Homenaje a Nevenka Fernández, hija predilecta de Ponferrada

Nevenka luchó para demostrar la verdad sobre el acoso sexual que sufrió a manos del Alcalde de Ponferrada, Ismael Álvarez (1999), y pagó un precio muy alto: el escarnio público por parte de su vecindad y también el «exilio» lejos de su comunidad y familia.

Hoy día 8 de marzo es necesario rememorar su historia, el acoso y maltrato psicológico que sufrió por parte del único condenado: Ismael Álvarez.

Hablamos de finales de los noventa, momento en que Nevenka era muy joven y quería hacer carrera política en el Ayuntamiento de su localidad, ya que además contaba con toda la preparación académica para ello, pero el hombre más poderoso del Ayuntamiento se lo impidió. ¿El motivo? Negarse a mantener una relación (relaciones) con él, un depredador en toda regla (algunas personas lo llamaban conquistador y «donjuan») .

Como la mayor parte de las relaciones tortuosas y tóxicas (de pareja, laborales o de otro tipo) los comportamientos inadecuados, humillantes y/o agresivos se fraguan poco a poco, a fuego lento, de manera que se va tejiendo una tela de araña que no se ve a simple vista…, hasta que la víctima está envuelta por completo en ella. No te das cuenta de lo que estás viviendo hasta que «estás hecha una piltrafa«, dice Nevenka en el documental que lleva su nombre y cuenta su historia.

Pasó de sentirse cortejada por un hombre con aparente poder y seguridad en sí mismo, a sentirse culpable y responsable porque a ella no le gustaba y no quería estar con él… No quería intimar con él.

Ella se sentía responsable por haber tenido una relación con él al principio de conocerlo (una relación muy corta y que finalizó casi al momento de comenzar, pues ella se dio cuenta en seguida que no le gustaba). También sentía vergüenza de sí misma cuando se le pasaba por la cabeza contar lo que estaba viviendo en su Ayuntamiento, por el fuerte componente cultural que suponía trabajar como concejal. No quería señalarse, pero además pensaba que nadie la creería y que seria considerada una «trepa» por poner en el foco a su Alcalde… sería culpabilizada socialmente.

Desgraciadamente no se equivocaba Nevenka, pues justamente fue eso lo que sucedió.

Ella intentaba llevarse bien con Ismael, normalizar la relación laboral, pero esto no era posible por el comportamiento del Alcalde con la Edil. Él insistía en tener algo juntos -lo que sea- y ella lo rechazaba con los argumentos más amables posibles. A veces él se mostraba comprensivo hacia su rechazo, otras veces se victimizaba y le decía que se iba a suicidar; y otras montaba en cólera, la trataba con desprecio en público, la ridiculizaba y vejaba con agresividad en situaciones laborales, la insultaba (la llamaba hija de puta)…

La denostaba en su trabajo conforme ella se aposentaba en el NO ES NO.

La trataba mal en público, pero luego se disculpaba con ella a solas. La joven Nevenka lo iba dejando pasar, lo justificaba… y él fue ganando terreno. Poco a poco y casi sin darse cuenta fue entrando en depresión.

Esa fue la puerta abierta de par en par al acoso: no pararlo en seco, no ponerle límites.

Los depredadores sexuales tienen un comportamiento perverso, e incluso se sienten absolutamente impunes con su actitud hacia su víctima. Ellos sienten que las víctimas son ellos porque no pueden tener aquello que desean.

La estrategia de Ismael Álvarez, condenado por acoso, fue la invasión a Nevenka, asfixiarla, aislarla y dejarla sin espacio y sin capacidad de reacción, por su actitud ambivalente y contradictoria. Una de cal y otra de arena. Ella, además, era muy joven e inexperta, pero qué mujer no se siente identificada con comportamientos pesados -entre paréntesis, insistentes- y babosos por parte de hombres en diferentes contextos de vida: en la calle, en los locales de ocio nocturno, en las relaciones profesionales, en la Facultad, y en situaciones varias… Cuanto más joven, más posibilidades de sufrir acoso siendo mujer. Esto lo atestiguo con mi propia experiencia como mujer.

Y finalmente te das cuenta que la supervivencia está en huir, luchar o morir, y esto lo describe muy bien Nevenka en el documental que lleva su nombre.

Ella pasó por la huida, la lucha y casi la muerte, pero los ataques de pánico la hicieron reaccionar y PEDIR AYUDA.

