La importancia de la vivienda en el campo del trabajo social. Unas aportaciones desde la óptica de la tradición del Feng Shui.

fengshui_yinyang_s

Vivienda y Feng Shui. Aportaciones para el trabajo social.

RESUMEN:
La vivienda en la que habitamos tiene un impacto muy directo en la manera de comportarnos y relacionarnos con el entorno, en nuestro estado de ánimo y, en definitiva, en nuestra calidad de vida. Se puede decir, además, que es un espejo que refleja el propio estado interior: «nuestra vivienda habla por sí sola».
A través del presente artículo se ponen de relieve ciertos aspectos beneficiosos de la tradición del feng shui relacionados con la vivienda y que influyen directamente en el bienestar de sus moradores.
Para nutrir esta entrada, he realizado una entrevista a una persona que es consultora e instructora de feng shui, con la que comparto curiosidades e intereses sobre estos temas. Su nombre: María José Bonet Canet, quién tiene una trayectoria profesional de más de 15 años; y es ella la que proporciona las claves para realizar el recorrido hacia esta nueva forma de percibir los entornos y los espacios a través de esta entrada.

INTRODUCCIÓN:
El feng shui es una herramienta que nos llega directamente de China, cuyos orígenes datan entre 3500-4000 años A.C. En la China imperial, el feng shui era un asunto de estado y sólo las construcciones imperiales y de algunos nobles tenían acceso a esta aplicación.
Desde la óptica del Feng Shui se puede ver la importancia que tiene la vivienda en el comportamiento, actitud y calidad de vida de sus ocupantes. Hoy día sus aplicaciones son diversas y muy conocidas en Occidente, y considero que pueden servir de inspiración a profesionales de lo social, en la medida en que ayudan a las familias a mejorar su hábitat. Esta mejora se lleva a cabo mediante el progresivo cambio de hábitos de los miembros de la familia, y a través de pequeños cambios y modificaciones en la disposición de los diferentes elementos del hogar, hacia el bienestar. Por este motivo, se echa mano a la filosofía derivada de esta práctica, para ponerla al servicio de los profesionales que abordan intervenciones en las viviendas de las personas. Esta propuesta recoge las bases de esta tradición oriental, aportando un sentido o explicación a las adecuaciones del entorno que pueden ser beneficiosas, poniendo especial atención en aquellos aspectos que podrían provocar tensiones o disfunciones en la unidad de convivencia.

EJERCICIO:
Antes de entrar en harina, párate un instante y observa tu casa en silencio: tu dormitorio, salón, cocina… Recorre cada estancia y observa qué sensaciones despierta tu habitáculo diario. Esto puede ser un buen ejercicio para cada una de nosotras y de nosotros, y también puede servir como ángulo de reflexión en una de las herramientas diagnósticas más determinantes de nuestra profesión como trabajadores/as sociales: la visita a domicilio. Si realizas visitas domiciliarias con regularidad, habrás percibido las sensaciones que surgen conforme vas recorriendo las diferentes estancias de la vivienda, siendo a veces agradables y apacibles, y otras completamente desagradables e inquietantes. Si ese conjunto de sensaciones pueden producirse en un pequeño lapso de tiempo, podrás imaginar el efecto que puede tener en las personas que viven en ellas, expuestas permanentemente a dichas sensaciones. El estado de la vivienda es importante, pero ser consciente de ello lo es aún más.

LA ORGANIZACIÓN DE LA VIVIENDA Y SU RELACIÓN CON EL FENG SHUI:
María José Bonet Canet es consultora e instructora de feng shui desde hace más de 15 años, y tuve la suerte de mantener una entrevista con ella, en la que intercambiamos impresiones sobre el feng shui y sobre la importancia de poner un punto de atención en la vivienda. Ella me explicó detenidamente la repercusión que la disposición de los espacios puede tener en el carácter y en el devenir de los acontecimientos del día a día.
Los espacios domésticos desordenados y/o sucios revelan mucha información a los profesionales de lo social, en tanto afectan a la calidad de vida y repercuten en el desarrollo de los individuos más vulnerables de la familia (como pueden ser las personas menores de edad).
Recuerda que apuntábamos al principio de esta entrada que la vivienda es un espejo del interior de sus moradores; por tanto si ésta se encuentra desordenada, lo ideal es preguntarse cúan desordenada anda la vida y los proyectos, ilusiones y expectativas de quién/es habita/n en ella.
No es de extrañar que en una cultura capitalista como la nuestra, en la que el valor del consumo está por encima de casi todos los valores sociales esenciales, las personas acumulen objetos y enseres que ni necesitan ni utilizan, por tanto están arrinconados en el hogar, ocupando un lugar que nos les corresponde, pues están bloqueando la posibilidad de disponer de un espacio abierto, luminoso, ordenado y libre de lastres y recuerdos pasados, aparte de que dificultan que entre lo nuevo.
No es bueno apegarse a lo material, sino más bien todo lo contrario: «viajar ligero de equipaje». Las personas estamos demasiado cargadas de pasado. Es importante aprender a desprenderse de lo que no se usa y no se necesita, pues además todas esas cosas pueden servir a otras personas o pueden reciclarse para emplearlas nuevamente en otros fines.

María José lo tiene claro: ANTE EL DESORDEN, lo ideal es TOMAR UN PAR DE BOLSAS DE BASURA Y COMENZAR A TIRAR COSAS.

dibujo_del_desorden-1440x900

Las viviendas están cargadas de pasado.

¿De qué advierte María José que hay que desprenderse en el hogar para promover el bienestar?

  • De las cosas que no se usan desde hace años.
  • De las cosas rotas o estropeadas que no pueden repararse (salvo que se quiera guardar algún objeto por pertenecer a un familiar ya fallecido).
  • De las cosas que no son tuyas.
  • De las cosas que no te gustan, con las que no te identificas y no tienen un significado para ti.

Es muy importante que la vivienda disponga de espacios para facilitar el descanso, y a su vez, la reunión de los miembros de la familia, desde el compartir más sano y adaptado a las características culturales de cada unidad de convivencia. Estos espacios son importantes porque la familia se hace, se construye día a día con estos pequeños detalles.

Un espacio abarrotado de cosas dificulta que haya una buena comunicación, así como invita a los moradores a buscar su propio espacio dentro del hogar, íntimo y a su aire, con lo cual se pierde respecto a la calidad de las relaciones y a la consistencia de los vínculos.

CONCLUSIONES:
La vivienda tiene un objetivo muy claro respecto a las personas y familias en las que se integran. Sirve para proteger, dar cobijo y estabilidad a las mismas. En este sentido, tanto si se vive solo o sola, como si se vive en familia, hay una serie de aspectos que hay que evitar para que el clima doméstico sea lo más normalizado posible, y que tienda al bienestar y al avance en la vida. Dado que el feng shui es una tradición amplia y que no puede ser resumida en una entrada de blog, para concluir vamos a recoger resumidamente los aspectos más importantes que destaca María José Bonet Canet respecto al orden en la vivienda:

  • El cúmulo de objetos y enseres en la vivienda afecta a la calidad de vida de sus moradores.
  • Es necesario tomarse un tiempo para ordenar todas las dependencias de la casa. Esta es una labor que se puede hacer con la ayuda de los diferentes miembros de la familia (los que conviven) pues no se recomienda tirar objetos de otras personas, ni ordenar espacios privados dentro de la vivienda. Esto puede generar malestar y conflictos. Para hacerlo de una manera adecuada hay que programarlo y tomarlo como una actividad necesaria e incluso lúdica, pues con frecuencia la actividad de desprenderse de lo viejo suele generar sensaciones agradables en las personas, de equilibrio y de orden interior.
  • Los pasillos son las «venas» del hogar, por tanto hay que asegurar que estos faciliten el tránsito de las personas, sin poner trabas u obstáculos en el camino.
  • Los dormitorios son para descansar, no para almacenar objetos que no caben en otras dependencias de la casa. Ojo con ésto, pues el descanso puede verse alterado por este motivo, sin ser conscientes de ello.
  • El orden es importante, pero la limpieza lo es -si cabe- aún más. La suciedad provoca mucho desorden en la psique de las personas, en su bienestar y en la autoestima. Educar en una cultura de la limpieza es algo que se puede aprender, con la ayuda de un profesional implicado y con la suficiente preparación, delicadeza y firmeza para trabajar estos temas. Si las intervenciones profesionales se convierten en sesiones en las que se critica a las personas por todo lo que hacen mal, pero no se realiza una verdadera pedagogía de la intervención, en la que las personas puedan tomar conciencia de la importancia de la limpieza y el orden en sus vidas, el trabajo nunca será duradero ni estará orientado a resultados eficaces en los destinatarios finales de las intervenciones.
  • Es tan o más importante ordenar y limpiar lo que se ve, lo aparente, como lo que NO se ve, esto es: armarios, cajones, despensas, etc. En propias palabras de María José Bonet Canet: «Un armario revuelto y desordenado, incita a la confusión y produce la sensación de impotencia y falta de poder personal».
  • Los espacios que no se ven a primera vista son los más complejos y los que más información proporcionan a los profesionales respecto a la cultura, hábitos y situaciones de conflicto de las personas. Hay que incidir cuidadosamente en estos aspectos para hacer un buen trabajo, empezando por las propias viviendas (la de los profesionales) para poder apoyar a las personas con las que se trabaja. Pues no se trata aquí de mirar hacia fuera, sino de comenzar con uno o una misma: a partir de este momento, en el que estás leyendo esta entrada de blog.
  • Es importante -a su vez- que la vivienda facilite en la medida de lo posible, el mayor grado de intimidad de los diferentes convivientes, para que las relaciones sean lo más armoniosas posibles.

El feng shui es un terreno muy amplio que abarca muchos aspectos que no están reflejados en esta entrada de blog, dado lo extenso de la materia. Si quieres saber más sobre feng shui y/o sobre María José Bonet Canet, consulta su blog en la siguiente dirección:

http://www.fengshuiesmeralda.com

Muchas Gracias María José, por tu cercanía, calidez y  sabiduría en estos temas, además de compartirlos desinteresadamente conmigo.

Autora: Inmaculada Asensio Fernández.

El abordaje de los casos de maltrato a personas mayores desde el marco de intervención del trabajo social

ImagenRESUMEN
La mayor parte de las situaciones de maltrato se producen en el contexto familiar, de ahí la dificultad de visibilizarlo oportunamente para actuar de manera coordinada y eficaz. Mediante el desarrollo de la presente comunicación, se expone de manera detallada cómo se aborda la intervención profesional, desde el ámbito del trabajo social, cuando se tiene conocimiento de una posible situación de malos tratos a una persona mayor, en el contexto domiciliario o familiar.
Para realizar esta exposición se seguirán los pasos del proceso metodológico básico de intervención en trabajo social, así como se explicarán las técnicas e instrumentos necesarios para llevarlo a cabo.
PALABRAS CLAVE
Maltrato, desatención, abandono, personas mayores, tercera edad, intervención profesional.
1. INTRODUCCIÓN
A la hora de abordar el tema del maltrato a las personas mayores es necesario hacer referencia a los profundos cambios sociales que vienen produciéndose en las últimas décadas en España, ya que afectan directamente al tratamiento de los problemas y nuevas necesidades de los sectores de población considerados más vulnerables, entre ellos las personas mayores.
En primer lugar, encontramos que la esperanza de vida ha aumentado notablemente en los últimos años en nuestro país, y esto ha propiciado que hoy día contemos con porcentajes elevados de personas mayores que requieren de una serie de atenciones y servicios destinados a promover su salud y bienestar. De igual modo, aumentan las enfermedades relacionadas con este sector de población, sobre todo las que implican algún tipo de deterioro cognitivo (p.e. alzheimer), que paradójicamente son las que más favorecen la vulnerabilidad de quién lo sufre, y las que más sobrecargan a las personas cuidadoras. En muchos casos, la evolución y el agravamiento de estas enfermedades dificultan la vida en familia y la compatibilización con la vida laboral.
La familia hoy día está atravesando cambios importantes en su estructura y en el manejo de roles por parte de sus miembros. Como unidad básica de convivencia, está viéndose obligada a soportar situaciones de tensión, necesidad y angustia derivadas de la coyuntura económica que estamos atravesando, y por la dificultad para el acceso a un empleo (por parte del algunos de sus miembros), también el acceso a los recursos de salud y a los servicios sociales, que en el caso de los mayores son los encargados de asegurar una adecuada calidad de vida. Esto provoca dinámicas de mucha tensión en las familias pues, justo en el momento en el que más apoyo se necesita para abordar esta situación de crisis, es cuando más dificultades tienen los poderes públicos para dar respuesta a ello, a pesar del innegable avance que se ha realizado en los últimos años en cuanto a reconocimiento de derechos subjetivos a las personas que se encuentran en situación de dependencia.
Los vínculos familiares y sociales cada vez son más frágiles. Siguiendo al sociólogo Zygmunt Bauman 1(BAUMAN, 2005), nos encontramos inmersos en lo que él denomina “modernidad líquida» caracterizada por la fragilidad de los vínculos afectivos entre las personas; el miedo a establecer relaciones duraderas, más allá de las meras conexiones fugaces exentas de responsabilidad; los lazos de la solidaridad parecen depender de los beneficios que generan, etc.
La metáfora de la liquidez de Bauman se deja apreciar de algún modo en las dinámicas familiares, en el sentido de que los hijos cada vez reniegan más de sus obligaciones –en cierto modo morales- respecto a sus padres, dándose en muchos casos verdaderas situaciones de abandono hacia las personas mayores por parte de sus familiares.
Las mujeres van dejando de lado la exigencia de atender a las personas más vulnerables dentro de las familias, ya que han de responder a las exigencias sociales, laborales y familiares propias, continuando con la renuncia a sus propios espacios de desarrollo individual o personal. Al no corresponder la organización de los cuidados a las personas en situación de dependencia en exclusiva a las mujeres, en muchos casos el resto de miembros de la familia tiende a considerar que las personas están mejor atendidas por personal especializado, obviando los afectos que son necesarios para el adecuado desarrollo del individuo en la vida social y familiar. En este sentido, encontramos situaciones de personas ingresadas en centros residenciales permanentes que apenas reciben visitas por parte de sus familias.
Las personas mayores no tienen la misma consideración social en todas las culturas. En la nuestra, conforme las personas avanzan en años, van perdiendo protagonismo en la vida social y familiar, de manera que son los familiares más próximos y directos los que, en términos generales, suelen alzarse como portavoces de sus necesidades y deseos. Siguen, por tanto, considerándose vulnerables por el mero hecho de ser mayores. Es necesario que la sociedad y los poderes públicos aúnen sus esfuerzos para garantizar y salvaguardar sus derechos y el pleno desarrollo de su calidad de vida, lo cual inevitablemente implica coordinar acciones para prevenir y para actuar de manera eficaz ante el conocimiento o sospecha de una situación de maltrato hacia este sector de población.
2. DEFINICIÓN Y TIPOLOGÍAS DE MALOS TRATOS
2.1. DEFINICIÓN
Para delimitar lo que se entiende por malos tratos hacia las personas mayores, se expone la definición recogida en la 2primera Conferencia Nacional de Consenso sobre el anciano maltratado, celebrada en Almería el 4 de Mayo de 1995:
El maltrato al anciano es todo acto u omisión sufrido por personas de 65 años o más, que vulnera la integridad física, psíquica, sexual, y económica, el principio de autonomía, o un derecho fundamental del individuo; que es percibido por éste o constatado objetivamente, con independencia de la intencionalidad y del medio donde ocurra (familiar, comunidad, instituciones).
2.2. TIPOLOGÍAS
Cuando se habla de malos tratos, se puede realizar una distinción en función del contexto en el que se llevan a cabo o en función de su naturaleza.
Dependiendo del contexto en el que se producen podemos distinguir:

  • Maltrato domiciliario, si se lleva a cabo en el contexto familiar que atiende a la persona mayor.
  • Maltrato institucional, si la persona mayor lo sufre en un centro al que esté acudiendo para recibir atenciones. Este puede ser una unidad de estancias diurnas, que son establecimientos que atienden a las personas mayores dependientes en régimen de media pensión; o puede ser un centro residencial, que son establecimientos donde habitan y reciben atenciones durante las 24 horas del día.

