Personas ancianas atrapadas en la terminal: Residencias S.A

Inmaculadasol, 29/12/2020. Dedicada a la lucha de Virginia Tovar.

No sé si han visto ustedes la película LA TERMINAL, en la que el personaje protagonizado por Tom Hanks queda atrapado en una terminal aérea, debido a la negativa de EE.UU a permitirle el acceso a su territorio. La cuestión es que el país del que procede Hanks está atravesando un golpe de estado… y EE.UU deja de reconocerlo como una nación soberana y convierte a quiénes proceden del lugar en visitantes non gratos; esto obliga al protagonista a vivir en la terminal durante unos cuantos años, sin posibilidad de escapar de ella.

Si, la verdad es que cuesta trabajo reconocer que esta historia pudiera sucederle a alguien, pero lo cierto es que la película está basada en la historia real de Mehran Karimi Nasseri, un refugiado iraní que vivió en el Aeropuerto de París-Charles de Gaulle entre 1988 y 2006.

Cualquiera que trate de imaginar la angustia de una persona atrapada –en contra de su voluntad- en un determinado espacio físico, tiene que experimentar toda suerte de sensaciones desagradables, pues la limitación de la libertad es verdaderamente lesiva para cualquier persona (también para los animales) y sobre esto no podemos albergar la más mínima duda.

En estos días he visualizado el vídeo de una mujer muy luchadora, trabajadora social, en el que denuncia que sus padres viven encerrados en el dormitorio de la residencia en la que habitan, y parece que ese encierro forma parte del paquete de medidas preventivas frente al covid19.

Estas personas mayores no tienen el covid19, ni presentan síntoma alguno, además de que el PCR ha dado negativo, pero en esa residencia hay uno o dos casos activos de covid y los gestores han considerado que lo mejor es un encierro perimetral habitacional, es decir, una privación de libertad, o encarcelamiento, como ya ha apuntado la Doctora María José Aguilar.

Uno de los aspectos que más me ha llamado la atención de esta colega profesional que tiene a sus padres en esa situación, es que declara que la residencia dispone de zonas ajardinadas al aire libre y sus padres podrían salir, aunque sea una vez al día, a pasear… pero la negativa de la dirección es aplastante. Desconocemos los motivos que han llevado a la residencia a tomar estas medidas tan poco humanizadas, si es por falta de personal o por un miedo desmedido (…), pero no se están considerando los riesgos psíquicos que este tipo de aislamientos conllevan, y además en momentos muy cercanos al final de la vida.  

Cuando me llegan este tipo de noticias, y más en estas fechas, me alegro mucho de ser una persona con autonomía, pues -de no serlo- estaría a expensas del criterio de una gestora o un gestor con más o menos conciencia ética, y esto me situaría en una posición de total indefensión y sometimiento frente a los gigantes de las “Residencias S.A”.

Es necesario realizar una reflexión en clave ética sobre todo lo que está pasando con estos colectivos tan vulnerables, para adoptar unos criterios mínimos que permitan a las personas conservar su derecho a la libertad y a una vida digna, como no puede ser entendido de otra manera en un país democrático como es el nuestro, que además ha suscrito los principales Tratados Internacionales de Derechos Humanos.

Confiemos que el señor Mehran Karimi Nasseri no tenga que verse forzado, a sus 74 años, a ingresar en una residencia con este tipo de medidas… pues se topará con el denominado efecto ´día de la marmota´, y casi con toda probabilidad rebrotarán algunas viejas ampollas y heridas.

Sigue luchando, Virgina Tovar Martínez, tu voz es ahora la de todas esas personas residentes y las de muchas más que viven situaciones similares.

Inmaculada Asensio Fernández.

BlogoTSfera: profesionales y personas académicas del Trabajo Social se reúnen telemáticamente para analizar los efectos sociales del Covid19

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13 de mayo de 2020

El 9 de mayo, diferentes bloggers de Trabajo Social que componen la BlogoTSfera nos reunimos para analizar las consecuencias sociales de la pandemia generada por el coronavirus Covid19, y para abrir líneas de debate sobre el papel del Trabajo Social durante la pandemia, las consecuencias de esta crisis atómica en la ciudadanía y las respuestas orquestadas por los poderes públicos para hacerle frente. 

