Dónde me coloco yo cuando tengo un problema.

Ilustración de Rebecca Dautremer

Ilustración de Rebecca Dautremer

Son muchos los momentos en los que lo pasamos mal ante un determinado problema, exigiéndonos, obligándonos a hacer o adoptar roles y actitudes que no queremos o no nos corresponden. Los sentimientos que se generan en este tipo de situaciones pueden ser verdaderamente dolorosos e incapacitantes.

Muchas de las veces en las que una persona acude a mi con un problema, desde la objetividad que me otorga no estar implicada emocionalmente en él, puedo percatarme claramente de que no es consciente del lugar en el que se ha colocado frente al mismo, y esto es determinante para que lo pueda afrontar de manera adecuada.

Mi hipótesis de partida en esta entrada, es que lo más importante no es en sí el problema que se tenga, sino donde la persona se sitúa frente al mismo, lo que se traduce en adoptar una determinada postura o actitud. Esto es válido tanto para los problemas, como para la vida en general. Por algo dicen que la actitud lo es todo.

Recuerdo una ocasión en la que atendí a una mujer, de unos 27 años, que se encontraba bastante agobiada y ansiosa porque su hermano de 30 años estaba atravesando una depresión mayor y prácticamente no salía de casa. Este hermano vivía con la madre de ambos en Madrid, y la madre la llamaba a ella constantemente para desahogarse. Esta mujer me decía que se sentía culpable e impotente por no saber qué hacer. Su madre algún día moriría y se preguntaba qué sería de su hermano. La atormentaba pensar que sería ella la que tendría que cuidar de él. Se negaba siquiera a dar forma en su cabeza a esta posibilidad; no quería renunciar a su independencia y a sus proyectos de vida.

Le pregunté por su padre, y me dijo que también vivía en Madrid, pero que su madre y él estaban divorciados. Indagué acerca de la relación que tenían sus padres entre ellos, y para con los hijos. Ella contestó que no era una mala relación, pero que su padre siempre había vivido muy despreocupado y que no estaban acostumbrados a solicitar su ayuda. Sin embargo él ama a sus hijos, y cuando lo llaman está dispuesto a colaborar.

Durante el transcurso de la entrevista me di cuenta de que esta mujer se estaba alzando como «salvadora» de la familia *(ver la definición de salvadora a pie de página); se estaba colocando en una posición de mucha vulnerabilidad, exigiéndose más de lo que podía dar, y de lo que era su responsabilidad. Por este motivo, en lugar de ayudar, se estaba llenando de rabia, eludiendo a su hermano y discutiendo con él cada vez que tenía la más mínima oportunidad. Además de estar quemada con su familia, estaba desganada por completo con su propia vida. Sin ganas de ponerse en marcha con todos los proyectos que tenía pendientes. Bloqueada para avanzar y para tomar decisiones.

Ayudándome de ciertas orientaciones de la sistémica, y con el objetivo de generar una imagen que ella pudiera integrar dentro de sí,  tomé un par de objetos de la mesa (un pisapapeles y un lapicero) y le dije: estas dos figuras son tus padres. De igual modo tomé una goma de borrar y un sacapuntas y le dije: estas dos figuras sois tú y tu hermano.

La imagen sobre la mesa era la siguiente:

Los padres frente a sus hijos. Los padres miran a los hijos, los sostienen con su mirada.

– Le dije: son los padres los que tienen la responsabilidad del cuidado y protección de los hijos, ese es el orden. Y tus padres aún están aquí, y ejercen labores de apoyo a tu hermano.

Tras conversar un buen rato, ella fue reconociendo que hay muchas cosas que sus padres están haciendo para ayudar a su hermano, pero ella las considera insuficientes. Sin embargo ese nivel de exigencia la estaba llevando a una situación de mucha ansiedad. La recomendación que le hice en aquel momento era recordar y repetir esta frase cada vez que se sintiera agobiada por el peso de la situación problema de su hermano:

«Papá y mamá se hacen cargo de todo».

Al escuchar y repetir esta frase, ella comenzó a respirar aliviada. Resulta paradójico, pero poner fuera de sí semejante responsabilidad, la aliviaba, y comenzó a llorar. Comentaba todo el tiempo que al ser ella la sana de la familia,  se sentía como en deuda. Se había ido de casa para buscarse la vida y su hermano se había quedado allí, donde tanto habían sufrido de pequeños ¿Porqué ella había podido salir y él no?

La reforcé en su decisión de irse y le dije que era mucho más valioso lo que ella podía aportar estando bien, sintiéndose libre y fuerte, que sintiéndose bajo el yugo de la presión del sistema familiar, que lo único que estaba provocando en ella era ansiedad, tristeza y un profundo sentimiento de rechazo hacia su familia, sobre todo hacia su hermano.

Meses más tarde hablé con ella y su narrativa había cambiado por completo. Me dijo que la relación con su hermano había mejorado, sobre todo porque su manera de relacionarse con él no era desde la exigencia y desde el enfado, sino que estaba aprendiendo a valorarlo, a verlo como a un igual, como a su hermano. Ella es la hermana pequeña, y ahora es consciente del lugar que ocupa dentro de su sistema y se siente mejor. Compartió conmigo que ahora está estudiando para mejorar su carrera profesional y centrada en progresar en este sentido, así como dando los primeros pasos de convivencia con su pareja.

