Antiguamente, los hijos e hijas sólo eran legítimamente reconocidos en el seno del matrimonio, de manera que aquellos que nacían de un padre y madre que no podían contraer matrimonio -quizá porque uno de ellos ya estaba casado- eran denominados hijos bastardos.
LA CONSIDERACIÓN SOCIAL DE UN BASTARDO ERA CASI LA DE UNA PERSONA AQUEJADA DE UNA ENFERMEDAD APESTOSA: EL RESTO DE LA SOCIEDAD LOS DESPRECIABA, Y ERAN RELEGADOS AL MUNDO DE AQUELLOS QUE SÓLO PUEDEN PERMANECER EN LA SOMBRA, OCULTOS PARA LA VIDA PÚBLICA Y SIN VÍNCULOS SOCIALES.
Afortunadamente, el paso del tiempo ha permitido que la sociedad avance hacia el reconocimiento de la dignidad de todos los seres humanos, y, con ello, el reconocimiento del valor de todas las personas, sean o no filiadas a sus padres y madres biológicas.
No obstante, para los hijos e hijas siempre es importante contar con una vasta red de apoyo que los sostenga, y los progenitores son los idóneos para sustentar las raíces de esa red, llamada familia.
Las personas que nos dedicamos al ejercicio profesional del Trabajo Social encontramos muchas situaciones en las que algún hijo o hija no ha sido reconocido –generalmente por su padre- de manera que tienen los mismos apellidos que su madre. Algunas de estas veces, pasado un tiempo desde el nacimiento, los padres desean reconocer a ese hijo o hija, y piden ayuda para hacerlo…
“No reconocí a mi pequeña María cuando nació, porque su madre y yo estábamos separados y en ese momento y no teníamos relación (,,,), de manera que cuando nació la niña no fui ni a verla… Me arrepiento mucho de no haberla reconocido en su momento, y quiero hacerlo ahora. Su madre y yo estamos juntos de nuevo y le quiero dar mis apellidos también”.
Esta puede ser una situación que se puede dar en la consulta de Trabajo Social, en la que ambos progenitores acuden con la pequeña hija para que los orientes acerca de cómo proceder para reconocerla formalmente en el Registro Civil, a todos los efectos.
¿Cómo lo hacemos?
Siendo los dos progenitores mayores de edad, y sin ninguna limitación civil para actuar por sí mismos, estas serían las instrucciones básicas para proceder *(tomadas del Registro Civil de Almería en una consulta presencial):
Pedir cita para el trámite, a través del Portal Adriano.
Si no se localiza el trámite específico, pedir cita para “otros trámites”.
Ambos progenitores deben comparecer en la sede del Registro Civil con la siguiente documentación, en función de la situación particular indicada:
RECONOCIMIENTO DE HIJO A HIJA NO MATRIMONIAL, SI EL MENOR O LA MENOR NO ESTÁ INSCRITA EN ALMERÍA:
Certificado de nacimiento del hijo o hija.
DNI/ Pasaporte/ NIE del padre y de la madre, original y copia.
Certificado de empadronamiento en Almería.
Certificado de nacimiento del padre (traducido, legalizado, apostillado, según país, en su caso)
RECONOCIMIENTO DE HIJO A HIJA NO MATRIMONIAL, SI EL MENOR O LA MENOR SI ESTÁ INSCRITA EN ALMERÍA:
Certificado de nacimiento del hijo o hija.
Documento de identidad oficial que identifique al padre y a la madre, original y copia.
Certificado de nacimiento del padre (traducido, legalizado, apostillado, según país, en su caso).
RECONOCIMIENTO DE HIJO A HIJA NO MATRIMONIAL QUE YA ES MAYOR DE EDAD:
Certificado de nacimiento del hijo o hija.
Certificado de nacimiento del padre.
En este último caso, deben comparecer tanto la madre, el padre, como el hijo mayor de edad (debe dar su consentimiento) con los documentos de identidad oficiales que los identifiquen.
Debo decir que curiosamente he consultado algunas páginas web que hablan sobre este tema, y señalan la necesidad de acudir acompañados de dos testigos, pero esta información no me la proporcionaron a mi en el Registro Civil de Almería el día que me personé para preguntarlo.