Bendita ansiedad que te zarandea y te obliga a encarar la situación pidiendo ayuda, el cuerpo es sabio y, como dice la psicoterapeuta alemana Alice Miller en uno de sus manuales, nunca miente.

«Contó a alguien su infierno y la creyó. Esto la legitimó».

En su defensa, sufrió toda clase de injusticias y humillaciones, hasta por los servidores públicos: el primer fiscal en su juicio contra el Alcalde es un buen ejemplo de ello: José Luis García Ancos. Nevenka se mantuvo en la lucha, y ahí también se recuperó un poco a sí misma, pero las secuelas fueron inmensas. Ahora con el documental que lleva su nombre se está haciendo justicia, por ella y por todas las que lo han padecido y las que hemos padecido otras situaciones machistas e inapropiadas

En la actualidad es fácil indignarse al conocer los detalles de la historia de Nevenka, pero la sociedad de los noventa no es la misma que la de ahora; aunque también es cierto que las famosas «Manadas» y el movimiento «Me too» han mostrado que el machismo sigue latiendo bien fuerte y que aún hay mucho por lo que luchar. Algunas personas prefieren negar esto e insisten, por ejemplo, en que las Leyes contra la Violencia de Género sólo pretenden dividir a la sociedad y culpabilizar a los hombres… ¡Machistas!

La localidad de Ponferrada está en deuda con Nevenka, pues se alzaron en su contra a golpe de manifestación, ¿quién era ella para enfrentarse al Alcalde?… «A mi no me acosa nadie si no me dejo» – decía una vecina entre gritos ciegos y mezquinos, a la par que vítoreaba a su Alcalde.

Ahora, todas esas personas sólo pueden pedir disculpas por su mal hacer, o guardar un silencio vergonzante para siempre.

Nevenka, la sociedad hoy te rinde homenaje y la jaula de cristal desaparece. Por fin puedes sentirte libre y digna, como siempre has sido.

Inmaculada Asensio Fernández.

La sonrisa de la mujer ante la ofensa

lisa simson

Lisa Simpson

Estuve en una conferencia de una compañera psicóloga que trabaja en un equipo de salud mental comunitaria en Granada, que expuso durante su intervención que hay bastante bibliografía dedicada a las ofensas que soportan las mujeres, en forma de bromas soeces y machistas, a las cuales responden con una simple sonrisa. Sin embargo, en realidad esa sonrisa no hace la función de sonrisa que todas las personas conocemos, sino que es una respuesta social aprendida para tragarse algo muy molesto, y a la par mantener una falsa calma, para no dar la nota en una situación social.

Las mujeres adultas de este momento histórico hemos recibido una educación patriarcal desde niñas, y durante muchos años hemos tolerado comentarios y expresiones soeces, maleducadas y machistas, incluso en contextos profesionales, pero en todas las situaciones completamente fuera de lugar. A muchas nos han educado para reprimir acciones y emociones (sí, sí, incluso los estornudos nos han enseñado a refrenar, poniendo un dedo debajo de la nariz justo antes de la expulsión violenta e involuntaria de aire de los pulmones). Toda esta negación de la expresión supone una vulneración de nuestra autonomía y del ejercicio de la asertividad.

Justo ahora me llega un recuerdo muy gráfico alusivo a la sonrisa de una mujer ante una agresión, y se sitúa en un lapso de tiempo de unos 8 años atrás aproximadamente:

Una mujer, dedicada profesionalmente a la práctica médica, se encuentra en presencia de un colega profesional de mayor edad -ella unos 45 y él unos 60 años- ambos con el mismo nivel de responsabilidad. Están desayunando sentados a la misma mesa, yo también estoy presente, así como dos compañeros más de trabajo. Las únicas mujeres en la escena somos esta médica y yo.

De repente, el colega profesional de 60 años se dirige a los dos hombres que hay en la mesa para hacer un comentario sobre el físico espectacular de otra compañera que está en el mismo departamento, una mujer de unos treintaypocos años… Y dice, literalmente: “mejorando lo presente, esta mujer está buenísima, es que es espectacular, es que dan ganas de…”. En ese momento, mira a su homónima compañera de puesto y añade algo así como: “ya sabes que yo de ti no digo nada, porque tú para mí eres como una hija, nos conocemos desde hace muchos años”.

Fue vulgar, soez, baboso, infinitamente desagradable e inapropiado. Le faltó decir que quería meterse en la cama con ella. 

