El conflicto de intereses en los Comités de Ética

Se dice que existe un conflicto de intereses cuando se da una situación en la que una persona puede ser influida en su juicio por una intención o fin diferente al que debe pretender por su rol, sea profesional de la disciplina que sea. Esta situación puede llevar a la profesional en cuestión a optar por otros intereses, obteniendo con ello ventajas para sí misma, o para la fuerza de representación que ostenta, por ejemplo, política. Esta fuerza de representación puede provocar en la persona un interés de protección de ciertos intereses primarios, sea o no consciente de ello.

En base a lo anterior, es necesario establecer mecanismos para prevenir este tipo de conflictos de intereses en los Comité de Ética, ya que pueden abrir la puerta a todo tipo de incompatibilidades (por ejemplo, representantes políticos, cargos directivos de libre designación, altos cargos de las Administraciones Públicas, miembros de órganos directivos, etc). Cuando existe la posibilidad de que haya un conflicto de intereses, se estrecha el cerco de la imparcialidad y la objetividad, aspectos ambos fundamentales para participar en una deliberación ética. De hecho, suele existir la obligación de que cada persona integrante del Comité firme una declaración de ausencia de conflictos de intereses entre su función como miembro del Comité de Ética y su labor profesional o responsabilidad encomendada.

Formar parte de un Comité de Ética suele despertar gran interés en determinadas personas que desean ver desarrollada -aún más- su carrera profesional; e, incluso, que desean obtener un beneficio a través de su participación en este tipo de órganos: el prestigio. Sin embargo, todas las personas que aceptan la posibilidad de formar parte de un Comité de Ética, deberían examinarse con ojo autocrítico, y discernir si existe la posibilidad de que puedan ser indebidamente influenciadas por un segundo interés pues esto afectaría, como no puede ser de otra manera, a la honestidad, integridad y objetividad de sus deliberaciones.

La preocupación por el conflicto de intereses ha sido objeto de estudio en la literatura, algunos autores sitúan este interés en la década de los 80 (el New England Journal of Medicine abordó por vez primera la necesidad de prestar atención a este problema en 1984) y está recogido en numerosas publicaciones y normativas de interés para el desarrollo de la Bioética en España (la Ley 29/2006, de 26 de julio, de garantías y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios, regula de forma novedosa las garantías de independencia de los profesionales del sector, según señala en su exposición de motivos, que se traduce básicamente en una más precisa definición de los supuestos en que pueden surgir conflictos de intereses; la Ley 14/2007, de 3 de julio, de Investigación Biomédica, se establece en su artículo 12.2.f), al regular las funciones de los comités de ética de investigación que les corresponde a estos desarrollar códigos de buenas prácticas de acuerdo con los principios establecidos por el Comité de Bioética de España y gestionar los conflictos y expedientes que su incumplimiento genere; el Real Decreto 1716/2011, de 18 de noviembre, por el que se establecen los requisitos básicos de autorización y funcionamiento de los biobancos con fines de investigación biomédica y del tratamiento de las muestras biológicas de origen humano, y se regula el funcionamiento y organización del Registro Nacional de Biobancos para investigación biomédica, su artículo 15 vuelve a hacer mención del conflicto de interés al establecer que los comités externos del biobanco, el científico y el de ética, establecerán en sus reglamentos internos de funcionamiento los mecanismos oportunos que aseguren la independencia y ausencia de conflictos de interés en el proceso de la toma de decisiones por parte de estos comités; el nuevo Reglamento (UE) No 536/2014 del Parlamento Europeo y del Consejo de 16 de abril de 2014 sobre los ensayos clínicos de medicamentos de uso humano, y por el que se deroga la Directiva 2001/20/CE, vuelve a regular en su articulado el conflicto de interés; la Declaración universal sobre Bioética y Derechos Humanos de la UNESCO de 19 de octubre de 2005 que establece en su artículo 15.1 que: «Los beneficios resultantes de toda investigación científica y sus aplicaciones deberían compartirse con la sociedad en su conjunto y en el seno de la comunidad internacional, en particular con los países en desarrollo» y por su parte el apartado 2 señala que: «Los beneficios no deberían constituir incentivos indebidos para participar en actividades de investigación»). Fuente aquí.

En las normas reguladoras de los Comités de Ética de la Intervención Social/ Servicios Sociales/ Bienestar Social que hay en España, dentro del Sistema Público de Servicios Sociales, encontramos que varias de ellas recogen este asunto, así como también lo hace el Comité de Bioética de Andalucía. Seguramente hay muchas más, pero estas bien nos sirven para ejemplificar su importancia:

Decreto 26/2013, de 22 de mayo, por el que se regula la creación, composición y funcionamiento del Comité de Ética en Intervención Social del Principado de Asturias.
Artículo 6. Composición.
No podrán formar parte del Comité de Ética: los Altos Cargos de las Administraciones Públicas, los miembros de órganos directivos de los colegios profesionales o de las universidades públicas o privadas, asociaciones profesionales o sindicatos, ni los empleados públicos que ocupen cargos de libre designación, salvo que se trate de personas que ocupen la dirección de un centro de servicios sociales.

Decreto Foral 60/2010, de 20 de septiembre, por el que se regula el Comité de Ética en la atención social de Navarra y los Comités de Ética de carácter sectorial o de centro.
Art. 6. Composición.

4. No podrán formar parte del Comité de Ética en la atención social de Navarra las personas que ostenten cargos directivos de libre nombramiento del Gobierno de Navarra o de entidades o empresas dependientes de él. Tampoco podrán formar parte del mismo las personas que ostenten dichos cargos tras su cese, con arreglo a lo establecido en la normativa reguladora de sus incompatibilidades.

Decreto 8/2020, de 30 de enero, por el que se regulan los órganos de ética asistencial y de la investigación biomédica en Andalucía.
Artículo 3. Conflicto de intereses.
A fin de preservar la independencia e integridad de los órganos de ética asistencial y de investigación biomédica y asegurar la primacía del bienestar del paciente o de la persona sujeta a investigación sobre cualquier otro interés, quienes formen parte de los órganos de ética de Andalucía efectuarán y comunicarán al órgano acreditador una declaración de las actividades e intereses que puedan interferir en la función de velar por el cumplimiento de los principios éticos y la salvaguarda de los derechos de pacientes o de personas sujetas a investigación, absteniéndose, en su caso, de su participación en los mismos.

Autora: Inmaculada Asensio Fernández.

El caso Tarasoff

A propósito del deber deontológico del deber de secreto profesional, comparto este caso que puso de manifiesto que la confidencialidad tiene límites, y que la defensa de las víctimas está por encima de cualquier otro valor, como preservar el vínculo terapéutico.

Caso Tarasoff

En 1968 dos estudiantes de la Universidad de California en Berkeley, Tatiana Tarasoff y Prosenjit Poddfar, se conocieron y comenzaron a salir juntos de manera casual. Sin embargo Poddar creyó que esta relación era más en serio de lo que pensaba Tatiana (él pensó que estaban de novios), y se puso obsesivo con el tema cuando ella rompió la relación. Poddar tuvo, a consecuencia de esta situación, un serio quiebre emocional.

Poddar consultó a un psiquiatra en el hospital de Berkeley. El psiquiatra consideró que Poddar tenía un cuadro psicótico, prescribió medicamentos antipsicóticos, y lo derivó al psicólogo Dr. Lawrence Moore para consejería. A pesar del tratamiento Poddar persistió en la ilusión de que Tatiana lo llegaría a amar. Para probar su amor, compró una pistola para simular una situación de alto riesgo de la cual él la rescataría. El Dr. Moore le dijo que probablemente tendría que tomar medidas forzosas para detenerlo, con lo cual Poddar salió indignado de su oficina.
El Dr. Moore analizó esta situación con sus colegas e informó a la policía del campus universitario de que Poddar estaba amenazando con asesinar a una estudiante. Los oficiales lo encontraron, pero no lo detuvieron porque lo consideraron racional. Sin embargo, la ilusión de Poddar llegó a un punto máximo. Se dirigió a la casa de Tatiana, armado de su pistola y un cuchillo. Ella arrancó, él le disparó y luego la acuchilló 14 veces hasta matarla. Luego se entregó, fue condenado por asesinato en segundo grado y fue liberado después de cumplir cinco años de cárcel.
Los padres de Tatiana demandaron civilmente a la Universidad de California. En 1974, la Corte Suprema de California consideró que, a pesar del deber de confidencialidad, también existe el deber, por parte del psicólogo, de advertir a la potencial víctima para evitar un daño grave causado por un problema psicológico de un enfermo.
Los profesionales de salud mental respondieron que esta norma violaba su relación profesional “especial” y que minaría la confianza de sus pacientes. Además, es muy difícil predecir violencia y habría muchos falsos positivos (advertir a personas que en realidad no están en peligro), con lo cual a la larga sería peor.
La Corte emitió una segunda opinión. Mantuvieron el criterio de que los psicólogos tienen deberes con las víctimas potenciales, pero sólo deben aplicar un “cuidado razonable” para proteger a las personas. Es decir, el psicólogo puede tener que hospitalizar voluntariamente al paciente para evitar daño a terceros, en lugar de advertir explícitamente a una víctima potencial.

