La red de apoyo familiar es importante para atravesar dificultades y reveses de la vida

La red de apoyo familiar

Elaboración propia

Ciertamente, los cambios bruscos en las dinámicas familiares pueden causar estrés y conflicto entre los miembros de una familia -incluso de las llamadas bien avenidas– como se suele decir; sobre todo cuando se trata de situaciones inesperadas o situaciones de dependencia de los miembros principales de la familia. Y cuando digo ´principales´ me refiero a que son los que tradicionalmente han sido proveedores -y no receptores- de soporte y ayuda.

El Alzheimer es una enfermedad compleja que requiere mucho apoyo a la persona y a sus cuidadores, y ahí la familia funciona como una red en la que apoyarse. Cuantos más hilos tiene esta red, más fuerte es y más fácil es apoyarse… los unos en los otros.

Pero,

 ¿qué sucede en esas situaciones en las que no se pueden reorganizar los roles dentro de la familia para proveer de los cuidados precisos?, ¿qué sucede cuando recae más carga en unos miembros que en otros?, ¿qué sucede cuando algunos miembros de la familia consideran que a ellos no les corresponde cargar con las nuevas responsabilidades y tareas de cuidado -quizá por ser hombres- como sucede muchas veces?

Ahí está el tema central de muchos problemas que surgen en las familias cuando unos necesitan apoyarse en otros… y esa figurada red está muy tensa por un lado, y muy floja o distendida por otro… o incluso con agujeros enormes –ausencias-  en algunos lados de esa red que impiden un verdadero apoyo sin desplomarse al suelo.

Desde un punto de vista antropológico todas las personas somos vulnerables, por tanto, nadie está exento de la enfermedad, la dependencia o la muerte. Las situaciones de dependencia suelen ser fuente de conflicto en la familia, y en ocasiones es necesario realizar un trabajo para alcanzar acuerdos basados en el amor, el respeto y la lealtad hacia ese miembro que ahora es vulnerable y necesita del resto. También por amor, respeto y lealtad hacia el resto de personas que componen la familia es necesario mostrar una actitud receptiva a negociar los nuevos roles y responsabilidades derivados de esta nueva situación, pues una familia es un sistema y lo que ocurre a unos afecta al resto, lo creamos o no. Más cuando hay dificultades, todas las ayudas son pocas.

Lamentablemente, hay situaciones en las que los conflictos familiares son verdaderamente graves.  La mediación aquí funciona bastante bien. Hay oficinas de servicios sociales municipales que ofrecen el servicio de manera gratuita, depende de la comunidad autónoma. Desde luego es una herramienta eficaz para permitir que se produzca el fenómeno de la comunicación entre unos y otros, que es lo más importante cuando se ha producido una situación de gran distanciamiento emocional y/o de ruptura de lazos de convivencia y afecto. El único requisito para hacer una mediación es que todos los miembros implicados en el conflicto accedan voluntariamente a recibir este servicio. Merece la pena.

Romper la baraja y cortar por lo sano puede ser una vía de escape –desde mi punto de vista- cuando en esa familia hay muchas situaciones no resueltas que vienen de tiempos pasados, o cuando un miembro de esa familia se siente injustamente tratado y todo intento de acercamiento despierta ampollas muy dolorosas.

No obstante lo dicho, merece la pena recordar que no hay heridas que pesen más que las que tienen que ver con la propia familia. Por este motivo, lo que se hace en beneficio de uno de sus miembros va en beneficio del resto, y si es con conciencia y voluntad, mucho mayor es el efecto reparador para todos y todas. Muchas veces se trata de esto: pequeños gestos de reparación que humanizan y apaciguan a todos.

Inmaculada Asensio Fernández

III Curso de Mediación Escolar en Almería organizado por la Asociación de Padres y Madres Saponaria

El Bullying es un tema de actualidad y que despierta un gran interés educativo y social, por la transcendencia que tiene tanto para quién lo sufre, como para quién ejerce, y para el resto de jóvenes que se encuentran expuestos a una situación de violencia que, en el peor de los casos, tienden a reproducir o a normalizar, con una consecuencia directa en la sociedad y en su familia.

