No podemos tener veinte años eternamente

Aceptar el paso del tiempo y envejecer con dignidad se está convirtiendo en la asignatura más difícil de la vida.

En un conversación reciente con una amiga a la que conozco desde hace 15 años, en cierto momento me comentó que tenía que comenzar a preocuparme por cuidar mi rostro, que ahora tenía líneas de expresión y que podía hacer algo para contrarrestar el paso del tiempo… «¿Qué crema reafirmante usas? ¿No querrás tener arrugas?»

La verdad, me sorprendió mucho el comentario, no lo esperaba -no venía a cuento- en medio de un escenario de cervezas y risas, pues sólo trataba de pasar un rato agradable y compartir un tiempo de ocio, de esos que te ayudan a seguir con la rutina y obligaciones varias. En mi caso, con la crianza, el trabajo y la tesis… ¡bastante tengo!

El comentario me pareció inoportuno, pero además comenzó a mirar mi cara con cierto escrutinio, y me dijo (por si no era poco) que tenía la cara con aspecto de estar muy cansada, y que tenía que comenzar a preocuparme por el paso del tiempo.

De camino a casa, fui reflexionando sobre esta idea de resistirse a envejecer a toda costa, valorando y evaluando a las personas en función de su aspecto físico. Es curioso lo fácil que es, también, caer en la trampa de proyectar nuestros miedos, deseos y expectativas en la persona que tenemos delante, sin tener en cuenta si nuestras palabras le caerán bien o mal. No sólo es arriesgado, sino desconsiderado.

Al día siguiente, me levanté y me miré al espejo con interés y atención, y no detecté nada en mi cara que me llevara a preocuparme, de manera que agarré mi teléfono y se lo dije: No le pasa nada a mi cara, y no pretendo tener 20 años, sino los 44 que tengo. Ella se excusó en que me había hecho el comentario por mi bien, para ayudarme (…).

¿Qué puede llevar a una persona a realizar un comentario a otra sobre el aspecto de su rostro o de su cuerpo, con la intención de que haga lo posible por parecer joven y lozana a toda costa? Este es el punto que ahora me interesa como parte de la reflexión que estoy tejiendo sobre este tema…

Toda la industria de la estética ha conseguido que no sea la publicidad ni los medios de comunicación los que eleven el nivel de exigencia, sino cualquier persona con la que te cruzas por la calle, como se suele decir. El negocio está servido a costa de la esclavitud a la que se somete a buena parte de la población, nada mas pasar la línea de los 40. Esta amiga, sin tener conciencia, ha formado parte de la cadena de transmisión de todos esos valores patriarcales que condenan a las mujeres (fundamentalmente) a valorarse a sí mismas en función de su imagen, siempre comparada con el resto de mujeres a las que no considera iguales (sororidad), sino rivales… «esta es más joven», «esta tiene mejor tipo», «esta tiene una cara más tersa y bonita», etc.

La búsqueda de la belleza, unida al valor de la juventud, es algo poco natural que nos puede empujar a terminar caricaturando nuestro rostro. Vienen a mi cabeza algunos ejemplos del famoseo que han modificado por completo su cara, en la búsqueda de la eterna juventud.

No es posible ser una joven de 44 años, pero sí ser una bella mujer madura de 44 años. El tiempo pasa para todo el mundo, y no se puede huir de esta realidad sin perder la cordura.

No es que esté en contra de la medicina estética, pero es una opción, no es una obligación. Por tanto, las personas con las que nos relacionamos afectiva y socialmente no deberían realizar diagnósticos de medicina estética (de los 20 duros) en las terrazas de los bares, sino que hay algo llamado respeto y libertad que debería estar por encima de casi cualquier comentario y apreciación gratuita.

Nunca he sido tan consciente de la discriminación social hacia el colectivo de personas mayores (+65) como ahora, ya que el edadismo ha cobrado una nueva dimensión interpretativa en este siglo XXI en el que sólo la juventud, ni siquiera la madurez, está siendo aceptada para vincularse los unos a los otros.

¿Hacia donde caminamos?