Documento facilitado por el Registro Civil de Almería (en noviembre de 2022)
El reconocimiento de un hijo o hija no tiene nada que ver con las segundas oportunidades ni las reconciliaciones de pareja, sino que tiene que ver con ejercer el derecho de pertenecer a una familia, y beneficiarse de los vínculos que le aporta cada uno de sus miembros. Contar con un sistema de relaciones y de apoyos a lo largo de la vida proporciona bienestar y salud, por este motivo es tan importante reconocer civilmente a nuestros hijos y a nuestras hijas.
La socialización es el resultado de un proceso de interacción social y aprendizaje que se prolonga a lo largo de toda la vida de la persona, siendo la infancia la etapa esencial en el desarrollo. Así, cuando existen factores de riesgo, ya sea de índole individual, social o cultural, que obstaculizan el desarrollo normal del niño, nos encontramos ante situaciones de dificultad que hacen necesarias intervenciones específicas adaptadas a cada situación. Se han realizado numerosos estudios tratando de determinar cuáles pueden ser los factores de riesgo social que interfieren en el desarrollo normalizado del niño. Aunque existen diversas teorías, se ha alcanzado, actualmente, un consenso en considerar que los factores de riesgo interactúan conjuntamente, siendo, por lo general, la conjunción de varios de ellos (individuales, familiares y sociales) mantenidos en el tiempo, los desencadenantes de situaciones de dificultad.
Teniendo en cuenta lo anterior, cabe señalar una serie de factores de riesgo:
A) FACTORES DE RIESGO EN LOS NIÑOS Y LAS NIÑAS
Los niños en riesgo son los que tienen unas características personales determinadas, que sin tener por sí mismas la condición de factor de riesgo, llegan a convertirse en tales cuando se vive en el seno de un familia con dificultades. Entre estas características se pueden destacar los niños y las ninas que:
- no fueron deseados por su padres
- son nacidos de una unión anterior, rechazados por el nuevo cónyuge.
- separación de sus padres, sobre todo en los primeros años de vida.
- presentan algún déficit o "handicap" (psíquico, físico o sensorial).
- padecen algún tipo de enfermedad crónica.
- presentan problemas de conducta, hiperactivos, etc.
B) FACTORES DE RIESGO EN LA FAMILIA.
Las familias de riesgo serían aquellas que presentan unas características formales y/o sociales de inestabilidad, desestructuración y falta de seguridad que facilitan una inasistencia en las necesidades de los menores que conviven con ellas. Entre éstas se destacarían los factores siguientes:
- Familias desestructuradas (por separación, abandono, muerte....)
- Familias monoparentales con cargas económicas y responsabilidades familiares no compartidas.
- Conflictividad permanente en el hogar (riñas, peleas)
- Conducta anómala en algunos de los miembros de la familia (alcoholismo, drogadicción, delincuencia, prostitución....)
- Presencia de enfermedades mentales o crónicas en la familia.
- Inestabilidad emocional de la familia.
- Falta de competencia y habilidades sociales de los padres para la crianza y educación de sus hijos.
- Excesivo número de hijos, o hijos no queridos.
- Falta de recursos económicos y culturales para hacer frente a las necesidades básicas de la familia.
- Inmadurez, familias muy jóvenes (madres adolescentes).
- Aislamiento social, falta de relaciones sociales y redes de apoyo.
- Historia personal de maltrato o abandono infantil.
C) FACTORES DE RIESGO DEL CONTEXTO.
Serían aquellas contingencias desfavorables del medio que hacen aumentar la probabilidad de que se produzca una situación de desprotección en aquellos niños que se encuentran inmersos en dicho contexto. Podrían destacarse entre otras:
- Insuficiencia de recursos.
- Falta de vivienda
- Hacinamiento y deficientes condiciones de habitabilidad.
- Inmigración o cambios de residencia.
- Internamientos prolongados y/o repetidos (hospitalización, encarcelamiento, etc.).
