El Método The Work de la autora Byron Katie es útil para trabajar creencias que nos hacen sufrir

Los pensamientos pueden ser

En el año 2012 viajé a Los Ángeles (EE.UU) para realizar una formación intensiva en un método denominado THE WORK, creado y patentado por la autora estadounidense  Byron Katie.

Conocí este Método leyendo una publicación en una revista que recogía una entrevista a su autora que llamó mi atención. Decidí indagar y compré algunos libros de Byron Katie, así como acudí a un curso que impartieron en España otras personas formadas con ella en Estados Unidos. Este curso me pareció bastante beneficioso a nivel personal, de manera que no quise quedarme sólo con esta experiencia y tomé una importante decisión para mi: conocer a su autora.

Viajé, por tanto, a Los Ángeles y tras asistir a una formación intensiva de más de 100 horas, estuve durante un año practicando este Método The Work conmigo misma, de modo que usaba sus preguntas para cuestionar todo aquello que me generaba malestar, logrando siempre bastante alivio.

En el año 2013 repetí la experiencia, pero esta vez en Alemania, que es el único país de Europa en el que Byron Katie imparte su Escuela de Formación. Repetí como ayudante o staff de la Escuela, sin coste por mi asistencia a esta segunda formación, y a cambio de ofrecer mis servicios como asistente en todo aquello que pudiera ser útil a la organización (desde apoyar en las dinámicas facilitando el Método a nuevos y nuevas asistentes, hasta ayudar en la limpieza y orden de la sala de formación, o en la preparación de apuntes, fotocopias, etc…, un auténtico servicio a los demás). Aprendí tanto en esta Escuela como en la anterior, de tal forma que asimilé aún con más firmeza lo positivo del Método para mitigar el malestar que generan muchos pensamientos, de manera que hoy día se ha convertido en una poderosa herramienta para mi vida, e incluso para ayudar a alguna que otra persona que me lo ha pedido expresa y puntualmente.

Agradezco haber tomado la decisión de asistir a estas dos Escuelas con Byron Katie, y contar hoy día con este background para mi propio bienestar.

Inmaculada Asensio Fernández.

Reseña sobre mi participación como ponente en I Jornadas de la Administración General de la Junta de Andalucía

 

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Inmaculada Asensio y Lourdes Bazán 

Coordinación, Análisis, Equipo y Acción han sido las notas características de este encuentro, que ha sido conducido por Joan Carles March Cerdá, Lourdes Bazán Coto, Soledad Gómez Amor, Pedro Andrés Padilla Pérez e Inmaculada Asensio Fernández.

María Luis Rojas Delgado nos llamó una mañana a Lourdes Bazán y a mí para hacernos un encargo: preparar una intervención conjunta para el desarrollo de las I Jornadas de la Administración General de la Junta de Andalucía (en Almería), tomando como marco de referencia el coaching, y con el objetivo de movilizar a las personas para los cambios, tan presentes en nuestra sociedad.

Lo único que no cambia es el propio cambio, o como dirían los budistas, la impermanencia es lo único que es permanente. Las personas hemos de prepararnos para afrontar todos los cambios que nos trae la vida, tanto a nivel personal, como profesional, y los empleados públicos no son ajenos a estas realidades.

En esta ocasión, tanto Lourdes como yo consideramos conveniente llevar a cabo una dinámica para generar conversaciones poderosas, pero con propósito, y así lo hicimos. Creamos 13 grupos de trabajo compuestos por todos los jefes de servicio y delegados territoriales de cada Consejería en Almería; en total, unas 85 personas.

Trabajamos sobre 13 temas de gran interés para una administración pública, como es la atención al ciudadano, los valores, la planificación, la coordinación, los saboteadores del cambio, etc. Y el resultado, a la luz de las evaluaciones y los comentarios recibidos, fue muy positivo y motivador para todo el mundo.

Es importante parar de vez en cuando y reflexionar de manera ordenada, con un sentido y con una visión, de futuro. Detenernos y contemplar hasta donde hemos llegado, e intentar traer el futuro al presente.

De eso se trata, de traer el futuro al presente, a través de la conversación.

Encantadas de haber participado, contentas y orgullosas de haber servido de facilitadoras del cambio. Esperamos que este sea el primer encuentro de muchos, y que podamos seguir profundizando en todo lo que el grupo ha generado.

