¿En qué consiste la Auditoría Ética aplicada a los servicios sociales?

La Auditoría Ética es una herramienta de autodiagnóstico ético creada por el norteamericano Frederic G. Reamer. Se dice que es de autodiagnóstico porque es una autoevaluación que realizan en conjunto de profesionales que trabajan en un centro de trabajo, y se toman como referencia 17 áreas de riesgo ético directamente relacionados con la prestación de servicios sociales. Cada una de estas 17 áreas se subdividen en ítems específicos que serán evaluados por la plantilla, y de cada área se evaluarán las políticas que dispone la organización para cada una de ellas, también los procedimientos para cada una de ellas, y cómo son las prácticas de los propios profesionales en cada una de ellas.

Estas áreas son:

  1. Derechos de las personas usuarias.
  2. Confidencialidad y privacidad.
  3. Consentimiento informado.
  4. Prestación de servicios (intervención profesional)
  5. Límites apropiados en las relaciones con las personas usuarias y conflictos de intereses.
  6. Documentación.
  7. Informaciones de carácter difamatorio o injurias.
  8. Informes de las personas usuarias.
  9. Supervisión profesional.
  10. Formación y actualización de profesionales.
  11. Consultas a otros servicios/ profesionales.
  12. Remisión y/ o derivación de casos a otros servicios.
  13. Negligencias y fraude.
  14. Finalización de los servicios y abandono de la intervención profesional con las personas usuarias.  
  15. Evaluación e investigación.
  16. Incompetencia de los y las profesionales o mala práxis profesional.
  17. Toma de decisiones éticas.

Reamer resume la utilidad de la Auditoría Ética en que ayuda a identificar posibles riesgos éticos, y permite a su vez revisar y asegurar la adecuación de las políticas, procedimientos y prácticas habituales de trabajo, de cara a diseñar una estrategia para modificar, en caso de considerarse necesario, esas políticas, procedimientos y prácticas, a través de la implementación de un plan de acciones correctoras.

La sistemática a seguir en la siguiente:

  • Se presenta el proyecto al conjunto del centro de trabajo.
  • Se forma a la plantilla de trabajadoras y trabajadores en ética aplicada a los servicios sociales.
  • Se crea un grupo promotor de la auditoría ética.
  • Se administra un cuestionario organizado en 17 áreas de riesgo ético, privado y confidencial, que mide el nivel de riesgo ético presenta en la actualidad esa organización respecto a esas áreas.
  • Se tabulan los datos y se extraen los porcentajes de riesgo ético por cada área (en las políticas, procedimientos y prácticas de trabajo) y se verá si presentan un riesgo grave, moderado, o leve.
  • Todos los riesgos graves requieren de un plan de acción, por este motivo el siguiente paso es mantener reuniones con el grupo promotor (que es una muestra representativa del centro de trabajo) para que puedan expresar en el desarrollo de un grupo focal qué creen que sucede en cada una de esas áreas para haber obtenido una puntuación de elevado riesgo ético. De todo ello se toma nota, pero siempre respetando el anonimato de todas las manifestaciones y comentarios.
  • Se elabora un plan de acciones correctoras que se presenta a la Dirección- Gerencia de la entidad/ centro de trabajo, especificando en ese plan (con la ayuda del grupo promotor) qué tipo de acciones serían necesarias implantar para mejorar la ética de la organización). En ese grupo promotor deben estar representados diferentes perfiles profesionales y niveles dentro de la organización, para que tenga representatividad respecto al punto de vista de los y las profesionales en activo de ese centro.

Inmaculada Asensio Fernández.

Es preferible venir de un hogar roto, que vivir en uno

Tomada de https://cutt.ly/0HMG0iG Ilustración de Philippa Rice

En mi calidad de mediadora familiar, en esta ocasión quiero abordar el tema de la separación y divorcio cuando la pareja tiene hijos. Y comienzo con una frase que no es mía, pero que me parece tremendamente ilustrativa de lo que voy a contar:

Es preferible venir de un hogar roto, que vivir en uno.

La he tomado de una entrevista al psicólogo Juan Pablo Arredondo, en el que cita a una tal Marta como artífice de la misma. En la entrevista aborda una serie de claves para separarse/divorciarse sin provocar un daño adicional e innecesario a los hijos e hijas.