Para elaborar esta entrada de blog he tomado la información de estas dos fuentes:
Imagen tomada de: https://www.psonrie.com/noticias-psicologia/los-pilares-del-amor-sano
Nota aclaratoria inicial: estas reflexiones no son útiles para aquellas relaciones en las que se dan situaciones de violencia, o en las que hay un importante desequilibrio de poder entre ambas personas que forman parte de la relación, ya que están desajustadas y no pueden funcionar de manera saludable para ambos.
Dicho esto, a nadie sorprende el elevado número de separaciones y divorcios que hay en la actualidad en España, y en el resto del mundo. La mayor parte de las personas se unen en pareja por amor, no por unir dos familias ni por sostener un estatus determinado, como sucedía hasta el siglo XIX. Se unen por amor, pero no saben cómo mantenerlo, más las exigencias del día a día (laborales, desarrollo personal, económicas, etc.) terminan por minar las fuerzas y las ganas de seguir apostando por esa persona con la que decidimos emprender un viaje.
Hace algunas décadas algún sociólogo escribió sobre esto, me refiero a Zigmunt Bauman, quien vaticinó que los vínculos entre los seres humanos cada vez estaban más debilitados, hasta el punto que las relaciones cada vez eran más frágiles y efímeras, el las llamó líquidas.
Esta es la sociedad que hemos venido construyendo y de la que pocas personas podemos escapar
Quienes se encuentran en una relación de pareja inestable suelen desconocer cuáles son los pilares que sostienen el amor en pareja…, lo que podemos llamar el andamiaje del amor. Y hablamos de andamiajes porque el amor por sí solo no basta (ya lo anunció el psicólogo Aaron T. Beck en uno de sus libros), de manera que hace falta echar mano de nuestros recursos internos, más tener más o menos controlados los recursos externos, que son los que nos van a servir para sostenernos y sostener el vínculo con el otro.
Todo lo que nos quita la paz sale caro, sobre todo en los momentos más difíciles y desmotivantes
Afirma Miguel Ayuso en una publicación de El Confidencial (2015) que la única forma de construir relaciones duraderas reside -y aquí cita al psicólogo Bradshaw- en saber superar la transición del romance al compañerismo, creando un amor duradero y superando el conocido como Síndrome de Estrés Postromántico. Insiste, además, que en toda relación de pareja es necesario mantener un sistema de coherencia interna que permita a cada miembro sentirse en equilibrio y amado, así como en un espacio de seguridad. Para ello, es importante comprender lo que sucede en cada momento, poner el foco en el desarrollo de las propias habilidades para estar en pareja, y trabajar la capacidad de convertir los pequeños actos en acciones cargadas de significado… satisfactorias… para la vida en común.
Como decíamos párrafos atrás, que una relación funcione va a depender tanto de los recursos internos que tiene cada miembro de la pareja para afrontar las circunstancias y situaciones difíciles, como de los factores externos, las cosas que les suceden (muchas de ellas imprevisibles) y recursos externos que podemos desplegar (apoyos y des-tensionadores vitales).
Uno de los recursos internos más importantes que podemos desarrollar las personas se relaciona con definir los talentos y capacidades (tanto los naturales, como los aprendidos) que tenemos para potenciar todo lo bueno que hay en nosotros, nuestras capacidades para tomar las mejores opciones, u orientadas al bienestar en pareja (generosidad, confianza, apoyo mutuo, humor, cuidados…). Y uno de los recursos externos más importantes son los apoyos ajenos a la pareja, por ejemplo el contacto con la familia y/o los amigos y amigas. Todo aquello que me renueva y me aporta cosas importantes que aportar de vuelta a la relación de pareja, para retroalimentarla positivamente, o para aligerar su peso.
Los recursos internos son muy importantes para desarrollar experiencias vitales promotoras de buenos momentos compartidos, de esos que permiten mejorar nuestra forma de mirar la vida en común, nuestros proyectos y los valores que nos unen. Es conveniente, igualmente, aprender a gestionar las situaciones de tensión o poco fáciles, las circunstancias adversas a las que hay que hacer frente con el devenir de la vida. A veces no se trata de cuestiones muy trascendentales, pero la acumulación de discusiones por quién se ha comido las patatas fritas…, es decir, por temas insignificantes o accesorios, también minan mucho la relación. Por tanto, es necesario elegir conscientemente que batallas queremos librar, y qué discusiones queremos tener. Hay muchas de ellas que sabemos son estériles, porque no nos llevan a ninguna parte y porque son muchas las veces que ya hemos pasado por ahí, sin ningún tipo de cambio al respecto.