Caso consultado el 20/06/2022, tomado de: https://medicina.udd.cl/centro-bioetica/files/2010/10/tarasoff.pdf

Inmaculada Asensio Fernández.

Toma de decisiones basadas en la deliberación ética en la intervención familiar

https://www.observatoriodelainfancia.es/oia/esp/encuentro_ETF_2022.aspx

He sido invitada a participar en la mesa redonda que lleva por título “Investigación en el Programa de Tratamiento a Familias con Menores en situación de riesgo y desprotección”, que se llevará a cabo en el VII Encuentro de Equipos de Tratamiento Familiar que se celebra en Huelva, los días 19 y 20 de mayo de 2022.

Mi participación consiste en realizar una intervención de aproximadamente 20 minutos sobre la Toma de decisiones basadas en la deliberación ética en la intervención familiar.

A continuación, expongo los detalles de mi participación en la citada mesa redonda, comenzando por la configuración de la propia mesa:

Presenta: Fátima Isabel Mariscal Moreno. Jefa del Servicio de Prevención. Delegación Territorial de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación en Huelva.

  1. Resultados de la Evaluación del Programa de Tratamiento a Familias con Menores: implementación, eficacia y eficiencia. Mª Victoria Hidalgo García. Doctora en Psicología y profesora del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Sevilla.
  2. Revisión y actualización del instrumento VALÓRAME. Antonio Molina Facio. Psicólogo. Jefe del Servicio Protección de Menores. Delegación Territorial de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación en Cádiz.; Carlos Martínez Bermúdez (online). Psicólogo. Equipo de Tratamiento Familiar. Diputación de Cádiz.
  3. Toma de decisiones basadas en la deliberación ética en la intervención familiar. Inmaculada Asensio Fernández (online). Directora de la Estrategia de Ética de los Servicios Sociales de Andalucía.

Desarrollo de la ponencia

Las familias son la mayor fuente de amor y la mayor fuente de conflicto, y no siempre a partes iguales.

Inmaculada Asensio.

Esto es una realidad conocida por todas las personas, pues necesariamente pertenecemos a una familia que aparte de proporcionarnos identidad y sostén, en ella también hemos aprendido el valor de los cuidados (que se traducen en amor), y también hemos tenido que lidiar con la presencia de conflictos…, aprendiendo –en el mejor de los casos- competencias básicas para lidiar con ellos en la vida cotidiana.

Sin embargo, desde la óptica de la intervención en servicios sociales, en el vasto océano de la diversidad familiar se conocen situaciones bastante problemáticas, en las que la presencia de conflictos y dificultades de toda índole, ponen en riesgo la estabilidad del núcleo familiar y la capacidad de cuidado y protección de sus miembros, con consecuencias nefastas para las niñas y los niños que pertenecen a esos sistemas familiares.

Las familias son como una rueda que gira y se repite a sí misma. Cierto es que en ese continuo girar, y fruto de la erosión marcada por el paso del tiempo, sus cambios suelen ser evolutivamente lentos, pero suceden, y esto repercute en todos los miembros de la familia.

Esos cambios, muchas veces suceden gracias a la intervención de los equipos profesionales que intervienen desde los servicios sociales: hoy nos dirigimos a los Equipos de Tratamiento Familiar.

En esas intervenciones se toman decisiones –no fáciles- en escenarios de mucha incertidumbre y duda, y las consecuencias de esas decisiones pueden ser muy comprometidas para el bienestar de las personas menores de edad atendidas, así como para el resto de miembros de esa familia.

Por este motivo decimos que trabajar en estos ámbitos tiene una gran carga emocional en las y los profesionales, lo que puede desembocar fácilmente en desgaste.

Los equipos de profesionales tienen una capacidad que las familias azotadas por diferentes problemas no tienen:

Pueden identificar aspectos que las propias familias envueltas en sus dramas no ven: los factores de riesgo para las personas más vulnerables de la familia, y los factores de protección. Pero, además, también tienen la posibilidad de vislumbrar pequeños cambios que mejoren la situación dada, a través del desarrollo de un proyecto de intervención.

Claro está que no es sencillo gestionar todos los movimientos que hay que obrar para dar cumplimiento a un plan de intervención, ya que las familias son entes vivos, y los procesos de toma de decisiones van a estar presentes durante todo el desarrolló de ese plan, siendo más complicado en unos casos que en otros.

Cuando las personas profesionales tenemos las situaciones muy claras y definidas, cuando no hay duda alguna sobre lo que debemos hacer en una situación, no se produce ningún tipo de dilema o conflicto desde el punto de vista ético, ya que está claro que el curso de acción indicado se ve a simple vista, y además hay que actuar con la mayor celeridad.

Sin embargo, en servicios sociales hay muchas situaciones que no ofrecen esa certidumbre para tomar una decisión sin que nos tiemble el pulso, ya que hay momentos en los que ninguna opción parece ser la buena, o al menos aceptable, y en esos momentos se producen muchas situaciones de duda, tensión y desgaste. Surgen los tejidos dilemas o conflictos éticos.

En la teoría moral, la palabra ‘dilema’ es un problema o una decisión que hay que tomar cuando se tienen razones que justificarían decidir entre más de una acción, y cuando el tiempo o los recursos no permiten tomar ambas acciones; en este caso, tomar cualquiera de las opciones disponibles podría implicar para el/la profesional de que se trate un coste moral (Rondón y Taboada, 2013).

Hay una investigación nacional realizada por la Universidad Pública de Navarra que recoge los dilemas éticos más frecuentes a los que se enfrentan los trabajadores y las trabajadoras sociales en España (extrapolable fácilmente al ámbito de intervención de los servicios sociales):

  • Dilema nº 1: El deber de informar a terceras personas por un posible daño a terceros
  • Dilema nº 2: El Respeto a la autonomía de las personas usuarias
  • Dilema nº 3: La incompetencia de otro profesional
  • Dilema nº 4: El Respeto de la confidencialidad
  • Dilema nº 5: La duración del tiempo de la intervención
  • Dilema nº 6: La distribución de recursos disponibles (justicia)
  • Dilema nº 7: Decir la verdad, no toda la verdad o mentir
  • Dilema nº 8: La realización de informes sobre las personas usuarias
  • Dilema nº 9: Los asuntos de contraprestaciones económicas o materiales
  • Dilema nº 10: La revelación de datos de la historia social
  • Dilema nº 11: El consentimiento informado

Fuente: Ballestero, Uriz y Viscarret, 2012.

La Ley de Servicios Sociales de Andalucía señala en su art. 46, relativo al Proyecto de Intervención, que, en los casos de mayor complejidad, situaciones de riesgo o desprotección social, el Proyecto de Intervención Social contemplará los instrumentos y mecanismos dispuestos para la toma de decisiones basadas en la deliberación ética.

La Estrategia de Ética de los Servicios Sociales de Andalucía contempla la disposición de algunas herramientas de apoyo ético a profesionales de los servicios sociales, como por ejemplo la creación de comités de ética, de espacios de reflexión ética, la auditoría ética y la realización de acciones formativas relacionadas con la deliberación.