Dependiendo de su naturaleza encontramos:

  • Negligencia o abandono. Se centra en la no satisfacción de manera intencionada de las necesidades básicas: alimentación, higiene, seguridad, salud, afectos, comunicación, etc.
  • Maltrato físico. Se centra en todas aquellas agresiones físicas realizadas de manera intencionada con el fin de causar daños al anciano, o incluso -en casos extremos- la muerte.
  • Maltrato psicológico. Se centra en todos aquellos actos intencionados que generan malestar psicológico o emocional en el anciano, y que pueden concretarse en agresiones verbales, humillaciones, amenazas, chantajes y manipulaciones, desprecios, actos de intimidación o violación del derecho a tomar decisiones propias, estando en plena posesión de sus facultades.
  • Abuso económico o explotación financiera. Se trata de impedir a la persona mayor gestionar su propio dinero y patrimonio, llegando en los casos más extremos al más absoluto expolio de sus propiedades y a impedirle disponer de sus propios ingresos.
  • Abuso Sexual. Los abusos sexuales hacen referencia a realizar actos sexuales en presencia de las personas mayores o incluso con las personas mayores sin su consentimiento.

3. INTERVENCIÓN PROFESIONAL DESDE EL ÁMBITO DEL TRABAJO SOCIAL ANTE LA SOSPECHA DE MALOS TRATOS EN EL CONTEXTO DOMICILIARIO.
3.1. CONSIDERACIONES PREVIAS
Mediante el desarrollo de esta comunicación se pretende centrar la cuestión de la detección e intervención en un caso de sospecha de malos tratos a una persona mayor, desde la óptica de intervención del trabajo social. Sin embargo, cabe destacar que cuando se habla de malos tratos hay diferentes profesionales implicados en su detección y posterior tratamiento con los que los profesionales del trabajo social van a trabajar en coordinación, de manera que se articulen las acciones y los mecanismos para proteger a la persona y para tomar las decisiones pertinentes en cada caso.
A la hora de abordar un caso de posibles malos tratos, lo primero a tener en cuenta es que éstos pueden darse en cualquier tipo de persona mayor, independientemente de su situación social o económica. Igualmente conviene señalar que hay una serie de factores que pueden predisponer o suponer un riesgo de sufrir malos tratos, y estos factores van a funcionar de indicadores a evaluar cuando se estudie el caso.
La detección y la intervención ante un caso de posibles malos tratos se suele realizar desde el ámbito sanitario y desde el ámbito social, si bien cabe señalar que existen los 3mecanismos institucionales para que cualquier persona pueda realizar una denuncia sobre un posible caso de malos tratos. La Consejería de Igualdad, Salud y Políticas Sociales de la Junta de Andalucía, dispone de un teléfono gratuito de Atención al Mayor (900858381), cuya labor principal es la de recoger todas aquellas denuncias sobre situaciones de maltrato, abandono o negligencia al mayor.
Cuando se habla de malos tratos es importante tener claro que una cosa son los indicios o sospechas (signos que nos llevan a pensar que hay una situación de maltrato) y otra cosa es la certeza. Si un profesional tiene la certeza de que se está produciendo una situación de malos tratos, así como tiene identificado al autor/es, podrá interponer una denuncia en las dependencias de los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, identificando al posible agresor o agresores; así como podrá informar de forma inmediata al Ministerio Fiscal, para que inicie las investigaciones oportunas para delimitar la situación de maltrato, de cara a proteger jurídicamente a esa persona. Desde el ámbito del trabajo social, paralelo a ésto, se facilitarán los medios y recursos necesarios para proporcionar asistencia inmediata a la persona (p.e. su internamiento en un centro residencial), respetando su voluntad y su autonomía.
3.2. EL PROCESO METODOLÓGICO DE INTERVENCIÓN
La sospecha de malos tratos pone en marcha la primera fase del proceso metodológico de intervención en trabajo social: (1) El conocimiento de la realidad social.
En el momento que un profesional del trabajo social tiene sospechas de un caso de posibles malos tratos ha de iniciar un proceso de investigación social de forma rápida para esclarecer los hechos, valorar el riesgo y poner en marcha un plan de acción.
El encuadre profesional- institucional desde el que se realice la intervención va a delimitar en gran medida las técnicas o instrumentos a emplear, así como puede requerir de la colaboración directa de otros profesionales, tanto sanitarios, como de lo social.
3.2.1. TÉCNICAS A EMPLEAR PARA EL CONOCIMIENTO DE LA REALIDAD

LA OBSERVACIÓN
La observación ofrece evidencias significativas y datos que pueden registrarse y retomar en cualquier momento de nuestra investigación. Se destaca la importancia de recoger tanto la información verbal como la no verbal, poniendo el foco en:
Los comportamientos y actitudes de las personas entrevistadas.
La interacción de la persona mayor con sus cuidadores y/o familiares más directos
Todos aquellos detalles del entorno donde se desenvuelve el mayor que puedan ser significativos, como por ejemplo la vivienda en la que reside.

LA VISITA A DOMICILIO
La visita a domicilio suele realizarse por parte de los servicios sociales comunitarios (en muchas ocasiones a petición de la Consejería de Igualdad, Salud y Políticas Sociales de la Junta de Andalucía, ante una denuncia formulada en el teléfono de atención al mayor). De igual modo, estas visitas se pueden realizar por los y las trabajadores-as sociales de los centros de salud, ante cualquier tipo de sospecha detectada, así como por los y las trabajadores-as sociales de la Agencia de Servicios Sociales y Dependencia de la Junta de Andalucía, ante cualquier tema relacionado con la situación de dependencia de la persona.
La visita a domicilio puede aportar información valiosa a la hora de investigar un caso de malos tratos. El contexto “habla por sí solo” en la mayor parte de los casos; sólo hay que estar atentos y observar conscientemente la vivienda, sobre todo las dependencias y lugares que habitualmente usa la persona mayor.
Se debe tener en cuenta que la visita domiciliaria puede ser percibida de manera negativa por parte de los miembros de la familia que conviven con la persona, motivo por el cual hay que valorar muy bien la estrategia que se va a emplear para llevarla a cabo. Lo más adecuado en estos casos en los que queremos tener acceso a la intimidad doméstica, es buscar la colaboración de la familia para estudiar a la persona en su medio. Esto se podría hacer, por ejemplo, en el caso de que la persona mayor tenga el reconocimiento de una situación de dependencia, pretextando que se está llevando a cabo un seguimiento del Propuesta Individual de Atención (PIA), o aprovechando cualquier otro tipo de petición formulada en los servicios sociales o centros de salud, y así acceder de la manera más natural y tranquila a la vivienda.
Es recomendable que este tipo de visitas se realicen conjuntamente por dos profesionales, si existe tal posibilidad en la institución para la que se trabaje, dado que mientras uno de ellos puede tener el rol de observar, el otro puede estar centrado en las preguntas que marcarán el tono de la entrevista. Así mismo, en el momento de solicitar ver la vivienda o las dependencias que utiliza la persona mayor, uno de los profesionales puede acompañar al cuidador o cuidadora en su recorrido por el domicilio, y el otro puede solicitar amablemente acompañar a la persona mayor mientras tanto, evitando comprometer a la persona mayor o a la familia, para prevenir posibles represalias posteriores. Hablar a solas con la persona mayor es muy importante, ya que es una oportunidad de la que disponemos para que nos haga llegar algún gesto o indicio más evidente de su situación.
Esto puede ser muy positivo si se plantea de manera coordinada, es decir, sabiendo cada cual de antemano su papel y actuando con mucha naturalidad. Más adelante se va a contemplar cómo llevar a cabo la entrevista.
Un elemento importante a valorar en los casos de malos tratos es la relación que existe entre agresor y victima, ya que los malos tratos en el ámbito familiar se suelen dar por parte de personas de las que socialmente se esperaría un trato afectuoso y cuidadoso con la persona mayor, Este aspecto social vinculado a la persona agresora puede despistar un poco a los profesionales en su labor de detección, y hay que vigilarlo especialmente en todas las actuaciones que se lleven a cabo, tanto para detectarlo como para intervenir en él, y por parte de todos los profesionales implicados en la tarea.
A modo de síntesis, de lo que se trata en la visita domiciliaria es de valorar cómo vive la persona en su medio y cómo se relaciona con su familia. Observar las dinámicas familiares, los modos de convivencia, los roles, responsabilidades, así como los espacios de uso de la persona mayor y, si es posible, de la familia en su conjunto, en cuanto a higiene y estado de conservación. Además, para que el empleo de esta técnica sea útil, se ha de ejecutar con sumo tacto y respeto por todos los miembros de la unidad de convivencia.