Dado que sus familiares viven en otra ciudad, cada cierto tiempo la visitan y tiene una relación equilibrada con todos ellos. Se siente menos enfadada y abusada por su familia (que era otra de las cosas que más le molestaban), pues su posición ha cambiado.

Ahora comprende que es mucho más lo que tú puedes hacer por ti, que lo que puedes exigir a los demás, y que cuando te sientes bien, puedes ayudar de una manera más serena y amorosa a los tuyos, respetando tu espacio y tus límites.

Si tienes que salvar a alguien, que sea a ti mismo-a. Sólo de ese modo podrás apoyar a los demás.

No hay que olvidar que el mero hecho de estar bien, es una valiosa ayuda para las personas a las que amamos y a las que tenemos cerca, aunque no nos demos ni cuenta. Es verdaderamente reparador rodearse de personas con una actitud sana y positiva, es por ello importante centrarse en estar satisfecho con uno-a mismo-a para que esa onda expansiva llegue a los demás, de la forma que sea.

Este caso, expuesto de manera muy resumida y obviando muchos detalles que harían muy extensa esta entrada de blog, pone de manifiesto de qué manera las posiciones son determinantes en diferentes esferas de la vida, pues según andes situado o colocado ante una determinada situación, tienes un ámbito de decisión o tienes otro, tienes más visión o menos, tienes más control, menos o ninguno… Sufres más o sufres menos… siendo el problema exactamente el mismo.

Tu lugar frente a las circunstancias, lo determina todo.

Podemos resistirnos, confrontar, pelearnos con la realidad y con todo el mundo, así como sentirnos profundamente desgraciados-as. Y todo eso no cambiará nada, sólo nos apegará a lo que tratamos de evitar: el conflicto. Pues de todo lo anterior está hecho el conflicto, además de todas las historias que nos contamos una y otra vez sobre las cosas que nos suceden o sentimos.

¿Alguna vez te has preguntado quién serías sin tu historia? ¿Quién serías si no recordaras nada de lo que has vivido? ¿Quién serías si dejaras de repetirte una y otra vez lo que tienes que hacer?

LIBRE.

Entonces, ¿Cómo me coloco, donde está mi lugar?

Mi lugar está en la serenidad, en el equilibrio, no en los pasos apresurados, en la rabia o en el llanto desmedido.

Mi lugar está en separarme de eso que me daña para poder tomar perspectiva, pues si no veo la panorámica general, sino sólo aquello que a mi me está haciendo daño ¿Cómo puedo yo tener acceso a esa fuente de sabiduría interna que siempre pugna por mantenerme a salvo? Imposible, al igual que es imposible mantenerse a flote en altamar en un bote, dando saltos, correteando de aquí para allá y no dándote cuenta de donde pones el pie en el siguiente paso.

¿Se aprende por ensayo y error en estos casos?

Mi hipótesis de partida es que no. No se aprende por ensayo y error a situarse en un lugar seguro o neutro frente al problema. Sólo la conciencia nos puede llevar de la mano a ello, y aún así puede no ser un camino de rosas precisamente, pues los sistemas familiares están provistos de una serie de mecanismos férreos, entre los cuales se encuentra la fidelidad o lealtad al sistema, y esta lealtad puede llevar a una persona a entrar en una espiral problemática o de sufrimiento (aun viéndolo venir), y aceptarlo a pies juntillas. He visto a muchas personas enfermar por fidelidad a su familia, por no protegerse o dar más de lo que en ese momento podían dar.

El amor une, sin embargo la lealtad mal entendida puede generar graves conflictos personales.

No es un camino de rosas, pero es un camino de responsabilidad hacia uno mismo, y merece la pena recorrerlo. Al fin y al cabo, esa es la única manera de ser verdaderamente libres y, porqué no decirlo, también dichosos.

 

Nota (1) Definición de persona salvadora: Dícese de aquella persona que por lo general asume más responsabilidad y cargas familiares de las que le corresponden, llegando en muchos casos a enfermar por ello. No se sienten merecedoras de apoyo ni de ayuda, y no saben pedirla. No suelen hacerse conscientes de su deterioro hasta que alcanzan niveles de sufrimiento muy profundos. No suelen confiar en los demás. Suelen tener interiorizada una idea de intenso sacrificio para lograr avances en la vida y con facilidad suelen sentirse imprescindibles para los demás. De algún modo sienten que han tenido más suerte o bienaventuranza que los diferentes miembros de su sistema familiar, o de algún modo han sido más beneficiadas que el resto, lo que les provoca un profundo sentimiento de deuda que pone en marcha un mecanismo enfermizo de intentar reparar –en muchos casos- lo irreparable. (Definición propia).

Autora: Inmaculada Asensio Fernández.

El Método The Work de Byron Katie como herramienta terapéutica en trabajo social

RESUMEN

Mediante la presente comunicación se expone sintéticamente en qué consiste el denominado método «The Work» o «El Trabajo», creado por la autora estadounidense Byron Katie. The Work se centra en trabajar con aquellas creencias que producen estrés y sufrimiento en las personas, y que paradógicamente contribuyen a anclarlas en las mismas situaciones y problemáticas de las que quieren desprenderse. En base a los resultados obtenidos por la aplicación del método en el campo de la salud mental, publicados por la Universidad de Washington[1], se pondrá de manifiesto su vinculación con el campo de acción del trabajo social, en su dimensión terapéutica, en cuanto a usos y aplicaciones.