La BlogoTSfera es una red de Trabajo Social Digital pionera en España, generadora de conocimiento y experiencia, y relatos vivenciales relacionados con la disciplina de trabajo social. Este espacio colaborativo está en construcción permanente, a partir de la contribución desinteresada de diferentes profesionales y académicos del Trabajo Social que forman parte de ella. Se mueve, por tanto, desde el propósito de visibilizar la labor del Trabajo Social a través de diversas narrativas y voces en tiempos de cambio. A la vez que potenciando y animando el uso de nuevas tecnologías desde el Trabajo Social.

La BlogoTSfera está ubicada en la web del Consejo General del Trabajo Social; de esta manera, la organización colegial contribuye a la visibilización de la actividad de los blogs que integran este espacio virtual

La práctica del Trabajo Social se ha visto obligada a transformar sus modelos de intervención durante esta crisis provocada por el coronavirus, dado que en muchos casos se ha impuesto el teletrabajo para adaptarse a una realidad impuesta por el distanciamiento físico, y por la restricción de libertades individuales en pos del bien común: reducir la ola de contagios y el colapso del Sistema. 

Esta situación de alarma y emergencia social ha instado a las personas con responsabilidades políticas a declarar como esencial la actividad desarrollada por el Trabajo Social, junto con la actividad de las y los profesionales sanitarios, lo que supone sin duda el reconocimiento a la perentoria necesidad de buscar alternativas y soluciones al malestar social vivido por la ciudadania. 

La BlogoTSfera se hace eco de la necesidad de estar en los debates sociales, económicos y políticos, pero sobre todo de las graves y acuciantes necesidades que están emergiendo con más fuerza y a toda velocidad. De hecho, si algo ha desnudado esta pandemia, es la exigencia moral de proteger las carencias sociales sin dejar a ninguna persona en el camino. 

Esta crisis es una brusca caída del caballo, y surge en un contexto en el que los servicios públicos aún no han recuperado el pulso anterior a la crisis económica del año 2008; por tanto, viven en una reivindicación permanente por extender el brazo del bienestar hacia todas las personas, ya que las cifras de pobreza y desigualdad no sólo han crecido desde 2008, sino que ahora se está produciendo una explosión de necesidades sociales de todo tipo.

En este sentido, las personas que ejercen en servicios sociales no quisieran que la profesión sea vista únicamente como proveedora de recursos, por otra parte muy  necesarios en la emergencia, sino que quisieran que la consideración de servicio esencial constituya una oportunidad para dar a conocer la profesión en todas sus manifestaciones y posibilidades: prestar apoyos de todo tipo a la población,  diagnosticar problemas sociales emergentes y diseñar y proponer planes y proyectos para su disminución. 

Esta crisis sanitaria ha puesto de manifiesto las costuras del Sistema, y ahora más que nunca hemos visto que lo sanitario y lo social son los bastiones de una sociedad civilizada y que verdaderamente se preocupa por la calidad de vida de sus habitantes. No se puede abordar una progresiva incorporación a la normalidad sin recuperar o garantizar que las esferas psicológicas y sociales sean adecuadamente abordadas. 

La BlogoTSfera ha engrasado todos sus engranajes con el objetivo de mantener un hilo de comunicación directa con profesionales y ciudadanía en general, ofreciendo contenidos virtuales sustentados en las siguientes modalidades de intervención-comunicación-acción:

  • Intensificar la actividad de divulgación de contenido sobre la realidad de esta pandemia global Covid19, a través de los diferentes blogs que componen la BlogoTSfera, mediante acciones organizadas entre sus miembros que evidencien las primeras consecuencias que se están manifestando, y las que están por llegar en los próximos meses y años, a la luz de las cifras de desempleo y pobreza…, por no hablar del duelo social en el que estamos inmersos, dado el elevado número de fallecimientos por covid19.
  • Defender los servicios públicos de calidad, no de caridad, y las políticas sociales basadas en criterios de ciudadanía, por tanto, justas y dignas, y que necesariamente deben ser evaluadas y re-evaluadas en tiempo y lugar.  
  • Defender que todas las personas tengan el derecho a la subsistencia, para cimentar la dignidad como un valor esencial e irrenunciable.
  • Proteger el espacio profesional del trabajo social en todas sus formas de intervención, recuperando la dinámica de “lo relacional” en trabajo social, constantemente en cuestionamiento por las exigencias burocráticas y de sobrecarga del Sistema.
  • Proporcionar relatos “reales” y vivenciales de la situación en la que se encuentra la sociedad, sobre todo de aquellas personas sobre las que más pesa la injusticia, la desigualdad y pobreza.
  • Contar las diferentes historias que envuelven el desarrollo del trabajo social en este momento histórico que nos toca vivir, y también sobre los límites impuestos al desarrollo profesional del trabajo social en sus diferentes espacios de intervención, pública y privada…, y siempre desde la pregunta reflexiva: ¿está el trabajo social aportando y haciendo llegar la vivencia subjetiva de lo que acontece, haciendo llegar la voz de las personas atendidas y de las profesionales de primera línea?
  • Denunciar y reivindicar la dignidad y la justicia como única forma de lograr -el tan nombrado en estos tiempos de pandemia- “bien común”. 
  • Mostrar nuevas formas de intervención, a través del ejercicio del Trabajo Social Digital.

La BlogoTSfera, pionera en España en lo que conocemos como Trabajo Social Digital y como espacio de socialización profesional, en el que han participado 65 blogs desde su creación,   sostiene su compromiso de mantener una línea de información y comunicación con la comunidad profesional y académica del trabajo social, con la ciudadanía y con todas las personas que deseen aprovechar el contenido de esta red para mejorar de algún modo las condiciones de vida de los estamentos sociales más desfavorecidos; esperando sobre todo que se den por aludidas las estructuras políticas, ya que son al fin y al cabo las que toman las decisiones. 

En línea con lo indicado, la BlogoTSfera se marca un calendario para activar y desarrollar diferentes actividades, auto-convocándose la red para el 25 de mayo próximo.

Libertad individual frente a bienestar colectivo, a propósito de unas reflexiones de Victoria Camps

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Fuente: https://n9.cl/6kxc   Christian Schloe

La semana pasada asistí a una conferencia virtual, organizada por la Fundación Grifols, en la que participaron varias personas, entre ellas la reconocida filósofa española Victoria Camps.

La ponencia de esta filósofa se centró en analizar las circunstancias que rodean a los conceptos de libertad individual y bien común o colectivo, ya que en estos tiempos de pandemia han estado literalmente enfrentados. Esta rivalidad es debida a la Declaración del Estado de Alarma, decretada por el Gobierno de España el 14 de marzo de 2020, y a la correspondiente obligatoriedad de permanecer confinados en el domicilio, con el propósito de reducir el índice de contagios por Covid19.

El confinamiento ha sido una decisión basada en la heteronomía, esto es, basado en normas y reglas impuestas a la ciudadanía en contra de su voluntad, o con el beneplácito de su indiferencia.  La heteronomía se ayuda de las imposiciones jurídicas y las sanciones, cosa que no sucede con el ejercicio de la autonomía, que se basa en la libre elección, acción y decisión.

El hecho de que el principio de autonomía entre en colisión con el de bienestar, es algo bastante habitual en la práctica clínica, y también en la práctica profesional de la intervención social. Sin embargo, en esta situación de excepcionalidad, no es lo mismo hablar de autonomía y bienestar, que hablar de autonomía y bienestar colectivo, porque nos encontramos ante una pandemia global que presenta grandes incertidumbres y dificultades para combatir este virus, y sus consecuencias sanitarias, sociales y económicas.

Además, se dan ciertas controversias respecto a cómo afecta el virus a la población, pues a algunas personas no les genera síntomas, y a otras las enferma gravemente, e incluso llegan al fallecimiento en poco tiempo. Es preciso, por tanto, actuar con suma prudencia.

La prudencia aconseja evitar el colapso de la sanidad pública en el territorio, dada la velocidad de contagio que presenta el Covid19. Precisamente, se ha optado por un compromiso de convicción ante la tragedia, y se ha procedido a limitar el uso de las libertades individuales para atender una situación grave y excepcional.