LA ENTREVISTA
La familia es un entramado complejo de relaciones, reglas, fidelidades, secretos, etc, que suelen involucrar de manera comprometida a sus miembros. Este entramado suele soportar y contener las diferentes situaciones de abandono, negligencia o maltrato que afectan a las personas más vulnerables de la misma. Curiosamente, suelen ser los cuidadores más directos de la persona mayor los perpetradores de tales malos tratos. Las razones o factores de riesgo pueden ser diversos, como por ejemplo: la sobrecarga del cuidador-a (física o emocional); padecer trastornos psicopatológicos, abuso de alcohol o tóxicos; inadecuadas o malas relaciones entre cuidador y persona mayor; experiencia o antecedentes previos de maltrato o violencia en el entorno familiar, entre otros.
Para realizar una valoración adecuada, sería recomendable entrevistar por separado y a solas a la persona mayor, a los cuidadores y a todas aquellas personas del entorno de las que se rescate su colaboración.
Es aconsejable estructurar previamente el contenido de la entrevista, teniendo claro el objetivo (el porqué y el para qué) y la información que queremos obtener, así como a quiénes deseamos entrevistar. De igual modo, antes de proceder a las entrevistas, sería muy útil disponer de información sobre la persona mayor: con quién vive, quién la cuida, cuál es su centro de salud y, si es posible y está a nuestro alcance, su historial médico, etc.
Para realizar la entrevista a la persona mayor, es conveniente realizar una valoración de su estado cognitivo. Si la persona no puede valorar su situación o no se comunica coherentemente con el entorno, será necesaria la colaboración de personal médico o sanitario.
Durante las entrevistas corresponde proporcionar un ambiente adecuado que facilite la empatía entre la persona mayor y el profesional, sin presionar, sin hacer preguntas en principio demasiado directas, sino más bien comenzando con preguntas abiertas que favorezcan la apertura de la persona y que pueda sentir la confianza necesaria para expresarse. En definitiva, de lo que se trata es de dedicar un espacio al inicio de la entrevista para generar el vínculo, lo cual va a facilitar las labores de exploración. Es importante poner atención en el tono de voz para que sea sereno y amable; también lo es mostrar una actitud de escucha activa hacia la persona; estar pendiente a sus silencios, a sus resistencias a expresarse; mantener una mirada atenta y amable; mantenerse cercano físicamente, sin invadir el espacio; no emitir juicios de valor en ningún momento; utilizar un lenguaje que sea accesible a la persona entrevistada; respetar los valores y tradiciones de la persona y garantizar la confidencialidad de lo relatado en todo momento, para que se sienta segura.
Puede ser bastante recomendable, una vez entrevistada la persona mayor a solas, proceder a entrevistarla también en presencia de sus cuidadores o familiares más directos, teniendo el cuidado preciso de no realizar preguntas directas sobre la presencia o no de malos tratos, sino preguntas que ofrezcan respuesta a aspectos generales sobre la dinámica de convivencia. No se trata de comprometer en ningún momento a la persona mayor, ni a la familia, y este aspecto es de vital importancia en estos casos. Realizando esta entrevista conjunta se va a observar si se produce algún cambio significativo en el comportamiento o actitud de la persona mayor, así como si responde con la misma normalidad o facilidad a las cuestiones planteadas.
Lo fundamental a la hora de abordar la entrevista clínica es mantener una actitud abierta, sincera y de genuino interés por lo que la persona está relatando o compartiendo con nosotros. Tal como se ha reflejado anteriormente, es muy importante poner mucha atención en todos los elementos de la comunicación no verbal (gestos, expresiones, emociones que surjan, reacciones, etc), pues van a proporcionar mucha información para nutrir el caso y hacer una valoración de riesgos adecuada.
3.2.2. LA RECOGIDA, REGISTRO, ANÁLISIS Y TRATAMIENTO DE LA INFORMACIÓN
Todo lo concerniente a la recogida, interpretación y análisis de datos se corresponde con la segunda fase del proceso metodológico de intervención en trabajo social: (2) Interpretación técnico- científica de la realidad.
Se considera imprescindible recoger por escrito todas las actuaciones y gestiones que se lleven a cabo en relación al caso, así como nuestras impresiones y reflexiones, y la información obtenida por otros profesionales o personas implicadas. En el desarrollo de la profesión de trabajo social siempre se ha puesto de relieve la importancia de hacer uso del 4Diario de Campo, para ser minuciosos y sistemáticos en la práctica diaria. Los datos aislados pueden no mostrar evidencias a priori, pero una vez recogidos y agrupados, se pueden establecer relaciones y conexiones (fruto del análisis de los mismos), lo cual favorece la evaluación y la toma de decisiones. También sirve de apoyo para elaborar un informe detallado para remitir al Ministerio Fiscal, en caso de que se constate que hay una situación de maltrato sobre la que se ha de intervenir jurídicamente para proteger a la persona mayor.
El trabajo social interviene en aquellos puntos en los que la persona interactúa con su entorno, según la definición de trabajo social aportada por la 5Federación Internacional de Trabajadores Sociales (FITS,2000). Por este motivo. el profesional del trabajo social debe recabar información de todos aquellos profesionales y/ o servicios con los que interactúa la persona mayor (por ejemplo médico de familia o trabajador-a social del centro de salud, trabajador social-a de los servicios sociales comunitarios, o del centro día, residencia, etc).
La colaboración estrecha con los profesionales del ámbito sanitario o de la salud que atienden directamente a la persona mayor es absolutamente imprescindible para abordar este tipo de situaciones, sobre todo si el maltrato es de tipo físico o sexual, y de todas las gestiones que se realicen a tal fin en coordinación con otros profesionales, deberá dejarse constancia por escrito para nutrir bien la intervención.
Todas las conclusiones derivadas de este análisis, quedarán reflejadas en el diagnostico de la situación y del riesgo de malos tratos o de agravamiento de los mismos detectado.
3.2.3. ESTABLECER UN PLAN INTEGRAL Y COORDINADO DE ACTUACIÓN
Siguiendo las fases del proceso metodológico de intervención en trabajo social, una vez abordadas las fases de conocimiento de la realidad social y de interpretación técnico- científica de la realidad, que se concreta en la emisión del correspondiente juicio técnico o diagnóstico, pasaríamos a la tercera fase denominada: (3) Estrategia de acción profesional. Con carácter general, los objetivos de la intervención se centran principalmente en evitar el maltrato, proteger a la victima y respetar la autonomía de la persona mayor. La estrategia que se diseñe puede promover la permanencia de la persona en su entorno, realizando las labores de intermediación que se consideren convenientes con la familia, siempre que los riesgos detectados sean leves y haya voluntad por parte de los miembros de la familia de reconducir la situación, con la ayuda que se considere necesaria desde el ámbito del trabajo social. Como se observa, esta fase viene directamente influenciada por lo detectado en las fases previas del proceso metodológico. El diseño y la orientación de la intervención se realiza en función de los factores de riesgo detectados, y siempre en estrecha colaboración con la persona mayor y los actores implicados. Por ejemplo, si se detecta que la cuidadora está muy sobrecargada y no recibe apoyo por parte de ningún otro miembro de la familia para asumir los cuidados, nuestras actuaciones irán encaminadas a reforzar los apoyos en el entorno, así como a trabajar con la persona mayor y familia la mejora de la convivencia. Si por el contrario se detecta que el riesgo puede ser grave, se actuará de la manera más diligente posible para asistir a la persona mayor en el conjunto de sus necesidades básicas y para protegerla, con los recursos institucionales que sean necesarios.
A modo de síntesis, señalar que el proyecto de intervención recogerá: un resumen de la situación de maltrato detectada, los objetivos, los recursos, las actividades a emprender, la identificación de todos los actores implicados (cuidadores, familiares, persona mayor…), identificará todos los intervinientes en el caso desde el punto de vista de los profesionales (médico de familia, trabajador-a social del centro de salud, director-a de la unidad de estancias diurnas…); y también recogerá las actuaciones que se han llevado a cabo con anterioridad respecto al caso.
Una vez diseñado el proyecto de intervención, pasaríamos a la cuarta fase del proceso metodológico: (4) Ejecución. Y para llevar a cabo esta fase tenemos que poner en marcha una serie de recursos y de actuaciones para reconducir la situación problema y conseguir los objetivos propuestos.
El seguimiento periódico del caso es fundamental para asegurarnos que se están produciendo los cambios esperados en la familia, en la persona mayor, en la manera de relacionarse y en el entorno. Este proceso es el que puede asegurar el éxito y mantenimiento de los logros conseguidos. Las personas suelen responder más positivamente cuando saben lo que se espera de ellas y cuando perciben un interés genuíno y auténtico hacia sus dificultades y necesidades. El profesional ha de constituirse como un referente por parte de la unidad de convivencia, para acudir en búsqueda de ayuda cuando lo necesiten.
Estos seguimientos ayudan a pasar a la última fase del proceso metodológico: (5) Evaluación. Una vez concluida la evaluación, si se han conseguido los objetivos propuestos se puede archivar el caso. De lo contrario, será necesario realizar una nueva valoración para reorientar los cambios que se consideren necesarios.
4. CONCLUSIONES
Las situaciones de maltrato que afectan directamente a las personas mayores requieren de una actuación específica, rápida y coordinada entre diferentes profesionales, administraciones e instituciones (públicas y/o privadas) con la predominancia de los profesionales de la rama médico- sanitaria y del trabajo social.
De la calidad de la investigación social que se lleve a cabo va a depender en gran medida el devenir de la situación planteada, ya que las principales dificultades se pueden dar a la hora de detectarlo, por las características y el perfil que presenta la persona mayor, así como por la inevitable y progresiva disminución de contactos sociales que suelen caracterizar a esta etapa de la vida, lo que puede provocar situaciones de aislamiento que agudicen aún más la situación de maltrato.
Desde el punto de vista del trabajo social se requiere realizar una intervención exhaustiva conducente a valorar los riesgos de maltrato a los que se puede estar viendo sometida una persona mayor, de manera que se asegure que es puesta a salvo, y que cuente con los recursos necesarios para mejorar su situación. Se requiere pues, de una reflexión continuada, así como de la adquisición progresiva de herramientas, conocimientos y experiencia necesarios para encarar adecuadamente los casos de malos tratos que encuentre a lo largo de su carrera, siendo esto imprescindible para realizar un trabajo adecuado y verdaderamente útil a la sociedad.
La sensibilización de la sociedad sobre este problema es otra de las piedras angulares que han de orientar cualquier tipo de intervención profesional de carácter comunitario, ya que el tema del maltrato al mayor se sigue invisibilizando, por tanto es mucho más complicado atajarlo e intervenir para erradicarlo. El trabajo social es una pieza clave en todo proceso de maltrato, es por ello que estos profesionales han de inspirar y apoyar el desarrollo de las políticas públicas necesarias para visibilizar este problema, y para que éstas políticas se pongan al servicio de la idoneidad y calidad de las intervenciones profesionales de las personas más vulnerables.
5. NOTAS:
1. Bauman, Z. Amor líquido: acerca de la fragilidad de los vínculos humanos. Fondo de cultura económica de España S.L. Madrid. 2005.
2. Kessel H, Marín N, Maturana N. Revista Española de Geriatría y Gerontología 1996; 31: 367-372. http://envejecimiento.csic.es/documentos/documentos/almeria-declaracion-01.pdf
3. Decreto 23/2004, de 3 de febrero, por el que se regula la protección jurídica a las personas mayores (BOJA núm. 25, de 6 de febrero 2004).
4. Sanchez, M. Manual de trabajo social. Universidad Nacional Autónoma de Mexico. Escuela Nacional de Trabajo Social. 2004. (p 210) Definición: «El diario de campo es un instrumento que permite la reconstrucciones de situaciones y espacios físicos. Estas anotaciones se utilizan para evaluar las actividades del día, así como para programar nuevas tareas o bien para poder diagnosticar. En las ciencias sociales se define al diario de campo como «la libreta o cuaderno donde se anota, al finalizar la tarea, la relación de los hechos observados».
5. Federación Internacional de Trabajadores Sociales (FITS o sus siglas en inglés IFSW) (2000): Definición de Trabajo Social, Asamblea General de Montreal, Canadá. Definición: «La profesión de trabajo social promueve el cambio social, la resolución de problemas en las relaciones humanas y el fortalecimiento y la liberación del pueblo para incrementar el bienestar. Mediante la utilización de teorías sobre el comportamiento humano y los sistemas sociales, el trabajo social interviene en los puntos en los que las personas interactúan con su entorno. Los principios de los Derechos Humanos y la Justicia Social son fundamentales para el trabajo social (FITS)».
6. BIBLIOGRAFÍA

  • Bauman, Z. Amor líquido: acerca de la fragilidad de los vínculos humanos. Fondo de cultura económica de España S.L. Madrid. 2005.
  • Cenetec. Guía práctica clínica: Detección y manejo del maltrato en el adulto mayor. Mexico. Instituto Mexicano del Seguro Social. 2013. Recuperado el dia 28 de Febrero de 2014: file:///C:/Documents%20and%20Settings/Usuario/Mis%20documentos/Downloads/Deteccion%20y%20Manejo%20del%20Maltrato%20al%20Mayor.pdf.
  • Consejo General del Poder Judicial. Personas mayores vulnerables: maltrato y abuso. 2009. Madrid. Recuperado el 27 de Febrero de 2014:
  • file:///C:/Documents%20and%20Settings/Usuario/Mis%20documentos/Downloads/Personas%20mayores%20vulnerables_1.0.0%20BUENO%20(3).pdf.
  • DECRETO 23/2004, de 3 de febrero, por el que se regula la protección jurídica a las personas mayores. BOJA núm. 25. Sevilla, 6 de febrero 2004.
  • Departament de Benestar Social i familia. Protocolo marco y orientaciones de actuación contra los maltratos a las personas mayores. Generalitat de Catalunya. Recuperado el 27 de Febrero de 2014:
  • http://w110.bcn.cat/portal/site/ServeisSocials/menuitem.931633495bcd6167b4f7b4f7a2ef8a0c/?vgnextoid=bfc93b3cf3fc6310VgnVCM10000072fea8c0RCRD&vgnextchannel=bfc93b3cf3fc6310VgnVCM10000072fea8c0RCRD&lang=es_ES.
  • De la Cuesta, J.L. El maltrato de personas mayores. Detección en Intervención desde un prima criminológico multidisciplinar. Hurkoa Fundazioa. Donostia (Guipuzcoa). 2006.
  • Federación Internacional de Trabajadores Sociales (FITS o sus siglas en inglés IFSW) (2000): Definición de Trabajo Social, Asamblea General de Montreal, Canadá. Recuperado el 27 de Febrero de 2014. Página web: www.ifsw.org
  • García, F. La intervención profesional en trabajo social: supuestos prácticos I. Colegio Oficial de Trabajo Social de Málaga. Málaga. 2006.
  • Kessel H, Marín N, Maturana N. Revista Española de Geriatría y Gerontología 1996; 31: 367-372. http://envejecimiento.csic.es/documentos/documentos/almeria-declaracion-01.pdf.
  • Ley 6/1999, de 7 de julio, de atención y protección a las personas mayores. BOE núm. 233, de 29 de septiembre de 1999.
  • Rueda, J. D. El maltrato a las personas mayores: bases teóricas para su estudio. Consejería de Familia e igualdad de Oportunidades. Junta de Castilla y León. Valladolid. 2008.
  • Rueda, J. D. El maltrato a personas mayores. Instrumentos para la detección del maltrato institucional. Universidad de Valladolid. 2010. Recuperado el día 28 de Febrero de 2014: file:///C:/Documents%20and%20Settings/Usuario/Mis%20documentos/Downloads/INSTRUMENTOS%20PARA%20LA%20DETECCI%C3%93N%20maltrato%20institucional%20(1).pdf.
  • Sanchez, M. Manual de trabajo social. Universidad Nacional Autónoma de Mexico. Escuela Nacional de Trabajo Social. 2004.

*** Comunicación presentada en el I Congreso Internacional sobre Maltrato y Mayores en el siglo XXI, celebrado en la Universidad de Almería los días 11, 12 y 13 de Marzo de 2014.

Autora: Inmaculada Asensio Fernández
Trabajadora Social de la Agencia de Servicios Sociales y Dependencia de la Junta de Andalucía.
Perito Judicial en casos de Violencia de Género.
Mediadora Familiar & Consteladora Familiar.

El Método The Work de Byron Katie como herramienta terapéutica en trabajo social

RESUMEN

Mediante la presente comunicación se expone sintéticamente en qué consiste el denominado método «The Work» o «El Trabajo», creado por la autora estadounidense Byron Katie. The Work se centra en trabajar con aquellas creencias que producen estrés y sufrimiento en las personas, y que paradógicamente contribuyen a anclarlas en las mismas situaciones y problemáticas de las que quieren desprenderse. En base a los resultados obtenidos por la aplicación del método en el campo de la salud mental, publicados por la Universidad de Washington[1], se pondrá de manifiesto su vinculación con el campo de acción del trabajo social, en su dimensión terapéutica, en cuanto a usos y aplicaciones.

[Nota1]    “The Work” of Byron Katie: A New Psychotherapy? Ricardo Hidalgo, LMHC, Mental Health Practitioner & Anil Coumar, MBBS, MA, Director, Mental Health Clinic Hall Health Center. University of Washington. 2012. http://www.padoin.com/thework/anil.pdf

PALABRAS CLAVE

Trabajo Social, Trabajo Social Terapéutico, Método The Work,  Sufrimiento, Byron Katie.

ABSTRACT

Through this communication is synthetically exposed what is called «The Work» or «El Trabajo» method, created by the American author Byron Katie, focused on working with those beliefs that cause stress and suffering on people, and paradoxically contribute to anchor them in the same situations and issues they want to release. Based on the results obtained by applying the method in the mental health area, published by the University of Washington, it will demonstrate its links with the scope of social work in its therapeutic dimension in terms of uses and applications.

KEY WORDS

Social Work, Therapeutic Social Work, The Work Method, Suffering, Byron Katie.

1. INTRODUCCIÓN

El trabajo social es una disciplina que desde sus orígenes se ha servido de los aportes y conocimientos de otras especialidades para llevar a cabo su cometido. Esto ha permitido facilitar su evolución para comprender y analizar la complejidad de los problemas sociales y de los problemas humanos, así como para apoyarse en la construcción de diferentes modelos de intervención, destinados a hacer frente a las dificultades de una realidad social cambiante como la nuestra.

La profesión de trabajo social necesita adaptarse a un contexto de crisis que está generando situaciones de mucha dificultad e injusticia.  En este sentido, se considera muy necesario apostar por formas de intervención de índole terapéutica, que se fundamentan en la relación de ayuda establecida entre el trabajador social y la persona, donde el trabajador social se constituye como el profesional de referencia para orientar el cambio y posibilitar una mejoría en la situación de la problemática individual o familiar planteada[2]. Desde esta visión, se comparte una propuesta metodológica que se utiliza para trabajar con aquellos pensamientos que generan estrés y sufrimiento en las personas, de manera que pueda ser incorporada como una herramienta más en la praxis de estos profesionales, para situaciones concretas en las que las personas deseen profundizar en los temas que las angustian y las paralizan de algún modo.

[Nota2]  Tomás Fernández García (coord). Fundamentos del trabajo social. Editores: Madrid : Alianza, 2009. Pag. 270.

2. VINCULACIÓN DEL MÉTODO THE WORK CON EL CAMPO DE ACCIÓN DEL TRABAJO SOCIAL

La «ayuda» es la función principal del Trabajo Social, y desde su campo de intervención se atienden demandas de diversa índole, todas ellas muy relacionadas con procesos de escasez, precariedad, sufrimiento o crisis, que afectan a calidad de vida de las personas. Esta diversidad de demandas exige apostar por una actualización permanente[3] de conocimientos, métodos y herramientas para ponerlas al servicio de aquellos colectivos que más lo necesitan.

[Nota3]    El código deontológico en su articulo 44 señala que «El/ la diplomado/a en trabajo social está obligado a dominar la práctica profesional y a mejorarla a través de la formación permanente y la evaluación continua de su trabajo». http://dtsss.ua.es/es/documentos/practicas-externas/codigo-deontologico-de-la-profesion-de-diplomados-en-trabajo-social.pdf

Las personas suelen anclarse en viejos patrones y esquemas de comportamiento aprendidos, no sólo en el seno de sus familias, sino dados por la comunidad y cultura/ sociedad a la que pertenecen. Estos esquemas reciben el nombre de creencias. El contexto influye sobre nuestra mente y nuestra conducta, y esa influencia se produce a través de la interpretación que hacemos del mismo. La interpretación de la realidad difiere de unas personas a otras, y de la calidad de esta interpretación va a depender en gran medida la calidad de vida emocional de las personas, lo cual va a repercutir necesariamente en sus elecciones, aprendizajes, metas y objetivos de vida.

