Escuchar la voz del menor: una de las principales conclusiones a las que llegaron los responsables políticos tras el asesinato del niño Daniel Pelka, en Reino Unido

Reloj

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Daniel Pelka fue asesinado por su madre y la pareja de su madre en marzo de 2012, en el municipio de Conventry (Reino Unido). Los medios de comunicación británicos pusieron el foco en este caso que causó una gran conmoción social y que removió las conciencias de muchas personas que trabajan en la protección del menor.

Nadie escuchó a Daniel” – fue la conclusión final a la que llegó el máximo responsable político del municipio de Coventry, compartida en una entrevista ante los medios de comunicación, y “esta es la realidad más dura con la que nos estamos encontrando ahora que ya no podemos hacer nada”.

Tras la muerte de Daniel se llevó a cabo una profunda revisión del caso, tal como recoge la normativa en Reino Unido: es obligatorio realizar un “case review” o “análisis de caso” tras una experiencia en la que una persona menor de edad muere sin recibir la protección necesaria. Esta obligación legal de revisar los casos tras la muerte de menores en circunstancias de negligencia o violencia, debería estar recogida en todas las normativas de protección a la infancia de todos los países. Y fruto de esta revisión, se deberían generar cambios en los protocolos y cauces de actuación para mejorar el sistema de protección y los mecanismos de coordinación entre todos los agentes implicados (por ejemplo, Servicios Sociales, Educación, Salud, Policía, Justicia…).

En el caso específico de Daniel Pelka, al estudiar su caso y conocer más detalles, se supo que hubo muchas oportunidades para evitar su muerte, que pasaron inadvertidas para los y las profesionales que trabajaban en los servicios públicos:

  • Los servicios de salud denunciaron una fractura de brazo del menor, cuyas explicaciones por parte de la madre y del padrastro resultaron inconsistentes.

  • El menor presentaba ligeros moratones (según las imágenes que fueron tomadas por las cámaras de seguridad del centro educativo al que asistía), así como presentaba un estado absolutamente famélico, y con frecuencia se lo veía rebuscar y comer comida de la papelera en el patio del recreo.

  • La policía estuvo en su vivienda 27 veces, ya que los vecinos denunciaron que escuchaban peleas y golpes con frecuencia, y sospechaban que en esa vivienda sucedía algo “malo”.

  • Los servicios sociales hicieron visitas, pero no detectaron -en principio- nada que hiciera aconsejar una retirada del menor de su entorno (sin embargo, una vez muerto Daniel, cuando se llevó a cabo el levantamiento del cadáver, se pudo comprobar que el estado de su dormitorio era deleznable, ya que dormía sobre un delgado colchón, destrozado y sucio, en el suelo… por poner un ejemplo).

  • Etc.

Hubo algo que despistó a todo el mundo que intervino para esclarecer lo que ocurría en esa casa, y es que la actitud de la madre y su pareja parecía ser encantadora, colaboradora, amable… de manera que nadie podía afirmar a ciencia cierta que ese menor estaba siendo maltratado.

Si se fracturaba el brazo, según la madre es que era un niño inquieto que no paraba nunca en casa.

Si estaba súper delgado y comía de la papelera, según la madre es que no sé cómo hacer para que Daniel coma en casa, no le gusta nada y nunca quiere comer nada.

Si se escuchaban golpes, según la madre es que discutían pero no tenía importancia, en seguida lo solucionaban.

Siempre amables, disponibles y abiertos…, era imposible que estuviesen haciendo daño al niño.

Pero hubo algo que el máximo responsable político del municipio de Conventry dejó claro:

hay una verdad que nos duele y es que nadie preguntó a Daniel cómo estaba en su casa, nadie habló con el niño -ni con su hermano de 11 años- de manera que él no pudo expresar de ninguna manera lo que estaba sucediendo”.

SI ALGO LE SUCEDE AL NIÑO, PREGÚNTALE AL NIÑO, ASÍ DE SENCILLO. Con esta frase puso fin a la entrevista.

Inmaculada Asensio Fernández.

Inmaculadasol participa en una mesa de expertos sobre malos tratos a personas mayores, en Valladolid

http://www.lavanguardia.com/vida/20161202/412355002254/mas-de-cien-especialistas-participan-en-jornada-sobre-violencia-intrafamiliar.html

El día 2 de Diciembre he participado en las Jornadas de Violencia Intrafamiliar organizadas por la Diputación Provincial de Valladolid y Proyecto Hombre Valladolid – Fundación Aldaba, en la Facultad de Medicina de la ciudad de Valladolid.

La violencia hacia las personas mayores no tiene la misma visibilidad social que otras formas de maltrato que saltan más fácilmente a la opinión pública hoy día, como por ejemplo la violencia de género o el Bullying. Por este motivo, puede que haya personas que piensen que este tipo de maltrato no existe o en todo caso aisladamente. Quizá lo que no existen son demasiadas denuncias, pues mucho me temo que es más complicada su detección, y los testigos son menos.

La familia es considerada por muchas personas como un lugar de refugio y protección, donde reina el orden, el apoyo mutuo y el amor, sobre la base de unos valores bien construidos. Sin embargo, la familia puede ser fuente de todo eso (amor, protección y cuidados…) así como puede ser el lugar donde se cometan las injusticias más impunes sobre alguno o algunos de sus miembros, al amparo del silencio y del pacto de fidelidad al grupo que guardan desde víctimas a perpetradores.

Los límites o márgenes de la familia pueden ser tan rígidos como a priori infranqueables, de manera que para detectar muchas de las situaciones que las personas sufren en sus hogares de la manos de sus propios familiares, es necesario contar con el adecuado respaldo legal, institucional y técnico para que los profesionales que se dedican a labores de ayuda como los trabajadores sociales puedan detectar y actuar en consecuencia. Igualmente es primordial la implicación ciudadana, de manera que los vecindarios sean la voz de aquellos que no pueden pedir ayuda y que no pueden escapar de su situación, en lugar de convertirse en testigos silenciosos que, bien por desconocimiento, bien por evitar “meterse en problemas”, o por falta de interés… evitan denunciar sus sospechas.

En general, es un tema que se trata con gran delicadeza y del que se necesitan grandes pruebas y evidencias antes de dar un paso para plantear la situación ante las autoridades o ante los profesionales de referencia en los servicios sociales… Y desde este compromiso que tengo con mi labor, y en este caso con las personas mayores, agradezco que me den la oportunidad de compartir mi conocimiento y experiencia en la materia, para que entre todos podamos ir tejiendo una red de verdadero apoyo para quiénes lo necesitan.

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Agradezco a la Diputación Provincial de Valladolid y a Proyecto Hombre Valladolid – Fundación Aldaba, la invitación a participar en estas Jornadas. Ha sido una experiencia muy enriquecedora y útil para mi. Espero que nos veamos pronto.

Inmaculada Asensio Fernández