Es fácil hablar en público, si sabes cómo

El autor Allen Carr publicó hace años un libro llamado «Es fácil dejar de fumar, si sabes cómo». En este libro él comparte su experiencia de ex-fumador, y cómo -de una manera bastante natural y sin artificios- consiguió dejar de fumar. Este libro ha sido súper ventas y ha ayudado a muchas personas a superar su adicción al tabaco… incluida una servidora. Y sí, fue fácil tras tomar la decisión. Ese es el punto de inflexión: DECIDIR.

Hablar en publico es facil

Se imparte en la Cámara de Comercio de Almería

Y para hablar en público sucede lo mismo que con la adicción al tabaco,  es fácil adoptar un cambio y exponerse para superar las resistencias… si sabes cómo… y si tomas la determinación de ir por ello.

Hay escenas y momentos en la vida de una persona que quedan grabadas en el gran cajón de las memorias que contribuyen a edificarnos:

Una chica de 14 años está a punto de exponer un trabajo sobre el homo sapiens, en su clase de antropología, en el instituto (1993). Se ha esforzado mucho en prepararlo, pero le da pánico ponerse de pie ante la mirada atenta de sus compañeros… -¿y si me quedo en blanco…? Pero la nota final de la asignatura depende de esa exposición y no puede elegir. Se arma de valor y se pone de pie en el centro del aula. Intenta no mirar a nadie, sino a la pared del fondo, al frente. Comienza a hablar (según ha ido memorizando) y todo va bien hasta que un pensamiento surge: no lo estoy haciendo bien. Se nota que estoy nerviosa. Me voy a quedar en blanco… De repente surge el sudor frío, las palpitaciones y las ganas de salir corriendo. Se hace el silencio y alguien se ríe. La sensación es de absoluto pánico e indefensión. Se pierde en medio de un mar de sensaciones de ridículo… y no es capaz de recordar lo que tiene que decir… finalmente no soporta tanta presión y sale de clase  corriendo. Al rato regresa y nadie dice nada; ni el profesor ni ninguno de sus compañeros articularon palabra…
Allí quedó congelada su posibilidad de expresarse en público, hasta algunos años después (…).

Experiencias como éstas son devastadoras para la autoimagen de una adolescente, y colaboran para hacerla creer que nunca podrá volver a situarse ante una audiencia… Y así pasó durante unos años, en los que ni siquiera el paso por la universidad contribuyó a hacerla cambiar de idea y a enfrentarse a este miedo, hasta que alguien la hizo entender que,

a hablar en público se aprende,

y se aprende practicando bajo la mirada atenta de una persona formada y con experiencia como oradora,

y se aprende que hay secretos y trucos para ganar seguridad y para desmontar viejos miedos e inseguridades.  

La adolescente descrita renglones atrás fue Inmaculada Asensio, es decir, una servidora. Hoy día, cuando recuerdo aquella situación, reconozco que  me llena de satisfacción comprobar –una vez más- que cada uno de nosotros puede superar sus propios límites, si se lo propone.

¿Qué cosa ocurrió que lo cambiaría todo?

Para superar una situación, hay que exponerse a ella, y si se hace con ayuda, mejor que mejor. En mi caso, primero conecté con el teatro, y me apasionó. Estuve un par de años en un grupo aficionado.

Luego, cada vez que me ofrecían impartir una conferencia o charla sobre trabajo social, durante mis primeros años de ejercicio profesional, siempre decía que sí, aunque sintiera gran nerviosismo.

En tercer lugar, allá por el año 2003 me postulé para colaborar en eventos y seminarios relacionados con el trabajo social, y esto me exigió estar abierta a participar en mesas redondas y cursos de todo tipo, y -con más o menos aciertos- al tener un nivel mayor de exposición, comencé a coger tablas.

Años más tarde, decidí realizar Máster de Comunicación Social, con gran carga lectiva en materias de oratoria, y con un resultado académico final de Premio Extraordinario a mejor expediente académico del año.

Resumiendo, me preocupé siempre por mejorar mis habilidades comunicacionales, por tanto realicé cursos y pequeños seminarios con profesores como  el actor Alfredo Mantovani, la escritora y asesora de comunicación no verbal Teresa Baró e incluso tocando temas de improvisación ante las cámaras con la directora de cine Gracia Querejeta, con el único objetivo de exponerme y de recibir sugerencias de mejora, para incorporar más trucos y estrategias en la importante tarea de comunicar.

Hoy día puedo acompañar a otras personas que desean exponerse a la situación de hablar en público y superar sus dificultades. Aprender a comunicarse de manera efectiva ante una audiencia nos permite vivir una versión de nosotros mismos más clara y segura.

Inmaculada Asensio Fernández

El Lenguaje No Verbal es poderoso porque nunca se calla

“Todo lo que hacemos es no verbal, y eso hace que los demás se conformen una imagen de nosotros”.

Con esta frase comienza el contenido teórico del curso al que recientemente he asistido sobre “Comunicación No Verbal”, conducido por Teresa Baró, y organizado por la Escuela Europea de Oratoria (Madrid).

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Teresa Baró Catafau es experta en comunicación, y una profesional de referencia en lenguaje no verbal, con muchos años de experiencia en este ámbito, con un baúl lleno de experiencias relacionadas con la formación y el entrenamiento personal de personas para ser grandes comunicadoras. Además, cuenta en su haber con numerosas publicaciones en estas materias, y como dato de interés ha colaborado durante 4 años con el Programa televisivo ’Para todos’ de TVE 2 con periodicidad semanal, a través de una sección de comunicación no verbal.

¿Qué imagen quieres proyectar? Esta es una buena pregunta con la que esta fantástica comunicadora nos provoca, de cara a plantear un plan de entrenamiento con cada uno de sus alumnos.