Me viene a la cabeza una película, de estas distópicas, que ví hace unos años… no recuerdo cómo se llamaba, pero sí el argumento. Todo se desarrolla en un país futurista en el que las mujeres parecen maniquíes…, hablan entre ellas sólo de belleza, y toda su vida está orientada hacia un concurso que se realiza todos los años para elegir a la mujer más bella de todas. La competición está servida y es el argumento principal (traiciones, burlas, codicia, sacrificio y fuerza de voluntad) para llegar a ese gran día. Al final me enganché a la peli, por puro aburrimiento, y aunque era un poquito bodrio, estaba expectante a ver qué sucedía ese gran día… Y efectivamente, un gran jurado eligió a la más bella, que, cuando recibió la coronación, no pudo evitar llorar de emoción: todo el esfuerzo había merecido la pena. El resto de mujeres la observaban en la distancia, desde abajo, y sentían pena, frustración y envidia…, pero la película deja entreabierta la posibilidad de que cualquiera de ellas pueda ser elegida el año siguiente. La cuestión es que todo ese proceso de coronación culmina con la siguiente imagen:

La mujer es situada en una pasarela larga y en movimiento. Está sentada en una silla que avanza para que todo el mundo la pueda admirar. Esa pasarela termina en una puerta automática que se abre y cierra sola, similar a las que permiten pasar las maletas por la cinta del aeropuerto. De este modo, la mujer avanza hacia ella, de manera que, cuando ella la alcanza, se abre para que pueda cruzar al otro lado, quedando el resto de la gente atrás… y avanzando ella sola hacia lo desconocido (representa la nueva conquista prometida); pero cuando la mujer cruza y la puerta se cierra tras ella, cuando ya nadie la ve, una enorme guillotina corta su cabeza. Ahí termina todo. Cuando terminé de verla me horroricé: ¡Todo era una mentira, pero ninguna podía volver para contarlo! Menuda moraleja.

Y me vuelvo a preguntar, ¿hacia donde caminamos?

Por Inmaculada Asensio Fernández.

¿Debe Batman acabar con la vida de El Joker? Algunas corrientes éticas pueden explicar su decisión final

De: https://www.geekmi.news/comics/5-veces-en-las-que-Joker-le-salvo-la-vida-a-Batman-20210115-0020.html

Hay diferentes posicionamientos teóricos que nos pueden ayudar a comprender muchos de nuestros pensamientos y consecuentes actos, en definitivas cuentas, de las decisiones que tomamos en la vida, seamos conscientes o no de ello. Digamos que hay una explicación filosófica que puede explicar nuestro comportamiento.
Conocer esos posicionamientos teóricos, nos lleva a desentrañar las claves de algunas de las corrientes éticas más significativas, pero lo vamos a hacer recurriendo al final de la película de Batman, en la que este benevolente personaje debe tomar la decisión más importante de su vida.
Reflexionemos desde el enfoque de la ética aplicada…, ¿debe Batman matar a Joker?
Batman es un personaje que lucha contra el crimen, y el Joker es un criminal sanguinario, desprovisto del más mínimo escrúpulo. El personaje del Joker también es conocido como El Guasón, debido a que tiene el rostro maquillado como un payaso sonriente, incluso a veces cuando habla pareciera inofensivo. Sin embargo, su arsenal de armas incluye cartas-navajas, flores de ácido y el gas de la risa, y sin duda es el mayor enemigo de Batman.
Hay un momento decisivo en una de sus películas (dibujos animados) en el que, tras una larga y dura pelea entre Batman y Joker, en la que todo apuntaba a que Batman iba a morir, se revierte la situación y es Batman el que tiene al personaje del Joker contra las cuerdas, a punto de acabar con su vida…, pero hay un segundo en el que todo cambia. El Joker está casi acabado (representa sin duda el mal en toda su extensión), pero Batman para la lucha…. parece que se pregunta:

¿Debo realmente acabar con la vida de El Joker?

Desde el punto de vista del principialismo, no debería hacerlo porque no es correcto dañar a otras personas, y este es un principio ético prima facie: no dañar (no maleficencia).
Desde el punto de vista del consecuencialismo utilitarista, no sería un mal acto, si con ello consigue salvar un buen puñado de vidas humanas. De lo que se trata es de hacer el mayor bien posible para el mayor número de personas
Desde el punto de vista de la deontología, no debería jamás matarlo, porque está prohibido, y eso es una norma moral básica e ineludible.
Desde el punto de vista de la ética de la compasión, no estaría bien que lo matara, porque la situación que presenta El Joker es el resultado de un proceso de exclusión y de marginación que se ha ido tejiendo a lo largo de su vida, en el que no ha encontrado ningún tipo de apoyo por parte del sistema, habiendo tenido una infancia verdaderamente terrible, llena de abusos y abandonos. En la actualidad sufre una importante desadaptación social y requiere, en todo caso, del apoyo de una institución psiquiátrica.
Desde el punto de vista de las éticas de las virtudes, el acto de matar al Joker afectará irremediablemente al carácter de Batman, porque lo va a convertir en un asesino, ¿acaso quiere Batman convertirse en ese tipo de persona que arrebata la vida a sus enemigos? No, y de hecho no lo hace porque es virtuoso.