The Work constituye un importante instrumento con el que acompañar y alimentar la relación de ayuda, ya que prepara y predispone a la persona a tomar conciencia y responsabilidad sobre las dificultades que enfrenta, permitiendo generar alternativas de resolución o de cambio,  mediante un  cambio de enfoque en su situación problema. Además también sirve al profesional para trabajarse sus propios pensamientos y creencias estresantes, pues como decía el filósofo: «Nada de lo humano me es ajeno«. Los profesionales también tienen vida personal, y por tanto preocupaciones y problemas que pueden indagar con esta poderosa y sencilla herramienta. En este sentido, Byron Katie señala que «si tú no puedes acabar con la guerra en tu cabeza, no podrás acabar con la guerra en el mundo».

En Estados Unidos los/as trabajadores/as sociales (entre otros profesionales de la ayuda) se sirven del método The Work como herramienta con la que complementar su trabajo diario; de hecho el  plan de estudios correspondiente a la formación como facilitador/a de este método tiene reconocidos una serie de Créditos de Formación Continua (Continuing Education Credit) dirigidos a profesionales con licencia como terapeuta matrimonial y de familia, trabajadores sociales y clínicos, consejeros en las áreas del alcoholismo y la drogadicción, enfermeros, maestros, etc, siendo por tanto, reconocido, como una importante herramienta para emplear en procesos de ayuda.

4. EN QUÉ CONSISTE EL MÉTODO THE WORK

The Work permite a las personas, no sólo identificar y cuestionar sus creencias dolorosas, sino a profundizar en sus proyecciones inconscientes sin ser bloqueado por la vergüenza o el miedo contra la que en general tienen que defenderse. Es un método sencillo, ya que su propia autora lo define como un «proceso que consta de 4 preguntas y 3 inversiones o inquiry».

En primer lugar las preguntas invitan a la persona a reflexionar profundamente acerca de aquello que las daña y el impacto que genera en su vidaY en segundo lugar, a través de la indagación o inquiry, la persona es invitada a invertir o darle la vuelta a esos pensamientos dolorosos, de forma que pueda indagar en ellos y contemplar otro enfoque de la realidad que no se está percibiendo, por el fuerte impacto negativo que le provoca el pensamiento.

En la aplicación del Método The Work diferenciamos 3 fases, tiempos o actos, que se realizan separadamente, en actitud meditativa o de quietud.

PRIMER ACTO:

Byron Katie invita a encontrar o identificar alguna persona o situación sobre la que se tiene una visión o juicio negativo. Sobre esta situación concreta se comienza a trabajar, para lo cual en la primera parte vamos a contestar por escrito una serie de cuestiones que Katie recoge en un instrumento denominado «Hoja de El Trabajo«. Recoger tus pensamientos  y juicios por escrito te permite darte el tiempo que necesitas para identificar lo que realmente te estresa o te daña, sin dar vueltas innecesarias.  Esta hoja está dividida en seis preguntas o apartados para centrar bien la cuestión y tomar los máximos detalles posibles.

Las instrucciones generales para rellenar la hoja serían: «Piensa en una situación recurrente, una situación confiablemente dolorosa o estresante para ti, aunque haya sucedido sólo una vez, y que se repite en tu mente. Antes de contestar cada una de las preguntas a continuación, permítete visitar mentalmente el momento y el lugar del suceso estresante».

Para ilustrar bien cómo se rellena una hoja de El Trabajo, voy a utilizar como hilo argumental e ilustrativo un ejemplo real de una sesión que facilité a una persona, cuya fuente de sufrimiento era que se sentía en la obligación de ayudar a su hermano a salir de la droga.

1. Describe qué o quién te produce dolor, estrés o sufrimiento y porqué (siempre centrándose en esa situación concreta).

Por ejemplo: Estoy deprimida y ansiosa porque tengo que ayudar a mi hermano a salir de la droga.

En esta pregunta, la persona indica la emoción más fuerte que le provoca su juicio (la depresión), sin embargo a la hora de cuestionar esta primera cuestión, vamos a tomar sólo el juicio, no la emoción, es decir, vamos a trabajar con la creencia: «Tengo que ayudar a mi hermano a salir de la droga«.

2. Describe, en esa situación, cómo quieres que esta persona o situación cambie, ¿qué quieres que haga? (De lo que se trata aquí es de ser lo más concreto y claro posible).

Por ejemplo: Quiero que mi hermano no me exija ayudarlo. Que aprenda a solucionar sus propios problemas sin arrastrar de mi.

3. Describe, en esa situación, ¿Qué consejo le darías a esa persona? (Aquí se trata de dar un consejo a la persona o situación que juzgamos, de manera que sintamos que lo va a comprender y que verdaderamente podrá ayudarlo).

Por ejemplo: Mi hermano debería cuidarse. Debería dejar de hacerse daño y de tratar de tapar sus propios problemas a través de sus adicciones.  

4. Para que tú seas feliz en esta situación, ¿Qué necesitas que esta persona piense, diga, sienta o haga? (La persona debe dejar claro aquí lo que ella necesita del otro o de la situación que le daña).

Por ejemplo: Necesito que mi hermano me deje tranquila y respete que yo ahora no puedo ayudarle. Necesito que mi hermano respete mi negativa a acompañarlo en este momento.

5. En esta situación, ¿Qué piensas de esta persona? Haz una lista. (Aquí se trata de poner una serie de adjetivos calificativos a esa persona o situación que nos está haciendo daño).

Por ejemplo: Mi hermano, en esta situación, es: exigente, abusivo y dañino.

6. Señala que hay en o acerca de esta situación que no quieres volver a experimentar nunca más.

Por ejemplo: Nunca más quiero contestar el teléfono de madrugada y encontrar que mi hermano Miguel ha tenido un accidente de coche, está colocado y me pide ayuda.

SEGUNDO ACTO:

En la segunda parte del método, una vez la persona ha cumplimentado su «Hoja de El Trabajo» sobre la situación concreta que le daña, interviene directamente el profesional para facilitar el método, procurando que la persona se sienta acompañada y pueda abrirse a experimentar a través de las cuatro preguntas básicas que conforman esta segunda parte, las cuáles han de formularse secuencialmente, así como ofreciendo a la persona el espacio, el silencio y la escucha necesaria para que pueda entrar en sí misma y responder de manera auténtica, no automática. La persona ha de encontrar un estado de quietud que favorezca que se produzca un verdadero insight[4] a través de la reflexión y de sus propias respuestas.

[Nota4]    Insight es un término utilizado en Psicología proveniente del inglés que se puede traducir al español como «visión interna» o más genéricamente «percepción» o «entendimiento». Se usa para designar la comprensión de algo. Este término fue introducido por la Gestalt.

El profesional va a tomar cada una de las 6 cuestiones reflejadas en la hoja y ayudará a la persona a cuestionarlas una a una, por separado y secuencialmente, teniendo en cuenta que cuestionarlas es aplicarle 4 preguntas y 3 inversiones (al opuesto, al otro/a y a sí mismo/a). El rol del profesional es absolutamente neutro, y no interviene en ningún momento para opinar, mucho menos para sugerir o juzgar lo oportuno del trabajo que está llevando a cabo la persona. Lo máximo que interviene es para aclarar algún punto, en cuanto a la cumplimentación de la hoja, el significado de las preguntas o asuntos similares.

 Las 4 preguntas básicas son:

  1. ¿Es verdad? (Le indicamos a la persona que sólo responda «si» o «no, sin explicación alguna).

Cuando le preguntas a la persona si es verdad aquello que la daña, le permites abrirse, ir a otro nivel. Es decir, esas preguntas puedan ser contestadas por esa sabiduría que la persona lleva dentro, y mediante la cual sólo puede acceder a través de un proceso de silencio y quietud.

Ejemplo. El profesional pregunta: ¿Es verdad que tú tienes que ayudar a tu hermano a salir de la droga? (Mediante esta sencilla pregunta, la persona puede llegar a comprender que ella no tiene que hacerlo, no está obligada, no es su responsabilidad). Esto sólo lo puede ver honestamente si lo cuestiona, y sólo accediendo de esta manera puede integrar nuevas respuestas.

  1. ¿Puedes saber con absoluta certeza que es verdad? (A través de esta pregunta, se le da nuevamente a la persona la oportunidad de responder «si» o «no», sin más).

Esta pregunta se formula cuando en la primera cuestión la persona ha respondido: «si».

Se trata de una nueva invitación que permite un marco de reflexión e interiorización mucho mayor, ya que se le pregunta por segunda vez y de manera mucho más tajante, desafiando a la mente impulsiva, cargada de razones y que mantiene su postura.

Ejemplo. El profesional pregunta: ¿Puedes saber con absoluta certeza que es verdad que tú tienes que ayudar a tu hermano a salir de la droga?

La persona ayudada contestó que No, no tenía que hacerlo. Se dio cuenta.

  1. ¿Cómo reaccionas, qué sucede cuando crees en ese pensamiento?

Con esta pregunta la persona va a descubrir las implicaciones o repercusión que tiene en su vida  tener ese pensamiento. Cómo se trata a sí mismo y a los demás cuando lo tiene. Qué deja de hacer, qué emociones experimenta y cómo afecta a su cuerpo.

Por ejemplo. El profesional pregunta: ¿Cómo reaccionas, qué sucede cuando crees en el pensamiento de que tú tienes que ayudar a tu hermano a salir de la droga?

La persona objeto del ejemplo respondió (resumidamente) que reaccionaba con mucho nerviosismo y desesperanza. A nivel físico sentía mucha presión en el pecho y en la cabeza. Sentía ganas de llorar y de salir corriendo. Se trataba a sí misma de manera muy autoritaria y déspota, exigiéndose dar el 100% en un momento en el que ella estaba al 30%, por su estado emocional y preocupaciones. Observaba con claridad la repercusión que tenía este pensamiento en la propia relación que tenía con su hermano, al cual mentía constantemente y evitaba a toda costa, sin darle a él la posibilidad real de buscar otros apoyos en otros miembros de su familia.

  1. ¿Quién serías sin tú sin el pensamiento? (en esta misma situación)

Con esta pregunta la persona percibe quién sería ella sin ese pensamiento que  la daña, y desde ese lugar se la invita a comunicarse con el profesional.

Ejemplo: Imagínate quién serías tú en esta situación con tu hermano, (o en cualquier otra situación de tu vida diaria) sin el pensamiento de que tú tienes que ayudarlo a dejar la droga?

La persona objeto del ejemplo respondió (resumidamente) que si no se le pasara por la cabeza ni un segundo que tiene que ayudar a su hermano, se sentiría libre, relajada. Estaría de buen humor cuando hablara con él, y con más disposición a compartir algunos momentos juntos. Estaría mas centrada y realizaría más actividades de ocio, y fumaría menos.

La persona puede ver con claridad mediante las preguntas 3 y 4 cómo el pensamiento cambia su estado emocional, y la diferencia entre creer el pensamiento que la acosa, y creer en su opuesto, que la libera. Vivir esto en primera persona suele tener resultados muy liberadores, de hecho en el ejemplo descrito los tuvo.

TERCER ACTO:

La tercera parte del método, consiste en las inversiones, es decir, dar la oportunidad a la persona para experimentar los opuestos a lo que cree que es verdad, y proporcionar además 3 ejemplos concretos y genuinos de cómo puede ser verdad lo opuesto a lo que crees que es verdad.

Para ilustrar bien este apartado, vamos a seguir el hilo conductor del ejemplo con el que hemos ido trabajando.

INVERSIÓN 1 (al opuesto)Invitamos a la persona «X» a que inverta esa creencia que la estresa en primer lugar al opuesto, y que nos de 3 ejemplos genuínos y especificos de cómo puede ser verdad ese opuesto.

Ejemplo: La frase original era «tengo que ayudar a mi hermano a salir de la droga». Ahora se le pide que la inverta al opuesto: «No tengo que ayudar a mi hermano a salir de la droga».

Le pedimos los 3 ejemplos de cómo puede ser verdad que no tengo que ayudarlo a hacerlo:

  • ejemplo 1: él no quiere dejar la droga, no me ha pedido que lo ayude en eso.
  • ejemplo 2: moralmente no estoy obligada a hacerlo, pues ya lo he apoyado muchas veces, sin éxito, y yo también tengo mi propia vida y problemas que atender.
  • ejemplo 3: yo soy la hermana pequeña, y mis hermanos mayores están más predispuestos a apoyarlo, por tanto no tengo porqué asumir eso ahora, hasta enfermar.

INVERSIÓN 2 (al otro)Cuando la persona invierte al otro, lo que hace es colocarse ella en el puesto del otro, y colocar al otro en su puesto. Vamos a verlo más claro con el ejemplo:

Ejemplo: La frase original era «tengo que ayudar a mi hermano a salir de la droga». Ahora la invertimos al hermano: «Mi hermano tiene que ayudarme a mi (a dejar la droga[5]».

[Nota5]   Aclaración: La droga, en tanto que adicción, puede ser interpretada como la adicción que tiene la persona del ejemplo propuesto de ayudar a su familia, aún a pesar de su propia salud.

  • ejemplo 1: mi hermano tiene que ayudarme a dejar los ansiolíticos y los antidepresivos que tomo desde hace un par de años.
  • ejemplo 2: mi hermano ha aceptado en otras ocasiones que yo no estaba preparada para ayudarlo, ya que incluso he enfermado y he tenido que ingresar en salud mental, por este motivo él tendría que ayudarme.
  • ejemplo 3: mi hermano es mayor que yo, y por tanto está obligado a ayudarme a mi.

Con esta inversión la persona «X» se libera un poco de su nivel de exigencia y se da cuenta de que es igualmente verdad que ella tiene que ayudar a su hermano, como que él tendría que ayudarla a ella. Esto le facilita ver cómo ella se coloca en una situación de mayor vulnerabilidad al exigirse estar ahí cuando no puede hacerlo ahora, por su perfil y características en este momento. Ver que su hermano también tendría que hacerlo y no lo hace, la hace sentirse menos culpable o responsable de él, por tanto la libera.

INVERSIÓN 3 (a sí misma): Cuando la persona invierte el pensamiento a sí misma, se coloca a ella misma en todas las posiciones posibles frente al problema, es decir, puede hacerse consciente de lo que ella tiene que darse a sí misma, que es lo único verdaderamente manejable para ella aquí y ahora. Veamos el ejemplo:

Ejemplo: La frase original era «tengo que ayudar a mi hermano a salir de la droga». Ahora la invierte a sí misma: «Tengo que ayudarme a mi misma a salir de la droga».

  • ejemplo 1: Yo también tengo que ayudarme y apoyarme a mí misma para reducir el consumo de ansiolíticos, estando tranquila, viviendo mi vida un poco al margen de la de mi familia.
  • ejemplo 2: Yo tengo que ayudarme a mí misma a no caer en una depresión mayor (como la que tuve hace unos años y que me llevó a un intento de suicidio), por tanto tengo que ayudarme con esta droga que es mi familia, a alejarme prudencialmente de ella.
  • ejemplo 3: tengo que ayudarme a dejar la droga de hacerme responsable de todos los problemas que padecen mis hermanos, la droga de querer ser siempre la imprescindible, ya que de otro modo parece que no valgo lo suficiente, a mis ojos.

Una cuestión destacable en todo este proceso es que cuando la persona no está familiarizada con el método, y por tanto no tiene una apertura mental suficiente para experimentar los opuestos a lo que cree que es verdad y vivir sus ejemplos, el profesional puede apoyarle dándole algún ejemplo específico que ha percibido sobre su historia, siempre desde el respeto y pidiéndole permiso para intervenir. Por ejemplo se le puede decir: «Yo tengo un ejemplo de cómo tú tienes que ayudarte a ti misma en esta situación con tu hermano, ¿Quieres escucharlo?» Y si la persona responde afirmativamente le damos nuestro ejemplo. Puede que lo tome o que considere que no va con ella. Eso no importa, lo importante es que se vaya desbloqueando poco a poco y abriéndose al proceso.