Yo observé la escena en silencio. Sentí vergüenza ajena y me tragué un sapo enorme, pues no dije nada para evitar una discusión o una situación incómoda. Puntos suspensivos.

Esta médica, por su parte, tampoco dijo absolutamente nada, sólo lo miró fijamente en silencio, con una sonrisa inexpresiva, tipo Gioconda. Yo percibí claramente la tensión de la escena. Esa sonrisa escondía muchas palabras tragadas, seguramente para no desentonar socialmente, muchos sapos de gran tamaño, envueltos en esa curvatura hacia arriba de la boca, en un gesto auto- envenenado.

Espontáneamente se cambió de conversación y se corrió un tupido velo. Ese día me fui a casa sintiéndome mal y nunca lo he olvidado.

Es muy lesivo sentirse violentada en una situación social y encima sonreír para lidiar con elegancia (o eso nos han enseñado) con esa situación ofensiva, para no quedar mal nosotras.

¿En serio? De verdad es demencial.

Conforme voy cumpliendo años me resulta más fácil mostrar mi desagrado en contextos sociales, pero sobre todo desde que decidí incorporar la perspectiva de género en mis inquietudes formativas y en mis lecturas. Erróneamente, muchas veces se piensa que siendo mujer y “modernilla o guay” (puntos suspensivos), no es necesario adquirir este tipo de conocimientos, pero una vez empiezas a interpretar el mundo con otro marco, desde un enfoque de género, te das cuenta de que no sólo es conveniente, sino que es insoslayable para alcanzar cotas saludables de bienestar, autonomía y autoestima.

Lo creamos o no la discriminación social hacia las mujeres está viva, en diferente grado, aunque muchos colectivos organizados quieran convencer a la sociedad de lo contrario.

Inmaculada Asensio Fernández.

Las chicas sólo quieren divertirse / Girls just want to have fun

Cyndi Lauper

Imagen tomada de: https://goo.gl/jucQU9

Hay canciones que marcan el fin de una época y el principio de otra… pues tienen un potente mensaje que cala en el conjunto de la sociedad, o una buena parte de ella.

La canción de Cyndi Lauper “Girls just want to have fun”, estrenada el 6 de septiembre de 1983,  acaparó el número uno en las listas de popularidad en varios países, y fue considerada como un auténtico himno feminista: éxito rotundo.

En el siglo XXI se siguen sufriendo las consecuencias del sistema patriarcal en sus diferentes manifestaciones: falta de autonomía económica (salarios precarios o falta de ingresos), división sexual del trabajo (no remunerados como cuidado doméstico o de personas), preponderancia masculina en el trabajo (sobre todo en puestos directivos), violencia de género, acoso sexual, violación, falta de respeto a los derechos sexuales de las mujeres, etc.

Y si el machismo sigue imperando en la sociedad de hoy día (aunque a veces camuflado, o incluso negado), bien podéis imaginar cómo era la sociedad hace 35 años, justo cuando Cyndi Lauper estrenó esa canción.

El hilo conductor de  “Girls just want to have fun”   es una mujer que trata de hacer ver a sus padres que no va a echar a perder su vida por salir a divertirse con sus amigas (apología a la libertad), que ella tiene tanto derecho a divertirse como los demás. Además, en el vídeo parecen mujeres de diferentes culturas y nacionalidades, por tanto también apela a que esta liberación de las cadenas que atenazan las posibilidades de desarrollo de las mujeres sea igual en todas las culturas posibles (pues ya sabemos que hay muchas diferencias entre ellas).

Esta canción ha sido bailada y cantada por muchas mujeres jóvenes de la época en la que se estrenó, pero se ha convertido en uno de esos temas atemporales que sigue sonando en reuniones y fiestas… pues su mensaje y su discurso aún emociona a muchas mujeres que han luchado /y siguen luchando/ por cambiar esas costumbres, usos, tradiciones, normas familiares, hábitos sociales, ideas, prejuicios, símbolos e incluso leyes cuya enseñanza-aprendizaje asegura la transmisión de esta cultura machista que aún reconocemos en diferentes grupos de intercambio social.

Inmaculada Asensio Fernández.

Aquí comparto la letra traducida al español:

Regreso a casa con la luz de la mañana.

Mi madre dice:

¿cuándo vas a vivir como Dios manda?

Oh, madre querida,

no somos nosotras de las afortunadas.