La deliberación es fundamental para tomar decisiones reflexionadas y prudentes, ya que las consecuencias de lo que decidimos puede tener gran repercusión en la vida de las personas con las que trabajamos. El riesgo de desgaste profesional en los servicios sociales es mucho mayor cuando sus profesionales deben tomar decisiones difíciles en solitario (bajo su responsabilidad) y en función de su propio esquema moral y capacidad para asumir riesgos, con el handicap que supone escoger una alternativa de respuesta que sabemos de antemano afectará gravemente el proyecto de vida de una persona.

A veces hablamos de elecciones trágicas.

Inmaculada Asensio.

Cuando los y las profesionales toman una decisión y optan por la alternativa que consideran ‘menos mala’, suelen tener un sentimiento similar al de culpa, una especie de remordimiento o de cierto lamento, al que Foot y otros filósofos morales llaman «el residuo que deja el dilema». Por ello, los dilemas son tan” incómodos” y crean tanto desasosiego entre los y las profesionales, puesto que tienen cierto ‘coste moral’ (Rondón y Taboada, 2013).

Método Deliberativo. Dr. Diego Gracia, 2004

Dr. Diego Gracia. Filósofo, médico y máximo representante de la bioética en España, ocupa desde 1979 la Cátedra de Historia de la Medicina de la Universidad Complutense de Madrid. Es miembro de la Real Academia de Medicina, Director del Instituto de Bioética de la Fundación de Ciencias de la Salud y miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Es autor de obras de referencia en la bioética internacional.

Deliberar

1. Reflexionar antes de tomar una decisión, considerando detenidamente los pros y los contras o los motivos por los que se toma.

2. Tomar una decisión después de un detenido análisis de los pros y los contras.

3. La deliberación consiste en el análisis detenido de las circunstancias y consecuencias que concurren en una situación concreta, y por tanto también en la identificación de los cursos de acción posibles y de entre todos ellos, del curso óptimo.

Características del razonamiento deliberativo (Zamora, Mª. A. y Castillo, A, 2018):

  1. Su objetivo es la toma de decisiones.
  2. Es un razonamiento práctico, no teórico. (Gracia, 2009).
  3. Evalúa las circunstancias concretas que concurren en el caso y las consecuencias previsibles.
  4. La deliberación es la búsqueda de la racionalidad en el mundo de la incertidumbre, pero no provee certezas, sino alternativas prudentes.
  5. Es compatible con la pluralidad de soluciones a un mismo problema.
  6. La deliberación nunca se puede llevar a cabo en solitario, requiere de la discusión y el diálogo con el otro: grupo.

¿Cuáles son las fases del Método Deliberativo?

1. DELIBERACIÓN SOBRE LOS HECHOS:  Historia clínica, psicológica y/o social

Se presenta el caso que nos ha generado el conflicto ético, aportando los detalles necesarios, para lo cual tendremos que tener elaborada la historia clínica del caso, poniendo especial cuidado en no realizar apreciaciones personales ni subjetivas.

2. DELIBERACIÓN SOBRE LOS VALORES: No Maleficencia, Justicia, Autonomía y Bienestar

Primero: identificación de los conflictos o problemas éticos que encontramos en el caso. Un conflicto implica siempre una contradicción, una duda, un dilema. Angustia.

Segundo: identificar qué valores están enfrentados respecto a problema identificado. Si tomas una determinación respecto al caso, perjudica otro aspecto de la situación. De los valores surgen los juicios de valor, por tanto, hay una estimación (valoración) sobre ellos.

3. DELIBERACIÓN SOBRE LOS DEBERES: Posibles cursos de acción (soluciones)

     3.1. Identificación de los cursos de acción extremos.

     3.2. Identificación de los cursos de acción intermedios

     3. 3. Identificación del curso óptimo de acción.

4. ANÁLISIS DE LAS PRUEBAS DE CONSISTENCIA:

    Legalidad, Temporalidad y Publicidad

5. TOMA DE DECISIÓN

Una vez atravesado todo el proceso, se decide cuál es la decisión óptima, a la luz del proceso y de las pruebas de consistencia practicadas.

Visto de este modo, el planteamiento es teórico y muy escueto, pues no se puede pretender en una sesión de 20 minutos aprender a deliberar. Lo que sí es cierto, es que a mi juicio este es el giro de tuerca necesario para brindar una atención de más calidad desde los servicios sociales, y también más cuidadora con las plantillas de profesionales, por todos los riesgos laborales psicosociales aparejados a este tipo de trabajo.

Muchas gracias.

Inmaculada Asensio Fernández.

Mesa redonda sobre avances de la Ley de Servicios Sociales de Andalucía: Estrategia de Ética de los Servicios Sociales. Tecnosocial, 2022

Inmaculada Asensio Fernández. Directora de la Estrategia de Ética de los Servicios Sociales de Andalucía.

He sido invitada a participar en el Congreso Tecnosocial Andalucía 2022, que se celebra en la Universidad de Málaga, durante los días 28, 29 y 30 de marzo de 2022. Este evento persigue ser un foro de análisis, difusión y encuentro para la investigación e innovación tecnológica en el ámbito de los servicios y prestaciones del Sistema Público de Servicios Sociales de Andalucía.

A continuación, expongo los detalles de mi participación en la mesa redonda del lunes día 28 de marzo, comenzando por la configuración de la propia mesa:

16:30 h Mesa redonda: Avances de la Ley de Servicios Sociales en Andalucía.

Modera: Miguel Presencio. Subdirector DG Personas con Discapacidad e Inclusión.

Participan:

  • Estrategia de Ética de Servicios Sociales. Inmaculada Asensio Fernández.
  • Plan estratégico de Servicios Sociales y el Sistema CoheSSiona. (Historia social única electrónica). Gema Luque Granados.
  • Plan de Investigación e innovación de Servicios Sociales. José Manuel Ramírez Navarro.

Desarrollo de mi ponencia

El objetivo de esta comunicación es presentar la Estrategia de Ética de los Servicios Sociales de Andalucía, como elemento innovador que incorpora la Ley 9/2016, de 27 de diciembre, de Servicios Sociales de Andalucía.

Para comenzar, voy a explicar brevemente qué es la ética y para qué sirve, y para ello voy a echar mano de una de las palabras de una de las personalidades más relevantes en el campo de la filosofía, como es Adela Cortina, Catedrática Emérita de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia. Posteriormente, para entrar un poco en materia, compartiré un caso práctico en el que se da un conflicto ético, para pasar a presentar la Estrategia de Ética, mencionando previamente cómo se recoge la ética en la propia Ley de Servicios Sociales.   

Qué es la Ética

La palabra Ética viene de Ethos, que quiere decir carácter, y la primera tarea de la ética consiste en forjar el carácter de las personas, de los equipos profesionales, e incluso de las propias organizaciones. La forja del carácter es algo fundamental, porque sabemos que los seres humanos nacemos con un temperamento que no hemos elegido, pero después, a lo largo de la vida vamos acumulando experiencias y tomando decisiones que nos llevan a crear unas predisposiciones a actuar en un sentido determinado. Por ejemplo, si solemos tomar decisiones justas, desarrollamos una predisposición a actuar con justicia. Si solemos tomar decisiones imprudentes, desarrollamos una predisposición a actuar de forma imprudente. Por tanto, la ética tiene que ver con cómo nos comportamos moralmente, con lo que nos mueve a actuar predominantemente de un modo u otro, y es importante forjarse un buen carácter, porque de alguna manera es algo que está a nuestro alcance.

Esas predisposiciones de las que nos habla Adela Cortina, cuando son predisposiciones que nos conducen a actuar bien, es lo que se llama Virtudes (areté) a lo que los griegos llamaban excelencia.

Actuar con excelencia es uno de los imperativos de la ética, pero hay que tener en cuenta que la actuación excelente surge del diálogo entre los seres humanos acerca de cuál es el mejor modo de hacer las cosas, el que nos parece mejor… el más beneficioso o el menos malo, según el caso.

Por tanto, la ética no es algo individual, aunque se manifieste a través del comportamiento de cada persona, sino que es una construcción dialógica que se teje entre los sujetos, para beneficiar al conjunto de personas: a ti, a mí, al otro… y a todos.