Los días 23, 24 y 28 de enero se lleva a cabo el III Curso de Mediación Escolar para continuar con la formación y trabajo que supone apostar por una cultura por la paz en los centros educativos, en esta ocasión en el CEIP Mediterráneo de Almería.

La Asociación de Padres y Madres SAPONARIA ha organizado esta acción formativa gratuita dirigida a familias, personal educativo y alumnado con un número limitado de plazas, de manera que es importante confirmar a la mayor brevedad posible qué personas están interesadas en participar, de cara a la organización de materiales y dinámicas.

Para inscribirte envía la inscripción al correo del AMPA: ampamarmediterraneo@gmail.com

En esta ocasión, el curso va a contar con la participación de Inmaculada Asensio Fernández (trabajadora social, mediadora familiar y profesional de la comunicación) y José Luis Puertas Góngora (maestro de educación primaria y facilitador de biodanza), así como el propio alumnado implicado en labores de mediación en este centro.

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PROGRAMA 

Lunes 23 de Enero

Taller Práctico: Conversaciones poderosas sobre mediación en contextos educativos”

De 17 a 19:30

Imparte: Inmaculada Asensio Fernández (trabajadora social, mediadora familiar y profesional de la comunicación). Su página: http://inmaculadasol.com    Canal de youtube: https://www.youtube.com/watch?v=7w-vRUAVon4

* Colabora realizando un taller práctico de inteligencia emocional dirigido a al alumnado: José Luis Puertas Góngora (maestro de educación primaria y facilitador de biodanza)

Martes 24 de Enero

¿Qué es la Mediación? Herramientas para ser un buen mediador

De 17 a 19h

Alumnado del Equipo de Mediación del Centro.

Sábado 28 de Enero

Ponemos en práctica la Mediación. Dinámicas para llevar a cabo la Mediación Escolar

De 11 a 13h

Imparte: Gema Villa y Pilar López Gómez.

13 a 15 h. Comida. Compartimos entre tod@s para poner el broche a este curso comiendo juntos y pasando un rato de convivencia.

Si eres padre o madre, o profesional vinculado a los contextos educativos y estás interesado en la detección e intervención mediadora en situaciones de acoso escolar o Bullying… este curso te interesa.

No olvides que tus hijos también son bienvenidos para participar en talleres y actividades específicas para ellos. Comenta tus dudas a SAPONARIA al email señalado. 

saponaria

Autora: Inmaculada Asensio Fernández

Aplicaciones de la mediación familiar a los conflictos derivados de la atención a situaciones de dependencia

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Por Inmaculada Asensio Fernández y Francisco Góngora Gómez

Publicado en Revista de Mediación.  Volumen 9 Nº 1

Resumen:

A lo largo de este artículo se presentan los profundos cambios sociales que se han producido en las últimas décadas y que están afectando a la gestión familiar de los cuidados a las personas en situación de dependencia. Esta circunstancia está provocando importantes conflictos y desavenencias en las redes naturales de apoyo, necesarias para la normalización de los cauces de ayuda fundados en los vínculos de afecto que caracterizan a las sociedades. Se exponen, así mismo, los beneficios de la mediación a través de la ejemplificación de situaciones de conflicto habituales relacionadas con el ámbito de la dependencia, poniendo especial hincapié en las herramientas y técnicas que la persona mediadora ha de emplear para la resolución pacífica de las mismas.

Palabras clave: Dependencia, mediación familiar, conflictos, familia, ética.

Si quieres leer el artículo completo pincha este enlace directo al artículo en la revista: https://revistademediacion.com/articulos/aplicaciones-la-mediacion-familiar-los-conflictos-derivados-la-atencion-situaciones-dependencia/

Conversar conversamos, pero… ¿cómo lo hacemos?