En realidad, todas las personas tenemos un gran potencial para generar soluciones e ideas, en diferentes ámbitos, y para ello hay que salir de la zona de confort.

He llevado a mi canal de youtube un pequeño vídeo en el que se aparecen casi todas las personas asistentes participando en la dinámica propuesta. El vídeo dura apenas 2 minutos y ha sido editado por una servidora, que no es más que una aficionada:

PINCHA AQUÍ: https://www.youtube.com/watch?v=BQ40rNT7d80

Aprovecho para dar las gracias a los mayores de la Unidad de Estancias Diurnas Hogar II, gestionada por la Asociación de Personas con Discapacidad El Saliente C.E.E, ya que fueron los encargados de realizar los adornos para las mesas de trabajo. Gracias a su esfuerzo pudimos embellecer un poquito más la estancia, y con motivos navideños.

http://www.teleprensa.com/almeria/mayores-dependientes-realizan-desde-el-saliente-un-taller-de-motivos-navidenos-fomentando-el-envejecimiento-activo.html

Autora: Inmaculada Asensio Fernández.

La fábula de la vaca

Imagen“Había una vez un viejo maestro que decidió visitar junto a su discípulo la casa más pobre de la comarca, donde malvivía una familia con una sola posesión: una famélica vaca cuya escasa leche les proveía de insuficiente alimento, pero alimento al fin y al cabo. El padre, hospitalario, les invitó a pasar con ellos la noche.
Al día siguiente, muy temprano, el maestro le dijo a su discípulo: “Ha llegado la hora de la lección”. Y el maestro sacó una daga y degolló a la pobre vaca.
–¿Qué clase de lección deja a una familia sin nada? –se quejó el discípulo.
–Fin de la lección –fue la única respuesta.
Un año más tarde volvieron al pueblo y donde estaba la casucha destartalada encontraron una casa grande, limpia y bastante lujosa.
Vieron salir al padre de familia, que no sospechaba que el maestro y el discípulo habían sido los responsables de la muerte de su vaca, y les contó cómo el mismo día de su partida algún envidioso había degollado salvajemente al pobre animal…
–… esa vaca era nuestro sustento. Pero cuando vimos a la vaca muerta, supimos que estábamos en verdaderos apuros y que teníamos que reaccionar. Y lo hicimos. Decidimos limpiar el patio que hay detrás de la casa, conseguimos algunas semillas y sembramos patatas y algunas legumbres para alimentarnos. Muy pronto vimos que nuestra granja casera producía más de lo que necesitábamos, y así empezamos a vender. Con las ganancias compramos más semillas, y así hasta hoy mismo que he comprado la casa de enfrente para plantar más patatas y hortalizas y algo de…
Mientras el padre de familia seguía hablando, el discípulo se dio cuenta de que aquella vaca había sido la cadena que mantenía a toda la familia atada a una vida de conformismo y mediocridad.
Autor de la fábula: Camilo Cruz, Ph.D.
Fuente: http://www.uaca.ac.cr/bv/ebooks/administracion/6.pdf

Reflexión:
La historia de la vaca es la historia de la mediocridad.
Y si un día te quejas y el maestro llama a tu puerta… ¿Qué vaca encontrará?
Todos tenemos vacas de las que deshacernos de algún modo, bien sea en lo laboral, en lo personal o en lo sentimental… El elemento de reflexión aquí sería:
¿Cuál es la vaca que frena tu desarrollo o expansión?
Pueden ser tus pensamientos, tu pereza, tus excusas, tus dependencias, tu comodidad, el aferramiento a personas, situaciones o cosas que no te dejan avanzar en tu propósito de vida, en el despliegue de todo tu potencial.
Hoy puede ser un buen día para hacerse esta pregunta.
Y si no hay ninguna vaca, pues mejor… en ese caso es una buena oportunidad para leer una interesante fábula y compartirla con aquel o aquella que la necesite en este momento.

Por: Inmaculada Asensio Fernández

 

 

Actos de Autoafirmación

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Son muchas las oportunidades que nos da la vida para darnos valor, para autoafirmar nuestras ideas, habilidades y decisiones, siendo esto muy necesario para que ocupemos el lugar que nos corresponde en el mundo, que no es ni más ni menos que el que nosotros queramos o estemos en disposición de darnos.