[Nota1]    “The Work” of Byron Katie: A New Psychotherapy? Ricardo Hidalgo, LMHC, Mental Health Practitioner & Anil Coumar, MBBS, MA, Director, Mental Health Clinic Hall Health Center. University of Washington. 2012. http://www.padoin.com/thework/anil.pdf

PALABRAS CLAVE

Trabajo Social, Trabajo Social Terapéutico, Método The Work,  Sufrimiento, Byron Katie.

ABSTRACT

Through this communication is synthetically exposed what is called «The Work» or «El Trabajo» method, created by the American author Byron Katie, focused on working with those beliefs that cause stress and suffering on people, and paradoxically contribute to anchor them in the same situations and issues they want to release. Based on the results obtained by applying the method in the mental health area, published by the University of Washington, it will demonstrate its links with the scope of social work in its therapeutic dimension in terms of uses and applications.

KEY WORDS

Social Work, Therapeutic Social Work, The Work Method, Suffering, Byron Katie.

1. INTRODUCCIÓN

El trabajo social es una disciplina que desde sus orígenes se ha servido de los aportes y conocimientos de otras especialidades para llevar a cabo su cometido. Esto ha permitido facilitar su evolución para comprender y analizar la complejidad de los problemas sociales y de los problemas humanos, así como para apoyarse en la construcción de diferentes modelos de intervención, destinados a hacer frente a las dificultades de una realidad social cambiante como la nuestra.

La profesión de trabajo social necesita adaptarse a un contexto de crisis que está generando situaciones de mucha dificultad e injusticia.  En este sentido, se considera muy necesario apostar por formas de intervención de índole terapéutica, que se fundamentan en la relación de ayuda establecida entre el trabajador social y la persona, donde el trabajador social se constituye como el profesional de referencia para orientar el cambio y posibilitar una mejoría en la situación de la problemática individual o familiar planteada[2]. Desde esta visión, se comparte una propuesta metodológica que se utiliza para trabajar con aquellos pensamientos que generan estrés y sufrimiento en las personas, de manera que pueda ser incorporada como una herramienta más en la praxis de estos profesionales, para situaciones concretas en las que las personas deseen profundizar en los temas que las angustian y las paralizan de algún modo.

[Nota2]  Tomás Fernández García (coord). Fundamentos del trabajo social. Editores: Madrid : Alianza, 2009. Pag. 270.

2. VINCULACIÓN DEL MÉTODO THE WORK CON EL CAMPO DE ACCIÓN DEL TRABAJO SOCIAL

La «ayuda» es la función principal del Trabajo Social, y desde su campo de intervención se atienden demandas de diversa índole, todas ellas muy relacionadas con procesos de escasez, precariedad, sufrimiento o crisis, que afectan a calidad de vida de las personas. Esta diversidad de demandas exige apostar por una actualización permanente[3] de conocimientos, métodos y herramientas para ponerlas al servicio de aquellos colectivos que más lo necesitan.

[Nota3]    El código deontológico en su articulo 44 señala que «El/ la diplomado/a en trabajo social está obligado a dominar la práctica profesional y a mejorarla a través de la formación permanente y la evaluación continua de su trabajo». http://dtsss.ua.es/es/documentos/practicas-externas/codigo-deontologico-de-la-profesion-de-diplomados-en-trabajo-social.pdf

Las personas suelen anclarse en viejos patrones y esquemas de comportamiento aprendidos, no sólo en el seno de sus familias, sino dados por la comunidad y cultura/ sociedad a la que pertenecen. Estos esquemas reciben el nombre de creencias. El contexto influye sobre nuestra mente y nuestra conducta, y esa influencia se produce a través de la interpretación que hacemos del mismo. La interpretación de la realidad difiere de unas personas a otras, y de la calidad de esta interpretación va a depender en gran medida la calidad de vida emocional de las personas, lo cual va a repercutir necesariamente en sus elecciones, aprendizajes, metas y objetivos de vida.

The Work constituye un importante instrumento con el que acompañar y alimentar la relación de ayuda, ya que prepara y predispone a la persona a tomar conciencia y responsabilidad sobre las dificultades que enfrenta, permitiendo generar alternativas de resolución o de cambio,  mediante un  cambio de enfoque en su situación problema. Además también sirve al profesional para trabajarse sus propios pensamientos y creencias estresantes, pues como decía el filósofo: «Nada de lo humano me es ajeno«. Los profesionales también tienen vida personal, y por tanto preocupaciones y problemas que pueden indagar con esta poderosa y sencilla herramienta. En este sentido, Byron Katie señala que «si tú no puedes acabar con la guerra en tu cabeza, no podrás acabar con la guerra en el mundo».

En Estados Unidos los/as trabajadores/as sociales (entre otros profesionales de la ayuda) se sirven del método The Work como herramienta con la que complementar su trabajo diario; de hecho el  plan de estudios correspondiente a la formación como facilitador/a de este método tiene reconocidos una serie de Créditos de Formación Continua (Continuing Education Credit) dirigidos a profesionales con licencia como terapeuta matrimonial y de familia, trabajadores sociales y clínicos, consejeros en las áreas del alcoholismo y la drogadicción, enfermeros, maestros, etc, siendo por tanto, reconocido, como una importante herramienta para emplear en procesos de ayuda.