Afrontar una crisis de pareja es muy duro, y si se tienen hijos la situación de dolor se multiplica exponencialmente. Pero, si además la pareja contempla la posibilidad de romper esa relación… hay un sinfín de pensamientos y sentimientos que producen mucho estrés y negatividad, y se relacionan con “qué va a pasar ahora con los niños”.

¿Cómo nos llevaremos siendo padres, cuando no hemos sabido entendernos como pareja?

Este es un tema peliagudo porque la cultura en la que hemos crecido ha fomentado el valor de las familias, como núcleo de convivencia y soporte para todos sus miembros, en aras a conseguir una estabilidad y bienestar común, sobre todo mirando hacia los hijos e hijas.

Sin embargo, la sociedad ha cambiado a toda prisa y no nos sirven los remedios de hace 40, 30 o 20 años…  Hoy día sabemos que esta armoniosidad familiar no siempre es posible, y que actualmente hay más separaciones que inicios de convivencia en pareja… de manera que los esquemas en los que crecimos no aportan respuestas a cómo conseguir ese bienestar cuando la pareja se rompe, pero no la parentalidad. Los hijos e hijas lo son para toda la vida.

Una pareja que convive con unos egos muy marcados, o directamente sin amor, puede generar situaciones muy difíciles de convivencia… faltas de respeto, discusiones repetitivas y desagradables (de esas en las que se levanta la voz, aunque uno de los dos advierta que los hijos están delante) y es que no es fácil sujetar el temperamento cuando la comunicación en la relación se va tornando conflictiva y tóxica.

Hay personas que logran reconducir sus crisis de pareja, muchas veces con ayuda de especialistas, y creo de veras que merece la pena intentarlo… recurriendo a ayuda profesional, pues una pareja que va mal no sólo tiene diferencias o conflictos, sino que tiene a sus espaldas un buen número de intentos fallidos de resolución, y eso también pesa mucho y forma parte del problema, de esa sensación de desamor.

Ahora bien, hay otras parejas que no dejan de confirmar el deterioro, y se instalan en la pasividad (dejar morir no es lo mismo que matar) o en la rabia y la pelea eterna (la culpa es tuya, y tú me has traído a este lugar en el que no quiero estar).

Si el desamor se hace presente y no se vislumbra una salida, conviene tomar nota de aquellas situaciones de separación que conocemos en las que ha habido buena comunicación y buen entendimiento por el bien común más preciado: los hijos e hijas.

Hay algunos consejos muy sabios para afrontar una separación o divorcio 3.0, y con las mayores garantías, pero va a suponer un gran esfuerzo para esos padres y esas madres que ya no encuentran puentes para llegar hasta la orilla en la que se encuentra el otro, aquel que fue su pareja.  

Comencemos con una pregunta, tal como la formula Juan Pablo Arredondo en ese video:

¿Harías cualquier cosa por tu hijo? ¿Darías la vida por tu hija? ¿De verdad lo harías?

Todo el mundo (o casi) va a decir que si, que darían la vida por sus hijos…, sin embargo, pocos son los capaces de parar una pelea o discusión y de quedarse con las ganas de decir la última palabra para demostrar que tienen razón…, mucho menos paran cuando sienten el impulso de criticar al otro progenitor (estén o no delante los hijos).

De este modo, lo primero es,

¡CÁLLATE LA BOCA!

Si, así de claro. Cierra de una vez el pico y deja de discutir con tu pareja frente a tus pequeños, o deja de hablar mal del otro u otra delante de tus hijos.

El desahogo baldío en oídos de todo el mundo no sirve más que para aumentar la sensación de impotencia y de ruina respecto a la situación.

Es muy importante anteponer a tus hijos por encima de lo que sientes, y no al contrario.

Si criticas al padre o a la madre de tu pequeño, estarás anteponiéndote tú a tu hijo.

Los hijos se desarrollan con salud si sus padres tienen una buena relación entre ellos, y desde ellos hacia sus hijos.

Lo segundo, es,

INTENTA TENER UNA RELACIÓN AMIGABLE Y RESPETUOSA CON TU EXPAREJA

Puede que ahora lo veas imposible, pero no lo es. Sólo es necesario tomar la decisión de proteger a vuestros hijos del golpe de la separación. Lucha por doblegar tu ego y tu necesidad de llevar la razón, o de demostrar que el otro está equivocado.