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Imagen tomada de: http://bernijarpa.blogspot.com.es/2011/03/prosimanente.html

 

Señala Amparo Tusón Valls (Universitat Autònoma de Barcelona) que “la conversación es una de las actividades más típicamente humana”, y es que conversar es algo que las personas hacemos casi todo el tiempo, constituyendo el vehículo de unión de las relaciones, ya sean de amistad, afectivas, profesionales o de cualquier otro tipo. De hecho, es frecuente en nuestra cultura charlar –incluso animosamente- con personas desconocidas… en la parada del bus, en el taxi, a la salida del cine, en la cola del súper o donde venga bien, y es que es un bien valioso al que recurrimos a la mínima oportunidad.

Conversar conversamos, pero ¿Cómo lo hacemos?

El arte de conversar no se basa en tener todas las respuestas a la mano, y mucho menos todas las preguntas. Conversar es hablar con otra persona alternando los turnos de palabra, de manera que cada parte tenga su momento y su lugar para expresar lo que piensa o siente. Entendemos, por tanto, que hay un intercambio entre ambas partes, y esto es un aspecto fundamental que marca la diferencia entre soportar una chapa -permitidme la expresión coloquial- y compartir honestamente y de manera enriquecedora con el otro.

Vamos a explorar tres posibles escenarios en los que pueden surgir problemas durante el transcurso de un diálogo, y de qué manera podemos afrontarlos:

Escenario 1: No te gusta lo que estoy diciendo

En lugar de reprenderme, escúchame. Dame tus argumentos, pero no trates de ridiculizarme o de restar importancia a mis palabras, no le quites valor a lo que estoy diciendo alzando tu voz sobre la mía, por mucho que no estés de acuerdo.

¿No te das cuenta que eso no es intercambiar?

Hay ocasiones en las que puedes estar convencida de que la persona que tienes delante está equivocada, no tiene razón o incluso no es capaz de entender claramente tu punto de vista. Seguro que sientes que no tiene ni idea y que tienes que mostrarle las cuatro verdades del barquero ¡Tú sí que sabes!

Pues si esto es así, ten cuidado no vaya a ser que te conviertas en pequeño ogro, y tú sin enterarte, pensando que estás haciendo brillante justicia a este tema o al otro, y desde fuera convertida en un monstruíto nacido para convencer a todos de tu sensatez y superioridad.

*Ogro

  1. 1. Ser fantástico y gigantesco parecido al hombre que se alimenta de carne humana.
  2. 2. Persona insociable, cruel o de mal carácter.

                Ej. «no se puede razonar con él porque es un ogro»

Si todos pensamos, decimos y hacemos lo mismo, no se pueden enriquecer las conversaciones. La diversidad de pensamiento y palabra es positiva, siempre que no atente contra los derechos más fundamentales de las personas, entre los cuales se incluye el respeto, y su consecuencia más directa: las buenas formas.

Escenario 2: Te mueres de ganas por exponer tu punto de vista

Cuando hago una ligera pausa para respirar, no es para que aproveches el hueco para colocar tu frase y que tomes un eterno turno de palabra. De nuevo lo necesario es escuchar, aún no estando de acuerdo con el interlocutor. Más tarde habrá tiempo para intercambiar las ideas oportunas sobre el tema en cuestión.

El manejo de los turnos de palabra no es una cuestión baladí, de hecho hay literatura abundante sobre ello. Con carácter general, cuando se da una conversación espontánea, la alternancia de los turnos de palabra no se puede planificar, pero si podemos estar pendientes (más o menos) del tiempo que llevamos hablando para no dilatarnos en exceso y al cabo de unos minutos de disertación, guardar silencio para que pueda intervenir la otra persona, sobre todo si con su gesto nos están mostrando su necesidad de expresar algo.

Esta habilidad hay que aprenderla y el primer paso para ello es ponerle toda nuestra conciencia.