A Teresa Baró la conocí hace aproximadamente un año, en un seminario sobre esta misma temática que impartió en la Universidad de Almería. Sin embargo, en esta ocasión me he acercado un poco más a su manera de trabajar los entresijos de la ‘gramática de lo no verbal’ -como ella misma lo llama, pero en ‘pequeño grupo’, y puedo decir que no sólo la recomiendo, sino que pienso repetir en alguno de sus seminarios.

Cada vez que hablamos nos estamos comunicando a través de la palabra. En este sentido, el acto de la comunicación comienza cuando pronunciamos palabras, y termina cuando dejamos de pronunciarlas. Sin embargo, hay un lenguaje no verbal que no para de comunicar en ningún momento que se focaliza en nuestro cuerpo, nuestro aspecto, nuestra voz, nuestra mirada, nuestras disposición en el espacio, nuestro manejo del territorio y de los tiempos, etc.

Teóricamente todos los elementos de la comunicación no verbal se aprenden a través de la familia, por inmersión cultural, y no tanto en la escuela. Sin embargo, para lograr una verdadera integración en la sociedad y en los grupos, debemos aprender de manera intuitiva o por observación a gestionar esos aspectos de la comunicación no verbal que son tan importantes y decisorios en nuestras interacciones. Muchas personas lo llaman habilidades sociales (otros las llaman ‘Soft Skills’), y puede que -en parte- tengan razón en llamarlas así; pero quizá esas habilidades engloban más áreas del desarrollo humano y del funcionamiento social, mientras la gramática de lo no verbal pone el énfasis y se circunscribe a aspectos como: la proxémica, el olor, el tacto, la apariencia, el lenguaje del cuerpo, y el paralenguaje (entre otros).

“Las personas vivimos en un esfuerzo permanente de integración” –vuelve a recordar Teresa en algún momento del desarrollo del curso, y todas las técnicas aprendidas y practicadas en este taller suponen un avance a la hora de plantearse un discurso en público.

Cada vez tengo más clara mi vocación docente, y cada vez tengo más presente que la comunicación social es lo mío. Agradezco a Teresa su enorme empuje a través de este curso y prometo tener muy presente todo lo aprendido. El curso me ha aportado una serie de conocimientos interesantes en este ámbito, pero además un entrenamiento específico que me ha servido de complemento a lo aprendido en el Máster de Comunicación Social llevado a cabo en la Universidad de Almería (2015-16).

Autora: Inmaculada Asensio Fernández

Sobre el bien hablar

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Imagen tomada de: https://goo.gl/Og5sWh

Este año pasado he centrado gran parte de mi tiempo e intereses en estudiar los entresijos de la Comunicación Social, a través del Master que sobre estas materias imparte la Universidad de Almería. La mayor parte de mis profesores provienen de la disciplina de la filología hispánica, lo que me ha permitido acercarme un poco más a la importancia de emplear adecuadamente el lenguaje, para que cumpla de la mejor manera su función, que no es otra que la de comunicar eficazmente un mensaje.

Comunicarnos bien es importante para desenvolvernos en la vida pública y privada, pues la lengua es el vehículo de nuestro saber, de nuestros sentimientos, de nuestras habilidades y capacidades…, aunque –como es lógico- hay otras maneras de comunicarnos, y no todas se circunscriben al uso de la lengua. Sin embargo, hoy quiero centrarme en aquellos aspectos que favorecen la comunicación entre hablantes, o como diría el profesor Luis Cortés Rodríguez, Catedrático de Lengua Española de la Universidad de Almería, los llamados principios del bien hablar: corrección, claridad, adecuación y eficacia. Como suele decir el citado profesor, nosotros sabemos que el hablar mal o el hablar bien depende de esos cuatro principios, y no del acento, como suelen pensar algunas personas al referirse a quiénes hablamos con entonación o musicalidad andaluza. Por tanto, hablar bien no es cosa de acentuación, sino de riqueza y adecuación léxica, de la forma de conectar actos discursivos (hablamos mediante palabras y estas se unen y forman actos discursivos), de la manera de manejar las pausas y silencios, etc.

Veamos esos cuatro principios del bien hablar:

Principio de CORRECCIÓN. Hablar bien es ser correcto con el uso de las normas gramaticales, así como presentar una adecuada corrección fonética… una persona puede hablar bien, pero si dice “me se” cayó el lápiz, ya está atentando contra este importante principio.

Principio de CLARIDAD. Al hablar tenemos que ser claros, y somos claros cuando ordenamos nuestras ideas y cuando somos coherentes a la hora de expresarlas, procesando bien los actos discursivos, y empleando los conectores adecuados entre unos y otros, con porque, aunque, así que, además, etc.

Principio de ADECUACIÓN. Cada momento tiene su lengua. Esto quiere decir que tenemos que ser habilidosos para saber elegir el registro más adecuado al momento en el que nos encontremos, de manera que o bien optemos por uno más coloquial u otro más formal, pues cada uno tiene sus propios rasgos y mecanismos, y es importante diferenciarlos y emplearlos según el contexto y la situación.

Principio de EFICACIA. Ser eficaz es usar la lengua de manera que con ella digamos lo que realmente queremos decir. Para ello seleccionaremos aquellos mecanismos y formas que nos permitan ser corteses, irónicos, convincentes, o cualquier otra característica… cuando lo deseemos.

Lo dejamos aquí, mediante estas cuatro pinceladas sobre el bien hablar que se pueden ampliar con la lectura del libro: “El español que hablamos: malos usos y buenas soluciones”, del profesor Luis Cortés Rodríguez. Universidad de Almería. 2013.

LIBRO LUIS EL ESPAÑOL

Autora: Inmaculada Asensio Fernández.