Separación de pareja e hijos

Hoy comparto un relato que he escrito con el objetivo de ilustrar la realidad de much@s hij@s tras el divorcio o separación de sus padres, de manera que se tome conciencia de lo importante que es mantener una relación lo más cercana posible con aquell@s, haciendo lo posible por lidiar con las propias dificultades, o las que en ocasiones pueda proporcionar la ex-pareja. Buscar ayuda puede ser una opción muy útil en la mayoría de estos casos, sobre todo si se opta por la fórmula de la mediación familiar para el proceso de separación.

Los hijos son hijos para toda la vida, independientemente de que la relación entre papá y mamá haya terminado. Comprender esto y respetarlo es absolutamente liberador para los hijos.

Vivir con la ausencia de «…» marca la vida. Más luego, al crecer, siempre se puede rescatar a los propios padres internos para arropar a ese niño o niña que un día fuimos. Con todo mi cariño.

Un domingo con papa

Imagen

Abro los ojitos a primera hora de la mañana y me acuerdo de papá. Hoy es domingo y le toca venir a buscarme para llevarme al parque.

Mientras me lavo la cara, me llega desde la cocina el olorcito a churros de los domingos, que es el único día que los fabrican, por lo menos eso dice mi madre. Me da mucha rabia porque me encanta desayunar con churros, pero bueno, el plan que tengo para hoy es mucho mejor; estoy deseando ver a papá que los últimos fines de semana ha tenido mucho trabajo y no ha podido venir, pero ya de hoy no pasa, que me lo prometió.

Corro a la habitación y con la ayuda de mama me pruebo varios vestidos, hasta que al final me quedo con el que más me gusta, el vestido blanco de raso, el que tiene el lazo más largo de todos… hoy quiero parecer una princesa.

Enciendo el cassette para escuchar música… -¿Me concede este baile señorita?- susurro frente al espejo mientras mama busca un cepillo para acomodarme el pelo… doy vueltas y vueltas sin parar cantando como una loca. Siento una revolución de mariposas en el estómago porque ya casi no veo a papa. Siempre está trabajando y apenas tiene tiempo para venir a verme como antes. A menudo le surge algo a última hora que le impide venir, pero hoy no, que me prometió que hoy estaría aquí puntual para pasar todas las horas del mundo conmigo, su princesa.

Luego de peinarme me voy corriendo al baño, otra vez, que de tanto nervio que tengo no paro de hacer pis.

-¿Qué hora es mamá? No entiendo porqué tarda tanto papá. Tengo ganas de salir ya a la calle y de echarme muchas fotos en el parque.

– Las diez y media – responde mamá. Seguro que hay mucho tráfico y por eso no le ha dado tiempo a llegar a las nueve. Espéralo en tu habitación vaya a ser que te manches tu vestido.

Cada vez que mi madre dice que hay tráfico pasa algo malo, ¿por qué será? Vuelvo a la habitación y comienzo a vestir y a desvestir todas mis muñecas, a pintarles la cara, cortarles el pelo… Juego mucho rato, el máximo que puedo, pues quiero dar tiempo a papa para luchar contra todos los monstruos que lo retienen contra su voluntad y que no lo dejan venir por mi; mi padre es fuerte y valiente y se pega con quién haga falta para llegar pronto a verme…eso seguro.

Me miro al espejo y veo que el pasador se me ha movido un poco y ha dejado tres o cuatro mechones de flequillo al aire. Ya estoy despeinada otra vez. Me detengo en la luz que entra por la ventana y veo que el color es distinto al de hace un rato. Salgo a buscar a mamá para preguntarle la hora y me la encuentro preparando la mesa para almorzar. No digo nada, doy la vuelta sobre mis pasos y me tumbo en la cama. Papá está trabajando seguro, y eso es bueno… pero yo tengo ganas de llorar.

Autora: Inmaculada Asensio Fernández

La figura del trabajador social en los tanatorios ¿Nuevo yacimiento de empleo?