Los hijos son observadores silenciosos de papá y mamá, sobre cómo se llevan, cómo se hablan, qué tipo de trato se tienen… y de ahí aprenden. Cuanto más respeto exista entre ambos, y mejor relación cordial… más calidad tendrá la parentalidad común.

Lo tercero, es,

VIVE TU PROCESO Y TRABAJA TUS ESTADOS EMOCIONALES PARA NO CARGAR NI CULPAR AL OTRO, Y PARA RESOLVER EL DAÑO CON APOYOS

Si te cuesta lidiar con emociones incómodas o desagradables sobre la situación, pide ayuda. Acude a terapia, habla con algún amigo o amiga de confianza, o con algún familiar cercano, pero no te dejes arrastrar por tus detonadores emocionales. Trabaja para que la razón (y las razones) se impongan. El bienestar de tus hijos e hijas es la mayor de las razones, ellos son tu obra y tu legado.

Lo cuarto, es,

TRATA DE LLEGAR A ACUERDOS SOBRE CUSTODIA, VISITAS Y DEMÁS TEMAS DE INTERÉS RESPECTO A LOS HIJOS, SIN NECESIDAD DE LA INTERVENCIÓN DE UN JUZGADO

Traten de llegar a acuerdos, dejando al margen las opiniones o comentarios críticos de terceras personas, por ejemplo por parte de otros miembros de las familias extensas. El mejor acuerdo de partida es no ir a juicio, para que nadie tenga que decidir por vosotros cómo organizaros en la crianza de vuestros hijos.

Los pleitos judiciales son conflicto.

Alternativas extrajudiciales como la mediación familiar aportan más humanidad al proceso, y son los propios padres y madres los que llegan a los acuerdos básicos, y acomodan sus rutinas a las necesidades de sus hijas y sus hijos: ellos vienen para quedarse, lógicamente no se pueden (y no se quieren) devolver.

Estos son 4 sencillos consejos que, de conseguirse, van a multiplicar las posibilidades de construir una separación pacífica y positiva. Muchas veces es sólo cuestión de actitud.

Inmaculada Asensio Fernández.

Las tres pasiones de la jubilada radical

Hablo de jubilada refiriéndome, no a las mujeres, sino a todas las personas.

Etimológicamente, jubilación viene de la palabra jubilare: celebración, júbilo, alegría… pero no todas las personas que se jubilan viven este proceso con ilusión y ganas, sino que a veces es todo lo contrario.

El establecimiento de una edad para jubilarse es una construcción social que parte de una decisión política determinada por factores biológicos, psicológicos, económicos y sociales.  Este proceso de jubilación no es igual para todo el mundo, pues las personas somos diferentes y afrontamos los cambios de la vida de una manera diferente también.

En este sentido, la jubilación es una etapa en la vida de una persona que puede ser recibida de forma amable, o puede suponer un bache emocional que superar hasta encontrar un nuevo mundo de significados en la propia existencia, no vinculados necesariamente a la fuerza de trabajo y a la correspondiente remuneración.

A mi juicio, un gran error de las sociedades industrializadas y post-industrializadas es el hecho de que el sistema en el que nos desarrollamos está diseñado eminentemente para producir, para tener éxito (asociado al trabajo/ocupación), para ser reconocidos socialmente en función de nuestra aportación al mercado de trabajo. Lógicamente, esto pone palos en las ruedas para recibir con los brazos abiertos la jubilación.

La Asociación Americana de Psicología establece que con carácter general podemos encontrar seis tipos de personas jubiladas:

1. Continuadoras

Las continuadoras mantienen el contacto con sus habilidades y actividades del pasado, pero las modifican para adecuarlas a la jubilación, a través de trabajo voluntario o trabajo a tiempo parcial en su campo de actividad anterior.

2. Aventureras

Las aventureras inician nuevas actividades o aprenden nuevas habilidades no relacionadas con su trabajo anterior, como aprender a tocar el piano o emplearse en algo totalmente nuevo.

3. Buscadoras

Las buscadoras aprenden, por ensayo y error, en su búsqueda de una nueva identidad, ya que no sienten tener esa identidad, ni estando jubiladas.

4. Despreocupadas

Las despreocupadas disfrutan del tiempo sin obligaciones y les agrada dejarse llevar (fluir) por la corriente, en lo que a su cronograma diario se refiere.