La ética está normalmente presente en todas las decisiones que tomamos, aunque no seamos conscientes de ello. Lo que sucede, como casi todo en la vida, es que dependiendo del enfoque que demos al tema en cuestión, sobre el que tenemos que decidir, los argumentos será unos o serán otros, tal como sucede en el ejemplo expuesto: la decisión final de Batman.

Batman no mató al Joker, ya que no quería ser como él: un villano. Su virtud estaba, precisamente, en lo opuesto a la villanía: la decencia, la dignidad y la honestidad.

Por Inmaculada Asensio Fernández.

Fuente de inspiración para realizar esta entrada de blog:
https://ethicsunwrapped.utexas.edu/glossary/virtue-ethics?lang=es

El conflicto de intereses en los Comités de Ética

Se dice que existe un conflicto de intereses cuando se da una situación en la que una persona puede ser influida en su juicio por una intención o fin diferente al que debe pretender por su rol, sea profesional de la disciplina que sea. Esta situación puede llevar a la profesional en cuestión a optar por otros intereses, obteniendo con ello ventajas para sí misma, o para la fuerza de representación que ostenta, por ejemplo, política. Esta fuerza de representación puede provocar en la persona un interés de protección de ciertos intereses primarios, sea o no consciente de ello.

En base a lo anterior, es necesario establecer mecanismos para prevenir este tipo de conflictos de intereses en los Comité de Ética, ya que pueden abrir la puerta a todo tipo de incompatibilidades (por ejemplo, representantes políticos, cargos directivos de libre designación, altos cargos de las Administraciones Públicas, miembros de órganos directivos, etc). Cuando existe la posibilidad de que haya un conflicto de intereses, se estrecha el cerco de la imparcialidad y la objetividad, aspectos ambos fundamentales para participar en una deliberación ética. De hecho, suele existir la obligación de que cada persona integrante del Comité firme una declaración de ausencia de conflictos de intereses entre su función como miembro del Comité de Ética y su labor profesional o responsabilidad encomendada.

Formar parte de un Comité de Ética suele despertar gran interés en determinadas personas que desean ver desarrollada -aún más- su carrera profesional; e, incluso, que desean obtener un beneficio a través de su participación en este tipo de órganos: el prestigio. Sin embargo, todas las personas que aceptan la posibilidad de formar parte de un Comité de Ética, deberían examinarse con ojo autocrítico, y discernir si existe la posibilidad de que puedan ser indebidamente influenciadas por un segundo interés pues esto afectaría, como no puede ser de otra manera, a la honestidad, integridad y objetividad de sus deliberaciones.

La preocupación por el conflicto de intereses ha sido objeto de estudio en la literatura, algunos autores sitúan este interés en la década de los 80 (el New England Journal of Medicine abordó por vez primera la necesidad de prestar atención a este problema en 1984) y está recogido en numerosas publicaciones y normativas de interés para el desarrollo de la Bioética en España (la Ley 29/2006, de 26 de julio, de garantías y uso racional de los medicamentos y productos sanitarios, regula de forma novedosa las garantías de independencia de los profesionales del sector, según señala en su exposición de motivos, que se traduce básicamente en una más precisa definición de los supuestos en que pueden surgir conflictos de intereses; la Ley 14/2007, de 3 de julio, de Investigación Biomédica, se establece en su artículo 12.2.f), al regular las funciones de los comités de ética de investigación que les corresponde a estos desarrollar códigos de buenas prácticas de acuerdo con los principios establecidos por el Comité de Bioética de España y gestionar los conflictos y expedientes que su incumplimiento genere; el Real Decreto 1716/2011, de 18 de noviembre, por el que se establecen los requisitos básicos de autorización y funcionamiento de los biobancos con fines de investigación biomédica y del tratamiento de las muestras biológicas de origen humano, y se regula el funcionamiento y organización del Registro Nacional de Biobancos para investigación biomédica, su artículo 15 vuelve a hacer mención del conflicto de interés al establecer que los comités externos del biobanco, el científico y el de ética, establecerán en sus reglamentos internos de funcionamiento los mecanismos oportunos que aseguren la independencia y ausencia de conflictos de interés en el proceso de la toma de decisiones por parte de estos comités; el nuevo Reglamento (UE) No 536/2014 del Parlamento Europeo y del Consejo de 16 de abril de 2014 sobre los ensayos clínicos de medicamentos de uso humano, y por el que se deroga la Directiva 2001/20/CE, vuelve a regular en su articulado el conflicto de interés; la Declaración universal sobre Bioética y Derechos Humanos de la UNESCO de 19 de octubre de 2005 que establece en su artículo 15.1 que: «Los beneficios resultantes de toda investigación científica y sus aplicaciones deberían compartirse con la sociedad en su conjunto y en el seno de la comunidad internacional, en particular con los países en desarrollo» y por su parte el apartado 2 señala que: «Los beneficios no deberían constituir incentivos indebidos para participar en actividades de investigación»). Fuente aquí.