Y las chicas, ellas quieren divertirse.

Oh, las chicas solo quieren divertirse.

El teléfono suena en mitad de la noche.

Mi padre grita:

¿qué vas a hacer con tu vida?

Oh, papá querido,

sabes que aún eres el número uno.

Pero las chicas, ellas quieren divertirse.

Eso es todo lo que realmente quieren,

un poco de diversión.

Cuando la jornada de trabajo termina,

oh, las chicas quieren divertirse,

oh, las chicas solo quieren divertirse.

-Las chicas quieren,

quieren divertirse, las chicas

quieren…-

Algunos chicos pillan una chica bonita

y la esconden del resto del mundo.

Yo quiero ser la que camina bajo el sol.

Oh, las chicas, ellas quieren divertirse.

Oh, las chicas solo quieren…

Eso es todo lo que realmente quieren,

un poco de diversión.

Cuando la jornada de trabajo termina,

Oh, las chicas quieren divertirse.

Oh, las chicas solo quieren divertirse.

-Las chicas quieren,

quieren divertirse, las chicas

quieren…-

Ellas solo quieren,

ellas solo quieren,

ellas solo quieren,

ellas solo quieren divertirse.

(bis)

Cuando la jornada de trabajo termina,

oh, las chicas simplemente, quieren divertirse,

Cindy Lauper – Las chicas solo quieren divertirse

Hoy he recibido dos ‘inocentes’ chistes machistas por whatssap: ¡Basta! Advierto que ya no me callo más

Me encontraba este medio día, a las 12.00h, en la concentración por el Día Internacional de la Mujer y la Huelga feminista del 8M, para visibilizar la situación de desigualdad e injusticia en la que hoy día se encuentran /nos encontramos/ muchas mujeres, en diferentes ámbitos. Emocionada al verme rodeada de mujeres de todas las edades, de diferentes ideologías políticas… Mujeres que no desean luchar, sino que simplemente desean la igualdad.

De repente me llega un sms -que descubro por la vibración del móvil. Me acerco el tlf y desbloqueo la pantalla; es un whatssap que contiene un meme y un GIFT machista, pero en clave de humor… Lo que conocemos como chiste. Son muchas las veces que he callado cuando he recibido un chiste machista por wassap, o lo he escuchado en grupo… intentando evitar una discusión o malas caraspero ya no me voy a callar más. Estoy harta de chistes y de bromas que rebajan la condición de ciertas personas o colectivos; por eso te advierto: ni comparto ni aguanto tus “bromas”, ¡basta ya!

Volviendo a la situación en la que me ha llegado el sms… lógicamente he tenido una respuesta:

Mi respuesta: No me ha hecho ninguna gracia el sms machista.

Su repuesta: Mujer, no te lo tomes así, que es sólo una broma, es sólo cachondeo… (emoticono de carcajada)

Mi respuesta: No, no es cachondeo, aunque no venga con mala intención. El contenido de los chistes es objeto de estudio desde el punto de vista de la comunicación, porque perpetúan valores: machismo, racismo, etc. “Hay chistes que tienen poca gracia o, incluso, ninguna. Son esos chistes que inciden directamente sobre la parte más sensible de nuestro ser, que ridiculizan valores preservados por otros, sobre cuestiones que hacen referencia al sometimiento de una parte de la sociedad a los privilegios de una clase o incluso a su dominación… Que nos hagan gracia o no, depende de nuestra idiosincrasia, y ésta de un conjunto de vivencias positivas o no…” (lo tomé de eldiariopuntoes).

Su repuesta: Tras leerlo más detenidamente te pido disculpas, pues es así, pero insisto que no es para tomárselo tan mal, solo es humor…

– Mi respuesta: No me lo he tomado a mal. He sido asertiva, nada más.
Su respuesta: Me pararé un poco más a ver los chistes antes de enviarlos.

– Mi (última) respuesta: Gracias.

FIN DE LA HISTORIA.

Por favor, reflexiona. Los chistes contribuyen en la creación de estereotipos de todo tipo: machistas, racistas, homófobos, etc. El problema es que las personas que los transmiten no se paran ni un momento a reflexionar sobre la información que están compartiendo, sólo se dejan llevar por la sensación de hilaridad o risa que les ha despertado el ‘golpe’ de supuesto– ingenio de quién ha dedicado unos minutos a construir la frase que hará que todos se partan de risa…

No será mi risa la que alimente esos chistes. Se acabó.