4. EN QUÉ CONSISTE EL MÉTODO THE WORK

The Work permite a las personas, no sólo identificar y cuestionar sus creencias dolorosas, sino a profundizar en sus proyecciones inconscientes sin ser bloqueado por la vergüenza o el miedo contra la que en general tienen que defenderse. Es un método sencillo, ya que su propia autora lo define como un «proceso que consta de 4 preguntas y 3 inversiones o inquiry».

En primer lugar las preguntas invitan a la persona a reflexionar profundamente acerca de aquello que las daña y el impacto que genera en su vidaY en segundo lugar, a través de la indagación o inquiry, la persona es invitada a invertir o darle la vuelta a esos pensamientos dolorosos, de forma que pueda indagar en ellos y contemplar otro enfoque de la realidad que no se está percibiendo, por el fuerte impacto negativo que le provoca el pensamiento.

En la aplicación del Método The Work diferenciamos 3 fases, tiempos o actos, que se realizan separadamente, en actitud meditativa o de quietud.

PRIMER ACTO:

Byron Katie invita a encontrar o identificar alguna persona o situación sobre la que se tiene una visión o juicio negativo. Sobre esta situación concreta se comienza a trabajar, para lo cual en la primera parte vamos a contestar por escrito una serie de cuestiones que Katie recoge en un instrumento denominado «Hoja de El Trabajo«. Recoger tus pensamientos  y juicios por escrito te permite darte el tiempo que necesitas para identificar lo que realmente te estresa o te daña, sin dar vueltas innecesarias.  Esta hoja está dividida en seis preguntas o apartados para centrar bien la cuestión y tomar los máximos detalles posibles.

Las instrucciones generales para rellenar la hoja serían: «Piensa en una situación recurrente, una situación confiablemente dolorosa o estresante para ti, aunque haya sucedido sólo una vez, y que se repite en tu mente. Antes de contestar cada una de las preguntas a continuación, permítete visitar mentalmente el momento y el lugar del suceso estresante».

Para ilustrar bien cómo se rellena una hoja de El Trabajo, voy a utilizar como hilo argumental e ilustrativo un ejemplo real de una sesión que facilité a una persona, cuya fuente de sufrimiento era que se sentía en la obligación de ayudar a su hermano a salir de la droga.

1. Describe qué o quién te produce dolor, estrés o sufrimiento y porqué (siempre centrándose en esa situación concreta).

Por ejemplo: Estoy deprimida y ansiosa porque tengo que ayudar a mi hermano a salir de la droga.

En esta pregunta, la persona indica la emoción más fuerte que le provoca su juicio (la depresión), sin embargo a la hora de cuestionar esta primera cuestión, vamos a tomar sólo el juicio, no la emoción, es decir, vamos a trabajar con la creencia: «Tengo que ayudar a mi hermano a salir de la droga«.

2. Describe, en esa situación, cómo quieres que esta persona o situación cambie, ¿qué quieres que haga? (De lo que se trata aquí es de ser lo más concreto y claro posible).

Por ejemplo: Quiero que mi hermano no me exija ayudarlo. Que aprenda a solucionar sus propios problemas sin arrastrar de mi.

3. Describe, en esa situación, ¿Qué consejo le darías a esa persona? (Aquí se trata de dar un consejo a la persona o situación que juzgamos, de manera que sintamos que lo va a comprender y que verdaderamente podrá ayudarlo).

Por ejemplo: Mi hermano debería cuidarse. Debería dejar de hacerse daño y de tratar de tapar sus propios problemas a través de sus adicciones.  

4. Para que tú seas feliz en esta situación, ¿Qué necesitas que esta persona piense, diga, sienta o haga? (La persona debe dejar claro aquí lo que ella necesita del otro o de la situación que le daña).

Por ejemplo: Necesito que mi hermano me deje tranquila y respete que yo ahora no puedo ayudarle. Necesito que mi hermano respete mi negativa a acompañarlo en este momento.

5. En esta situación, ¿Qué piensas de esta persona? Haz una lista. (Aquí se trata de poner una serie de adjetivos calificativos a esa persona o situación que nos está haciendo daño).

Por ejemplo: Mi hermano, en esta situación, es: exigente, abusivo y dañino.

6. Señala que hay en o acerca de esta situación que no quieres volver a experimentar nunca más.

Por ejemplo: Nunca más quiero contestar el teléfono de madrugada y encontrar que mi hermano Miguel ha tenido un accidente de coche, está colocado y me pide ayuda.

SEGUNDO ACTO:

En la segunda parte del método, una vez la persona ha cumplimentado su «Hoja de El Trabajo» sobre la situación concreta que le daña, interviene directamente el profesional para facilitar el método, procurando que la persona se sienta acompañada y pueda abrirse a experimentar a través de las cuatro preguntas básicas que conforman esta segunda parte, las cuáles han de formularse secuencialmente, así como ofreciendo a la persona el espacio, el silencio y la escucha necesaria para que pueda entrar en sí misma y responder de manera auténtica, no automática. La persona ha de encontrar un estado de quietud que favorezca que se produzca un verdadero insight[4] a través de la reflexión y de sus propias respuestas.

