son sometidos a situaciones de incontrolabilidad (donde no hay relación entre lo que hacen y lo que obtienen) éstos, posteriormente, mostrarán una serie de déficits en la adquisición de respuestas exitosas, así como conductas características de depresión.

– Hablando en «manchego» (por decirlo de algún modo), que si hagas lo que hagas te llevas hostias. empieza a no tener sentido intentar hacer nada nuevo.

La familia suele ser la mayor fuente generadora de AMOR y estabilidad para la persona. Sin embargo también lo puede ser de MALTRATO, pues las situaciones de maltrato más dolorosas e impunes suelen darse en el entorno familiar. Ahí es mucho lo que tenemos que decir los y las trabajadores sociales, pues detectar y erradicar este tipo de situaciones es uno de nuestros más importantes cometidos.

Las personas crecen en familia, y llegadas a una edad salen a experimentar fuera de ella,  establecen nuevas relaciones y han de enfrentarse a un mundo que nada tiene que ver con lo aprendido hasta el momento. Lanzarse a vivir y toparse con sentimientos de indefensión aprendida ante determinadas situaciones personales o sociales, limita mucho a la persona y también la hace sufrir, dado que por lo general la obliga a aguantar y a someterse a circunstancias que no quiere vivir,  humillaciones,  injusticias, desaprobaciones, o a que le resten valor.

¿Y cuál es la voz de la indefensión aprendida, cuál es el eco que emite dentro de la persona y que la paraliza para actuar?

«Yo no puedo.

Lo siento.

Me avergüenzo por no hacer nada.

No puedo mirarte.

No puedo tomarte.

Tengo ansiedad.

No puedo permitir que me cuides, ni que me quieras.

No lo estoy haciendo bien.

Todo es un desastre.

Todo está perdido.

!Cállate! No digas nada.

No tiene solución.

No hay nada que yo pueda hacer.

Lo siento.

Se que yo lo he permitido.

Todo está mal.

Lo siento.

No merezco que me quieras.

No puedo mirarte a los ojos.

No puedo hacer nada.

No quiero estar aquí»

Esta puede ser sólo una voz, o una de las voces que se manifiestan dentro de la persona cuando está expuesta a un estímulo negativo- agresivo del que no sabe cómo defenderse, ni cómo actuar. Estas son las voces que escucha dentro de sí. No hace nada, y no se permite amarse a sí misma, pues se siente no merecedora de su amor propio.

Ahora bien, el problema lo tenemos claro, pero ¿Cómo podemos encararlo?

Fruto de las experiencias que he vivido, tanto en mi profesión como en mi propia vida, se me ocurren dos, que han de ir de la mano y secuencialmente:

La primera es LA CONCIENCIA. Tomar conciencia de lo que nos ocurre, de cómo nos paralizamos ante determinado tipo de situaciones, y cuán impotentes, asustados e incluso  tontos nos hace sentir. La conciencia debe ir siempre de la mano de cualquier acción para el cambio.

Lo segundo, y no menos importante, es LA EXPERIMENTACIÓN opuesta a lo que ya conoces: DESOBEDECE-TE.  Mi teoría es que la clave de la desprogramación está en la desobediencia, pues aunque los hechos que hemos vivido nos marcan (en forma de aprendizajes) siempre hay un espacio de libertad interior (tuyo) que debes reconocer y explorar, y justo en ese espacio está tu desobediencia a esa aparente limitación. Y cada vez que desobedeces, tú te haces más fuerte:

– ¡No me da la gana de callarme!

Se trata de lanzarse a experimentar el desobedecer comenzando poco a poco, con metas sencillas (plantando cara a esa situación o persona que nos pone a prueba una y otra vez… no permitir que nos interrumpan, negarte a hacer algo que no quieres aún a sabiendas de que tu imagen puede no quedar favorecida, etc). Cada uno debe ir enfrentándose a su ritmo. Se puede comenzar en un entorno más o menos controlado (en sesiones terapéuticas) o con la ayuda de un buen o buena amiga. Un aprendizaje señalizado por pasos puede ser muy positivo. Poco a poco vamos aprendiendo que nosotros tenemos las riendas y el timón de nuestra propia vida, y eso se va asentando, o interiorizando, independientemente de que no podamos «estar finos» en el 100% de las situaciones que se nos presentan.