5. Espectadoras involucradas

Las espectadoras involucradas mantienen un interés en el campo de trabajo anterior, pero asumen roles diferentes, como por ejemplo un mayor protagonismo en la esfera familiar, o cualquier otra actividad que les pueda interesar.

6. Retraídas

Las retraídas se deprimen, se apartan de la vida y se dan por vencidas en la búsqueda de un nuevo camino.

Afortunadamente, hay muchas personas que se jubilan y no se retraen, sino todo lo contrario.  Me viene a la cabeza de manera muy especial el caso de Carlos San Juan, impulsor de ‘Soy mayor, no idiota‘ que está consiguiendo sensibilizar al Gobierno de España -y a toda la ciudadanía- respecto a la dificultad que entraña para muchas personas mayores, que no han crecido sumergidas en la era digital, tener que realizar todos sus trámites bancarios a través de internet, cada vez con menos presencia física en oficinas y sucursales bancarias.

Olé tú, Carlos San Juan. Deseo tener tu fuerza y tu valor siempre, no sólo cuando me jubile.

Este señor es una inspiración para cualquier persona, y en concreto para los mayores se ha convertido en un icono…, prácticamente en un héroe.

Dicho esto, admito que pueda producirse cierto aletargamiento al cambiar drásticamente nuestras rutinas diarias, y al tener que reconfigurar nuestro autoconcepto e identidad, ya no asociados a una comunidad profesional concreta, o más bien a un espacio de trabajo concreto.

Ya no eres «Pepita, la de Cultura en el Ayuntamiento”, ahora tu concepto trasciende todos esos límites y se expande, tú eres mucho más que todo eso.  

¡Reacciona!

Las tres pasiones de la jubilada o del jubilado radical se concretan en dejar paso a ciertos aspectos que ya no tienes que currarte, pues ya se han incorporado de manera gradual a toda tu trayectoria de vida, pero debes dejarles espacio para que aniden en ti.

3 pasiones de la persona jubilada radical:

SABIDURÍA

Eres más sabia, ya que tienes una experiencia que muchas personas desearían tener, y es como el oro líquido para aquellos y aquellas que están lidiando ahora con todo lo que ya has lidiado tú. Tienes el conocimiento de tu oficio/ profesión, pero además tienes todas las habilidades y soft-skills, como se les llama ahora, para poder alumbrar el camino a otros.

LIBERTAD

Tienes más libertad, pues ya no tienes que plegarte ante figuras de autoridad, normalmente asociadas a puestos y cargos, o a la fidelidad a nuestras jefaturas o centros de trabajo. Las personas más libres pueden ser infinitamente más creativas y desafiar lo establecido, por tanto, romper algunos moldes.

COMPROMISO

Ahora te encuentras con el reto, además, de tratar de mejorar la calidad de vida de las personas que llegan a la jubilación, pues no puedes permitirte el lujo de activar los detonadores emocionales que te resten fuerza e inteligencia práctica, de esta que sirve para la vida diaria. Las personas que llegan a la jubilación y que tienen formación y experiencia, son las más aptas para llenar de significados y valores esta nueva etapa, pues todo lo que ellas hagan nos lo vamos a encontrar los demás. Aquí el compromiso hacia los demás es muy importante, pues proporciona el sentido a todos los nuevos proyectos y pasos.

NO TE QUEDES PARA TI LO QUE HAS APRENDIDO, HAZ ALGO ÚTIL CON TODO ELLO. TIENES UN GRAN VALOR PARA APORTAR A LA SOCIEDAD.

Revisa los contratos ocultos que has estado respetando hasta ahora, esos sistemas de creencias y obediencia impuestos por la cultura, la familia y los grupos de referencia para ti. Revisa y cuestiona todo eso para soltar lastre.

Tú no eres tu trabajo.

Tú no eres un recuerdo de la organización/ institución/ empresa para la que has trabajado.

Tú no eres tu status socio-económico.

Tú no eres un rol asignado por la sociedad para ti, incluso antes de que nacieras.

Tú eres mucho más que todo eso, eres una persona y puedes ser un estímulo y una especie de coach de vida para otros.

Inmaculada Asensio,

La siguiente entrada de blog la voy a dedicar a un proceso dinámico para diseñar el proyecto de vida social tras la jubilación, utilizando la metodología que durante años he transmitido en los cursos de Preparación a la Jubilación Andaluza impartidos por el Instituto Andaluz de Administración Pública, y de los que he sido docente.