Imagen

Hace una semana aproximadamente he asistido al XII Congreso Estatal de Trabajo Social, celebrado en Marbella. La experiencia ha sido positiva y nutritiva para mi, a muchos niveles. La organización del evento ha sido inmejorable, con gran variedad de contenidos y temáticas, superando considerablemente mis expectativas. Por mi parte, participé mediante la exposición de dos comunicaciones en dos mesas redondas, y en una de ellas -que trataba sobre cómo y dónde se buscan la vida ahora los trabajadores sociales- conocí a Rafael Díaz, que trabaja como trabajador social en un tanatorio en el Campo de Gibraltar. Su comunicación fue interesante y novedosa, de modo que al finalizar le pedí conversar un poco para que me diera más detalles sobre la labor que lleva a cabo. Fruto de la mini-entrevista que tuve con él, aquí comparto los aspectos más significativos.

Entrevista realizada a Rafael Díaz por Inmaculada Asensio.

– ¿Cómo surge la idea de ejercer el trabajo social en un tanatorio?

La idea surge, por decirlo de algún modo, de la desesperación (risas). Estaba cansado de buscar trabajo, de llamar a una puerta y a otra, sin resultados. Sólo me ofrecían voluntariado, y me parece útil el voluntariado, pero no para suplir una labor profesional como las que se ejercen desde nuestra profesión, sino para realizar otro tipo de tareas quizá menos especializadas.

Una mañana me levanté y me pregunté: ¿Dónde hay necesidad hoy día? y me vinieron a la cabeza los tanatorios, donde siempre hay demanda de servicios y que además son punto de encuentro familiar. En los tanatorios se viven situaciones familiares muy complicadas, surgen conflictos, se requiere de apoyos y de ayuda, tanto emocional, económica, como de otra índole.

Hay una cosa que tenía muy clara, y es que uno no puede ir a buscar trabajo sin llevar algo debajo del brazo. Con esto me refiero a que tienes que tener claro lo que tú puedes ofrecerle a la organización o empresa, tus recursos, los proyectos que puedes poner en marcha, y las funciones que podrías desempeñar en ese centro de trabajo, pues de otro modo no tienes oportunidad de reivindicar una parcela de trabajo en ese centro en cuestión.

– ¿Cómo defendiste tu postulación para trabajar en el tanatorio, qué hiciste?

En primer lugar, me presenté en una 1ª entrevista como trabajador social, y observé nuevamente el desconocimiento que hay sobre la profesión en diferentes ámbitos. Realicé una exposición descriptiva sobre la profesión de trabajo social, y su vinculación en todos los procesos relacionados con la familia (en este caso la muerte); Les comenté lo que yo -en 1ª persona- como trabajador social le podía ofrecer a la empresa, y dio la casualidad que justo buscaban un profesional con un perfil muy similar al trabajador/a social: alguien con habilidades sociales y comunicativas para tratar con las familias en esas situaciones tan difíciles, así como para poder intervenir en situaciones de conflicto, desavenencias, etc. Las relaciones humanas generan conflicto y los profesionales de lo social estamos preparados para la gestión del conflicto que repercute en la calidad de las relaciones personales o la calidad de vida.

¿Cuáles son, en líneas generales, las funciones que desarrollas en el tanatorio?

Respecto al trabajo en sí, te explico como serían las fases que se llevan a cabo en una intervención completa (con la diferencia de que en el tanatorio para el trabajo se refieren a cada caso como un «servicio»).

PRIMERA ACOGIDA A LA FAMILIA:

Por un lado, la demanda procede generalmente de una llamada de teléfono de la familia comunicando una defunción, generalmente muy nerviosa y con poco acierto a la hora de indicar los datos de situación. Se acoge la demanda con la mayor calidez posible, así como dando soporte emocional a la persona. Digamos que se le pretende explicar el procedimiento intentando empatizar, para no caer en la frialdad que envuelve a los trámites rutinarios.

COORDINACIÓN DE LA ASISTENCIA EN EL TANATORIO:

Tras ésto, empieza la fase de coordinación de la asistencia y trámites burocráticos (fase de exclusiva asistencia social): Se avisa a los conductores que realizarán la recogida, se gestiona la firma de los certificados médicos de defunción, se solicita al juzgado la licencia de enterramiento, se rellenan los datos para la estadísticas del INE, etc… (hay que recordar que en todos estos trámites es necesaria la intervención de la familia de una u otra manera y recordemos que son momentos muy duros para ellos, por lo que las habilidades para interactuar de forma asertiva se erigen como piedra angular de la intervención).

RECEPCIÓN Y ATENCIÓN DIRECTA DE LAS FAMILIAS:

Cuando la familia llega al tanatorio, se recibe a los portavoces y se atienden sus demandas dentro del marco que la cobertura de su seguro o servicios (tipo de ceremonia, ubicación, necesidad de vehículos para familiares que no pueden desplazarse al velatorio, desean publicar una esquela en el periódico, tipo de flores, etc.)