Las personas somos soberanas para infringirnos daño a nosotras mismas, pero no para infringirlo al resto, aunque no seamos conscientes de ello. La compasión, además, funciona como mecanismo psicológico para sentir el dolor del otro y actuar conforme a un principio de solidaridad. La razón no es lo único que fundamenta la acción, también lo son las emociones, y la compasión forma parte de ellas.

Con frecuencia, cuando se habla de autonomía sólo se contempla una de las caras del derecho a la libertad, pero no los deberes o responsabilidades que entraña ser libres (esto también lo refuerza Fernando Savater en su libro “Ética para Amador”). El bien común es un valor de suficiente peso para abogar por una limitación –temporal eso sí- de libertades: en el caso que nos ocupa, para reducir el número de contagios y de muertes, sobre todo de las personas más vulnerables de la sociedad.

Hablamos, pues, de libertad individual frente a salud pública.

El control supone una invasión de la intimidad de las personas, y puede llegar a ser muy lesivo; de hecho, hay personas que afirman que durante el Covid19 hemos vivido es un estado policial, a juzgar por el elevado número de sanciones que se han producido, hacia aquellas personas que han tratado de eludir las medidas de restricción impuestas. La cuestión filosófica aquí es que, si queremos una libertad limitada, no contraria con el espíritu de la democracia, hay que ejercer una libertad responsable, es decir, una libertad que asume sus propios límites, una libertad en la que -como sociedad o como colectivo- podemos confiar.

Pero luego surge otro escollo en la comprensión de los riesgos que supone exponerse socialmente en una situación de pandemia, y son las noticias falsas o fake news. Estas fake, como se las llama coloquialmente, han jugado en contra durante esta crisis sanitaria, por alentar -en ocasiones- a la ciudadanía, en corrientes de opinión contradictorias respecto a un tema muy serio, como es la salud pública.

Se encuentran fácilmente, de hecho, noticias falsas que se basan en corrientes pseudo-cientificas que pueden poner en riesgo la salud de buena parte de la población, sobre todo aquellas que niegan la pandemia y que alientan a las personas a que se adhieren a sus ideas de no respetar las medidas de distancia física o de confinamiento…, sin que sus postulados puedan demostrar la certeza absoluta sobre lo que afirman. Más que basadas en la ciencia, se basan en la fe -esa que  inevitablemente es ciega- de manera que podemos estar en lo cierto…, o no.

En estos momentos, observamos que el des-confinamiento plantea un importante desafío para los poderes públicos y para la sociedad en su conjunto, ya que supone el paso ordenado desde la restricción de libertades, hacia el ejercicio responsable de la autonomía. Se trata, pues, de ir rebajando progresivamente el nivel de control hacia la ciudadanía, sin invadir la intimidad personal: con conciencia, confiando en que todo va a salir bien.

El análisis de estos conceptos éticos desde la mirada de Victoria Camps, me parece un punto de equilibrio para toda la situación que estamos viviendo. No es fácil afrontar una pandemia mundial, y esta no es la primera ni será la última. La historia lo atestigua.

Inmaculada Asensio Fernández.

Las urgencias y emergencias sociales en tiempos de Covid19 en España

Mafalda ante la crisis

Imagen tomada de: https://magnet.xataka.com/why-so-serious/29-vinetas-de-mafalda-que-definen-perfectamente-el-panorama-sociopolitico-de-2016

El covid19 ha traído a la historia presente una crisis mundial sin precedentes, cuyos efectos más notorios han sido el elevado número de muertes, sobre todo personas mayores o con patologías previas, y también un sinfín de situaciones de urgencia social y de emergencia social.

En momentos como estos, toda persona o familia que ya venía “arrastrando” situaciones – problema, han visto agudizar todos sus padecimientos y malestares sociales, pero también de salud, ya que el estrés y el miedo complican todos los problemas de salud previos.

Darío Pérez (2011) hace una distinción entre urgencia y emergencia social atendiendo a las características de una y de otra, y las define en función de sus características, las cuales resumo del siguiente modo:

Emergencia social

Una emergencia social es una situación objetiva de desprotección social debido a un hecho súbito e inesperado, de consecuencias negativas e indeseables, y que distorsionan la rutina cotidiana de una persona gravemente, comprometiendo su capacidad de dar respuesta a las necesidades más básicas. Una situación de emergencia social genera desprotección, vulnerabilidad y riesgo social para la persona, por tanto, también genera necesidades sociales que pueden conducir a una situación grave de exclusión o incluso a perder la vida. La atención a las emergencias sociales ha de ser inmediata.