Escenario 3: Lo que yo digo es una verdad absoluta y punto

No trates de adoctrinarme con verdades absolutas, más bien respeta mi libertad de pensamiento y mis ideales, más concédeme el permiso de tener una opinión contraria a la tuya.

Los hechos son hechos, y cada persona los observa desde su objetividad. En casi todo encontramos argumentos a favor y argumentos en contra… yo puedo conformar mi propia opinión, aunque no se parezca nada a la tuya.

Puedes expresar, obviamente, que no coincides conmigo, y esto está genial y es más que recomendable. Pero no trates de convencerme de tu postura.

Conclusiones:

Fórmulas hay muchas para mejorar la calidad de nuestras conversaciones, pero tras lo visto en esta entrada de blog podemos concluir que una de las premisas más efectivas para hacerlo correctamente es practicar la escucha activa, es decir, guardar silencio mientras la otra persona está hablando, pero siguiendo cerca su relato, sin perder detalle y haciéndole saber que le sigues; por ejemplo mediante tus cambios de expresión facial según lo que te están contando, mostrando asombro, risa o tristeza, según lo relatado, y asintiendo con cabeza en determinados momentos para hacerte ver que estoy contigo.

El respeto es la base de todas las relaciones, aunque no siempre se contempla este matiz. Considero que –más que una cuestión de mala fe– se trata de un comportamiento automático (incluso viciado), por tanto inconsciente, que se adquiere con el uso y abuso, pero que merece la pena observar de cerca para corregirlo.

Inmaculada Asensio Fernández

Un ejemplo práctico y real de mediación familiar en una situación de dependencia

ejem med depNota previa: para asegurar el anonimato y confidencialidad respecto a los hechos relatados, se han utilizado nombres ficticios, tanto en las personas descritas como en las localizaciones geográficas mencionadas.

Presentación del caso

Cayetana (53) y María (44) son dos hermanas que se encargan de atender a su madre Josefina (80), que se encuentra en situación de gran dependencia: encamada y dependiente para todas las actividades básicas de la vida diaria (ABVD). Josefina es atendida por sus hijas en el domicilio de éstas; Cayetana vive en Almería-centro, y María en la localidad de Fiñana. Las hijas se turnan en los cuidados de manera que cada 3 meses trasladan a su madre para atenderla en sus casas.

httpfabulas.infofabula-la-vieja-y-el-medico.html

Imagen tomada de http://goo.gl/PW9HND

La atención que recibe Josefina por parte de sus hijas es inmejorable. Hay lazos de afecto muy fuertes entre madre e hijas, con lo que el nivel de compromiso en los cuidados es muy alto.

A pesar de que todas las circunstancias son favorables para los cuidados a la madre, Cayetana y María no tienen buena relación, y en ocasiones ésto genera malestar a Josefina, quién no sabe cómo apoyar a sus hijas en sus desavenencias y falta de acuerdo en algunos aspectos relacionados con la organización de los traslados de un domicilio a otro, así como en la gestión de sus ingresos económicos, en especial de la ayuda económica que percibe Josefina a través de la conocida como «Ley de Dependencia«,  por encontrarse atendida en su entorno familiar.

Cayetana considera que al no estar trabajando ni percibiendo ningún tipo de subsidio económico (al contrario que María, que trabaja como maestra en un colegio) ella tiene más derecho a percibir la totalidad de la citada ayuda por cuidar a su madre. Por esta cuestión de percepción de legitimidad, Cayetana se ha dirigido a la Agencia de Servicios Sociales y Dependencia para realizar un cambio de número de cuenta, de manera que sea ella la que reciba el dinero en una cuenta que ha abierto con su madre, figurando ella como autorizada y la persona en situación de dependencia como titular.