[Nota4]    Insight es un término utilizado en Psicología proveniente del inglés que se puede traducir al español como «visión interna» o más genéricamente «percepción» o «entendimiento». Se usa para designar la comprensión de algo. Este término fue introducido por la Gestalt.

El profesional va a tomar cada una de las 6 cuestiones reflejadas en la hoja y ayudará a la persona a cuestionarlas una a una, por separado y secuencialmente, teniendo en cuenta que cuestionarlas es aplicarle 4 preguntas y 3 inversiones (al opuesto, al otro/a y a sí mismo/a). El rol del profesional es absolutamente neutro, y no interviene en ningún momento para opinar, mucho menos para sugerir o juzgar lo oportuno del trabajo que está llevando a cabo la persona. Lo máximo que interviene es para aclarar algún punto, en cuanto a la cumplimentación de la hoja, el significado de las preguntas o asuntos similares.

 Las 4 preguntas básicas son:

  1. ¿Es verdad? (Le indicamos a la persona que sólo responda «si» o «no, sin explicación alguna).

Cuando le preguntas a la persona si es verdad aquello que la daña, le permites abrirse, ir a otro nivel. Es decir, esas preguntas puedan ser contestadas por esa sabiduría que la persona lleva dentro, y mediante la cual sólo puede acceder a través de un proceso de silencio y quietud.

Ejemplo. El profesional pregunta: ¿Es verdad que tú tienes que ayudar a tu hermano a salir de la droga? (Mediante esta sencilla pregunta, la persona puede llegar a comprender que ella no tiene que hacerlo, no está obligada, no es su responsabilidad). Esto sólo lo puede ver honestamente si lo cuestiona, y sólo accediendo de esta manera puede integrar nuevas respuestas.

  1. ¿Puedes saber con absoluta certeza que es verdad? (A través de esta pregunta, se le da nuevamente a la persona la oportunidad de responder «si» o «no», sin más).

Esta pregunta se formula cuando en la primera cuestión la persona ha respondido: «si».

Se trata de una nueva invitación que permite un marco de reflexión e interiorización mucho mayor, ya que se le pregunta por segunda vez y de manera mucho más tajante, desafiando a la mente impulsiva, cargada de razones y que mantiene su postura.

Ejemplo. El profesional pregunta: ¿Puedes saber con absoluta certeza que es verdad que tú tienes que ayudar a tu hermano a salir de la droga?

La persona ayudada contestó que No, no tenía que hacerlo. Se dio cuenta.

  1. ¿Cómo reaccionas, qué sucede cuando crees en ese pensamiento?

Con esta pregunta la persona va a descubrir las implicaciones o repercusión que tiene en su vida  tener ese pensamiento. Cómo se trata a sí mismo y a los demás cuando lo tiene. Qué deja de hacer, qué emociones experimenta y cómo afecta a su cuerpo.

Por ejemplo. El profesional pregunta: ¿Cómo reaccionas, qué sucede cuando crees en el pensamiento de que tú tienes que ayudar a tu hermano a salir de la droga?

La persona objeto del ejemplo respondió (resumidamente) que reaccionaba con mucho nerviosismo y desesperanza. A nivel físico sentía mucha presión en el pecho y en la cabeza. Sentía ganas de llorar y de salir corriendo. Se trataba a sí misma de manera muy autoritaria y déspota, exigiéndose dar el 100% en un momento en el que ella estaba al 30%, por su estado emocional y preocupaciones. Observaba con claridad la repercusión que tenía este pensamiento en la propia relación que tenía con su hermano, al cual mentía constantemente y evitaba a toda costa, sin darle a él la posibilidad real de buscar otros apoyos en otros miembros de su familia.

  1. ¿Quién serías sin tú sin el pensamiento? (en esta misma situación)

Con esta pregunta la persona percibe quién sería ella sin ese pensamiento que  la daña, y desde ese lugar se la invita a comunicarse con el profesional.

Ejemplo: Imagínate quién serías tú en esta situación con tu hermano, (o en cualquier otra situación de tu vida diaria) sin el pensamiento de que tú tienes que ayudarlo a dejar la droga?

La persona objeto del ejemplo respondió (resumidamente) que si no se le pasara por la cabeza ni un segundo que tiene que ayudar a su hermano, se sentiría libre, relajada. Estaría de buen humor cuando hablara con él, y con más disposición a compartir algunos momentos juntos. Estaría mas centrada y realizaría más actividades de ocio, y fumaría menos.

La persona puede ver con claridad mediante las preguntas 3 y 4 cómo el pensamiento cambia su estado emocional, y la diferencia entre creer el pensamiento que la acosa, y creer en su opuesto, que la libera. Vivir esto en primera persona suele tener resultados muy liberadores, de hecho en el ejemplo descrito los tuvo.

TERCER ACTO:

La tercera parte del método, consiste en las inversiones, es decir, dar la oportunidad a la persona para experimentar los opuestos a lo que cree que es verdad, y proporcionar además 3 ejemplos concretos y genuinos de cómo puede ser verdad lo opuesto a lo que crees que es verdad.