Cuántas más experiencias de enfrentamiento vayamos atesorando, más confiados, fuertes y capaces nos iremos sintiendo, y más preparados estaremos para el cambio. Esto nos refuerza y nos hace ampliar el abanico de opciones cuando nos encontramos ante un estímulo que nos es dificil enfrentar.

Autora: Inmaculada Asensio Fernández

Fuentes consultadas para realizar esta entrada:

Presentación del Método The Work de Byron katie utilizando un marco budista y neurobiológico

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Debra London, M.D. london.debra@gmail.com www.rightbrainpsychiatry.com

Inspirado de manera amplia en el artículo titulado «Perspectivas budistas y psicológicas en las emociones y el Bienestar», que ha sido tomado como referencia principal, voy a tratar de explicar cómo The Work puede trabajar utilizando un marco budista y neurobiológico.

Este artículo surgió de reuniones con el Dalai Lama sobre las emociones destructivas.

Está escrito por Paul Eckman, Richard J. Davidson, Mattthieu Ricard, y B. Alan Wallace.

( http://www.investigatinghealthyminds.org/pdfs/EkmanBuddhistCurrDirPsychSci.pdf )

En primer lugar, permítanme esbozar algunos de los puntos principales de este artículo:

Los autores proponen que los hallazgos actuales en neurobiología se apoyan en puntos de vista budistas sobre la emoción. No hay ninguna palabra para «emoción» en pali, sánscrito o tibetano. La neurociencia ha constatado que «todas las regiones del cerebro que se han identificado con algún aspecto de la emoción, también se han dentificado con aspectos de la cognición. El sistema de circuitos que soporta el afecto y la circuitería que apoya la cognición están completamente entrelazados; una disposición anatómica coherente con la visión budista de que estos procesos no pueden ser separados.

La definición de Sukha se define como «un estado de florecimiento que surge del equilibrio mental y la comprensión de la naturaleza de la realidad». Más que una emoción pasajera o un estado de ánimo despierto por estímulos sensoriales o conceptuales, sukha es un rasgo perdurable que surge de una mente en equilibrio y conceptualmente supone una conciencia no-estructurada e no-filtrada sobre la verdadera naturaleza de la realidad»…. Se trata de un profundo sentimiento de bienestar, una propensión hacia la compasión, la reducción de la vulnerabilidad a las circunstancias externas, y el reconocimiento de la interrelación con los seres vivos. Es un rasgo frente a un estado temporal que penetra y se propaga en toda experiencia y comportamiento de vida.

Dukha (sánscrito) a menudo se traduce como sufrimiento. No es simplemente un sentimiento desagradable. Más bien se refiere con más profundidad a una vulnerabilidad al sufrimiento y al dolor debido a una des-aprehensión de la naturaleza de la realidad «.

El reto inicial en el enfoque budista es permitir que los estados mentales de conciencia destructivos puedan transformarse a través de años de meditación, osea que esto sea hecho de forma introspectiva, mediante actividades mentales como la meditación y la contemplación.

En psicología las emociones son consideradas desde un punto de vista evolutivo y son focos de considerable atención en procesos de terapia. Aunque las emociones se clasifican en positivas y negativas, se considera que sólo son perjudiciales en exceso. Además el objetivo de una terapia no es usualmente el librarse de una emoción, sino regular la experiencia y la acción desde que una emoción es sentida… en otras palabras tener el control.

El budismo y la psicología están de acuerdo en afirmar que la hostilidad es destructiva para la salud y que la violencia impulsiva crónica es disfuncional y patológica. Además, las únicas situaciones en las que la psicología recomienda cambiar las emociones, son para estados definidos como psicopatológicos. Actualmente no existe en la cultura occidental ningún enfoque que implique un esfuerzo persistente a largo plazo que involucre habilidades complejas en el aprendizaje del desafío de soportar determinados estados emocionales, a diferencia de la educación superior y el ajedrez.