Tras ésto, se acompaña a los familiares a la sala de velatorio y se coordinan los servicios a los que se han adherido.

GESTIÓN DE LAS RELACIONES Y DE LAS POSIBLES SITUACIONES DE CONFLICTO:

En el transcurso del velatorio, las diferentes formas de expresar el duelo, la diversidad cultural, diferentes niveles educativos, etc. Hace que la gestión de las relaciones entre familias que ocupan el tanatorio de forma simultanea y familiares de una misma rama sea todo un arte. Dada la situación por la que estas personas están pasando, cualquier detalle puede ser llevado al extremo, por lo que es necesario valorar en cada situación el rol a adoptar para la correcta gestión de la situaciones de conflicto (no con todos funciona ser pasivos, o directivos, etc.)

APOYO EN LA DESPEDIDA DEL FAMILIAR:

Por último, la despedida se intenta abordar de la manera más neutra posible para no interferir en la necesidad de cada persona, aunque en algunos casos en necesario intervenir y favorecer el «despegue» de la manera menos traumática posible.

Es increíble la deshumanización que se puede detectar en este tipo de servicios funerarios. El negocio que rodea al tema de la muerte requiere de profesionales humanos y formados para garantizar una atención digna y lo más justa y equilibrada posible. Ahí los/as trabajadores/as sociales tenemos mucho que decir.

Este sería el resumen general de una intervención, pero cada caso es un mundo y las situaciones son infinitas.

La entrevista realizada a Rafael tuvo muchos ejemplos y matices que no pueden ser reflejados al 100% en esta entrada de blog, que pretende servir de estimulo a aquellos otros profesionales que se encuentran en periodo de búsqueda activa de empleo y necesitan un impulso.

Tengo que destacar de Rafael su apertura, disponibilidad y cercanía a la hora de abordar la entrevista, así como que es todo un ejemplo de cómo una persona es capaz de hacerse valer profesionalmente y de abrir camino para sus colegas.

He aquí el profesional, Rafa.

Imagen

Sólo puedo darle las gracias por ello.

Autora: Inmaculada Asensio Fernández.

Teoría de las ventanas rotas

Imagen

Recientemente he realizado una serie de visitas domiciliarias por diferentes barrios de Almería, como el Quemadero, la Fuentecica, la zona del Barranco de Bolas y alrededores. Me sorprendió el enorme deterioro y abandono de muchas de estas zonas de Almería, y me pregunté porqué motivo no se invierten más recursos y esfuerzos en restaurar y revitalizar estos barrios, azotados por el paso del tiempo, la pobreza y el olvido. 

Hablaba de esta circunstancia con varias colegas de profesión, y cada una ofrecía una teoría al respecto de tal deterioro, yendo desde la acusación más directa hacia los gobernantes que gestionan los intereses municipales de la ciudad de Almería, por la invisibidad de estas cuestiones en sus agendas políticas; hasta otras posturas que responsabilizan a las propias gentes del barrio o zona en cuestión, alegando que en estos barrios hay muchas personas desempleadas que voluntariamente deberían tomar las riendas de esta situación y lanzarse a limpiar los espacios comunes, en lugar de -en sus propias palabras- pasarse todo el día sin hacer nada.

¿Responsabilidad social o Responsabilidad invididual?

Para nutrir el debate generado voy a compartir con vosotr@s los resultados de un experimento de psicología social llevado a cabo en 1969, en la Universidad de Stanford (EEUU), por el Profesor Phillip Zimbardo.

Resumen del experimento (interesante para todo/a trabajador/ a social):

El equipo investigador abandona dos coches idénticos, uno de ellos en un barrio pobre y conflictivo de Nueva York, concretamente el Bronx, con las placas de matrícula arrancadas y las puertas abiertas; así como abandonó otro coche, en las mismas condiciones, en un barrio rico y tranquilo de California, Palo Alto. El objetivo de los psicólogos sociales era ver qué ocurría en un barrio y en otro, estudiando las conductas de la gente ante ese estímulo externo.

Imagen

Respecto al coche abandonado en el Bronx, a los 10 minutos empezaron a robar sus componentes. Perdió las llantas, el motor, los espejos, la radio, etc. A los tres días no quedaba nada de valor y el resto lo destruyeron.