Para ilustrar bien este apartado, vamos a seguir el hilo conductor del ejemplo con el que hemos ido trabajando.

INVERSIÓN 1 (al opuesto)Invitamos a la persona «X» a que inverta esa creencia que la estresa en primer lugar al opuesto, y que nos de 3 ejemplos genuínos y especificos de cómo puede ser verdad ese opuesto.

Ejemplo: La frase original era «tengo que ayudar a mi hermano a salir de la droga». Ahora se le pide que la inverta al opuesto: «No tengo que ayudar a mi hermano a salir de la droga».

Le pedimos los 3 ejemplos de cómo puede ser verdad que no tengo que ayudarlo a hacerlo:

  • ejemplo 1: él no quiere dejar la droga, no me ha pedido que lo ayude en eso.
  • ejemplo 2: moralmente no estoy obligada a hacerlo, pues ya lo he apoyado muchas veces, sin éxito, y yo también tengo mi propia vida y problemas que atender.
  • ejemplo 3: yo soy la hermana pequeña, y mis hermanos mayores están más predispuestos a apoyarlo, por tanto no tengo porqué asumir eso ahora, hasta enfermar.

INVERSIÓN 2 (al otro)Cuando la persona invierte al otro, lo que hace es colocarse ella en el puesto del otro, y colocar al otro en su puesto. Vamos a verlo más claro con el ejemplo:

Ejemplo: La frase original era «tengo que ayudar a mi hermano a salir de la droga». Ahora la invertimos al hermano: «Mi hermano tiene que ayudarme a mi (a dejar la droga[5]».

[Nota5]   Aclaración: La droga, en tanto que adicción, puede ser interpretada como la adicción que tiene la persona del ejemplo propuesto de ayudar a su familia, aún a pesar de su propia salud.

  • ejemplo 1: mi hermano tiene que ayudarme a dejar los ansiolíticos y los antidepresivos que tomo desde hace un par de años.
  • ejemplo 2: mi hermano ha aceptado en otras ocasiones que yo no estaba preparada para ayudarlo, ya que incluso he enfermado y he tenido que ingresar en salud mental, por este motivo él tendría que ayudarme.
  • ejemplo 3: mi hermano es mayor que yo, y por tanto está obligado a ayudarme a mi.

Con esta inversión la persona «X» se libera un poco de su nivel de exigencia y se da cuenta de que es igualmente verdad que ella tiene que ayudar a su hermano, como que él tendría que ayudarla a ella. Esto le facilita ver cómo ella se coloca en una situación de mayor vulnerabilidad al exigirse estar ahí cuando no puede hacerlo ahora, por su perfil y características en este momento. Ver que su hermano también tendría que hacerlo y no lo hace, la hace sentirse menos culpable o responsable de él, por tanto la libera.

INVERSIÓN 3 (a sí misma): Cuando la persona invierte el pensamiento a sí misma, se coloca a ella misma en todas las posiciones posibles frente al problema, es decir, puede hacerse consciente de lo que ella tiene que darse a sí misma, que es lo único verdaderamente manejable para ella aquí y ahora. Veamos el ejemplo:

Ejemplo: La frase original era «tengo que ayudar a mi hermano a salir de la droga». Ahora la invierte a sí misma: «Tengo que ayudarme a mi misma a salir de la droga».

  • ejemplo 1: Yo también tengo que ayudarme y apoyarme a mí misma para reducir el consumo de ansiolíticos, estando tranquila, viviendo mi vida un poco al margen de la de mi familia.
  • ejemplo 2: Yo tengo que ayudarme a mí misma a no caer en una depresión mayor (como la que tuve hace unos años y que me llevó a un intento de suicidio), por tanto tengo que ayudarme con esta droga que es mi familia, a alejarme prudencialmente de ella.
  • ejemplo 3: tengo que ayudarme a dejar la droga de hacerme responsable de todos los problemas que padecen mis hermanos, la droga de querer ser siempre la imprescindible, ya que de otro modo parece que no valgo lo suficiente, a mis ojos.

Una cuestión destacable en todo este proceso es que cuando la persona no está familiarizada con el método, y por tanto no tiene una apertura mental suficiente para experimentar los opuestos a lo que cree que es verdad y vivir sus ejemplos, el profesional puede apoyarle dándole algún ejemplo específico que ha percibido sobre su historia, siempre desde el respeto y pidiéndole permiso para intervenir. Por ejemplo se le puede decir: «Yo tengo un ejemplo de cómo tú tienes que ayudarte a ti misma en esta situación con tu hermano, ¿Quieres escucharlo?» Y si la persona responde afirmativamente le damos nuestro ejemplo. Puede que lo tome o que considere que no va con ella. Eso no importa, lo importante es que se vaya desbloqueando poco a poco y abriéndose al proceso.

5. CONCLUSIONES

Parece ser que en contextos tan cambiantes como los que estamos atravesando, los profesionales de la ayuda han de comprometerse de manera decidida por formarse en todas aquellas herramientas y métodos con los que pueda hacer frente a toda la problemática derivada de estas nuevas situaciones de crisis. En este sentido, The Work constituye un importante instrumento con el que acompañar y alimentar la relación de ayuda, ya que prepara y predispone a la persona hacia el cambio de enfoque en su situación problema. De igual modo, uno de los aspectos más relevantes que proporciona es que al tratarse de una herramienta que permite a la persona trabajarse a sí misma, el propio profesional la puede emplear para realizar su autotrabajo, lo que va a redundar en una mejora de su calidad de vida y de la calidad de su trabajo.