Un enfoque de activos para mejorar nuestra relación como pareja debería partir del planteamiento de una serie de preguntas:
¿Qué nos hace una pareja sana?
¿Qué fortalece nuestra relación?
¿Qué recursos personales nos hacen afrontar más fácilmente las tensiones en pareja?
¿Qué podría hacer que esta relación fuera el lugar adecuado para quedarse?
¿Qué me aportan mis vínculos sociales para mejorar mi relación y vida en pareja?
…
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El Ayuntamiento de Benahadux celebra el próximo mes de enero sus I Jornadas de salud, que son el resultado del análisis ordenado de los principales problemas que interesan a la vecindad de este municipio, y que apuntan hacia áreas de desarrollo relacionadas con: alimentación saludable y actividad física, adicciones, ocio y tiempo libre, salud ambiental, accidentabilidad, violencia de género, enfermedades crónicas y Covid, que es transversal a todas las demás.
El Grupo Motor RELAS de Benahadux (del que formo parte desde hace un par de meses) lleva trabajando todo este año para elaborar un plan de salud a medida de las necesidades y expectativas de su ciudadanía, motivo por el que se espera que estas Jornadas sean muy participadas, sobre todo para poner voz a los agentes clave que participarán en la identificación de los objetivos de cada una de las áreas de desarrollo señaladas.
Las Jornadas están previstas para el 12 de enero de 2023, en horario de tarde (17.00h a 20.00), y estarán abiertas a todas las personas que deseen participar y colaborar en la elaboración del Plan Local de Salud, destacando a las entidades, asociaciones, profesionales, comercios locales y personas referentes en temas específicos de promoción del bienestar y de la salud en las áreas de interés previamente identificadas.
Lugar de celebración: Centro de Cultura (justo al lado de la Policía Local de Benahadux).
Su amor propio se alimenta de la sumisión y de la falta de autoprotección de otros.
IMG tomada de http://www.cuentoscortos.com/cuentos-originales/el-mito-de-eco
Las personas narcisistas sufren de inanición. Su herida es grande, y sus necesidades inmensas. Reclaman -en sus delirios- ser admiradas, deseadas, continuamente aplaudidas y observadas.
Su arma es disfrazarse de personas importantes y destacables, infinitamente superiores al resto de la humanidad. Es ridículo, pero su ceguera mental les impide percatarse de sus faltas, carencias y exigencias.
Suelen aparentar que su merecimiento social es mayor que el de otros, pero con un total vacío de valores necesarios para convivir en sociedad, como por el ejemplo el respeto a la integridad y a la dignidad de las personas.
Su amor propio se alimenta de la sumisión y de la falta de autoprotección de otros. Ponen su ojo seductor en personas que están en momentos bajos. Pero cuando estas personas despiertan y toman las riendas de la situación… soltándolos y manteniendo un contacto 0, su temor se torna en pánico y su mundo se resquebraja, ¿acaso ya no son importantes? En esos momentos, culpan a quien tienen enfrente de toda su frustración y sufrimiento y dejan entreabierta la puerta de sus vacíos.
Son narcisistas, en cierto modo dementes, de manera que provocan bastante sufrimiento en los demás. No tienen límites, y no son capaces de detectar los que le ponen los demás.
En sus desvaríos suelen considerarse más cercanos a lo divino que a lo humano, pero sólo son el vestigio de un recuerdo tóxico para las personas a las que tocaron de algún modo en su historia.
La evolución de la vida humana los pone en su sitio… enferman, envejecen y mueren. Declives biológicos a los que todos nos exponemos tarde o temprano, y que anuncian que nadie es superior a otro, y que nadie es tan fuerte como para ser considerado indestructible.
Tarde o temprano caen en el olvido, y esta es una lección de humildad antes de cruzar al lado de los que ya perecieron.