En el caso que nos ocupa, la Estrategia de Ética de los Servicios Sociales de Andalucía, la ética o la virtud cobra vida a través del diálogo que surge para construir entornos en los que las decisiones y acciones que se llevan a cabo, respeten siempre la dignidad, el bienestar, la igualdad, la autonomía, la justicia social y la participación de las personas que se atienden en los servicios sociales, y se apoyan, por tanto, en los valores éticos que por excelencia son la base de nuestro Sistema Público de Servicios Sociales.

Un caso que nos ayude a ejemplificar de lo que estamos hablando

Los equipos de profesionales enfrentan dilemas éticos con frecuencia, y voy a comentar una situación hipotética que se me ocurre se podría dar en un centro de trabajo, para que podamos ver la utilidad que tiene la ética y cómo se evidencia su preocupación por desarrollar una predisposición a actuar de la mejor manera posible:

Supongamos que, en el marco de una relación profesional de ayuda, una persona acude a un servicio solicitando tratamiento para resolver un problema de adicción. En la primera entrevista revela que suele perder el control cuando se encuentra en situación de abstinencia, y es capaz de auto-lesionarse y de agredir a los demás. De hecho, acude al lugar en el que tú trabajas por derivación del psiquiatra del Hospital de su localidad. El día anterior lo atendieron en urgencias porque se golpeó la cabeza contra la pared, y le recomendaron que acudiera a este Centro para abordar su adicción a determinadas sustancias, pues seguro que encontraría el camino para salir de esa situación y encontrarse mejor.

Cuando se atiende a una persona por primera vez en un centro de tratamiento de las adicciones, uno de los aspectos prioritarios es generar el vínculo terapéutico, que se apoya en el desarrollo de una relación de confianza en la que la persona pueda expresar sus problemas y cómo los está viviendo, y por supuesto su demanda. El vínculo terapéutico es de vital importancia para trazar la intervención necesaria para superar una adicción.

Imaginad que, en esa primera entrevista, la persona se siente en un clima de intimidad y secreto profesional, y poco a poco va comentando los estragos que está causando la sustancia (droga) en su vida, hasta que llega un momento que –incluso- reconoce que el apoyo más importante con el que cuenta en la vida es su esposa, y que a veces la trata mal; reconoce que incluso alguna vez le ha pegado y que es una santa, porque nunca lo ha denunciado. Él no soporta ser así y reconoce que necesita ayuda…, la pide con desesperación.

Cuando termina esa primera sesión de acogida, la trabajadora social comparte en sesión clínica con el resto del equipo todo lo sucedido durante la entrevista a esta persona, incluyendo toda la información sobre las agresiones a su esposa.

Ella considera que la información sobre las agresiones a la esposa debería ser puesta en conocimiento de la Fiscalía, para su protección. Sin embargo, el resto del equipo considera que lo conveniente es guardar secreto y trabajar terapéuticamente con la persona todos estos aspectos, pues si hay alguna posibilidad de que la situación mejore, al denunciar todo se irá al traste. Perderemos al paciente y puede que la situación no mejore después.

En este caso, no vamos entrar en consideraciones legales o normativas, porque lo que nos interesa es poner sobre la mesa el tipo de interacción que se puede dar en los equipos de trabajo, cuando surge un conflicto ético sentido:

Valores en conflicto: la protección de la mujer y el vínculo terapéutico.

  • Si se respeta la confidencialidad, se puede poner en riesgo la protección de la esposa.
  • Si se protege a la víctima y se denuncia, se pone en riesgo el vínculo terapéutico con la persona adicta.

Bien. Pues estas situaciones dilemáticas o conflictivas suelen tener una resolución compleja, ya que muchas veces los equipos no tienen una idea clara sobre cuál es el mejor camino a seguir y se producen discusiones acaloradas que no se resuelven objetivamente o a través de la reflexión ordenada, es decir, con un método, como por ejemplo el deliberativo, sino que se resuelven por medio de la jerarquía.

Este tema es un recurrente cinematográfico, y hay infinidad de películas que nos muestran situaciones en las que una persona considera que se debe actuar de un modo para hacer el bien, y hay otras que lo ven de otro modo y lo dificultan, limitándose a lo que siempre se ha hecho, aun siendo obsoleto, sin abrir ningún dialogo abierto que permita busca la mejor manera de hacer las cosas. Esto no quiere decir que unos sean –en términos cinematográficos- los buenos o los malos de la película, sino que unas personas se guían por hacer lo de siempre, lo conocido, aquello en lo que se sienten cómodos, y otras se cuestionan si esa manera es la correcta o no, y cuáles pueden ser las consecuencias de hacer A o hacer B. Estas películas a veces terminan bien, y otras terminan mal.

En este siglo, con todo lo que se ha avanzado en materia de servicios sociales, no podemos seguir actuando de manera obsoleta, cumpliendo con requisitos básicos, sino que tenemos que ir más allá, marcar la diferencia a través de un diálogo abierto sobre cuál es la mejor manera de hacer las cosas. Y a esto viene la ética, a hacerse preguntas, a cuestionarse cuál es la mejor manera de hacer las cosas con lo que sabemos ahora.

No se puede dejar al tiempo la resolución de los conflictos éticos, pues hay consecuencias. Como dice el autor Diego Gracia (2007) y es mejor aprender a deliberar para encontrar el curso de acción más prudente en cada situación. Además, cómo hemos visto en los párrafos precedentes, de la calidad de nuestras decisiones iremos forjando una predisposición a actuar de la misma manera en el futuro.

Casos similares al relatado se han dado otras veces en los equipos de trabajo; de hecho, si tecleáis en google el caso de Tatiana Tarasoff, o también el caso de Charles Whitman, podréis comprobar cómo este tipo de situaciones conflictivas se han dado muchas veces, en diferentes partes del planeta.

Ejemplos podemos poner muchos, porque los servicios sociales son un escenario en el que se abordan situaciones muy complejas, y todo lo que rodea a la vida de una persona es sensible y merece especial atención y cuidado, pues podemos hacer más mal que bien sin darnos cuenta.

Hay una investigación sobre dilemas éticos en la intervención social, llevado a cabo en España entre 2009 y 2011, que presenta los principales dilemas éticos a los que se enfrentan las y los profesionales del trabajo social en su quehacer, y cómo los resuelven.

Dilemas éticos en la intervención social: la perspectiva de los trabajadores sociales en España (FFI2008-05546).5 La investigación se llevó a cabo durante los años 2009 a 2011 dentro del Plan Nacional de I+D+i del Ministerio de Ciencia e Innovación por el grupo de investigación Efimec (Ética, Filosofía y Metodología de las ciencias) del Departamento de Trabajo Social de la Universidad Pública de Navarra.

Los principales -no los únicos- dilemas, se sintetizan en:

  • Dilemas con el deber de informar a terceras personas.
  • Dilemas con la autonomía del usuario.
  • Dilemas con la incompetencia (mala práxis) de otro profesional.
  • Dilemas en relación con la confidencialidad.
  • Dilemas con la duración del tiempo de intervención.

No me puedo detener más en la práctica, pero me sirve para ofrecer un marco de referencia a la Estrategia de Ética de los Servicios Sociales de Andalucía, aprobada por Orden de la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación, de 22 de diciembre de 2020.

Esta Estrategia, por tanto, se diseña con el objetivo prioritario de impulsar una cultura de la ética en los servicios sociales, proporcionando herramientas para forjar ese carácter de excelencia o virtuoso del que nos hablaba Adela Cortina.

La Ley Andaluza de Servicios Sociales

Ley 9/ 2016, de 27 de diciembre, de Servicios Sociales de Andalucía.

En el desarrollo del texto legal se recoge la ética en dos de sus capítulos: un capítulo V titulado «sobre el proceso de intervención», y en un capítulo X que se titula «sobre ética y servicios sociales».

Capítulo V Proceso de intervención

Artículo 46. Proyecto de Intervención Social

2. El Proyecto de Intervención Social recogerá, al menos, los siguientes aspectos:

En los casos de mayor complejidad, situaciones de riesgo o desprotección social, el Proyecto de Intervención Social contemplará los instrumentos y mecanismos dispuestos para la toma de decisiones basadas en la deliberación ética.