María, al enterarse de que su hermana ha realizado un cambio de número de cuenta sin contar con ella, que también es cuidadora, acude a la citada Agencia de Servicios Sociales y Dependencia y realiza otro cambio de número de cuenta, en la que sólo aparecen la persona dependiente y esta hija -María- como única autorizada. Al siguiente mes, al comprobar Cayetana que no le ingresan el dinero, acude a la Agencia de Servicios Sociales para preguntar qué ha pasado, y detecta que su hermana ha realizado un cambio de número de cuenta.

Ambas hermanas y cuidadoras son guardadoras de hecho de su madre, por este motivo pueden actuar en su representación para este tipo de gestiones, como lo es el cambio de un número de cuenta. En este sentido, Cayetana vuelve a realizar un cambio de cuenta sin tratar el tema con la hermana, y el personal técnico de la Agencia comienza a sospechar que las relaciones familiares son tensas, y que merece la pena realizar un trámite de audiencia a ambas cuidadoras para valorar lo que está sucediendo, lo cual puede llevar aparejada la revisión de la propuesta individual de atención de Josefina, y un cambio de modalidad de intervención o recurso.

Las hermanas acuden a la cita programada y son recibidas por dos trabajadoras sociales, ambas formadas como mediadoras familiares. Durante el transcurso de la entrevista, se percibe claramente que la relación entre ambas está deteriorada, y que ésta circunstancia podría afectar a Josefina. Sin embargo, también se percibe que para las hermanas la madre es lo primero, de manera que incluso anteponen su atención y cuidados a sus propias necesidades personales y familiares.

El proceso de mediación

Estudiado el caso, previa consulta con el Jefe de Servicio correspondiente, se les ofrece la posibilidad de ser objeto de un proceso de mediación -gratuito- para alcanzar una serie de acuerdos mínimos respecto a todo lo relacionado con la atención a Josefina, a lo que ambas acceden de buen grado.

A este respecto se debe dejar claro que no existe ningún servicio de mediación a este fin en la Agencia de Servicios Sociales y Dependencia de Andalucía; por tanto no existe la intención de generar la expectativa en la población para acceder a este tipo de servicio, pues no está contemplado dentro de la cartera de servicios de la citada Agencia. Sin embargo el buen hacer de las personas profesionales y el deseo de apoyar a la familia, facilitaron que dos profesionales se ofrecieran para realizar esta intervención.

Cuando se comienza a trabajar en esta línea, se percibe que el núcleo del conflicto se relaciona con el hecho de que ambas hermanas están casadas con dos hermanos, y Cayetana se ha divorciado de su marido en una situación muy conflictiva (ha habido una denuncia por malos tratos por parte de Cayetana). El marido de María, hermano del anterior, está muy enfadado por la denuncia que Cayetana ha interpuesto contra su hermano, y la considera totalmente injusta.

Desde este punto, todo lo que se ha venido generando entre las hermanas y los respectivos maridos han sido malos entendidos y desavenencias que han derivado en un distanciamiento de ambas hermanas, en el que ninguna de las dos sabe determinar dónde está el punto de inflexión.

El Objetivo común

Desde el objetivo común de ambas hermanas, que es la perfecta atención a su madre, se trata de mejorar la comunicación y la coordinación respecto a todo lo concerniente a la atención a la madre, de manera que ésta no reciba el impacto del conflicto.

La mediación facilita que cada una de las hermanas se pueda poner en el lugar de la otra, y averiguar lo que siente, desde el lugar que proporciona la escucha activa y abierta, cosa que sin la mediación no son capaces de conseguir.

Las Posiciones

Cayetana se siente no apoyada por su hermana, quién no se ha enfrentado al hermano de su marido y le sigue permitiendo la entrada a su casa. Se siente profundamente incomprendida por su hermana, incluso no respetada y no querida por ella.

A María le duele que su hermana no comprenda que ella no puede impedir a su marido que siga manteniendo una relación cercana con su hermano, ya que además ninguno de los dos hermanos tiene conciencia de que se hayan producido tales malos tratos. Reconoce abiertamente que quiere a su hermana, pero tampoco quiere que su conflicto matrimonial le cueste a ella su propio matrimonio, en el que lleva más de 18 años casada y tiene dos hijos.