Inmaculada Asensio Fernández.

Imagen tomada de: https://www.redadultomayor.org/diez-mitos-sobre-la-vejez/

Toma de decisiones basadas en la deliberación ética en la intervención familiar

https://www.observatoriodelainfancia.es/oia/esp/encuentro_ETF_2022.aspx

He sido invitada a participar en la mesa redonda que lleva por título “Investigación en el Programa de Tratamiento a Familias con Menores en situación de riesgo y desprotección”, que se llevará a cabo en el VII Encuentro de Equipos de Tratamiento Familiar que se celebra en Huelva, los días 19 y 20 de mayo de 2022.

Mi participación consiste en realizar una intervención de aproximadamente 20 minutos sobre la Toma de decisiones basadas en la deliberación ética en la intervención familiar.

A continuación, expongo los detalles de mi participación en la citada mesa redonda, comenzando por la configuración de la propia mesa:

Presenta: Fátima Isabel Mariscal Moreno. Jefa del Servicio de Prevención. Delegación Territorial de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación en Huelva.

  1. Resultados de la Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores: implementación, eficacia y eficiencia. Mª Victoria Hidalgo García. Doctora en Psicología y profesora del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Sevilla.
  2. Revisión y actualización del instrumento VALÓRAME. Antonio Molina Facio. Psicólogo. Jefe del Servicio Protección de Menores. Delegación Territorial de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación en Cádiz.; Carlos Martínez Bermúdez (online). Psicólogo. Equipo de Tratamiento Familiar. Diputación de Cádiz.
  3. Toma de decisiones basadas en la deliberación ética en la intervención familiar. Inmaculada Asensio Fernández (online). Directora de la Estrategia de Ética de los Servicios Sociales de Andalucía.

Desarrollo de la ponencia

Las familias son la mayor fuente de amor y la mayor fuente de conflicto, y no siempre a partes iguales.

Inmaculada Asensio.

Esto es una realidad conocida por todas las personas, pues necesariamente pertenecemos a una familia que aparte de proporcionarnos identidad y sostén, en ella también hemos aprendido el valor de los cuidados (que se traducen en amor), y también hemos tenido que lidiar con la presencia de conflictos…, aprendiendo –en el mejor de los casos- competencias básicas para lidiar con ellos en la vida cotidiana.

Sin embargo, desde la óptica de la intervención en servicios sociales, en el vasto océano de la diversidad familiar se conocen situaciones bastante problemáticas, en las que la presencia de conflictos y dificultades de toda índole, ponen en riesgo la estabilidad del núcleo familiar y la capacidad de cuidado y protección de sus miembros, con consecuencias nefastas para las niñas y los niños que pertenecen a esos sistemas familiares.

Las familias son como una rueda que gira y se repite a sí misma. Cierto es que en ese continuo girar, y fruto de la erosión marcada por el paso del tiempo, sus cambios suelen ser evolutivamente lentos, pero suceden, y esto repercute en todos los miembros de la familia.

Esos cambios, muchas veces suceden gracias a la intervención de los equipos profesionales que intervienen desde los servicios sociales: hoy nos dirigimos a los Equipos de Tratamiento Familiar.

En esas intervenciones se toman decisiones –no fáciles- en escenarios de mucha incertidumbre y duda, y las consecuencias de esas decisiones pueden ser muy comprometidas para el bienestar de las personas menores de edad atendidas, así como para el resto de miembros de esa familia.

Por este motivo decimos que trabajar en estos ámbitos tiene una gran carga emocional en las y los profesionales, lo que puede desembocar fácilmente en desgaste.

Los equipos de profesionales tienen una capacidad que las familias azotadas por diferentes problemas no tienen:

Pueden identificar aspectos que las propias familias envueltas en sus dramas no ven: los factores de riesgo para las personas más vulnerables de la familia, y los factores de protección. Pero, además, también tienen la posibilidad de vislumbrar pequeños cambios que mejoren la situación dada, a través del desarrollo de un proyecto de intervención.

Claro está que no es sencillo gestionar todos los movimientos que hay que obrar para dar cumplimiento a un plan de intervención, ya que las familias son entes vivos, y los procesos de toma de decisiones van a estar presentes durante todo el desarrolló de ese plan, siendo más complicado en unos casos que en otros.