Capítulo X Ética y servicios sociales

Artículo 70. Estrategia de ética de los servicios sociales

1. La Consejería competente en materia de servicios sociales desarrollará y aprobará una estrategia que permita introducir los principios éticos en las políticas sociales y en la provisión de los servicios sociales, facilitando un espacio común basado en valores compartidos entre ciudadanía, profesionales y la propia organización, bajo el enfoque de la corresponsabilidad, la cooperación y la confianza entre todas las personas que están implicadas en el desarrollo de los servicios sociales.

Artículo 71. Comité de Ética de los Servicios Sociales.

1. Se crea el Comité de Ética de los Servicios Sociales como órgano colegiado consultivo, adscrito orgánicamente a la Consejería competente en materia de servicios sociales y con autonomía funcional, con la finalidad de garantizar el derecho de las personas, sin discriminación social alguna, al respeto a su autonomía, personalidad, dignidad humana e intimidad.

Artículo 72. Código de Ética Profesional.

1. En el marco de la Estrategia de ética en servicios sociales de Andalucía, la Consejería competente en materia de servicios sociales promoverá junto a las organizaciones profesionales y colegios profesionales la elaboración de un código de ética profesional que garantice la reflexión ética en la práctica de la intervención social, el efectivo ejercicio de los derechos de las personas usuarias y el cumplimiento de los principios rectores del Sistema Público de Servicios Sociales de Andalucía.

Si quieren leer al detalle sobre las referencias a la ética que aparecen en la Ley Andaluza de Servicios Sociales, pueden continuar leyendo AQUÍ.

¿Cómo se ha diseñado la Estrategia de Ética?

Esta planificación se ha llevado a cabo teniendo en cuenta las siguientes premisas en su diseño:

Primero, se apoya en un buen número de publicaciones y artículos científicos sobre bioética y ética aplicada a la intervención social, fundamentalmente publicados en España, pero con alguna referencia internacional.

Segundo, ha tomado en consideración las experiencias consolidadas y en desarrollo de la ética aplicada a los servicios sociales que hay en las diferentes comunidades autónomas españolas: se elaboró un mapeo sobre la ética en servicios sociales nacional. 

Tercero, se nutrió del aporte de diferentes personalidades vinculadas a la ética aplicada a lo social que hay en España, que fueron las que supervisaron el diseño del plan estratégico, validando el contenido publicado en el documento.

Esto dio lugar a un documento estratégico que se organiza en una serie de ejes y objetivos que se apoyan en seis valores éticos:

Estrategia de Ética de los Servicios Sociales, pág. 47.

Dignidad, bienestar, autonomía, igualdad, justicia social y participación,

Se han elegido estos seis valores, y no otros, porque son los que más están presentes en diferentes textos de referencia para los servicios sociales (declaración universal de los derechos humanos, códigos deontológicos, publicaciones sobre ética aplicada a la intervención social, etc.).

Para finalizar, vamos a ver cuáles son esos ejes y objetivos en los que se estructura la Estrategia de Ética. Para conocer en profundidad cada eje, es necesario consultar la propia Estrategia de Ética de los Servicios Sociales, en el siguiente enlace: AQUÍ.

Esquema Estratégico: Ejes y Objetivos

EJE 1 / LAS PERSONAS 

OBJETIVOS:

1.1. Impulsar el desarrollo de la conciencia ética en la ciudadanía 

1.2. Crear un marco de referencia para que la ciudadanía pueda conocer y comprender cuáles son sus derechos y obligaciones 

1.3. Favorecer la adquisición de competencias básicas por parte de la ciudadanía para ejercer la autonomía

EJE 2 / PROFESIONALES, GESTORES Y LÍDERES POLÍTICOS 

OBJETIVOS:

2.1. Establecer un código de conducta ética 

2.2. Reforzar la protección de la intimidad y privacidad 

2.3. Desarrollar la conciencia ética y la capa­cidad de reflexión para afrontar conflictos éticos. 

2.4. Crear el Comité de Ética de los Servicios Sociales de Andalucía. 

2.5. Orientar a profesionales en el afronta­miento de situaciones especialmente comprometidas o difíciles en su manejo.

EJE 3 / INSTITUCIONES, ORGANIZACIONES Y CENTROS DE TRABAJO 

OBJETIVOS:

3.1. Introducir la Auditoría Ética de los Servi­cios Sociales, como herramienta de ges­tión de riesgos y de mejora de la calidad ética.

3.2. Impulsar la reflexión ética en los centros de trabajo para la mejora de la calidad de la atención profesional.

EJE 4 / EL INTERCAMBIO DE CONOCIMIENTO Y EL DESARROLLO DE LA ÉTICA APLICADA 

OBJETIVOS:

4.1. Otorgar un espacio virtual sobre la Es­trategia de Ética de los Servicios Sociales de Andalucía y su desarrollo, accesible al conjunto de profesionales. 

4.2. Fomentar el desarrollo de la ética apli­cada a los servicios sociales en España, con objeto de contribuir al intercambio de experiencias y avances científicos y técnicos en la materia. 

Aquí finaliza esta comunicación, ya que el tiempo de presentación es limitado y el objetivo es dar a conocer estas importantes novedades legislativas que han sido incorporadas con la aprobación de la Ley 9/2016, de 27 de diciembre, de Servicios Sociales de Andalucía.

NOTA FINAL:

En el caso planteado sobre la violencia de género, lo normativo es denunciar, pues las consecuencias pueden ser impredecibles e incontrolables (POR EJEMPLO), y porque así lo exigen las normativas. Lo deseable sería que todas y todos los profesionales estuvieran de acuerdo.

Inmaculada Asensio Fernández.

Se aprueba la Estrategia de Ética de los Servicios Sociales de Andalucía

Esta mañana se ha publicado en BOJA la Orden de 22 de diciembre de 2020, por la que se aprueba la Estrategia de Ética de los Servicios Sociales de Andalucía.

Esta Estrategia recoge las principales líneas de actuación para impulsar una cultura de la ética en el entramado del Sistema Público de Servicios Sociales de Andalucía, lo que incluye a las entidades proveedoras de tales servicios.

La Ley 9/2016, de 27 de diciembre, de Servicios Sociales de Andalucía, dispone su artículo 70 que la Consejería competente en materia de servicios sociales desarrollará y aprobará una Estrategia que permita introducir los principios éticos en las políticas sociales y en la provisión de los servicios sociales, facilitando un espacio común basado en valores compartidos entre ciudadanía, profesionales y la propia organización. Señala, además, que los compromisos que establezca la Estrategia de Ética se trasladarán a todos los campos de la práctica profesional, incluidos la gestión de los servicios, la intervención social, la formación, la investigación y la innovación en servicios sociales.

Con la aprobación de esta Estrategia de Ética se cierra una etapa de esmerado diseño, que ha contado con la participación de personas de la talla de Natividad de la Red Vega, Damián Salcedo Megales, María Jesús Uríz Pemán, Yolanda María De la Fuente Robles, Beatríz Díaz Pérez, Nuria Cordero Ramos y Soledad Jimenez González (Sole). Quiero agradecer a todas estas magníficas personas su colaboración en este proyecto, ya que su supervisión cercana ha ayudado a recoger los elementos imprescindibles para apoyar la reflexión en clave ética en esta comunidad autónoma.

Gracias a todas estas personas, y también a las plantillas de profesionales de los servicios sociales que han remitido aportaciones, y al grupo de personas ciudadanas que participaron en una discusión sobre el documento.

A partir de este momento comienza un nuevo camino que durará cuatro años, desde 2021 hasta 2024.

Enlace al documento BOJA de aprobación:

Enlace al documento de la ESTRATEGIA DE ÉTICA: https://www.juntadeandalucia.es/export/drupaljda/planes/20/12/EEV%202021-2030_16_12_2020.pdf

Inmaculada Asensio Fernández

Directora de la Estrategia de Ética de los Servicios Sociales de Andalucía.

Personas ancianas atrapadas en la terminal: Residencias S.A

Inmaculadasol, 29/12/2020. Dedicada a la lucha de Virginia Tovar.