5. CONCLUSIONES

Parece ser que en contextos tan cambiantes como los que estamos atravesando, los profesionales de la ayuda han de comprometerse de manera decidida por formarse en todas aquellas herramientas y métodos con los que pueda hacer frente a toda la problemática derivada de estas nuevas situaciones de crisis. En este sentido, The Work constituye un importante instrumento con el que acompañar y alimentar la relación de ayuda, ya que prepara y predispone a la persona hacia el cambio de enfoque en su situación problema. De igual modo, uno de los aspectos más relevantes que proporciona es que al tratarse de una herramienta que permite a la persona trabajarse a sí misma, el propio profesional la puede emplear para realizar su autotrabajo, lo que va a redundar en una mejora de su calidad de vida y de la calidad de su trabajo.

6. BIBLIOGRAFÍA

  • Código deontológico de trabajo social. (2012). Consejo General del Trabajo Social. Madrid.
  • De Robertis, C. (2003). Fundamentos del trabajo social: ética y metodología. Valencia: Nau Llibres.
  • Fernández T. Coord. (2009). Fundamentos del trabajo social. Editores: Madrid: Alianza.
  • Fombuena J. Coord. (2012). «El trabajo social y sus instrumentos. Elementos para una interpretación a piacere. Nau Llibres. Valencia.
  • Gaviria, S. E., Cuadrado G. I. y  López S. M. (2009). Introducción a la psicología social. Editorial Sanz y Torres. UNED. Madrid.
  • Hidalgo, R. y Coumar A. (2012). “The Work” of Byron Katie: A New Psychotherapy?(http://www.padoin.com/thework/anil.pdf) tomado el día 20 de enero de 2014.
  • Katie, B. (2009). Amar lo que es. Barcelona. Ediciones Urano.
  • Katie, B. Mitchell, S. (2009). Mil nombres para el gozo (A Thousand Names for Joy). Barcelona. Editorial La liebre de Marzo, S.L.
  • Molina M. L. y ‎Romero, M. C. (2004). Modelos de intervención asistencial, socioeducativo y terapéutico en trabajo social. San José: Editorial de la Universidad de Costa Rica.
  • Rondón G., L. M. y Taboada G., M. L. (2013). Voces para la ética del trabajo social en tiempos trémulos. Ediciones Paraninfo, S.A.
  • Rojas M. C. (2007). La dimensión terapéutica del Trabajo Social y la protección de los derechos humanos. IV Congreso Internacional – VII Congreso Nacional de Trabajo Social  San José, Costa Rica, 5 a 7 de setiembre de 2007. 2-10-2013.

Autora: Inmaculada Asensio Fernández. Trabajadora Social. Coleg. nº 543.

Comunicación presentada en el I Congreso Internacional de Facultades y Escuelas de Trabajo Social, celebrado en la Universidad de Murcia los días 23, 24 y 25 de Abril de 2014. Todas las comunicaciones y ponencias presentadas en el Congreso se han publicado en un libro bajo el título: EL TRABAJO SOCIAL ANTE EL RETO DE LA CRISIS Y LA EDUCACIÓN SUPERIOR. Editorial Universitas, S.A. 2014.

Imagen

Hay que poner voz a las personas dependientes que necesitan ayuda, tal como lo hace Eva Nasarre

Imagen

Eva Nasarre e Inmaculada Asensio, ambas trabajadoras sociales. XII Congreso Estatal de Trabajo Social celebrado en Marbella, en Noviembre de 2013.

Durante el XII Congreso Estatal de Trabajo Social celebrado en Marbella durante el mes de Noviembre de 2013, se realizaron diferentes actividades paralelas a las ponencias y comunicaciones previstas en programa. Había una zona denominada «Sube a la Plaza», en la que se congregaban diferentes profesionales para nutrir los talleres y actividades que se iban realizando.

Una mañana subí a la plaza y me encontré a un grupo de personas sentadas alrededor de una mujer –con pinta de interesante– que parecía estar compartiendo algo valioso.

Me acerqué y tomé asiento.

La miraba fijamente, su cara me era familiar. Tenía una expresión dulce, y a la vez contundente. Ella es portavoz, imagen y miembro de una plataforma de personas afectadas por los recortes en materia de dependencia y que, a pesar de tener graves dificultades para realizar las actividades más básicas, no disfrutan de recurso alguno que las ayude a paliar su situación. En aquella situación esta mujer compartía sus experiencias como persona en situación de dependencia, y su narrativa iba en la línea de denunciar la cantidad de casos que en la actualidad se encuentran a la espera de recibir alguna ayuda.

Esta mujer me llegó. No era sólo el contenido del mensaje, alejado de victimismos, y relatando la crudeza del día a día de muchas personas que no tienen la autonomía suficiente para valerse por sí mismas. Me llamó la atención cómo ensalzaba la DIGNIDAD de la persona por encima de todo, la manera de hilar los hechos que han provocado esta situación y cómo lo ha vivido ella en primera persona, motivo por el cual lo comparte desde esa humanidad y cercanía que toca a cualquier corazón.

La escuché con interés y emocionada, y al finalizar su intervención, más los turnos de preguntas, me acerqué, le di las gracias y un abrazo por su valentía y disposición para –en propias palabras suyas– poner voz a tanta injusticia y a tanto olvido por parte de los que nos gobiernan. Le comenté que su cara me era familiar, y me contestó que antes de padecer esta artritis reumatoide (diagnosticada en 1999) estuvo trabajando como entrenadora de gimnasia, conduciendo un espacio televisivo en las mañanas de Televisión Española, concretamente en la década de los 80.

Su nombre: Eva Nasarre. Su corazón: inmenso. Su lucha: digna de agradecimiento.

Eva nos invitaba a ponernos en la piel de los enfermos:

-«No somos números, ni estadísticas, ni beneficios. Yo no sé si vale más un aeropuerto que nuestra vida» – fue uno de sus mensajes.

Además de la reducción de las ayudas, denunciaba que los dependientes deben enfrentarse a otras modificaciones dentro de la sanidad, como son el copago y la eliminación de algunos medicamentos de la lista de la Seguridad Social.

-«Las personas dependientes no le interesan a nadie. La sanidad quiere recortar y dejarnos fuera en muchas situaciones, y si quieres hacerte un seguro de salud privado, al ser dependiente tampoco interesas a nadie».

Y directamente sentenciaba:

-«El sistema quiere que nos muramos, y cuanto antes mejor». El argumento para justificar todas las injusticias y precariedad que vivimos siempre es el mismo: hay crisis, no hay fondos, la ley de dependencia no es sostenible, está mal diseñada y no se puede hacer más.

La denominada Ley de Dependencia recibió el mayor estoque de su corta historia en Julio de 2012, al aprobarse una serie de medidas para «garantizar la estabilidad presupuestaria del país» (https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-2012-9364) . El recorte económico fue tan drástico que se ha visto reducida la eficacia de esta ley, en su aplicación.

Como trabajadora social y como ciudadana, personalmente prefiero que salgamos de la crisis todos juntos, antes o después, a que salgan sólo unos pocos; que haya políticas sociales más solidarias y que la vida de cualquier persona esté por encima de todo lo demás.

Puestos a soñar, me gustaría que las personas pudiéramos confiar más en las estructuras políticas; que la corrupción fuera sólo una anécdota o caso aislado… que se pudiera perder cualquier cosa, excepto la esperanza. Considero que si todo el dinero y la riqueza que hay en España estuviera “en su sitio”, la crisis tendría otra cara, una más humana y más generadora de confianza entre las personas.

No tengo palabras para agradecer la exposición y esfuerzo de Eva Nasarre, pues puso voz y conciencia a la situación de muchas personas que no tienen la oportunidad ni los medios para expresar su malestar y sus necesidades.

Me sumo a tu denuncia Eva. Eres un ejemplo a seguir. Gracias.

Autora: Inmaculada Asensio Fernández. (Trabajadora social de la Agencia de Servicios Sociales y Dependencia de la Junta de Andalucía).

Separación de pareja e hijos

Hoy comparto un relato que he escrito con el objetivo de ilustrar la realidad de much@s hij@s tras el divorcio o separación de sus padres, de manera que se tome conciencia de lo importante que es mantener una relación lo más cercana posible con aquell@s, haciendo lo posible por lidiar con las propias dificultades, o las que en ocasiones pueda proporcionar la ex-pareja. Buscar ayuda puede ser una opción muy útil en la mayoría de estos casos, sobre todo si se opta por la fórmula de la mediación familiar para el proceso de separación.

Los hijos son hijos para toda la vida, independientemente de que la relación entre papá y mamá haya terminado. Comprender esto y respetarlo es absolutamente liberador para los hijos.

Vivir con la ausencia de «…» marca la vida. Más luego, al crecer, siempre se puede rescatar a los propios padres internos para arropar a ese niño o niña que un día fuimos. Con todo mi cariño.

Un domingo con papa

Imagen

Abro los ojitos a primera hora de la mañana y me acuerdo de papá. Hoy es domingo y le toca venir a buscarme para llevarme al parque.

Mientras me lavo la cara, me llega desde la cocina el olorcito a churros de los domingos, que es el único día que los fabrican, por lo menos eso dice mi madre. Me da mucha rabia porque me encanta desayunar con churros, pero bueno, el plan que tengo para hoy es mucho mejor; estoy deseando ver a papá que los últimos fines de semana ha tenido mucho trabajo y no ha podido venir, pero ya de hoy no pasa, que me lo prometió.

Corro a la habitación y con la ayuda de mama me pruebo varios vestidos, hasta que al final me quedo con el que más me gusta, el vestido blanco de raso, el que tiene el lazo más largo de todos… hoy quiero parecer una princesa.

Enciendo el cassette para escuchar música… -¿Me concede este baile señorita?- susurro frente al espejo mientras mama busca un cepillo para acomodarme el pelo… doy vueltas y vueltas sin parar cantando como una loca. Siento una revolución de mariposas en el estómago porque ya casi no veo a papa. Siempre está trabajando y apenas tiene tiempo para venir a verme como antes. A menudo le surge algo a última hora que le impide venir, pero hoy no, que me prometió que hoy estaría aquí puntual para pasar todas las horas del mundo conmigo, su princesa.

Luego de peinarme me voy corriendo al baño, otra vez, que de tanto nervio que tengo no paro de hacer pis.

-¿Qué hora es mamá? No entiendo porqué tarda tanto papá. Tengo ganas de salir ya a la calle y de echarme muchas fotos en el parque.

– Las diez y media – responde mamá. Seguro que hay mucho tráfico y por eso no le ha dado tiempo a llegar a las nueve. Espéralo en tu habitación vaya a ser que te manches tu vestido.

Cada vez que mi madre dice que hay tráfico pasa algo malo, ¿por qué será? Vuelvo a la habitación y comienzo a vestir y a desvestir todas mis muñecas, a pintarles la cara, cortarles el pelo… Juego mucho rato, el máximo que puedo, pues quiero dar tiempo a papa para luchar contra todos los monstruos que lo retienen contra su voluntad y que no lo dejan venir por mi; mi padre es fuerte y valiente y se pega con quién haga falta para llegar pronto a verme…eso seguro.

Me miro al espejo y veo que el pasador se me ha movido un poco y ha dejado tres o cuatro mechones de flequillo al aire. Ya estoy despeinada otra vez. Me detengo en la luz que entra por la ventana y veo que el color es distinto al de hace un rato. Salgo a buscar a mamá para preguntarle la hora y me la encuentro preparando la mesa para almorzar. No digo nada, doy la vuelta sobre mis pasos y me tumbo en la cama. Papá está trabajando seguro, y eso es bueno… pero yo tengo ganas de llorar.

Autora: Inmaculada Asensio Fernández

La figura del trabajador social en los tanatorios ¿Nuevo yacimiento de empleo?

Imagen

Hace una semana aproximadamente he asistido al XII Congreso Estatal de Trabajo Social, celebrado en Marbella. La experiencia ha sido positiva y nutritiva para mi, a muchos niveles. La organización del evento ha sido inmejorable, con gran variedad de contenidos y temáticas, superando considerablemente mis expectativas. Por mi parte, participé mediante la exposición de dos comunicaciones en dos mesas redondas, y en una de ellas -que trataba sobre cómo y dónde se buscan la vida ahora los trabajadores sociales- conocí a Rafael Díaz, que trabaja como trabajador social en un tanatorio en el Campo de Gibraltar. Su comunicación fue interesante y novedosa, de modo que al finalizar le pedí conversar un poco para que me diera más detalles sobre la labor que lleva a cabo. Fruto de la mini-entrevista que tuve con él, aquí comparto los aspectos más significativos.

Entrevista realizada a Rafael Díaz por Inmaculada Asensio.

– ¿Cómo surge la idea de ejercer el trabajo social en un tanatorio?

La idea surge, por decirlo de algún modo, de la desesperación (risas). Estaba cansado de buscar trabajo, de llamar a una puerta y a otra, sin resultados. Sólo me ofrecían voluntariado, y me parece útil el voluntariado, pero no para suplir una labor profesional como las que se ejercen desde nuestra profesión, sino para realizar otro tipo de tareas quizá menos especializadas.

Una mañana me levanté y me pregunté: ¿Dónde hay necesidad hoy día? y me vinieron a la cabeza los tanatorios, donde siempre hay demanda de servicios y que además son punto de encuentro familiar. En los tanatorios se viven situaciones familiares muy complicadas, surgen conflictos, se requiere de apoyos y de ayuda, tanto emocional, económica, como de otra índole.

Hay una cosa que tenía muy clara, y es que uno no puede ir a buscar trabajo sin llevar algo debajo del brazo. Con esto me refiero a que tienes que tener claro lo que tú puedes ofrecerle a la organización o empresa, tus recursos, los proyectos que puedes poner en marcha, y las funciones que podrías desempeñar en ese centro de trabajo, pues de otro modo no tienes oportunidad de reivindicar una parcela de trabajo en ese centro en cuestión.

– ¿Cómo defendiste tu postulación para trabajar en el tanatorio, qué hiciste?

En primer lugar, me presenté en una 1ª entrevista como trabajador social, y observé nuevamente el desconocimiento que hay sobre la profesión en diferentes ámbitos. Realicé una exposición descriptiva sobre la profesión de trabajo social, y su vinculación en todos los procesos relacionados con la familia (en este caso la muerte); Les comenté lo que yo -en 1ª persona- como trabajador social le podía ofrecer a la empresa, y dio la casualidad que justo buscaban un profesional con un perfil muy similar al trabajador/a social: alguien con habilidades sociales y comunicativas para tratar con las familias en esas situaciones tan difíciles, así como para poder intervenir en situaciones de conflicto, desavenencias, etc. Las relaciones humanas generan conflicto y los profesionales de lo social estamos preparados para la gestión del conflicto que repercute en la calidad de las relaciones personales o la calidad de vida.

¿Cuáles son, en líneas generales, las funciones que desarrollas en el tanatorio?

Respecto al trabajo en sí, te explico como serían las fases que se llevan a cabo en una intervención completa (con la diferencia de que en el tanatorio para el trabajo se refieren a cada caso como un «servicio»).