En las normas reguladoras de los Comités de Ética de la Intervención Social/ Servicios Sociales/ Bienestar Social que hay en España, dentro del Sistema Público de Servicios Sociales, encontramos que varias de ellas recogen este asunto, así como también lo hace el Comité de Bioética de Andalucía. Seguramente hay muchas más, pero estas bien nos sirven para ejemplificar su importancia:

Decreto 26/2013, de 22 de mayo, por el que se regula la creación, composición y funcionamiento del Comité de Ética en Intervención Social del Principado de Asturias.
Artículo 6. Composición.
No podrán formar parte del Comité de Ética: los Altos Cargos de las Administraciones Públicas, los miembros de órganos directivos de los colegios profesionales o de las universidades públicas o privadas, asociaciones profesionales o sindicatos, ni los empleados públicos que ocupen cargos de libre designación, salvo que se trate de personas que ocupen la dirección de un centro de servicios sociales.

Decreto Foral 60/2010, de 20 de septiembre, por el que se regula el Comité de Ética en la atención social de Navarra y los Comités de Ética de carácter sectorial o de centro.
Art. 6. Composición.

4. No podrán formar parte del Comité de Ética en la atención social de Navarra las personas que ostenten cargos directivos de libre nombramiento del Gobierno de Navarra o de entidades o empresas dependientes de él. Tampoco podrán formar parte del mismo las personas que ostenten dichos cargos tras su cese, con arreglo a lo establecido en la normativa reguladora de sus incompatibilidades.

Decreto 8/2020, de 30 de enero, por el que se regulan los órganos de ética asistencial y de la investigación biomédica en Andalucía.
Artículo 3. Conflicto de intereses.
A fin de preservar la independencia e integridad de los órganos de ética asistencial y de investigación biomédica y asegurar la primacía del bienestar del paciente o de la persona sujeta a investigación sobre cualquier otro interés, quienes formen parte de los órganos de ética de Andalucía efectuarán y comunicarán al órgano acreditador una declaración de las actividades e intereses que puedan interferir en la función de velar por el cumplimiento de los principios éticos y la salvaguarda de los derechos de pacientes o de personas sujetas a investigación, absteniéndose, en su caso, de su participación en los mismos.

Autora: Inmaculada Asensio Fernández.

La ética es para novatos

La ética es para novatos, o al menos eso me dijo en una ocasión una señora tras finalizar una conferencia sobre deliberación ética en el entorno socio-sanitario, más concretamente en el ámbito de las drogodependencias y adicciones. El comentario que recibí tras la exposición fue que…

 la ética parecía algo útil para personas que no tenían mucha experiencia profesional y no sabían  muy bien cómo hacer su trabajo.

Reconozco que este comentario me pareció totalmente fuera de lugar, tras noventa minutos de exposición sobre la importancia de incorporar herramientas de reflexión y deliberación ética en los procesos de toma de decisiones de los equipos de trabajo. Te puede parecer más o menos útil, pero… ¿tanto como para aseverar que es para personas que no saben cómo hacer su trabajo?

Sin quererlo, me vinieron a la cabeza las palabras del Popper de la Bioética por excelencia en España, creador del Método Deliberativo, el mismísimo Dr. Diego Gracia, que en algunas de sus conferencias de youtube ha aseverado que:

hay que tener cuidado con aquellos y aquellas profesionales que creen saberlo todo a pies juntillas en su puesto de trabajo, pues pueden cometer errores graves sin ninguna consciencia, y por supuesto sin ninguna reparación.