No sé si han visto ustedes la película LA TERMINAL, en la que el personaje protagonizado por Tom Hanks queda atrapado en una terminal aérea, debido a la negativa de EE.UU a permitirle el acceso a su territorio. La cuestión es que el país del que procede Hanks está atravesando un golpe de estado… y EE.UU deja de reconocerlo como una nación soberana y convierte a quiénes proceden del lugar en visitantes non gratos; esto obliga al protagonista a vivir en la terminal durante unos cuantos años, sin posibilidad de escapar de ella.

Si, la verdad es que cuesta trabajo reconocer que esta historia pudiera sucederle a alguien, pero lo cierto es que la película está basada en la historia real de Mehran Karimi Nasseri, un refugiado iraní que vivió en el Aeropuerto de París-Charles de Gaulle entre 1988 y 2006.

Cualquiera que trate de imaginar la angustia de una persona atrapada –en contra de su voluntad- en un determinado espacio físico, tiene que experimentar toda suerte de sensaciones desagradables, pues la limitación de la libertad es verdaderamente lesiva para cualquier persona (también para los animales) y sobre esto no podemos albergar la más mínima duda.

En estos días he visualizado el vídeo de una mujer muy luchadora, trabajadora social, en el que denuncia que sus padres viven encerrados en el dormitorio de la residencia en la que habitan, y parece que ese encierro forma parte del paquete de medidas preventivas frente al covid19.

Estas personas mayores no tienen el covid19, ni presentan síntoma alguno, además de que el PCR ha dado negativo, pero en esa residencia hay uno o dos casos activos de covid y los gestores han considerado que lo mejor es un encierro perimetral habitacional, es decir, una privación de libertad, o encarcelamiento, como ya ha apuntado la Doctora María José Aguilar.

Uno de los aspectos que más me ha llamado la atención de esta colega profesional que tiene a sus padres en esa situación, es que declara que la residencia dispone de zonas ajardinadas al aire libre y sus padres podrían salir, aunque sea una vez al día, a pasear… pero la negativa de la dirección es aplastante. Desconocemos los motivos que han llevado a la residencia a tomar estas medidas tan poco humanizadas, si es por falta de personal o por un miedo desmedido (…), pero no se están considerando los riesgos psíquicos que este tipo de aislamientos conllevan, y además en momentos muy cercanos al final de la vida.  

Cuando me llegan este tipo de noticias, y más en estas fechas, me alegro mucho de ser una persona con autonomía, pues -de no serlo- estaría a expensas del criterio de una gestora o un gestor con más o menos conciencia ética, y esto me situaría en una posición de total indefensión y sometimiento frente a los gigantes de las “Residencias S.A”.

Es necesario realizar una reflexión en clave ética sobre todo lo que está pasando con estos colectivos tan vulnerables, para adoptar unos criterios mínimos que permitan a las personas conservar su derecho a la libertad y a una vida digna, como no puede ser entendido de otra manera en un país democrático como es el nuestro, que además ha suscrito los principales Tratados Internacionales de Derechos Humanos.

Confiemos que el señor Mehran Karimi Nasseri no tenga que verse forzado, a sus 74 años, a ingresar en una residencia con este tipo de medidas… pues se topará con el denominado efecto ´día de la marmota´, y casi con toda probabilidad rebrotarán algunas viejas ampollas y heridas.

Sigue luchando, Virgina Tovar Martínez, tu voz es ahora la de todas esas personas residentes y las de muchas más que viven situaciones similares.

Inmaculada Asensio Fernández.

Inmaculada Asensio Fernández: vocal del Comité de Bioética de Andalucía, 30 de noviembre

Inmaculada Asensio, directora de la Estrategia de Ética de los Servicios Sociales de Andalucía, ha sido designada vocal del Comité de Bioética de Andalucía, a fecha de 30 de noviembre de 2018.

Inmaculada es Trabajadora Social y Máster en Comunicación Social, actualmente realizando la tesis doctoral en materia de ética aplicada a la intervención social. Desde el mes de marzo de 2018 es la directora de la Estrategia de Ética de los Servicios Sociales de Andalucía,  tarea que desarrolla desde su puesto como Trabajadora Social en el área de salud mental de la Agencia Andaluza de Servicios Sociales y Dependencia de Andalucía.

El Decreto 439/2010, de 14 de diciembre, por el que se regulan los órganos de ética asistencial y de la investigación biomédica en Andalucía, creó el Comité de Bioética de Andalucía como máximo órgano colegiado, de participación, consulta y asesoramiento en materia de ética asistencial y de la investigación biomédica, adscrito a la Consejería competente en materia de Salud, conforme a lo previsto en el artículo 9 de la Ley 16/2007, de 3 de diciembre, Andaluza de la Ciencia y el Conocimiento.

El Comité de Bioética de Andalucía estará integrado por una Presidencia, una Vicepresidencia y vocalías en número no superior a diecinueve, designados y nombrados todos ellos por la persona titular de la Consejería competente en materia de salud, entre personas de reconocido prestigio profesional y científico en el campo de la bioética, las ciencias de la salud, la investigación biomédica, el derecho y las ciencias sociales.

Constitución del Comité de Bioética de Andalucía

Presidente: don Ángel Salvatierra Velázquez.

Vicepresidenta: doña Leonor Ruiz Sicilia.

Vocales:

– Don Demetrio Mariano Aguayo Canela.

– Doña Eloísa Bayo Lozano.

– Don Guillermo Antiñolo Gil.

– Don Rafael Cia Ramos.

– Doña Flor de Torres Porras.

– Don Ángel Estella García.

– Don Francisco José Alarcos Martínez.

– Don Francisco Oliva Blázquez.

– Doña María Luisa Pérez Pérez.

– Don Miguel Melguizo Jiménez.

– Doña Inmaculada Asensio Fernández.

– Don David Rodríguez-Arias Vailhen.

– Doña Josefa Aguayo Maldonado.

– Doña Ángela María Ortega Galán.

– Don Francisco Herrera Triguero.

– Doña Irene Blázquez Rodríguez.

– Don José Juan Jiménez Moleón.

– Doña María Teresa Molina López.

Secretaria: doña Reyes Sanz Amores.

 

Boja Número 232 – Viernes, 30 de noviembre de 2018.

Orden de 8 de marzo de 2018, por la que se nombra a doña Inmaculada Asensio Fernández Directora de la Estrategia de Ética de los Servicios Sociales de Andalucía

Consejería de Igualdad y Políticas Sociales

Boletín Oficial de la Junta de Andalucía nº 51, de 14/03/2018

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Inmaculada Asensio Fernández

La Ley 9/2016, de 27 de diciembre, de Servicios Sociales de Andalucía, establece que la Consejería competente en materia de servicios sociales desarrollará y aprobará una estrategia que permita introducir los principios éticos en las políticas sociales y en la provisión de los servicios sociales, facilitando un espacio común basado en valores compartidos entre ciudadanía, profesionales y la propia organización, bajo el enfoque de la corresponsabilidad, la cooperación y la confianza entre todas las personas y organizaciones que están implicadas en el desarrollo de los servicios sociales.

El desarrollo de la red de recursos y la capacidad de actuación de los servicios sociales en Andalucía requiere cada vez más del apoyo de una Estrategia de ética que contemple los dilemas éticos relacionados con la práctica profesional en servicios sociales, que además será elaborado con criterios de participación social y profesional. Los compromisos que establezca la Estrategia de ética se trasladarán a todos los campos de acción profesional, incluidos la gestión de los servicios, la intervención social, la formación, la investigación y la innovación en servicios sociales, lo que redundará en la consolidación de un Sistema Público de Servicios Sociales comprometido con la búsqueda de la excelencia.

En el marco del desarrollo de esta Estrategia, se prevé la creación del Comité de Ética de los Servicios Sociales y, junto a organizaciones y colegios profesionales, la elaboración de un código de ética profesional que garantice: la reflexión ética en la práctica de la intervención social, el efectivo ejercicio de los derechos de las personas usuarias y el cumplimiento de los principios rectores del Sistema Público de Servicios Sociales de Andalucía.

Asimismo, y de acuerdo a los principios de la responsabilidad social empresarial, la Consejería competente en materia de servicios sociales promoverá, junto a las personas o entidades proveedoras de servicios sociales, la elaboración de un código ético como mecanismo orientador de sus acciones en los procesos de contratación, compras, almacenes, distribución logística y demás procesos de gestión administrativa.