PRIMERA ACOGIDA A LA FAMILIA:

Por un lado, la demanda procede generalmente de una llamada de teléfono de la familia comunicando una defunción, generalmente muy nerviosa y con poco acierto a la hora de indicar los datos de situación. Se acoge la demanda con la mayor calidez posible, así como dando soporte emocional a la persona. Digamos que se le pretende explicar el procedimiento intentando empatizar, para no caer en la frialdad que envuelve a los trámites rutinarios.

COORDINACIÓN DE LA ASISTENCIA EN EL TANATORIO:

Tras ésto, empieza la fase de coordinación de la asistencia y trámites burocráticos (fase de exclusiva asistencia social): Se avisa a los conductores que realizarán la recogida, se gestiona la firma de los certificados médicos de defunción, se solicita al juzgado la licencia de enterramiento, se rellenan los datos para la estadísticas del INE, etc… (hay que recordar que en todos estos trámites es necesaria la intervención de la familia de una u otra manera y recordemos que son momentos muy duros para ellos, por lo que las habilidades para interactuar de forma asertiva se erigen como piedra angular de la intervención).

RECEPCIÓN Y ATENCIÓN DIRECTA DE LAS FAMILIAS:

Cuando la familia llega al tanatorio, se recibe a los portavoces y se atienden sus demandas dentro del marco que la cobertura de su seguro o servicios (tipo de ceremonia, ubicación, necesidad de vehículos para familiares que no pueden desplazarse al velatorio, desean publicar una esquela en el periódico, tipo de flores, etc.)

Tras ésto, se acompaña a los familiares a la sala de velatorio y se coordinan los servicios a los que se han adherido.

GESTIÓN DE LAS RELACIONES Y DE LAS POSIBLES SITUACIONES DE CONFLICTO:

En el transcurso del velatorio, las diferentes formas de expresar el duelo, la diversidad cultural, diferentes niveles educativos, etc. Hace que la gestión de las relaciones entre familias que ocupan el tanatorio de forma simultanea y familiares de una misma rama sea todo un arte. Dada la situación por la que estas personas están pasando, cualquier detalle puede ser llevado al extremo, por lo que es necesario valorar en cada situación el rol a adoptar para la correcta gestión de la situaciones de conflicto (no con todos funciona ser pasivos, o directivos, etc.)

APOYO EN LA DESPEDIDA DEL FAMILIAR:

Por último, la despedida se intenta abordar de la manera más neutra posible para no interferir en la necesidad de cada persona, aunque en algunos casos en necesario intervenir y favorecer el «despegue» de la manera menos traumática posible.

Es increíble la deshumanización que se puede detectar en este tipo de servicios funerarios. El negocio que rodea al tema de la muerte requiere de profesionales humanos y formados para garantizar una atención digna y lo más justa y equilibrada posible. Ahí los/as trabajadores/as sociales tenemos mucho que decir.

Este sería el resumen general de una intervención, pero cada caso es un mundo y las situaciones son infinitas.

La entrevista realizada a Rafael tuvo muchos ejemplos y matices que no pueden ser reflejados al 100% en esta entrada de blog, que pretende servir de estimulo a aquellos otros profesionales que se encuentran en periodo de búsqueda activa de empleo y necesitan un impulso.

Tengo que destacar de Rafael su apertura, disponibilidad y cercanía a la hora de abordar la entrevista, así como que es todo un ejemplo de cómo una persona es capaz de hacerse valer profesionalmente y de abrir camino para sus colegas.

He aquí el profesional, Rafa.

Imagen

Sólo puedo darle las gracias por ello.

Autora: Inmaculada Asensio Fernández.

Nuevos caminos en el ejercicio de la profesión de trabajo social

Imagen

«La mejor manera de predecir el futuro es creándolo». Peter Drucker.

Palabras clave

Trabajo social, innovación social, sinergia.

Resumen

Con el desarrollo de la presente comunicación se formulan una serie de propuestas para ejercer profesionalmente el trabajo social, tanto de forma individual y autónoma, como mediante la colaboración con otros campos de conocimiento y otros profesionales. Tomando la fuerza de aquellos profesionales que nos precedieron, y el impulso de los que en este momento se encuentran en primera línea de acción- reflexión, innovando y creando, así como apostando por nuevas formas de llevar a cabo el trabajo diario; construyendo los puentes necesarios para llegar a aquellos sectores profesionales poco explorados en el desarrollo histórico de la profesión en nuestro país.

Keywords

Social work, social innovation, synergy.

Abstract

With the development of this communication we intend to made a series of proposals for professionally social work practice, both individually and autonomously, and through collaboration with other fields of knowledge and other professionals. Taking the force from the professionals who came before us, and taken the pulse of those who are currently at the forefront of action-reflection, innovating and creating and investing in new ways to carry out the daily work, building the necessary bridges to reach those unexplored professional sectors in the historical development of the profession in our country.

INTRODUCCIÓN

La contracción económica por la que estamos atravesando ha afectado mucho a la profesión de trabajo social, pues por un lado ha aumentado considerablemente la demanda de su ayuda, y por otro ha reducido la posibilidad de acceso a los recursos públicos con los que complementa su intervención. Este desmantelamiento acelerado y progresivo de los servicios públicos, está desafiando la capacidad creadora de muchos profesionales de lo social que se están viendo abocados a llenar el vacío dejado por un estado de bienestar gravemente herido.

Desde el ámbito de la profesión se deben articular todas las acciones reivindicativas que se consideren necesarias para salvaguardar todos esos derechos sociales conquistados, bajo la premisa de: “reivindicar sí, y ampliar horizontes y enfoques en pos de avanzar, también”.

La profesión se encuentra ante el reto de re-inventarse, manteniendo la identidad que proviene de su cuerpo teórico y de la sistematización de su práctica profesional, realizando un movimiento consciente para acercarse a otros ámbitos de intervención, es decir, encaminarse hacia la conquista de nuevos espacios donde ejercer y desarrollar su trabajo. Crear nuevos campos de acción puede ser una oportunidad de mejora en este momento en el que lo que abundan son las necesidades sociales. Siguiendo a Natalio Kisnerman «toda crisis lleva a la reflexión y a una angustia existencial, pues ellas son el motor de los cambios». En este sentido, es conveniente recordar que el trabajo social creativo es la capacidad de generar alternativas de solución y llevarlas a cabo, pues las personas con las que trabajamos son el recurso más valioso con el que podemos contar, ya que ellas tienen capacidades que el trabajador social ha de movilizar, con un decidido papel motivador y de promoción.

ABRIR CAMINOS GENERANDO SINERGIAS CON OTROS PROFESIONALES

La titulación académica de trabajo social proporciona una basta formación para detectar e interpretar las bases del sufrimiento humano, interviniendo en los puntos en los que las personas interactúan con su entorno, para dar soporte, acompañar y orientar hacia la superación de las dificultades, así como para motivar hacia el cambio.

Muchos profesionales que se dedican a labores de ayuda comienzan a apostar por marcos de trabajo más libres y autónomos, desde esquemas de colaboración con otros profesionales, trabajando por proyectos. De este modo aporta y a la vez se nutre de tal colaboración en muchos ámbitos de su carrera. Algunos ejemplos prácticos de la generación de estas sinergias empresariales pueden ser los siguientes:

Creación de proyectos para poner en marcha escuelas de padres y madres, en colaboración con profesionales de la enseñanza, de la psicología, o de la educación social, entre otros. Intervenir conjuntamente en estos ámbitos enriquece mucho el trabajo, además de que aporta una visión muy práctica de la realidad social y familiar del momento actual.

Desarrollo de proyectos conjuntos para ejercer la actividad de la mediación familiar, trabajando en colaboración con abogados-as, o con profesionales vinculados con el campo de la psicología, entre otros. De este modo se amplía la red de personas a las que ofrecer los servicios, y se tiene la posibilidad de moverse en círculos mayores de actuación. Para embarcarse en este tipo de proyectos es necesario realizar una formación complementaria y específica en mediación familiar, según la normativa vigente que regula el desempeño de esta actividad.

Proyectos de puesta en marcha de servicios de orientación y apoyo a familias, dado que hay muchas familias que requieren ayuda especifica por parte de equipos multidisciplinares y que no suelen frecuentar los servicios sociales. Este tipo de proyectos se pueden orientar a la resolución de conflictos en el seno de las familias, así como a abordar aspectos tales como el diseño del proyecto familiar vital, incluyendo aquí herramientas que provienen de profesiones emergentes en estos momentos de cambio mundial, como ejemplo el coaching, etc.

Como vemos en estos ejemplos prácticos, se trata de establecer marcos de colaboración sobre la base de lo que unos y otros profesionales dominan en su ámbito de trabajo, intercambiar ideas y crear nuevos proyectos, útiles e innovadores para el momento social que se está atravesando, en concordancia con las características culturales, sociodemográficas y económicas del lugar.

AMPLIACIÓN DEL CAMPO DE ACTUACIÓN MEDIANTE LA INCORPORACIÓN DE CONOCIMIENTOS Y EXPERIENCIAS PROVENIENTES DE OTRAS DISCIPLINAS.

Cada momento histórico posee unos condicionantes para el desarrollo de cada profesión. Los hechos que vivimos hoy día nos fuerzan de alguna manera a encontrar alternativas para actuar y avanzar en este contexto cambiante. Surgen nuevas profesiones como el coaching, la terapia gestalt, las constelaciones familiares, el mindfullness, etc.

Son muchos los profesionales que, formados académicamente en una disciplina determinada, apuestan por ampliar su formación hacia otras corrientes o vías con las que enriquecer su trabajo, mediante la incorporación de nuevos conocimientos y experiencias profesionales. Ana Escobar, diplomada en trabajo social, da buenas muestras de ello mediante la puesta en marcha de una empresa de trabajo social, peritaje y formación. Toda su experiencia como empresaria queda reflejada en su libro sobre Introducción al ejercicio libre profesional y empresarial de los trabajadores sociales.

CO- RESPONSABILIDAD SOCIAL DE LAS GRANDES EMPRESAS HACIA EL OBJETO DE INTERVENCIÓN DEL TRABAJO SOCIAL.

En estos momentos que estamos atravesando en los que hay bastantes promociones de profesionales de lo social que tienen dificultades para acceder a un empleo, se proponen nuevas vías para tratar de mejorar la calidad de vida de las personas que habitan el mundo, en esta ocasión con la propuesta clara de corresponsabilizar a las grandes empresas con el bienestar de la población, de manera que se pueden comenzar a elaborar proyectos de bienestar o desarrollo comunitario, rescatando la colaboración económica de estas empresas y que parte de sus beneficios reviertan en la población, generando por otro lado un honda expansiva de solidaridad y promoción de la calidad de vida.

Hay muchos países europeos en los que profesionales del trabajo social se dedican a elaborar proyectos que más tarde presentan a empresas para conseguir fondos, y finalmente consiguen llevarlos a cabo, tanto para el propio personal de la empresa (bajo el prisma de la mejora de la calidad de vida de los propios empleados, sobre todo cuando se trata de grandes empresas) como dirigidos a la comunidad. A este tipo de fórmula se la viene llamando fundraising. La sociedad la hacemos todos, y las empresas tienen un papel muy importante en este sentido.

Luego encontramos otro tipo de experiencias relacionadas con el mundo empresarial, como la incorporación de la figura del trabajador-a social en los equipos de recursos humanos de las grandes empresas. En este momento presente hay muchos profesionales del trabajo social que ejercen su trabajo en los departamentos de recursos humanos de grandes empresas o multinacionales, fundamentalmente en países con una marcada tradición social como en latinoamérica: Colombia, Ecuador, México,etc. En España, sin embargo, el desarrollo de la profesión no se ha abierto camino en el ámbito de la empresa y de los recursos humanos, siendo relativamente frecuente la elaboración de propuestas teóricas sobre el sector acerca de este tipo de experiencias. Encontramos, por ejemplo, la aportación teórica de Yolanda Domenech y Juan Carlos Gómez, desde la Universidad de Alicante, en la cual se concretan en una serie de propuestas de trabajo de los trabajadores sociales, relacionadas con la empresa en general, y los recursos humanos en particular. La figura del trabajador social, dentro de los equipos de recursos humanos, compartiría funciones propias de los recursos humanos, al trabajar en equipo con los demás miembros, así como funciones específicas del Trabajo social, ya que su objeto de intervención se centra en procurar la mejora de la calidad de vida de las personas que trabajan en las empresas.

CONTROL Y GESTIÓN DE CALIDAD EN LOS CENTROS QUE ATIENDEN A PERSONAS EN SITUACIÓN DE ESPECIAL VULNERABILIDAD.

Los profesionales del trabajo social están formados para asegurar que las personas alcanzan determinadas cotas de bienestar social, definidas por una serie de derechos y, en definitiva, de políticas sociales.

Los trabajadores/as sociales tienen las competencias suficientes para medir la calidad de vida de las personas usuarias que disfrutan del recurso en cuestión, así como para planificar, hacer seguimiento y propuestas de mejora respecto a la adecuada marcha del centro y al adecuado avance, desarrollo y desempeño de sus usuarios, en base a unos determinados objetivos. El tema de la gestión de calidad asegura que se cumplan unos estándares mínimos de calidad que superan con creces a lo estipulado en las normativas y reglamentos que regulan ese tipo de establecimiento, pues la gestión de calidad supone siempre una mejora en la calidad de vida, además de que supone un compromiso claro y real con la filosofía de la mejora.

La gestión de calidad no tiene porqué suponer un desembolso mayor para este tipo de centros; simplemente es necesario que exista un determinado compromiso por parte de las instituciones que ejercen la tutela de los mismos, de manera que el nivel de exigencia a las entidades gestoras suponga la contratación de trabajadores y trabajadoras sociales. En definitiva, siguiendo a Mª Jose Salvador (Técnica de la Gerencia de Servicios Sociales de Castilla y León), los programas de mejora de la calidad deben de contener, entre otras cosas, una definición clara de los requisitos de calidad necesarios, y uno de los profesionales más indicados para definir tales requisitos es el/la trabajador/ a social.

Está claro que la tendencia actual en materia de política social no está en sintonía con el crecimiento de centros y servicios, más bien todo lo contrario, pero una cosa es que no se pueda crecer, y la otra muy distinta es que no podamos mejorar el terreno que pisamos y que ya hemos conquistado, con nuestra trayectoria y saber hacer.

CONCLUSIONES

Durante el desarrollo de la comunicación se han plasmado una serie de experiencias profesionales relacionadas con posibilidades de empleabilidad del trabajo social. Todas las propuestas vertidas tienen su base en la lectura de diferentes experiencias de otros profesionales, tanto en España como en otros países de Europa, así como provienen de experiencias de desarrollo profesional que se están comenzando a llevar a cabo en la sociedad española, y de la cual se tiene noticia por el surgimiento de nuevos negocios.

La incorporación de la figura del trabajador social en las empresas supondría un avance en la modernización de la mentalidad del tejido empresarial, de cara al desarrollo de actitudes de concienciación, co-rresponsabilidad y promoción de la solidaridad social y económica de estas empresas con aquellos que se encuentran en situación desfavorecida. Al fin y al cabo la sociedad la creamos todos/as.