6. BIBLIOGRAFÍA

  • Código deontológico de trabajo social. (2012). Consejo General del Trabajo Social. Madrid.
  • De Robertis, C. (2003). Fundamentos del trabajo social: ética y metodología. Valencia: Nau Llibres.
  • Fernández T. Coord. (2009). Fundamentos del trabajo social. Editores: Madrid: Alianza.
  • Fombuena J. Coord. (2012). «El trabajo social y sus instrumentos. Elementos para una interpretación a piacere. Nau Llibres. Valencia.
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  • Hidalgo, R. y Coumar A. (2012). “The Work” of Byron Katie: A New Psychotherapy?(http://www.padoin.com/thework/anil.pdf) tomado el día 20 de enero de 2014.
  • Katie, B. (2009). Amar lo que es. Barcelona. Ediciones Urano.
  • Katie, B. Mitchell, S. (2009). Mil nombres para el gozo (A Thousand Names for Joy). Barcelona. Editorial La liebre de Marzo, S.L.
  • Molina M. L. y ‎Romero, M. C. (2004). Modelos de intervención asistencial, socioeducativo y terapéutico en trabajo social. San José: Editorial de la Universidad de Costa Rica.
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  • Rojas M. C. (2007). La dimensión terapéutica del Trabajo Social y la protección de los derechos humanos. IV Congreso Internacional – VII Congreso Nacional de Trabajo Social  San José, Costa Rica, 5 a 7 de setiembre de 2007. 2-10-2013.

Autora: Inmaculada Asensio Fernández. Trabajadora Social. Coleg. nº 543.

Comunicación presentada en el I Congreso Internacional de Facultades y Escuelas de Trabajo Social, celebrado en la Universidad de Murcia los días 23, 24 y 25 de Abril de 2014. Todas las comunicaciones y ponencias presentadas en el Congreso se han publicado en un libro bajo el título: EL TRABAJO SOCIAL ANTE EL RETO DE LA CRISIS Y LA EDUCACIÓN SUPERIOR. Editorial Universitas, S.A. 2014.

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«Toma las riendas». Trabaja con tus pensamientos

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 Esta tarde abro la caja de herramientas para hablaros de «The Work» o El Trabajo, y por supuesto de su autora: Byron Katie.

Sobre el método:

The Work es un método para trabajar con aquellos pensamientos y creencias que nos producen estrés, dolor o sufrimiento. Ya sabemos que la naturaleza de la mente humana es compleja, y que las personas convivimos con creencias, gran parte de ellas adquiridas a través de nuestros padres, abuelos, maestros y en general figuras de autoridad en la niñez, e incluso otras adquiridas por la cultura y la sociedad del momento, o por una serie de experiencias vividas. Muchas de estas creencias nos impulsan y nos ayudan a avanzar; sin embargo hay otras que nos limitan y nos quitan valor –a nuestros ojos- y estas que son las que más duelen, por ello hay que cuestionarlas

¿Es verdad todo lo que piensas?

Qué pasaría si una mañana te levantaras y no recordaras nada. No tuvieras historia, no supieras quién eres, no conocieras a nadie… no tuvieses identidad, ni memorias… ¿Quién serías…? ¿Quién serías en tu relación o en tu matrimonio sin todo eso…? ¿Quién serías en tu trabajo o con tus amigos…? ¿Quién serías mientras friegas los platos… sin programación alguna, sin pensamientos…?

Estas preguntas o -quizá tan sólo una de ellas que las contiene todas- se las hizo la autora del Método: BYRON KATIE.

ImagenEsta hermosa mujer, aquí donde la veis, pasó una depresión que le duró más de 10 años. Casi no lo cuenta. No tenía ganas de vivir. Sufrió todo tipo de penalidades a causa de sus pensamientos. Se sentía culpable de estar criando a sus hijos sin poder transmitirles casi ni un ápice de gusto por la vida, incluso por su mal carácter y amargura.

Quizá ella no lo explicaría así, pero yo lo resumo de este modo y con mis palabras tras todo lo que ella ha compartido con el mundo, para ayudar a los demás a través de su experiencia.

Ya sabemos que las personas que sufren mucho y logran salir de ahí, lo hacen con un vigor desconocido, que las sitúa en un lugar de gran fortaleza y sabiduría. Generalmente se les llama maestros/as. Muchos autores lo llaman RESILIENCIA. En el caso de Byron Katie -y muchos otros- yo lo llamo ILUMINACIÓN *(alcanzar un punto de claridad importante respecto a las diferentes vicisitudes de vida, un antes y un después).

Byron Katie se dio cuenta de que cuando creía sus pensamientos, sufría, y cuando se los cuestionaba, había algo dentro de ella que se abría y se expandía… comenzaba a «VER«. Ya nada era lo mismo. Ella los cuestionaba con una serie de preguntas que forman parte de su método y que nos ayudan a indagar en lo más profundo.