Los intereses

Cayetana quiere que su hermana impida la entrada a su domicilio de su exmarido, que no vuelva a tener ningún tipo de relación con él y que la apoye de manera contundente.

Quiere que su hermana se haga cargo de sus dificultades económicas y que le permita disponer de la ayuda económica que percibe Josefina por ser atendida por sus hijas en su entorno a través de «Dependencia», pues su ex marido no le pasa ningún dinero, a pesar de tener un hijo menor de edad en común, y tiene verdaderos apuros para cubrir las necesidades básicas los meses que Josefina se traslada al domicilio de María.

María quiere que su hermana reconozca que le está generando un grave conflicto matrimonial con su conducta; No quiere intromisiones en su hogar. Quiere que entienda que ella no puede enfrentarse al hermano de su marido, porque eso le puede costar el matrimonio.
Quiere que su hermana consulte con ella todo lo relacionado con la atención a la madre, y que la tenga más en cuenta en este sentido.

Las necesidades

Cayetana afirma que ella ha cuidado siempre de su hermana cuando eran pequeñas. De hecho afirma que ella renunció a estudiar para que pudiera hacerlo María, pues en la casa no había dinero para que estudiaran las dos. Se siente no reconocida por ella, y ésto le duele muchísimo. Necesita que su hermana expresamente le reconozca todo lo que ha hecho por ella, y que la quiere y la apoya a ella y a su hijo pequeño en el tema de los malos tratos. Quiere que se interese por su hijo, ya que a nivel psicológico está muy afectado por la separación de sus padres y por el tema de los malos tratos, estando incluso comenzando a somatizar (tartamudez, timidez extrema, inseguridad, pánicos nocturnos…).

Necesita, igualmente, que su hermana le permita hacer uso de la «ayuda de dependencia» hasta que encuentre un empleo.

María necesita que su hermana le dé tiempo para gestionar el tema de la entrada de su cuñado a casa, pues también quiere que comprenda que su propio matrimonio está en la cuerda floja. Necesita que entienda que -a pesar de que la quiere y que sufre por ella y su situación- toda la problemática que Cayetana ha tenido con su marido ha salpicado a su propio matrimonio, y ella también lo está pasando muy mal.

María se sorprende por los problemas que presenta su sobrino; señala que no tenía ni la menor idea de esta situación, y le comenta a su hermana que lamenta mucho todo lo que están sufriendo, dando muestras verbales de comprensión y apoyo.

El Acuerdo

El resultado final del proceso ha sido alcanzar una serie de acuerdos para mejorar la comunicación y coordinación en los cuidados a su madre, así como un acuerdo en el tema de la gestión de la ayuda económica que percibe Josefina a través de «Dependencia».

A María no le importa que su hermana Cayetana haga uso del dinero hasta que encuentre un empleo, pues se hace cargo de su situación y dificultades -al no percibir ningún dinero por parte del padre de su hijo; sin embargo, no se compromete a impedir la entrada de su cuñado a su casa, por respeto a la relación de parentesco que lo une a su marido.

Cayetana se compromete a buscar activamente empleo, así como a comunicar a su hermana cualquier asunto de especial interés relacionado con la atención a su madre; sin embargo, asegura que una relación afectuosa y cercana como la que tuvieron no la va a tener en la actualidad, mientras su hermana permita la entrada de su exmarido en su casa.

El resultado

A los 4 meses se realizó una visita domiciliaria -sin previo aviso,  detectando que la relación entre ambas hermanas había mejorado, de manera que -aunque no era especialmente cercana ni afectuosa, sí que había un mayor respeto entre ambas, y Josefina era completamente participe de esta mejora en las relaciones, lo que provocó que ella misma valorara positivamente nuestra intervención.

El bienestar de Josefina mejoró notablemente, sobre todo por la disminución de tensiones entre ambas hermanas.