El trabajo social tiene una función cohesiva en la sociedad y, por tanto, debe aumentar su proyección más allá de los ámbitos conocidos y explorados. Esta proyección está en manos de los propios trabajadores sociales, ya que como actores principales tienen mucho que aportar a través de la creación de nuevas propuestas, creación de foros donde compartir ideas y experiencias novedosas, así como alimentarse de lo que otros/as profesionales ya han avanzado en este sentido.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

– Carrasco. J. (2009). «Empresa y trabajo social, ¿una relación de ida y vuelta?». Revista Humanismo y trabajo social. Vol. 8. Recuperado el 02/07/2013:http://media.wix.com/ugd/f1d243_f2f354ccad332afdda01cebbc8d064ee.pdf?dn=trabajo+social+Empresarial.pdf.

– De Robertis, C. (2003). Fundamentos del trabajo social: ética y metodología. Valencia: Nau Llibres.

– Domenech, Y.; Gómez, J.C.(1995). “Una alternativa al trabajo social institucionalizado: el trabajo social en la empresa privada”.. Alternativas. Cuadernos de Trabajo Social N. 3. pp. 187-198. Recuperado el 02/07/2013:http://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/5855/1/ALT_03_13.pdf

– García, R.; y Marín, A. (2012). Nuevo horizonte en el rol del profesional: reiventar el trabajo social. IX Congreso Estatal de Facultades de Trabajo Social. “El Trabajo Social ante los desafíos de un mundo en cambio”. Jaén.

– Hernández, A. (2004). Introducción al ejercicio libre profesional y empresarial de los trabajadores sociales. Zaragoza: Libros Certeza.

– Kisnerman, N. (1998). Pensar el trabajo social. Una Introducción desde el construccionismo. Buenos Aires- México: Grupo Editorial Lumen Hvmanitas.

– Molina, M. L., y ‎Romero M. C. (2004). Modelos de intervención asistencial, socioeducativo y terapéutico en trabajo social. San José: Editorial de la Universidad de Costa Rica.

– Setién, M.L., y Sacanell, E. (2003). La calidad en los servicios sociales: conceptos y experiencias. Valencia: Tirant lo blanch.

– Suarez, E. y Palomar, M. (1993). El cliente en el trabajo social. Cuestiones conceptuales y análisis tipológico. Alternativas. Cuadernos de Trabajo Social. N. 2. pp. 101-117. Recuperado el 02/07/2013 de:http://rua.ua.es/dspace/handle/10045/5864.

AUTORA: Inmaculada Asensio Fernández

*** Comunicación presentada en el XII Congreso Estatal de Trabajo Social, celebrado en Marbella los días 14, 15 y 16 de Noviembre de 2013.

El valor terapéutico de la profesión de trabajo social en momentos de cambio.

Imagen

PALABRAS CLAVE

Trabajo social, terapéutica de lo social, trabajo social terapéutico.

RESUMEN

Con el desarrollo de la presente comunicación se pone el acento en la recuperación de la confianza por parte del profesional del trabajo social para encarar -en una postura de fuerza- toda la vorágine derivada de la coyuntura económica, pues lo que da sentido al trabajo social no es exclusivamente los medios económicos con los que cuenta, sino la propia labor del profesional. El trabajador y trabajadora social tienen que desenvolverse en un medio de crisis, aportando nuevas herramientas relacionales y de desarrollo humano en la aplicación de su cometido y de sus tareas, recuperando el «para qué» de la profesión.

KEY WORDS

Social work, social therapeutics, therapeutic social work.

ABSTRACT

The development of the present communication emphasizes the recovery of hope by the professional social work to face -in a strength position- this frenzy, because what gives meaning to social work is not exclusively financial means are there, but the very professional work. The social worker have to operate in an environment of crisis, providing new relational tools and human development in the implementation of its mandate and tasks.

INTRODUCCIÓN

Los trabajadores y trabajadoras sociales asistimos a un profundo cambio social, que hunde sus raíces en la crisis económica que estamos atravesando y que está generando situaciones de mucha dificultad e injusticia. Esta crisis está obligando a las personas a afrontar nuevas y acuciantes situaciones, como la falta de empleo, la precariedad laboral o infraempleo, la sobrecarga de responsabilidad económica en algunos miembros de las familias, la pérdida de la vivienda, el surgimiento del fenómeno de la emigración a otros países con más posibilidades de empleabilidad, etc. En general, un gran sector de población actualmente desempleada (aunque sobradamente formada en muchos casos), adolece de falta de metas y objetivos para redibujar sus opciones profesionales y de desarrollo vital, entre otros tantos problemas sociales.

La tesis de partida de la presente comunicación se centra en cómo el escenario económico al que asistimos, no sólo está generando efectos negativos en la población, sino que está afectando considerablemente al sentir de los trabajadores y trabajadoras sociales respecto a la utilidad de la profesión, para afrontar tanto cambio, tensión y sufrimiento por parte de la población a la que atiende. Se respira un profundo aire de pesimismo ante la cantidad de recortes que se están produciendo en materia social y la correspondiente limitación de derechos hacia las personas. Si bien es cierto que estos recortes van en detrimento de la calidad de vida de los ciudadanos, de las intervenciones que se llevan a cabo, cabe reflexionar en este foro acerca de la idoneidad del momento actual para hacer una revisión de los principios y fundamentos que sustentan la profesión, dado que el trabajo social no surgió en una época de bonanza económica en la que abundaban los derechos sociales, sino que surgió en los momentos más críticos, donde las personas tenían menos derechos y más necesidades.

Hoy día el propio profesional tiene serias dudas sobre la utilidad de muchas de sus intervenciones, pues ante la falta de medios y recursos le es más difícil visibilizar de manera práctica los resultados de su trabajo. Y esta si que es una verdadera crisis, y para superarla hay que volver a las raíces, a la génesis del trabajo social, a sus precursores. Revisar cómo se desenvolvían éstos ante retos complejos y cómo reaccionaban ante las cuestiones sociales como las que hoy vivimos.

RETOMANDO LAS RAÍCES

El origen del trabajo social surge para mejorar las condiciones de vida de las personas y de la sociedad en general. Si recordamos el surgimiento de la profesión en Europa, en el siglo XIX, el clima social estaba envuelto en una situación crítica, derivada de las consecuencias de la revolución industrial; las carencias y las dificultades estaban por doquier y los profesionales trabajadores sociales comenzaron a popularizarse ante tanta situación de necesidad, y a organizar la manera de ejercer su trabajo, profesionalizándolo mediante la sistematización de su práctica, la creación de modelos teóricos en los que sustentar y -posteriormente- revisar su trabajo, y el desarrollo de un basto cuerpo de conocimiento teórico de la profesión.

En sus orígenes era un trabajo muy idealista y completamente vocacional, basado en el deseo de ayudar al otro, por tanto ejercido por personas con una clara actitud y conducta prosocial.

En este sentido, la profesión no surgió para apoyar posturas pasivas, sino para servir de motor de cambio e impulsar la erradicación de todas esas injusticias y situaciones de marginalidad entre los miembros de las comunidades. Y la nota característica es que fueron los mismos precursores del trabajo social los que se centraron en ser los agentes del cambio, no las instituciones sociales y/o administrativas del momento.

Si hay un espíritu o sentido que permanece vivo dentro de la profesión, es el deseo de ir más allá de los síntomas presentados por la situación o persona/s, y este sigue siendo el reto de los y las profesionales del trabajo social: buscar las causas profundas y complejas de los problemas que sufren las personas, rescatando su propia responsabilidad sobre los mismos, de manera que, en la medida de sus posibilidades, puedan articular mecanismos para salir de ese estado, con el oportuno acompañamiento, guía y ayuda.

Hay importantes autores del siglo XX que han desarrollado teorías de gran relevancia para comprender las bases del desarrollo humano, como Carl Rogers y Maslow, así como Vicktor Frankl. Estos autores abogan por la capacidad del ser humano para sobreponerse a todas las circunstancias que implican el desafío de estar vivo y de vivir en sociedad. Todos ellos han compartido su particular forma de entender el trabajo terapéutico y de ayuda, así como han servido de base e inspiración para muchas profesiones y profesionales dedicados a labores terapéuticas.

La posibilidad de aprendizaje y estímulo puede ser importante si se rescata lo positivo de las experiencias vividas y compartidas por estos personajes; por ejemplo en el caso de Viktor Frankl, que en las condiciones más extremas que cualquiera pueda imaginar, como prisionero en los campos de concentración, no sólo se repuso de toda esa terrible experiencia, sino que pudo dar fe de ella mediante los manuscritos que había acumulado en sus años como deportado, e incorporarlos más tarde a su obra. Su libro más famoso se titula «El hombre en busca de sentido». Y precisamente de buscarle sentido a la labor social en este nuevo contexto se trata ahora, justo en este momento en el que el pesimismo y el descontento se están apoderando tanto de las personas, como de los propios profesionales de lo social.

TERAPÉUTICA DE LO SOCIAL

La clave de la terapéutica de lo social hoy día se centra, por un lado, en tomar una posición crítica y reivindicativa frente a las actuales situaciones de injusticia y desigualdad económica y social, y por el otro en apoyar a las personas para abandonar actitudes derrotistas y desmoralizantes, para avanzar -en la medida de sus posibilidades- hacia el logro de la mejora en su calidad de vida.

Desde los orígenes del trabajo social se ha hablado ampliamente de la vertiente terapéutica de la profesión, en su modalidad individual- familiar y grupal, estudiada y desarrollada en primer lugar por Mary Richmond, con su modelo de trabajo social de casos. Sin embargo, ahora asistimos a un cambio de planteamiento respecto a la intervención a este nivel, ya que hay profesiones emergentes que están aportando dinamismo y frescura al trabajo que desde la óptica del trabajo social se viene haciendo, mediante el aporte de nuevas herramientas con las que complementar el trabajo con las personas, los grupos y las comunidades.

La formación continua y actualización de conocimientos por parte de los profesionales, así como el intercambio de experiencias gracias a las ventajas de vivir en una sociedad de la información y la comunicación, están permitiendo profundizar aún más en la mejora de la relación de ayuda. Un aspecto fundamental en este caso es continuar apostando por el desarrollo profesional, abriéndonos a nuevas tendencias, además de afianzando interiormente el valor terapéutico de la profesión, ya que es una constante en el ejercicio e intercambio diarios con las personas a las que atiende, mediante el apoyo para hacer frente a los efectos psico- sociales de la situación económica del entorno. Para ello, se hace necesario superar el tradicional binomio necesidad vs. recurso (ampliamente estudiado y referido en diferentes comunicaciones y artículos sobre intervención en trabajo social), y avanzar hacia formas de intervención más centradas en la persona.

Los y las trabajadores/as sociales son profesionales muy cercanos a la población, bien mediante su trabajo en instituciones públicas, como en privadas o sin ánimo de lucro. La demanda de ayuda que reciben es amplia y diversa, y la cuestión común es cómo abordar el contacto con la persona, y qué marco dar a la relación de ayuda y posteriores intervenciones (o tratamiento). Las demandas contienen un componente emocional muy significativo, y están relacionadas con situaciones que las personas no saben cómo manejar. Requieren de la objetividad e imparcialidad de un profesional con la suficiente apertura y sensibilidad para acoger a esa persona, escucharla e iniciar -en su caso- un proyecto de intervención para mejorar su situación personal, familiar y social.

De igual modo, los y las trabajadores/as sociales en ocasiones se enfrentan a demandas de ayuda puntuales, que no derivan en un proyecto de intervención. Este tipo de demandas se acogen en el contexto de una entrevista inicial entre el sujeto y el profesional, y el vehículo de la misma es la conversación o entrevista. En todos los casos y situaciones, conversar, mostrar un interés genuíno por lo que la persona nos está relatando, escuchando abiertamente, abriéndonos y concediéndole el espacio para expresar todas sus preocupaciones, puede ser verdaderamente terapéutico y reparador para una persona, para que ésta pueda manejar con más habilidades su situación. Y puede que nuestro contacto con esa persona y su problema quede ahí, por no requerir de actuación mayor que la propia información y asesoramiento proporcionado en un momento dado sobre una situación concreta.

EL PROFESIONAL ES EL RECURSO

Las personas están realizando un importante esfuerzo de reajuste personal, familiar y social, dadas las exigencias actuales que plantea la vida en familia, la compatibilidad con la vida laboral, así como el estrés y el sufrimiento derivados de la falta de medios para subsistir, o de condiciones de trabajo y de vida muy precarias e injustas. Las estructuras sociales y administrativas son muy rígidas, y permiten poco margen de maniobra a las personas para cambiar su situación, por tanto, más que esperar que la solución venga de afuera, tenemos que iniciar procesos de apoyo y acompañamiento con las personas que demandan nuestros servicios, pues además es muy necesario. Esto no quiere decir que esta labor no se esté llevando a cabo, sin embargo si que es importante revisarla para mejorarla, ya que la mejora continua está implícita en cualquier forma o sistema de trabajo bajo la óptica de la calidad, de la cual se ha hablado bastante en los últimos años, aplicada al campo de los servicios sociales.

Los y las trabajadores/as sociales asistimos a un cambio de conciencia social importante respecto al apoyo y la resolución de los problemas que afectan a los sectores más desfavorecidos, puesto que las miras ya no están tan puestas en el estado, como garante de derechos universales y subjetivos, sino en el desarrollo de las propias capacidades de las personas para salir adelante. El propio trabajo de los trabajadores sociales es el recurso principal a la hora de intervenir.

La terapéutica de lo social promueve y fortalece a la formación y actualización de sus profesionales, alimentándose de nuevas fuentes de conocimiento en este momento en boga, como por ejemplo el coaching o la gestalt, por poner algunos ejemplos, ya que incorporan herramientas novedosas para hacer frente al sufrimiento humano, trabajando fundamentalmente con las creencias que obstaculizan el avance de la persona en alguna dirección.

CONCLUSIONES

La actividad del trabajo social está más viva que nunca, pues ahora es cuando más demandas de ayuda hacia estos profesionales hay por parte de la población. Los trabajadores sociales no son meros gestores de ayudas y recursos, sino que ellos sirven a la vez de recurso y de instrumento para mejorar las condiciones de vida de las personas que atienden.

Los nuevos escenarios requieren de una permanente formación y actualización por parte de los profesionales, así como de una toma de conciencia sobre la necesidad de cambiar el chip y dejar de asociar el trabajo que se lleva a cabo con la gestión de recursos relacionados con la mejora de la calidad de vida.

Es deseable y absolutamente necesario que la recuperación económica dote a los servicios sociales de los recursos económicos necesarios para mejorar la calidad de vida de las personas que más lo necesitan, especialmente en nuestro país, en el que nunca ha habido una gran cobertura social. En este sentido hay que destacar que no sólo se saldrá de la crisis a través de la potenciación de medios económicos; hay que superar también la crisis humana, la de creencias y valores en el trabajo social, recuperando ese espiritu vocacional que caracteriza a la profesión y apostar por nuevas fórmulas para alimentar el trabajo, así como nuestra propia motivación hacia él y hacia las personas con las que trabajamos. Este aspecto es el que se quiere destacar con el desarrollo de la presenta comunicación.

Para finalizar quiero compartir las palabras que Nelson Mandela pronunció en su Discurso como presidente electo de Sudáfrica, en 1994:

Nuestro miedo más profundo no es que seamos inadecuados.

Nuestro miedo más profundo es que somos poderosos sin límite.