Cuando las personas profesionales tenemos las situaciones muy claras y definidas, cuando no hay duda alguna sobre lo que debemos hacer en una situación, no se produce ningún tipo de dilema o conflicto desde el punto de vista ético, ya que está claro que el curso de acción indicado se ve a simple vista, y además hay que actuar con la mayor celeridad.

Sin embargo, en servicios sociales hay muchas situaciones que no ofrecen esa certidumbre para tomar una decisión sin que nos tiemble el pulso, ya que hay momentos en los que ninguna opción parece ser la buena, o al menos aceptable, y en esos momentos se producen muchas situaciones de duda, tensión y desgaste. Surgen los tejidos dilemas o conflictos éticos.

En la teoría moral, la palabra ‘dilema’ es un problema o una decisión que hay que tomar cuando se tienen razones que justificarían decidir entre más de una acción, y cuando el tiempo o los recursos no permiten tomar ambas acciones; en este caso, tomar cualquiera de las opciones disponibles podría implicar para el/la profesional de que se trate un coste moral (Rondón y Taboada, 2013).

Hay una investigación nacional realizada por la Universidad Pública de Navarra que recoge los dilemas éticos más frecuentes a los que se enfrentan los trabajadores y las trabajadoras sociales en España (extrapolable fácilmente al ámbito de intervención de los servicios sociales):

  • Dilema nº 1: El deber de informar a terceras personas por un posible daño a terceros
  • Dilema nº 2: El Respeto a la autonomía de las personas usuarias
  • Dilema nº 3: La incompetencia de otro profesional
  • Dilema nº 4: El Respeto de la confidencialidad
  • Dilema nº 5: La duración del tiempo de la intervención
  • Dilema nº 6: La distribución de recursos disponibles (justicia)
  • Dilema nº 7: Decir la verdad, no toda la verdad o mentir
  • Dilema nº 8: La realización de informes sobre las personas usuarias
  • Dilema nº 9: Los asuntos de contraprestaciones económicas o materiales
  • Dilema nº 10: La revelación de datos de la historia social
  • Dilema nº 11: El consentimiento informado

Fuente: Ballestero, Uriz y Viscarret, 2012.

La Ley de Servicios Sociales de Andalucía señala en su art. 46, relativo al Proyecto de Intervención, que, en los casos de mayor complejidad, situaciones de riesgo o desprotección social, el Proyecto de Intervención Social contemplará los instrumentos y mecanismos dispuestos para la toma de decisiones basadas en la deliberación ética.

La Estrategia de Ética de los Servicios Sociales de Andalucía contempla la disposición de algunas herramientas de apoyo ético a profesionales de los servicios sociales, como por ejemplo la creación de comités de ética, de espacios de reflexión ética, la auditoría ética y la realización de acciones formativas relacionadas con la deliberación.

La deliberación es fundamental para tomar decisiones reflexionadas y prudentes, ya que las consecuencias de lo que decidimos puede tener gran repercusión en la vida de las personas con las que trabajamos. El riesgo de desgaste profesional en los servicios sociales es mucho mayor cuando sus profesionales deben tomar decisiones difíciles en solitario (bajo su responsabilidad) y en función de su propio esquema moral y capacidad para asumir riesgos, con el handicap que supone escoger una alternativa de respuesta que sabemos de antemano afectará gravemente el proyecto de vida de una persona.

A veces hablamos de elecciones trágicas.

Inmaculada Asensio.

Cuando los y las profesionales toman una decisión y optan por la alternativa que consideran ‘menos mala’, suelen tener un sentimiento similar al de culpa, una especie de remordimiento o de cierto lamento, al que Foot y otros filósofos morales llaman «el residuo que deja el dilema». Por ello, los dilemas son tan” incómodos” y crean tanto desasosiego entre los y las profesionales, puesto que tienen cierto ‘coste moral’ (Rondón y Taboada, 2013).

Método Deliberativo. Dr. Diego Gracia, 2004

Dr. Diego Gracia. Filósofo, médico y máximo representante de la bioética en España, ocupa desde 1979 la Cátedra de Historia de la Medicina de la Universidad Complutense de Madrid. Es miembro de la Real Academia de Medicina, Director del Instituto de Bioética de la Fundación de Ciencias de la Salud y miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Es autor de obras de referencia en la bioética internacional.

Deliberar

1. Reflexionar antes de tomar una decisión, considerando detenidamente los pros y los contras o los motivos por los que se toma.