El budismo tiene un sistema para esto y tiene décadas de entrenamiento para llegar a los estados más elevados de conciencia.  El budismo se destaca por la comprensión de los estados y en el desarrollo de las etapas de la meditación. No tiene un método para tratar directamente con el contenido real de los pensamientos estresantes. Los enfoques psicológicos occidentales se han centrado en un cuestionamiento socrático de la mente, en lo que se refiere a los pensamientos estresantes y ha sido una excelente herramienta para la reducción del sufrimiento en lo que se refiere a las «emociones destructivas».

El budismo y The Work tienen algo en común: el objetivo es encontrar la paz y reducir el sufrimiento. The Work es una innovadora y única herramienta cognitiva, que utiliza una serie de preguntas e inversiones, que además emplea la capacidad de introspección innata de la mente, y  percibe e interpreta las sensaciones corporales. El énfasis en las sensaciones corporales experimentadas con y sin el pensamiento a menudo son asociadas con mayores cambios significativos que si la comprensión es puramente intelectual.

El efecto de practicar The Work, según lo descrito por aquellos que utilizan The Work como práctica mental, algunas veces es descrito como similar a una experiencia de Sukha. Tal como la meditación, The Work también requiere una «monitorización de las actividades mentales internas», añadiendo preguntas e inversiones. El testimonio de la mente sobre el efecto del pensamiento estresante en la tercera pregunta «¿Cómo reaccionas cuando crees en ese pensamiento?» Es «dukha». La cuarta pregunta: «¿Quién serías tú sin ese pensamiento?» Crea un contraste que permite a la mente la evidencia de lo que es la vida sin el pensamiento estresante. Las «inversiones» reequilibran la mente apegada a un falso pensamiento mediante la capacidad de la mente para encontrar pensamientos adicionales que son más verdad y menos estresantes, usando múltiples y opuestas perspectivas. Esto reduce la disonancia cognitiva con gran efecto y eficacia. Además, cuando las personas encuentran sus propias inversiones y ejemplos, tienen un mayor impacto que si se las suministra otra persona a través de una terapia o de una enseñanza filosófica.

The Work parece permitir al que lo practica experimentar una liberación del dolor muy rápidamente y con rasgos afectivos duraderos. Este fenómeno, repetido suficientemente, puede dar como resultado profundos estados y cambios de rasgos debido a la neuroplasticidad o capacidad inherente del cerebro para la remodelación de sí mismo, utilizando la conciencia, la atención plena y la intención. The Work ilustra una nueva compresión de cómo funciona la mente, y más concretamente nuestro pensamiento, como raíz de la causa del sufrimiento, del dolor, la confusión y la ilusión, y cómo podemos ser libres de los efectos de estos pensamientos estresantes. La sencillez, la profundidad, la velocidad y el poder de The Work no tiene precedentes en la historia de las herramientas disponibles para las personas en la meditación oriental y en las tradiciones psicológicas occidentales. Cualquier mente que pueda contestar con honestidad y verdad a estas cuatro preguntas y a las inversiones, se dará cuenta de que su vida cambia en una dirección pacífica.  «El trabajo» no es de auto-ayuda, terapia ni pensamiento positivo. Se trata de un nuevo paradigma disponible a todo el mundo y que se puede utilizar en el campo de la educación, la terapia, en el trabajo con padres (con uno mismo o con otros).

Teóricamente The Work puede ser usado para mejorar la práctica de la meditación así como  los enfoques psicoterapéuticos tradicionales y transpersonales, que utilizan la conciencia o  visualización para promover la curación y el crecimiento. The Work puede ser utilizado en centros penitenciarios, en psicoterapia, en educación… en procesos individuales o grupales. Se puede realizar efectivamente por teléfono o utilizando un programa de ordenador.

Para comprender verdaderamente el poder y la efectividad de The Work, debe ser experimentado de primera mano, En mi opinión, la ciencia no debe tener ningún problema para validar lo que es empíricamente evidente para mi, y para muchos otros profesionales en cuanto a su eficacia.

Artículo original:

http://www.rightbrainpsychiatry.com/home/Inquiry_files/Introducing%20IBSR%20Using%20A%20Buddhist%20and%20Neurobiological%20Framework.pdf

Texto traducido por:

Inmaculada Asensio Fernández