Respecto al coche abandonado en Palo Alto, se mantuvo intacto durante una semana. Ante este hecho el investigador, Zimbardo, dio un paso más: rompieron una de las ventanas de cristal del coche, así como le dieron una serie de martillazos para abollar la chapa.

¿Qué creéis que ocurrió?

El resultado fue que se desató exactamente el mismo proceso que en el Bronx: el robo, la violencia y el vandalismo redujeron el vehículo al mismo estado que el del barrio del Bronx.

¿Como creéis que podría explicarse ésto?

El contexto tiene un impacto muy fuerte en el individuo, por este motivo no es de extrañar contemplar un barrio marginal, pobre o deteriorado en el que la tendencia natural de las personas que allí habitan no es hacia la limpieza y el orden, sino más bien todo lo contrario. Y la explicación a este fenómeno la encontramos en las bases del comportamiento humano, completamente influenciado por el contexto en el que se desenvuelve. Desde esta óptica, sería pues insuficiente responsabilizar solamente al individuo.

Volviendo al experimento, podemos ver que una vez rota la ventana del coche, la población del barrio rico se comportó del mismo modo que la del Bronx. Un cristal roto en un coche abandonado transmite una idea de deterioro, de desinterés, de despreocupación que paulatinamente va rompiendo códigos de convivencia, como de ausencia de ley, de normas y de reglas. Cada nuevo ataque que sufre el coche reafirma y multiplica esa idea, hasta que la escalada de actos delictivos cada vez peores se vuelve incontenible, desembocando en una violencia irracional.

Gracias a este experimento se pudo demostrar el gran impacto que tiene el medio en el individuo, sobre todo hasta qué punto el desenvolverte en un contexto donde el deterioro y el abandono campan a sus anchas, influye en tu conducta. Este hallazgo es importante, pues rescata un principio de responsabilidad social respecto a aquellas zonas más deterioradas, y en peor estado, en tanto propician la aparición de conductas delictivas y pasivas en sus gentes.

En experimentos posteriores (James Q. Wilson y George Kelling) desarrollaron la ‘teoría de las ventanas rotas‘, la misma que desde un punto de vista criminológico concluye que el delito es mayor en las zonas donde el descuido, la suciedad, el desorden y el maltrato son mayores.

¿Qué se te pasa por la cabeza al conocer estos datos? ¿Se puede seguir mirando hacia otro lado?

Los ayuntamientos deberían conocer más a fondo las consecuencias del abandono de muchos de sus barrios y actuar en consecuencia, en base a ese principio de responsabilidad social antes mencionado. Es difícil que el cambio se produzca de manera individual sin contar con el oportuno apoyo, y aqui es donde los profesionales de lo social tenemos mucho que decir y que aportar, para lograr esa progresiva transformación social allí donde se haga necesario.

La lectura y posterior análisis de este estudio me tiene entusiasmada y tengo que decir que difiero de la colega profesional que, durante el transcurso de la conversación que me ha llevado a escribir este pequeño artículo, responsabilizaba individualmente a las personas de los citados barrios por el pésimo estado de limpieza y conservación de sus calles y zonas comunes, liberando de toda responsabilidad a los ayuntamientos, y atribuyendo en exclusiva a los vecinos la responsabilidad de su cuidado. Estoy totalmente de acuerdo en que hay que trabajar para desarrollar la responsabilidad individual de cada vecino, e incluso generar un sentimiento de conciencia colectiva entre los miembros del vecindario, ¿de qué otro modo se pueden mantener los cambios y mejoras si se emprenden? Y para ello se debe partir de que en estas zonas es doblemente difícil inculcar valores saludables de ayuda mutua y de autocuidado, motivo por el cual se requiere de un trabajo social comunitario que reduzca y elimine todas esas deficiencias.

El trabajo social comunitario requiere articulo aparte. Tengo una buenísima amiga y colega profesional que trabaja en proyectos de desarrollo comunitario en algunas zonas con necesidad de transformación social de Almería, cuyos resultados son alentadores en este aspecto, y sobre los que hay que incidir, seguir trabajando y seguir invirtiendo. Desde aquí le doy las gracias a ella, Raquel Fuentes, y al equipo con el que trabaja, porque lo hacen genial y con mucha motivación.

Autora: Inmaculada Asensio Fernández.