La Consejería de Igualdad y Políticas Sociales de la Junta de Andalucía viene trabajando en la línea de desarrollar todas las iniciativas necesarias para consolidar e impulsar acciones innovadoras en los servicios sociales. Manifiesta, por tanto, su compromiso con la consolidación de una estructura que garantice una sólida intervención basada en valores, así como a proporcionar los instrumentos y herramientas necesarias para apoyar en los procesos de toma de decisión. Dada la naturaleza y la complejidad de muchas situaciones abordadas desde los servicios sociales, el nivel de incertidumbre respecto a las consecuencias derivadas de las prácticas profesionales exige proporcionar un marco de apoyo que sirva de garantía para llevar a cabo actuaciones éticamente responsables y acordes al reconocimiento y desarrollo de derechos y deberes de las personas.

Este nuevo escenario marcado por la innovación en materia de servicios sociales, plantea la necesidad de proceder a la elaboración de la Estrategia de ética de los servicios sociales, lo que requiere un importante ejercicio de coordinación de profesionales y servicios, por lo que para la dinamización de la diferentes líneas de acción y el impulso de las actuaciones de coordinación, la Consejería de Igualdad y Políticas Sociales considera necesario que una persona asuma la responsabilidad de la Dirección de la Estrategia, que lleve a cabo los trabajos necesarios para la elaboración, redacción, implantación y evaluación de la Estrategia de ética de los servicios sociales de Andalucía.

Por todo lo expuesto y de conformidad con lo establecido en el Capítulo X de la Ley 9/2016, de 27 de diciembre, de Servicios Sociales de Andalucía,

DISPONGO

Primero. Nombrar a doña Inmaculada Asensio Fernández como Directora de la Estrategia de ética de los servicios sociales de Andalucía.

Segundo. La designación no comporta retribuciones específicas, siendo éstas las correspondientes a su puesto de origen. La Directora conservará la vinculación jurídica existente con su institución de procedencia.

Tercero. Las indemnizaciones que procedan a favor de la misma, por desplazamientos que hubiese de realizar por razón de servicio, se liquidarán por su institución de origen con arreglo a la normativa vigente.

Sevilla, 8 de marzo de 2018.

María José Sánchez Rubio

Consejera de Igualdad y Políticas Sociales.

Enlace BOJA: http://www.juntadeandalucia.es/boja/2018/51/7

Inmaculada Asensio es invitada a participar en la última reunión del Comité de Ética Asistencial de Almería – Centro

La reunión se ha celebrado el 13 de diciembre en las inmediaciones del Complejo Hospitalario de Torrecárdenas, y ha tenido una duración aproximada de 3 horas.

El objetivo prioritario de la sesión ha sido analizar un caso clínico relacionado con la capacidad de decidir de una persona que se encuentra en situación de especial vulnerabilidad, alrededor de la cual orbitan determinados condicionantes que podrían propiciar una situación de riesgo clínico y social.

Los Comités de Ëtica Asistencial (CEA) son especialmente útiles para asesorar a profesionales, así como a la ciudadanía, sobre cuestiones conflictivas que no parecen tener una solución fácil, y con un importante grado de incertidumbre sobre la respuesta que va a tener el alcance de la decisión a adoptar en la persona y en su familia.

Uno de los cometidos más claros que tiene un CEA está relacionado con analizar, asesorar y emitir informes no vinculantes respecto a las cuestiones éticas planteadas, relacionadas con la práctica clínica, que puedan generarse en su ámbito de su actuación y al objeto de facilitar decisiones clínicas a través de un proceso de deliberación altamente cualificado. Sin embargo, este no es su único cometido, sino que entre sus objetivos podemos encontrar:

  • Fomentar el respeto a la dignidad y la mayor protección de los derechos de las personas que intervienen en la relación clínica, mediante recomendaciones a pacientes, personas usuarias de los centros, profesionales de la sanidad, directivos de los centros sanitarios y responsables de las instituciones públicas y privadas.
  • Emitir informe respecto a los conflictos éticos derivados del derecho de una persona a decidir que no se le comuniquen datos genéticos u otros de carácter personal obtenidos en el curso de una investigación biomédica, cuando esta información sea necesaria para evitar un grave perjuicio para su salud o la de sus familiares biológicos.
  • Emitir informe respecto del libre consentimiento de la persona donante, en caso de extracción de órganos de donantes vivos.
  • Asesorar a los equipos directivos de los correspondientes centros e instituciones sanitarias para la adopción de medidas que fomenten los valores éticos dentro de los mismos.
  • Proponer a los correspondientes centros e instituciones sanitarias protocolos y orientaciones de actuación para aquellas situaciones en las que se presentan conflictos éticos de forma reiterada o frecuente.

En esta ocasión, he podido comprobar el rigor del equipo de profesionales que componen este CEA, y el interés en la materia objeto de trabajo y de estudio. La deliberación es un proceso vivo, ágil y muy comprometido. Exige ahondar en los valores que podrían vulnerar a la persona desde la posible decisión a adoptar, y permite a cada uno de los miembros, desde una postura de absoluta confidencialidad y compromiso, a expresar los diferentes cursos de acción que podría tomar el caso desde la adopción o no de una determinada decisión clínica.

Agradezco al Comité de Ética Asistencia de Almería que haya abierto las puertas a una investigadora y doctoranda en la materia, como lo es una servidora. Me ha aportado una visión interesante sobre la práctica de la deliberación que -sin duda- es vital para entender teóricamente todo el proceso.

Inmaculada Asensio Fernández

Bioética y ética de la intervención social en el abordaje de las drogodependencias y adicciones

 

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AUTORÍA

R López Medel*, F Alonso Trujillo*, S Pinzón Pulido**, I Asensio Fernández*, JM Rodríguez López*, M Martínez Domene*.

*ASSDA. Agencia de Servicios Sociales y Dependencia de Andalucía.

**EASP. Escuela Andaluza de Salud Pública

Contacto: Raquel López Medel. Email: raquel.lopez.medeljuntadeandalucia.es // Tel. 670944542/619189996. Dirección: ASSDA. Área de Drogodependencia e Inclusión Social. Sevilla.

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INTRODUCCIÓN

Desde hace unos años, se han empezado a producir iniciativas destinadas a recuperar el tiempo perdido y a fomentar el desarrollo de las aplicaciones específicas de la ética a los diversos ámbitos de la salud pública, como actividad sanitaria dirigida a la población y como orientación deontológica a la práctica profesional. Si bien es verdad que hasta ahora han sido bastante ajenas a los ámbitos académicos y profesionales de la salud pública en España, nos pueden servir de estímulo y documentación para recuperar nuestro retraso. En cualquiera de sus aspectos, las actividades de la salud pública podrían beneficiarse de la aplicación de consideraciones éticas, sin olvidar que también es posible una utilización inadecuada que, por ejemplo, sirviera como coartada para conculcar los principios y valores que pretenden respetarse[1].

Las drogodependencias y adicciones representan, por sus propias características, un campo idóneo para el acercamiento bioético, suscitan conflictos de valores a niveles muy diversos; constituyen un problema complejo en el que interaccionan intereses políticos, económicos, sociales, culturales y sanitarios. Esta enorme complejidad condiciona que los conflictos de valores se produzcan en situaciones muy variadas[2].

Las conductas adictivas además de los aspectos médicos, psicológicos, sociales y jurídicos, arrastran una dimensión ética con un componente moral y una estrecha vinculación a las relaciones y el comportamiento de las personas en sociedad y por consiguiente constituye un aspecto relevante en el momento de realizar cualquier valoración en al campo de las adicciones[3].

El tratamiento de las adicciones se asignan a un espacio denominado “sociosanitario”, lo que supone que en el tratamiento se imbrica la actuación de diferentes sectores profesionales ya que hay que atender la multiplicidad de los problemas asistenciales planteados.

La necesidad de coordinación sociosanitaria se evidencia en la atención a varios colectivos, entre los que se encuentra el de las personas con problemas de adicciones. El propósito de la coordinación se centra en la mejora de la calidad de vida de las personas, generando espacios profesionales en los que se comparten conocimientos y experiencias tanto en el ámbito de la eficiencia técnica, como en el abordaje de los cuestionamientos éticos comunes a toda intervención de carácter clínico y social[4].