Esta semana he decidido escribir sobre la importancia de poner sobre la mesa aquello que queremos sacar de nuestro corazón (o de nuestra cabeza), bien porque nos hace daño, bien porque nos hace sentir pequeños, indefensos o malheridos. Y decido escribir sobre ello echando mano de la caja de herramientas que viaja conmigo, con experiencias en las cuales me he visto enfrentada a situaciones que han requerido poner voz a mis necesidades y recordar a otras personas que el respeto ha de estar siempre presente a la hora de comunicarnos, independientemente de si estamos o no de acuerdo respecto a un tema, o de si estamos o no enfadados por su causa.

Nunca sabes en qué parte del camino puedes toparte con un maestro Zen:

DIÁLOGO ZEN: Maestro, ¿qué es lo más importante cuando se trata de mantener y fortalecer una relación entre dos personas, sea del tipo que sea? Hijo, la materia prima de toda relación humana, sea de amistad o de amores o de negocios o lo que sea, es el espacio personal. Una relación es una construcción, una fabricación, por lo que lo más importante para que el producto salga firme y duradero es saber manejar sabiamente esa materia prima: el espacio personal de cada uno.

(cuento tomado de: http://4grandesverdades.wordpress.com/cuentos-zen/)

Y de espacio personal se trata casi siempre, de respetar el tuyo y mostrárselo al resto de personas; pues una cosa está clara, y es que las discusiones son necesarias en muchos momentos de nuestra vida, pues ¿De qué otro modo podemos crecer mediante el intercambio de opiniones? ¿Cómo podemos aprender a poner límites a los demás, si no es discutiendo… practicando? o ¿De qué otro modo podemos aprender a pedir lo que nos corresponde por el simple hecho de ser personas? Una buena respuesta aquí sería: EXPRESANDO, por mucho que nos cueste.

Lo que no se dice no desaparece.

¿Has tenido algún problema con una compañera del trabajo? ¿Tu jefe te ha levantado la voz? ¿Se te ha colado una señora en la cola del supermercado con un carro a tope? ¿Estabas intentando contar algo que era importante para ti y no han parado de interrumpirte? EXPRESALO. No es necesario atacar a nadie para hacer valer nuestros derechos u opiniones, simplemente hablar de ti en primera persona, acerca de cómo te sientes en esa situación, con ese comportamiento o conducta, y lo que esperas de la persona en concreto para la próxima vez.

Poner palabras a lo que hemos sentido es necesario, y además aporta beneficios inmediatos a la persona que se ha lanzado a hacerlo; pero más aún lo es mantenernos en el proceso que eso conlleva. Esto quiere decir, que -muchas veces- al expresar aquello que necesitamos (aunque lo hagamos de manera adecuada y asertiva) nos topamos con sentimientos de culpabilidad, miedo o incluso vergüenza, generalmente heredados de nuestra cultura o de nuestra infancia, a los cuales no podemos ceder en primera instancia, máxime si nuestra conducta ha sido adecuada. Hay que estar en el proceso, aprendiendo y absorbiendo todo lo que nos vaya llegando, teniendo claro lo que nos ha movido a actuar y a expresarnos para parar los pies a esa situación o persona.

Lo creas o no, cuando te haces valer mostrando quién eres y cuál es tu espacio, además de estar dando la oportunidad a la otra persona de aprender algo importante para su vida (otra cosa es que sea capaz de aprovecharlo), estás tomando una postura activa en tus propios conflictos, los estás afrontando, y estás mostrando a esa persona quién eres, y qué es lo que estás dispuesto a tolerar o no en tus interacciones, pues todos tenemos límites, y éstos variarán en función de la persona con la que nos estemos relacionando.

Hay un asunto que me parece el eje central de todo el articulo, y es que a pesar del valor que tiene para autoafirmarnos el expresarnos hacia el resto de personas, lo más importante es que a la primera persona que se lo muestras es a ti misma, y ese es el valor principal de la autoafirmación, el cómo nos sentimos y nos percibimos a nosotros mismos. Es muy necesario que en este camino llamado vida tengamos claro que el compañero o compañera de viaje con el que pasaremos el resto de nuestros días es con nosotros mismos. Y esta realidad es la única que nos permite darnos nuestro sitio. Si yo me voy a acompañar, lo mejor será que me sienta bien, satisfecha o incluso orgullosa de la forma de afrontar las situaciones que me van surgiendo, con el único afán de amar aquella imagen que me devuelva el espejo (entendiendo aquí el espejo como el reflejo del alma). El respeto comienza por ti, y desde ese lugar va al mundo.