*** Esto son sólo retazos de una intervención desde el ámbito social, a través de la mediación familiar.

Autora y mediadora interviniente en el proceso: Inmaculada Asensio Fernández

Entrada de blog publicada en   https://resuelveahora.wordpress.com/

El poderoso impacto que tienen las palabras

PALABRAS

Sé impecable con tus palabras -dice el Dr. Miguel Ruiz en su libro «Los cuatro acuerdos». Este principio fundamental del Dr. Ruiz nos recuerda el poderoso impacto que las palabras tienen para la vida de las personas, y cómo influyen en el modo y la calidad de sus relaciones con los demás.

Lo característico que tienen las palabras es que una vez pronunciadas, ya no vuelven. Y no sólo quedan contenidas en el ambiente o espacio donde han venido a caer, sino que su eco resuena en la propia conciencia del que las emite, y en la de la persona a la que se han dirigido, generando una onda expansiva que puede ser de amor, comprensión, alegría, dicha… o de rechazo, dolor, angustia, odio, tristeza… entre otras. Es por este motivo importante pararse a pensar, antes de calentar con nuestras palabras las conversaciones que mantenemos con los demás, o incluso los diálogos en off que mantenemos con nosotros y nosotras mismas.

De cada persona depende la calidad de sus pensamientos y la fuerza de sus reacciones. Si no sabemos reaccionar de una manera constructiva ante el dolor, la frustración, el enojo o el miedo, podemos aprenderlo, para nuestro beneficio y para el beneficio de quiénes nos rodean.

Hace un tiempo recibí un email que trataba sobre las heridas que dejan las palabras, utilizando la metáfora del folio en blanco:

Imaginad un folio en blanco, liso, limpio y en perfecto estado. Si este mismo folio es tomado por una persona en estado rabioso o enfurecido, hay probabilidades de que lo estruje y lo deje reducido a una diminuta bolita de papel, que más tarde acabará tirada por el suelo o en la papelera.

papelSi una vez hecho esto, alguien tomara esa misma bola de papel e intentara dejarla igual que antes, es decir, blanca, lisa, limpia y en perfecto estado, por mucho que se afanara tratando de estirar el papel, sería muy difícil que quedara como nuevo, pues siempre se notarían los surcos de todas esas dobleces tras estrujarlo con fuerza. Y cuanto mayor haya sido la violencia o agresividad para reducir el folio a bolita de papel, mayores serán esos surcos y más difícil será devolverlo a su estado original.

Esta metáfora pone de manifiesto algo que sucede todos los días en las relaciones interpersonales, donde la comunicación se torna tensa y difícil, y se terminan diciendo palabras dolorosas, desde el yo más herido y frustrado, y que dañan a la persona a la que se dirigen. Este acto viene del proceso de dejarse llevar por la EMOCIÓN del momento, además del NO-PENSAR o no- reflexionar sobre lo que se está diciendo y sus repercusiones.

Ahora bien, tan importante es no perder las formas en una conversación, como tener en cuenta que esas mismas palabras, expresadas para causar dolor, aunque se digan en tono afable y tranquilo, pueden generar el mismo impacto anteriormente descrito.

El poder de las palabras es innegable. Estas, una vez pronunciadas, funcionan como hechizos, y esto nos lo recuerda el Dr. Miguel Ruíz en el libro mencionado. Funcionan como hechizos que dejan a las personas que las emiten y reciben envueltas en una dinámica, inercia o energía a la hora de relacionarse, generando malestar o bienestar, pudiendo causar pérdidas irreparables.

La reflexión en estos casos, aunque sea a posteri, puede ayudar a modificar este tipo de comportamientos, canalizando esas emociones de una forma más ecológica con el entorno.
De cada persona depende la calidad de sus relaciones y de su vida; es por ello importante recordar esa frase que dice: «no hables si lo que vas a decir no es más bello que el silencio».

Autora: Inmaculada Asensio Fernández