Inmaculada Asensio Fernández.

 

El machismo ha muerto, señoras y señores. El machismo es historia

Sin título

El patriarcado ha caído y nos encontramos ante una nueva ‘era’ en la que hombres y mujeres conviven con los mismos derechos civiles y con el mismo sentimiento de valor y dignidad para el conjunto de la sociedad.

Asistimos a un importante cambio de conciencia –afortunadamente ya asentada en la sociedad de nuestros días. Se terminaron las reivindicaciones y las luchas emprendidas durante años por mujeres que pretendían ser vistas por el Sistema dominante, que pretendían ser consideradas como personas con derechos en igualdad de condiciones que los hombres.

Ya no es necesario el movimiento Feminista.

El feminismo es definido por la Real Academia Española (RAE) como la «ideología que defiende que las mujeres deben tener los mismos derechos que los hombres».

La igualdad real ya está aquí y ya nadie se plantea cuestiones relacionadas con el machismo y el feminismo, no es necesario. Ya nadie recuerda aquellos años en los que las mujeres no tenían derecho a votar, ni tan siquiera tenían reconocido el derecho a ser madres (al menos hasta 1928), anteriormente los hijos pertenecían a los padres dejando indefensas a las mujeres ante situaciones injustas.

Un poco de historia reciente

Hoy día la historia es otra, gracias a todas esas precursoras que se afanaron en defender los derechos de las mujeres, a reivindicar un espacio digno en esta sociedad que hoy reconocemos igualitaria.

Si estás leyendo ésto con atención, ¿de verdad consideras nuestra sociedad igualitaria?

 Mejor podrías pensar que he perdido la cabeza, la razón, el juicio… y no sería para menos.

«Pero que ya no hay machismo, ni cosas que cambiar , es que estamos locas»        -me ha comentado mi buena amiga María esta mañana.

Hoy mismo asisto con tristeza a esta noticia de ayer en el Diario El País:

Al preguntar a jóvenes en España, entre 16 y 19 años, “¿a qué personaje público te gustaría parecerte de mayor?” encontramos que las chicas tienen referentes femeninos y masculinos; los chicos sólo masculinos, ¿qué opinas de estos resultados?

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Fuente: https://politica.elpais.com/politica/2017/07/21/actualidad/1500654818_341856.html

MÁS DATOS:

  • 885 mujeres han muerto a manos de sus parejas y exparejas en los últimos 15 años, Según datos del Ministerio del Interior (El País, 2017 URL: https://goo.gl/K8nb1G )
  • 1.021.589 denuncias por violencia de género desde 2009. En la última década se han presentado más de un millón de denuncias por violencia machista en España (El País, 2017 URL: https://goo.gl/K8nb1G )
  • En Europa, menos del 4% de los directores generales de empresas son mujeres. Además, el salario de los hombres españoles es un 19,3% superior al de las mujeres, mientras que a nivel europeo esa diferencia se sitúa en el 16,3%, según datos difundidos por la Comisión Europea (CE). https://goo.gl/NIa5ry
  • En la UE, las mujeres se responsabilizan mucho más que los hombres de «importantes tareas no remuneradas, como el trabajo doméstico, el cuidado de los niños o familiares», según la CE. Una de cada tres mujeres reduce sus horas pagadas a tiempo parcial, mientras que solo uno de cada diez hombres hace lo mismo». https://goo.gl/NIa5ry
  • «La brecha salarial entre mujeres y hombres es injusta, injustificada e inaceptable a corto plazo. Pero a largo plazo se acumula en la carrera de una mujer y resulta en una brecha más grande a nivel de la pensión, con una diferencia media del 39 % en favor de los hombres». https://goo.gl/NIa5ry

Pues eso, a seguir criticando a todas las mujeres que seguimos defendiendo el feminismo como un derecho, como una exigencia que hay que reivindicar en todos los espacios y situaciones donde observemos conductas machistas. Con los propios padres y madres, familiares, amigos y amigas, compañeros y compañeras del trabajo, jefes y jefas… novios, novias y parejas… con cualquier desconocido… con TODAS LAS PERSONAS QUE INFRAVALOREN el género femenino.

la eterna cuestion

El machismo está vivo, tan vivo como siempre… más vivo que nunca.  La lucha sigue, qué le vamos a hacer. 

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Inmaculada Asensio Fernández