Es nuestra luz, no la oscuridad lo que más nos asusta.

Nos preguntamos: ¿quién soy yo para ser brillante, precioso, talentoso y fabuloso?

En realidad, ¿quién eres tú para no serlo?

Eres hijo del universo.

El hecho de jugar a ser pequeño no sirve al mundo.

No hay nada iluminador en encogerte para que otras personas cerca de ti no se sientan inseguras.

Nacemos para hacer manifiesto la gloria del universo que está dentro de nosotros.

No solamente algunos de nosotros: Está dentro de todos y cada uno.

Y mientras dejamos lucir nuestra propia luz, inconscientemente damos permiso a otras personas para hacer lo mismo.

Y al liberarnos de nuestro miedo, nuestra presencia automáticamente libera a los demás.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

– Campos, J.F. (2000). Los factores terapéuticos: ¿Qué es lo que produce cambios en los grupos? Revistas Alternativas. N.8‎.Recuperado el 01/09/2013 de:http://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/5757/1/ALT_08_09.pdf

– De Robertis, C. (2003). Fundamentos del trabajo social: ética y metodología. Valencia: Nau Llibres.

– De Robertis, C. (2006). Metodología de la intervención en trabajo social. Buenos Aires- México: Grupo Editorial Lumen Hvmanitas.

– Fernández, T. (2009). Fundamentos del trabajo social. Madrid: Alianza Editorial.

– Frankl, V. E. (1946). El hombre en busca de sentido. Barcelona: Editorial Herder.

– Gómez, R. (2010). «Una metodología de intervención social. Aplicación práctica de la relación de ayuda desde el método de trabajo social. Documentos de trabajo social. N47. Recuperado el 06/09/2013 de http://www.trabajosocialmalaga.org/archivos/revista_dts/47_11.pdf

– Molina, M. L., y ‎Romero M. C. (2004). Modelos de intervención asistencial, socioeducativo y terapéutico en trabajo social. San José: Editorial de la Universidad de Costa Rica.

– Munuera, P. (2002). Mary Richmond. Su libro «Diagnostica Social» casi un siglo después. Revista Trabajo Social Hoy. N. 35. Resuperado el 02/09/2013 de: http://eprints.ucm.es/5672/1/alternativas_9.dic01.pdf

– Munuera, P. (2011). La huella de Mary Richmond en la intervención psicosocial del siglo XXI. Revista Trabajo Social Hoy. N. 64. pp. 9- 29. Recuperado el 02/09/2013 de: http://eprints.ucm.es/16128/

– Rojas, C. (2011). «La dimensión terapéutica del Trabajo Social y la protección de los derechos humanos». Revista Costarricense de Trabajo Social. Vol.1. P. 19. Recuperado el 07/09/2013 de: http://www.ts.ucr.ac.cr/binarios/docente/pd-000263.pdf.

– Vander, J. (1986). Manual de Psicología Social, Barcelona: Paidós. P. 617.

AUTORA:  Inmaculada Asensio Fernández.

*** Comunicación presentada en el XII Congreso Estatal de Trabajo Social, celebrado en Marbella, en 14, 15 y 16 de Noviembre de 2013.

Teoría de las ventanas rotas

Imagen

Recientemente he realizado una serie de visitas domiciliarias por diferentes barrios de Almería, como el Quemadero, la Fuentecica, la zona del Barranco de Bolas y alrededores. Me sorprendió el enorme deterioro y abandono de muchas de estas zonas de Almería, y me pregunté porqué motivo no se invierten más recursos y esfuerzos en restaurar y revitalizar estos barrios, azotados por el paso del tiempo, la pobreza y el olvido. 

Hablaba de esta circunstancia con varias colegas de profesión, y cada una ofrecía una teoría al respecto de tal deterioro, yendo desde la acusación más directa hacia los gobernantes que gestionan los intereses municipales de la ciudad de Almería, por la invisibidad de estas cuestiones en sus agendas políticas; hasta otras posturas que responsabilizan a las propias gentes del barrio o zona en cuestión, alegando que en estos barrios hay muchas personas desempleadas que voluntariamente deberían tomar las riendas de esta situación y lanzarse a limpiar los espacios comunes, en lugar de -en sus propias palabras- pasarse todo el día sin hacer nada.

¿Responsabilidad social o Responsabilidad invididual?

Para nutrir el debate generado voy a compartir con vosotr@s los resultados de un experimento de psicología social llevado a cabo en 1969, en la Universidad de Stanford (EEUU), por el Profesor Phillip Zimbardo.

Resumen del experimento (interesante para todo/a trabajador/ a social):

El equipo investigador abandona dos coches idénticos, uno de ellos en un barrio pobre y conflictivo de Nueva York, concretamente el Bronx, con las placas de matrícula arrancadas y las puertas abiertas; así como abandonó otro coche, en las mismas condiciones, en un barrio rico y tranquilo de California, Palo Alto. El objetivo de los psicólogos sociales era ver qué ocurría en un barrio y en otro, estudiando las conductas de la gente ante ese estímulo externo.

Imagen

Respecto al coche abandonado en el Bronx, a los 10 minutos empezaron a robar sus componentes. Perdió las llantas, el motor, los espejos, la radio, etc. A los tres días no quedaba nada de valor y el resto lo destruyeron.

Respecto al coche abandonado en Palo Alto, se mantuvo intacto durante una semana. Ante este hecho el investigador, Zimbardo, dio un paso más: rompieron una de las ventanas de cristal del coche, así como le dieron una serie de martillazos para abollar la chapa.

¿Qué creéis que ocurrió?

El resultado fue que se desató exactamente el mismo proceso que en el Bronx: el robo, la violencia y el vandalismo redujeron el vehículo al mismo estado que el del barrio del Bronx.

¿Como creéis que podría explicarse ésto?

El contexto tiene un impacto muy fuerte en el individuo, por este motivo no es de extrañar contemplar un barrio marginal, pobre o deteriorado en el que la tendencia natural de las personas que allí habitan no es hacia la limpieza y el orden, sino más bien todo lo contrario. Y la explicación a este fenómeno la encontramos en las bases del comportamiento humano, completamente influenciado por el contexto en el que se desenvuelve. Desde esta óptica, sería pues insuficiente responsabilizar solamente al individuo.

Volviendo al experimento, podemos ver que una vez rota la ventana del coche, la población del barrio rico se comportó del mismo modo que la del Bronx. Un cristal roto en un coche abandonado transmite una idea de deterioro, de desinterés, de despreocupación que paulatinamente va rompiendo códigos de convivencia, como de ausencia de ley, de normas y de reglas. Cada nuevo ataque que sufre el coche reafirma y multiplica esa idea, hasta que la escalada de actos delictivos cada vez peores se vuelve incontenible, desembocando en una violencia irracional.

Gracias a este experimento se pudo demostrar el gran impacto que tiene el medio en el individuo, sobre todo hasta qué punto el desenvolverte en un contexto donde el deterioro y el abandono campan a sus anchas, influye en tu conducta. Este hallazgo es importante, pues rescata un principio de responsabilidad social respecto a aquellas zonas más deterioradas, y en peor estado, en tanto propician la aparición de conductas delictivas y pasivas en sus gentes.

En experimentos posteriores (James Q. Wilson y George Kelling) desarrollaron la ‘teoría de las ventanas rotas‘, la misma que desde un punto de vista criminológico concluye que el delito es mayor en las zonas donde el descuido, la suciedad, el desorden y el maltrato son mayores.

¿Qué se te pasa por la cabeza al conocer estos datos? ¿Se puede seguir mirando hacia otro lado?

Los ayuntamientos deberían conocer más a fondo las consecuencias del abandono de muchos de sus barrios y actuar en consecuencia, en base a ese principio de responsabilidad social antes mencionado. Es difícil que el cambio se produzca de manera individual sin contar con el oportuno apoyo, y aqui es donde los profesionales de lo social tenemos mucho que decir y que aportar, para lograr esa progresiva transformación social allí donde se haga necesario.

La lectura y posterior análisis de este estudio me tiene entusiasmada y tengo que decir que difiero de la colega profesional que, durante el transcurso de la conversación que me ha llevado a escribir este pequeño artículo, responsabilizaba individualmente a las personas de los citados barrios por el pésimo estado de limpieza y conservación de sus calles y zonas comunes, liberando de toda responsabilidad a los ayuntamientos, y atribuyendo en exclusiva a los vecinos la responsabilidad de su cuidado. Estoy totalmente de acuerdo en que hay que trabajar para desarrollar la responsabilidad individual de cada vecino, e incluso generar un sentimiento de conciencia colectiva entre los miembros del vecindario, ¿de qué otro modo se pueden mantener los cambios y mejoras si se emprenden? Y para ello se debe partir de que en estas zonas es doblemente difícil inculcar valores saludables de ayuda mutua y de autocuidado, motivo por el cual se requiere de un trabajo social comunitario que reduzca y elimine todas esas deficiencias.

El trabajo social comunitario requiere articulo aparte. Tengo una buenísima amiga y colega profesional que trabaja en proyectos de desarrollo comunitario en algunas zonas con necesidad de transformación social de Almería, cuyos resultados son alentadores en este aspecto, y sobre los que hay que incidir, seguir trabajando y seguir invirtiendo. Desde aquí le doy las gracias a ella, Raquel Fuentes, y al equipo con el que trabaja, porque lo hacen genial y con mucha motivación.

Autora: Inmaculada Asensio Fernández.

En todas las familias hay problemas sociales

Imagen

Dicen por ahí que «en todas las casas se cuecen habas, pero no en todas del mismo tamaño». Este dicho refleja muy bien la realidad social de gran parte de las familias, del mundo mundial -como diría el gran amigo Manolito Gafotas. La aventura de estar vivo implica justo eso, enfrentarse a situaciones difíciles y cambiantes a lo largo de la vida.

Esta frase que hoy da titulo a esta entrada de blog la escuché hace años de la mano de una colega profesional argentina: Adriana, trabajadora social y mediadora familiar. Asistimos juntas a un Congreso de Trabajo Social en Zaragoza y compartimos avatares y vivencias varias. En algún momento que conversábamos sobre la vida, los compromisos, los valores, el amor, el trabajo… ella me dijo: «Inmaculada, en todas las familias hay problemas sociales, – y sentenció: en todas«. Los problemas son inherentes a la raza humana, lo suyo es aprender lo que nos muestran, encararlos y tratar de resolver. Ser conscientes de esta premisa nos ayuda a ser más humildes y a no ir con el cuento de que los profesionales de lo social trabajamos con familias multiproblemáticas. Trabajamos   con familias, sin más. Familias atravesando alguna dificultad.

Esta frase quedó en mi, resonando y dando vueltas, como banda sonora de fondo de las experiencias que voy encontrando a cada paso. en mi camino profesional.

Imagen

Los problemas son obstaculos que hallamos en distintos momentos de nuestro desarrollo evolutivo, que tienen en común el tratarse de situaciones que no sabemos cómo manejar y que por lo general están ligadas a la dinámica social y relacional establecida en nuestro entorno más próximo, que es en definitiva en el que nos desenvolvemos y del que, para bien o para mal, nos nutrimos.

Estos problemas pueden relacionarse con situaciones de enfermedad, muerte, conflictos graves en las relaciones, separaciones traumaticas, adicciones, situaciones de maltrato, la necesidad de sustento económico, etc. El caso es que todas las personas, independientemente de la situación social o económica, conocemos de cerca lo que significa atravesar un proceso doloroso o estresante, y las repercusiones que ello puede tener en nuestro día a día, y en nuestra particular visión del mundo.

Cuando nos vemos avocados a hacer frente a situaciones nuevas, imprevistas, negativas… la incertidumbre, la duda y el estrés pueden nublarlo todo. Las nubes no nos dejan ver “el camino” a seguir, incluso nos impiden ver los diferentes caminos que tenemos ante nosotros (lo que se traduce en opciones), pues posibilidades siempre hay, la cuestión está en verlas. La ayuda de un tercero en esos casos puede ser muy buena, y éste tercero bien puede ser un familiar, un amigo.. o un profesional.

Hay un recurso fundamental cuando se atraviesa cualquier tipo de problema y es el pedir ayuda. Este recurso es el primero y el que verdaderamente puede facilitarnos el salir del hoyo, y no es broma. Pedir ayuda implica tomar las riendas, movilizarnos, y comenzar a estudiar la mejor manera de solucionar la situación que tanto nos preocupa. Siguiendo la metáfora del camino, aquella tercera persona que nos ayuda cuando estamos mal, nos facilita la labor de quitar la broza y apartar las ramas que restan visibilidad para encontrar la mejor ruta aquí y ahora.

Si tenemos alguna persona de valor para nosotros en nuestro entorno para solicitar la oportuna visión objetiva sobre la situación en sí, esto nos aportará claridad, así como nos ayudará a situarnos y a dilucidar lo que es manejable para mi ahora y lo que no. Una persona ajena al problema es capaz de ver opciones, cosa que la persona afectada por toda la vorágine de emociones no tanto.

Otra opción, si eres una persona abierta y te lo puedes permitir, puede ser solicitar ayuda a un profesional (psicólogo, trabajador social, mediador, coach…), pues éstos profesionales tienen una especialización clara a la hora de abordar problemas y pueden proporcionarte herramientas nuevas, así como mostrarte las que ya tienes y que no puedes ver (por el estado de confusión), lo cual va a forjar aún más tus posibilidades de salir de ese estado lo antes posible.

En mi profesión como trabajadora social en ocasiones he recibido llamadas y consultas de diferentes colegas profesionales, de lo social y de lo humano, quiénes necesitaban desahogar un problema de tipo personal y/o familiar con el cual llevaban tiempo lidiando, pero sin resultados (por lo menos no a la vista). El caso es que en todos los casos siempre he percibido una especie de pudor o vergüenza a la hora de relatar sus preocupaciones o problemas, de hecho suelen comentar:

Compañera, no quiero que te hagas una visión equivocada de mi, pero de pequeña… «tal o cual cosa», o mi padre siempre ha sido un hombre (…), o mi madre (…),  mi marido (…); en fin, ejemplos varios.

Y hay algo que siempre me ha gustado decirles y es que “nada de lo humano me es ajeno». Y no es simplemente una frase hecha, sino que es la verdad. Yo misma me he enfrentado a dificultades de todo tipo, algunas de las cuales he resuelto con éxito, y otras que ha resuelto el tiempo, el caso es que nada me es ajeno, y la empatía que siento en cada uno de los relatos me hace confiar en las capacidades de cada persona para salir de sus historias y de sus dificultades, con o sin ayuda, aunque a veces un empujoncito hace mucho.

En todas las familias hay problemas sociales, sí, y esto es algo que nos acerca bastante a los demás, independientemente de su vida y circunstancias. El sufrimiento humano vive en la mente, y se alimenta de los pensamientos. Si los pensamientos no se cuestionan, puedes tirarte toda la vida viviendo de tu historia: la historia de donde naciste; la historia de donde te criaste, la historia de que lo has pasado mal, la historia de que tu pareja te abandonó, o la historia de que no vales lo suficiente… Y como todo son historias y las creemos, esto puede no tener fin. Sin embargo hay una pregunta que también resuena en mi, esta vez de la mano de la autora estadounidense Byron Katie:

¿QUIÉN SERÍAS TÚ SIN TU HISTORIA?

Yo quizá un poco más libre: y TU?

Autora: Inmaculada Asensio Fernández