Urgencia social

Una urgencia social es una situación subjetiva del estado de necesidad vivida por la persona afectada y, a su vez, valorada como tal por el o la profesional de referencia en la intervención. Esta situación no tiene porqué ser repentina, sino que puede ser el resultado de procesos continuados donde se manifiestan diferentes situaciones de necesidad social. Requieren, pues, de una actuación que dé una mayor prioridad a la resolución de una ayuda sobre expedientes con situaciones normalizadas.

Cierto es que ahora la prioridad es proteger la vida de las personas, sobre todo de las más vulnerables; y la primera forma de hacerlo es a través del respeto de las medidas de confinamiento y de distanciamiento social impuestas por el Gobierno de España. Sin embargo, cuando superemos esta situación, habrá que abrir un importante debate político y social sobre todas las situaciones de urgencia social y de emergencia social que se han puesto de manifiesto a través de esta pandemia sin precedentes en el último siglo, como por ejemplo:

  • El elevado número de muertes en residencias de personas mayores, ¿cuál es la etiología del problema?, ¿cómo puede prevenirse una situación como esta de cara al futuro?
  • La sanidad y los servicios básicos para el bienestar de las personas pertenecen al ámbito público, y deben protegerse especialmente, porque en momentos como estos nos hemos dado cuenta más que nunca que son esenciales para toda la ciudadanía.
  • Por otro lado, la falta de recursos y materiales de protección para profesionales y servicios esenciales, han marcado la tónica de la mayor parte de los discursos. Quizá sea necesario abrir nuevas oportunidades de negocio en la industria española, para que podamos autoabastecernos de recursos tan básicos como respiradores, pruebas virales (test) mascarillas, etc, independientemente de la libertad de comercio generada por la globalización.
  • Poner el foco en los cuidados desde el ámbito político, y por tanto, sacarlo de la esfera de lo privado, del ámbito estrictamente familiar. Ahora más que nunca se comprueba que los cuidados son básicos y necesarios para todo el mundo, y que sin cuidados las sociedades ponen fecha a su fin. La labor de cuidado sigue muy invisibilizada y denostada a nivel político y económico, probablemente porque ha sido una función relegada a las mujeres, mayoritariamente, y de puertas para adentro.
  • Situaciones de falta de solidaridad social ante la solicitud de asilo en determinados centros en algunos municipios españoles, para proteger, por ejemplo, a personas migrantes o a personas mayores del contagio en macro centros donde ya había alguna persona contagiada. Hemos observado escenas de rechazo y de violencia en los medios de comunicación y verdaderamente lamentables.
  • Las situaciones de violencia quedan también confinadas y aisladas socialmente, y hasta la fecha ya ha habido dos nuevas muertes por violencia de género durante el primer mes de confinamiento en España. Este problema sigue presente, aunque aún hay personas que pretenden negarlo o minimizar su impacto y sus consecuencias en la sociedad.
  • La previsible grave crisis económica, política y social que se avecina debido a esta pandemia, y que va a afectar a muchas personas y muchas familias…, ¿cuáles serán las medidas?, ¿saldremos todos y todas juntas de esta crisis?
  • Igualmente surge un importante debate acerca del papel reparador y solidario de Europa como fuerza política colectiva ante situaciones de crisis, ¿hace la unión la fuerza en todas las situaciones? Lo veremos en estos meses…

Como decía, ya vendrán momentos para la reflexión sobre estas consecuencias del Covid19 en España y en el mundo. Será importante identificar todos los efectos sociales, políticos y económicos para abrir líneas de debate y promover su resolución, al menos de cara a un futuro próximo, o ante una imprevisible situación futura similar.

Cita bibliográfica en el texto:

Madera, D. P. (2011). El Samur Social como servicio social de atención a las emergencias sociales: su papel en la catástrofe del atentado terrorista del 11M y en el grave accidente aéreo de Spanair. Revista Servicios sociales y política social, (94), 9-31.

Inmaculada Asensio Fernández