Hay muchas realidades o verdades sobre todo lo que nos sucede o lo que pensamos, que no vemos fácilmente, pues por fidelidad a quién somos (a nuestra identidad) no acostumbramos a cuestionar casi nada de lo que se nos pasa por la cabeza. Por poner algunos ejemplos:

Él no me quiere. Ella debería cambiar. Mi madre no debería haberse separado. Yo debería ser madre. Soy mayor para encontrar pareja. Tendría que tener más dinero. Mi vida no tiene sentido… etc.

Todos estos pensamientos sin cuestionar, nos pueden hacer la puñeta en mas de un momento y en más de dos.

Todo esto son ejemplos de pensamientos que tenemos al cabo del día, y dependiendo de la situación que estemos atravesando, la mente se dispara, y nos puede producir un sufrimiento innecesario, que lejos de llevarnos a actuar (lo cual podría en un momento dado justificarlo un poco) nos ancla, nos infravaloriza, nos deja a la altura del betún.

Ante este panorama, podemos tardar mucho tiempo en comprender que es lo que tienen las situaciones, o las personas, que yo tengo que ver para poder liberarme y dejar de pedirle al mundo lo que sólo yo puedo darme: LIBERTAD y AUTOAPOYO.

¿Sabías que la mayor parte de las decisiones que tomas están condicionadas por tus creencias, y que la mayor parte de estas creencias no son conscientes? Es curioso, pero así funciona el insconsciente. Es como subirse a un bus hacia «ninguna parte», y teniendo que aguantar vicisitudes varias hasta llegar a «ningún lugar». The Work es una manera más de trabajar con todo eso, desde mi punto de vista muy sencilla  y útil para la vida.

The Work de Byron Katie ha llegado a todo el mundo, pues desde el año 1986 se dedica a compartir lo que ella descubrió y que le cambió la vida y su manera de entender la mente humana… el mundo.

Byron es autora de diversos libros, así como tiene un Instituto internacional sobre The Work, se llama Byron Katie Institute, y a través de este Instituto se han formado miles de personas en su método. Tiene Escuelas residenciales en Estados Unidos, así como en Europa.  Muchísimas personas de America Latina se han formado igualmente en el método, y en la actualidad se está expandiendo mucho por África, pues el Instituto es muy potente a nivel internacional y tienen programas de becas y de ayudas para la formación. Además tienen un programa residencial de 28 días para superar adicciones. Se llama Tournaround House, y otros muchos proyectos.

Si queréis más información podéis visitar su web: www.thework.com

El año pasado estuve en Estados Unidos en su Escuela, y este año repetí la experiencia en Alemania, esta vez no como participante, sino como staff (miembro del equipo colaborador). En ambas ocasiones la experiencia ha sido fuerte y liberadora.

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Esta es la orla de la Escuela en la que me gradué en Los Ángeles, California.
Y yo soy una de esas maravillosas hormigas.

Antes de esta experiencia, en muchos momentos sentía que algunos problemas eran más grandes que yo. Ahora no, ahora se que todo lo puedo cuestionar y que ello me da las pautas para salir de mi posición cómoda y tomar las riendas de mi vida.

Con the work se puede trabajar cualquier situación que os podais imaginar, y relacionada con dinero, salud, amor, trabajo, amistad, etc. Cualquier pensamiento que te pinche o te cause estrés o sufrimiento en cualquier área de tu vida.

Mi último proyecto: TRABAJAR EL AMOR Y LA PAREJA a través de the work. Como sabéis soy trabajadora social y mediadora familiar. El tema de la pareja y la familia me apasionan y es mucho el camino a recorrer. 

¿Quién serías tú sin tu historia con tu pareja, en tu relación…   o sin pareja?

¿Quién serías sin tu historia de lo que debe ser el amor?

¿Quién serías sin tu historia acerca de los hombres… o de las mujeres?

¿Quién serías sin todos esos pensamientos que te hacen sufrir en relación al amor?

Nos encontramos atravesando por un momento histórico y social en el que las relaciones están sufriendo cambios y adaptaciones continuamente. Todos los días se crean parejas, y todos los días se rompen parejas, con más o menos acierto. De igual modo hay muchas personas que viven solteras, o singles, y que no se atreven a dar el paso a lanzarse a conocer a otras personas para iniciar nuevas relaciones, sintiendo mucha frustración por ello.

Y todo está bien. Pero ¿Qué pasa cuando sufro en mi relación, o sufro porque no tengo pareja? ¿Qué pasa cuando no logro dejar ciertos aspectos en el pasado? ¿Qué pasa cuando me creo la historia de que soy demasiado mayor para enamorarme…?

SUFRO. CULPO A LOS DEMÁS. NO ME ATREVO. MI AUTOESTIMA SE RESIENTE. NO ME DOY LO QUE YO NECESITO. ME DEPRIMO.

El amor es un tema que preocupa a muchas personas, y  con el que se puede avanzar en gran medida a través the work; pues ya lo dice Byron Katie: la persona con la que estás en este momento, es tu mejor maestro. Pero no sólo tu pareja, sino tu jefe/a, tus amigos, tus vecinos… y todas aquellas personas con las que te relacionas y con las que te surgen conflictos.

La cosa está en abrirse y explorar.

¿Te atreves?

Y con esta frase me despido por hoy.

Autora: Inmaculada Asensio Fernández