2. Tomar una decisión después de un detenido análisis de los pros y los contras.

3. La deliberación consiste en el análisis detenido de las circunstancias y consecuencias que concurren en una situación concreta, y por tanto también en la identificación de los cursos de acción posibles y de entre todos ellos, del curso óptimo.

Características del razonamiento deliberativo (Zamora, Mª. A. y Castillo, A, 2018):

  1. Su objetivo es la toma de decisiones.
  2. Es un razonamiento práctico, no teórico. (Gracia, 2009).
  3. Evalúa las circunstancias concretas que concurren en el caso y las consecuencias previsibles.
  4. La deliberación es la búsqueda de la racionalidad en el mundo de la incertidumbre, pero no provee certezas, sino alternativas prudentes.
  5. Es compatible con la pluralidad de soluciones a un mismo problema.
  6. La deliberación nunca se puede llevar a cabo en solitario, requiere de la discusión y el diálogo con el otro: grupo.

¿Cuáles son las fases del Método Deliberativo?

1. DELIBERACIÓN SOBRE LOS HECHOS:  Historia clínica, psicológica y/o social

Se presenta el caso que nos ha generado el conflicto ético, aportando los detalles necesarios, para lo cual tendremos que tener elaborada la historia clínica del caso, poniendo especial cuidado en no realizar apreciaciones personales ni subjetivas.

2. DELIBERACIÓN SOBRE LOS VALORES: No Maleficencia, Justicia, Autonomía y Bienestar

Primero: identificación de los conflictos o problemas éticos que encontramos en el caso. Un conflicto implica siempre una contradicción, una duda, un dilema. Angustia.

Segundo: identificar qué valores están enfrentados respecto a problema identificado. Si tomas una determinación respecto al caso, perjudica otro aspecto de la situación. De los valores surgen los juicios de valor, por tanto, hay una estimación (valoración) sobre ellos.

3. DELIBERACIÓN SOBRE LOS DEBERES: Posibles cursos de acción (soluciones)

     3.1. Identificación de los cursos de acción extremos.

     3.2. Identificación de los cursos de acción intermedios

     3. 3. Identificación del curso óptimo de acción.

4. ANÁLISIS DE LAS PRUEBAS DE CONSISTENCIA:

    Legalidad, Temporalidad y Publicidad

5. TOMA DE DECISIÓN

Una vez atravesado todo el proceso, se decide cuál es la decisión óptima, a la luz del proceso y de las pruebas de consistencia practicadas.

Visto de este modo, el planteamiento es teórico y muy escueto, pues no se puede pretender en una sesión de 20 minutos aprender a deliberar. Lo que sí es cierto, es que a mi juicio este es el giro de tuerca necesario para brindar una atención de más calidad desde los servicios sociales, y también más cuidadora con las plantillas de profesionales, por todos los riesgos laborales psicosociales aparejados a este tipo de trabajo.

Muchas gracias.

Inmaculada Asensio Fernández.

Un apunte sobre el deber de confidencialidad en los casos de Violencia de Género, ¿ese deber protege a la víctima o protege al profesional?

En esta ocasión, sólo voy a compartir una de las conclusiones de un estudio llevado a cabo hace algunos años por el autor Hamberger, sobre la atención de los casos de violencia de género en los servicios de urgencias hospitalarias.

A través de esas conclusiones, que cito con total literalidad, quiero poner el énfasis en cómo muchas veces los y las profesionales que atienden a victimas, o incluso a agresores (violencia de género), se escudan, por ejemplo, en la protección de la confidencialidad o en que hoy día las mujeres tienen mucha información a través de los medios de comunicación como para denunciar ellas mismas. De este modo, a mi juicio, ciertos profesionales miran hacia otro lado y se justifican para eludir su responsabilidad para destapar situaciones de violencia de género (al menos esta puede ser una de las lecturas posibles, ya que al menos yo he escuchado las excusas precedentes en alguna ocasión). Cito las conclusiones referidas:

«En un estudio consistente en entrevistas a mujeres agredidas por sus parejas, el 45% de las mismas indicó que los médicos trataron la lesión sin preguntar como ocurrió, y el 56% reveló que los médicos aceptaban con suma facilidad cualquier explicación falsa sobre como ocurrió la lesión, en el aspecto emocional un 10% manifestó que los médicos les atendían como si estuvieran molestos con ellas y un 3% comentó que su médico hacia chistes acerca de la violencia doméstica durante el examen médico».