La realidad de la intervención en el tratamiento de las drogodependencias y adicciones, desde un modelo sociosanitario, evidencia la necesidad de reflexionar sobre su abordaje desde la biosocioética, con la premisa que las cuestiones éticas que suceden en la práctica profesional en los procesos de atención sociosanitaria requieren un abordaje sistemático y sólidamente construido, que garanticen una atención de calidad y el ejercicio de los derechos de las personas atendidas.

OBJETIVOS

General:

  • Identificar elementos claves que favorezcan la incorporación de los principios de bioética y ética de la intervención social en el ámbito de las drogodependencias y adicciones con la finalidad de prestar una mejor atención a las personas que presentan esta patología.

Específicos

  • Identificar los problemas éticos más frecuentes en el ámbito del abordaje de las drogodependencias y adicciones, desde el punto de vista de la bioética y de la intervención social.
  • Considerar en la investigación en drogodependencias y adicciones, los aspectos bioéticos y de la ética en la incorporación social.

METODOLOGÍA

Se ha realizado una búsqueda de información para documentar los conceptos básicos en bioética, los aspectos éticos en la intervención social (principios, conflictos más frecuentes, métodos de resolución…), explorar las diferencias y/o la complementariedad del abordaje de los conflictos éticos que se presentan en la atención de los servicios sanitarios y sociales en cuanto el bienestar de las personas. Asimismo se ha realizado una búsqueda exhaustiva y especifica de los diferentes trabajos publicados sobre la intervención ética en el tratamiento de las drogodependencias y adicciones.

La estrategia utilizada para la búsqueda de la información se ha centrado en la revisión de artículos:

  • Facilitados por la organización del VI Diploma de Especialización en Bioética (EASP. Ed 2015-2016).
  • Publicados en revistas, portales de difusión científicas (Fundación Grifols, Observatorio de Bioética y Derecho de la Universidad de Barcelona, Google académico, Cuiden Plus, Dialnet, Revistas especificas sobre drogodependencias y adicciones (Adicciones, Revista Española de Drogodependencias).

Criterios de búsqueda:

  • Palabras claves: ética, bioética, ética de la intervención social, principios éticos, drogodependencias y adicciones.
  • Periodo temporal de la búsqueda: 2000-2016.
  • El área geográfica para la búsqueda se ha circunscrito a países de habla hispana y con especial interés en Andalucía, en tanto interesaba localizar información sobre actuaciones, actividades, análisis, intervenciones, experiencias éticas en el tratamiento de las adicciones que se hayan podido llevar a cabo en esta comunidad autónoma.
  • El idioma utilizado para la búsqueda ha sido principalmente español.

RESULTADOS.

La drogodependencia es un trastorno con tendencia a la cronicidad, recidivante, que lleva a un comportamiento de búsqueda compulsiva de la droga, pérdida del control del autoconsumo a pesar de los efectos perjudiciales del mismo y fenómenos de recidiva, incluso tras largos periodos de abstinencia. Por ello, los problemas éticos que se presentan a los equipos profesionales de atención son amplios y complejos, sin embargo y justificado por algunos factores, no existe una especial dedicación en esta materia.

Todo acto profesional que llevemos a cabo implica una dimensión bioética. Si bien existen diferentes códigos deontológicos que nos pueden orientar, cada profesional  será quien decida qué principios bioéticos guiarán su actuación en múltiples situaciones ordinarias o conflictivas. Específicamente en el área de las drogodependencias los aspectos que generan mayor controversia son aquellos en los que se confronta una visión más paternalista frente a otra más autonomista, el conflicto persona vs. sociedad, y las diferencias entre las perspectivas ética y legal [5] .

El objetivo principal de la investigación clínica es generar conocimiento generalizable, que sirva para mejorar la salud y el bienestar y/o aumentar la comprensión de la biología humana; las personas que participan son sólo un medio para asegurar tal conocimiento. En consecuencia, en toda investigación clínica existe el potencial de explotación al colocar a las personas sujetas a la investigación en una situación de riesgo de ser perjudicadas en aras del bien de otras. Los requisitos éticos para la investigación clínica están dirigidos a reducir al mínimo la posibilidad de explotación, con el fin de asegurar que las personas que participan en la investigación no sean sólo usadas, sino tratadas con respeto mientras contribuyen al bien social.

Gran parte de las cuestiones éticas que se plantean en investigación en ciencias sociales tienen un fundamento común con respecto a la investigación biomédica, en el sentido en que apuntan a respetar a las personas participantes y aceptar las decisiones que estos tomen en relación a la información que revelan o a las experiencias e historias de vida que deciden compartir con el equipo de investigación. No obstante, muchas de estas cuestiones éticas, como el respeto de la privacidad y la protección de la confidencialidad, cobran matices diferentes en las investigaciones sociales dadas las características específicas de las estrategias de investigación, de la población o problemática estudiadas y el contexto en el que se llevan a cabo [6].

CONCLUSIONES

Se evidencia la conveniencia de incorporar las diferentes visiones éticas, como herramientas que puedan facilitar a los equipos profesionales de los recursos de tratamiento para las adicciones en Andalucía a ofertar una mejor respuesta en el abordaje a las problemáticas que presentan las personas con problemas de adicciones.

Desde los principios de no maleficencia y beneficencia, las estrategias en la atención a las drogodependencias y adicciones deberían continuar implementando programas de utilidad demostrada, relativos a la propia dependencia (programas libres de droga y programas de mantenimiento con sustitutivos) y relativos a los problemas físicos, psíquicos y sociales derivados del consumo y/o conducta adictiva: programas de reducción de riesgos y daños, de incorporación social, abordaje de patología dual.

Desde el principio de justicia se debe facilitar, a las personas afectadas, los recursos y programas necesarios sin discriminarles por no alcanzar las expectativas sociales, y, desde el principio de autonomía, respetar su individualidad y su proyecto vital.

Los problemas éticos en intervención social se agrupan en cuatro categorías, los relacionados con la información, con aspectos intrínsecos  y extrínsecos a la intervención profesional y aquellos referidos a aspectos relacionales.

La realidad de la intervención en el tratamiento de las drogodependencias y adicciones, desde un modelo sociosanitario y la necesidad de este modelo de intervención por parte de estos equipos profesionales, centrada en la mejora de la calidad de vida de las personas, generando espacios profesionales en los que se comparten conocimientos y experiencias, plantea la necesidad de un abordaje de los problemas éticos desde la biosocioética, con una estrategia conjunta que aúne los esfuerzos del sistema social y el sanitario brindando una atención integral e integrada.

Estos espacios compartidos para la ética de la intervención social y sanitaria, favorecen el estudio, análisis y discernimiento, sobre las pautas y conductas presentes en aquellas profesiones que intervienen en la atención y cuidado de las personas, en los puntos donde éstas interaccionan con sus ambientes.

Las cuestiones éticas que suceden en la práctica profesional requieren un abordaje sistemático y sólidamente construido que garantice el ejercicio de los derechos de las personas en los procesos de atención sociosanitaria2.

BIBLIOGRAFÍA

[1] Segura A. Introducción. Ética y Salud Pública. Cuadernos de la Fundació Víctor Grífols i Lucas.  BARCELONA. 2012. 27: 7-8.

[2] Morera B. Aspectos bioéticos de la asistencia al drogodependiente. ADICCIONES. 2000; 12(4):515-526.

[3] Barrios Y, Hernández MR, Machado V.  Valoración ética de las conductas adictivas. Revista Adicción y Ciencia.  2013; 3(2):1-7. URL:  www.adiccionyciencia.info

[4] Alonso F, López R, Asensio I, Pinzón S, González MC. ¿Es necesaria una estrategia integrada de biosocioética? Enfermería Clin. 2015; 26(1):7-14. URL: http://dx.doi.org/10.1016/j.enfcli.2015.08.005

[5] Valero MA, Bertolín JM, Ferrer E. Cuestiones bioéticas actuales en las drogodependencias. Revista Española de Drogodependencias. 2011; 36 (1) 11-25.

[6] Santi MF. Controversias éticas en torno a la privacidad, la confidencialidad y el anonimato en investigación social. Revista de Bioética y Derecho. 2016; 37: 5‐21