Hamberger LK, Ambuel B, Marbella A, Donze J. Physician interaction with battered women. The Women’s Perspective. ArchFamMed. 1998;7(6):575-582.

Extraído del Protocolo andaluz de actuación sanitaria desde el ámbito de las Urgencias ante la violencia de género (página 19).

Algo se muere en el alma cuando una amiga llamada Confianza se va

Con la confianza es mejor no jugar.

¿Alguna vez has tenido en las manos el juego de cartas El valor de los valores, de Simon Dolan?

Se trata de un juego de naipes que representa toda una serie de valores que son fundamentales para la vida humana en sociedad. De todos esos naipes sólo hay uno que se extrae de la baraja antes de jugar, porque representa algo que debería ser siempre respetado y estable en la vida de las personas: la confianza.

La confianza es el valor de los valores.

Simon Dolan.

La confianza es un concepto social (constructo) que nos permite cohesionarnos con otros, desde una dimensión que compromete de manera directa nuestra afectividad y nuestro deseo de comunidad y arraigo. La confianza supone tener una expectativa de seguridad y certeza sobre el comportamiento y actitud de otras personas hacia nosotras, y nos permite construir un relato interno positivo sobre esa relación y la importancia que tiene en nuestra vida.

Algo se muere en el alma cuando un amigo se va. Y va dejando una huella que no se puede borrar. No te vayas todavía, no te vayas, por favor. No te vayas todavía, que hasta la guitarra mía llora cuando dice adiós.

Estas sevillanas de Los del Río muestran lo mucho que duele perder a alguien a quien se quiere, un amigo o una amiga, un padre, una madre o una hermana…, incluso un mediano o gran amor.

Pero hay otras pérdidas que también duelen mucho y que no se relacionan con un vínculo o persona concreta, sino con un valor que sentimos traicionado y nos llena de dolor…, y no es otro que el valor de la confianza.

La con-fianza es algo así como dar tu fianza a otra persona, y en una relación con-fianza nos sentimos cómodas con esas personas en las que confiamos, pues entendemos que nuestro tesoro (nuestra fianza) está a salvo con ellas.

Esto elimina cualquier incertidumbre relacionada con nuestra vinculación con el entorno, y nos permite pisar un suelo firme, sin fisuras.

Normalmente las personas no dan su fianza a cualquiera, sino que, conforme se profundiza y se avanza en las relaciones, se van dejando llevar y van construyendo una estructura de unión que permite un sano intercambio, siempre forjado sobre los cimientos de la con-fianza dada.

Si una persona traiciona nuestra confianza en un grado más o menos de importancia, nos sentimos heridos y desasistidos en ese aspecto concreto que sentimos violentado. Nuestra relación con ella se ve afectada por ese golpe inesperado, y puede resultar difícil reparar la situación, ya que de algún modo se produce un roto… y esa relación cambia, aunque quizás no termine completamente rota.

¿Podemos volver a confiar en una persona que ha puesto en riesgo nuestra sensación de seguridad? Difícil, pero no podemos decir que sea imposible, ya que va a depender en gran medida del valor de esa fianza y sus consecuencias para nosotras: el tamaño de la herida causada con esta traición, el nivel de importancia que tenga esa relación para nosotras, y también de lo desprendida que sea la persona de sus ofensas y de sus juicios sobre el resto.

Lo que sí es un hecho, es que si la confianza se pierde y no se inicia un camino hacia su reparación, desde la conciencia del daño causado y desde un profundo y honesto interés en solucionar las cosas… esa relación caerá en desgracia, y será más que difícil volver a experimentar esa sensación de seguridad que representa la confianza en las relaciones.

Sin la confianza no se puede construir nada.

Simon Dolan.

Por este motivo muchos refraneros y dichos populares informan y advierten que con la confianza no se juega, porque sus efectos pueden ser irreversibles. Conviene, por tanto, prestar especial atención y cuidado en el privilegio que supone que otra persona nos entregue su fianza, ya sea en una relación personal o profesional, ya que esta cualidad permite profundizar a un nivel en las relaciones que no es posible conseguir si no es teniéndola a buen recaudo.

Inmaculada Asensio Fernández

Imagen tomada de: https://sp.depositphotos.com/stock-photos/confianza-de-la-ilustraci%C3%B3n.html