La deliberación ética surge como un Método eficaz para tomar decisiones en situaciones en las que sentimos que hay un choque de valores, por tanto, están en conflicto, ya que encontramos un problema en el que no tenemos muy claro qué camino escoger… y sentimos el peso de la decisión que estamos por tomar sobre nuestros hombros. Y sí, a veces es duro tomar decisiones porque se pierde algo que consideramos importante, para ganar otra cosa que nos parece mejor, o menos mala.

¿Qué tipo de situaciones pueden ser estas? Aquellas en las que ninguna de las alternativas visibles de resolución parece cien por cien la más adecuada, de manera que dudamos sobre si sería correcto tomar este o aquel camino, y debemos aceptar que en esa elección habrá una pérdida o perjuicio para algo o alguien. A veces un perjuicio es la pérdida de un beneficio.

Veamos un ejemplo con una situación hipotética, que nos sirva para comprender de lo que estamos hablando:

Imagina que un paciente de un centro de tratamiento ambulatorio de drogodependencias y adicciones, te confesara en la entrevista de acogida la comisión de un delito, y que sintieras que no sabes qué hacer con esa información… Imagina que el equipo de ese centro, tus compañeros y compañeras, comentaran en las sesiones clínicas que es mejor no inmiscuirse en la vida de los pacientes para no perjudicar el vínculo terapéutico y el correspondiente objetivo de la abstinencia, pero sin observar los riesgos de la ley del silencio.

La cuestión puede parecer sencilla: “no te metas en problemas y haz lo que haga el resto”.

Pero, ¿y si tú tienes una conciencia ética un poco más trabajada y te da por cuestionarte si es beneficioso guardar el secreto profesional, por encima de salvaguardar los intereses de una tercera persona? ¿Qué debe pesar más ante esta decisión, proteger el vínculo terapéutico para tratar de ayudar a esa persona a superar su adicción y mejorar su vida, o perder a ese paciente para siempre, fallarle a través de la confesión de esa información ante las autoridades competentes, o donde corresponda?

Esta decisión es muy difícil, pues tomes el camino que tomes algo se perderá, y eso debemos asumirlo.

Sobre esta cuestión ya se ha escrito mucho, sobre todo desde el ámbito de la psicología y la psiquiatría (veáse el Caso Tarasoff y el Caso de Charles Whitman), ya que son profesiones en las que las personas depositan sus secretos más ocultos -a veces siniestros- en este tipo de profesionales. Puede que algunos de esos secretos impliquen la ocultación de un delito grave, o incluso la amenaza de la comisión de un delito contra una tercera persona.

Hasta aquí, el conflicto está servido, y cualquier persona con un mínimo de profesionalidad -y sin vicios adquiridos por la dejadez, la falta de supervisión y la erosión del paso del tiempo-  podría ver con claridad que la decisión es complicada, y que requiere de la adopción de herramientas (como la DELIBERACIÓN ÉTICA) que permitan actuar de manera prudente.

Cabe destacar que el Código Deontológico de las profesiones de Trabajo Social (artículos 48 a 55) y de Medicina (art. 30 ) señalan entre sus principios cuáles son los límites que debe tener la confidencialidad, y proteger el daño a terceros sería uno de ellos, pero no el único.

Somos personas con una conducta ética en la medida que nos cuestionamos las cosas que hacemos y pensamos, y las consecuencias que puede tener tanto en nuestra vida como en la del resto de personas. Por tanto, la ética es para personas que se confrontan a sí mismas, y que confrontan a los demás, con criterio y con honestidad.

Luego le digo una cosa, señora:

La ética es para personas valientes, no para personas novatas.

Inmaculada Asensio Fernández.

Autora: Inmaculada Asensio Fernández.

Presentación de la Estrategia de Ética de los Servicios Sociales de Andalucía en la Escuela de Verano de la Diputación Provincial de Granada

Foto tomada durante la intervención.

He sido invitada a participar en la Escuela de Verano de la Diputación Provincial de Granada, que se celebra durante los días 1, 2 y 3 de junio de 2022, como ponente en la siguiente mesa redonda:

12:30-14:30 h. Mesa redonda: Planificación Estratégica en Servicios Sociales (I)

DESARROLLO DE LA PONENCIA

La ponencia comienza con una pregunta:

¿Para qué sirve la ética?

Para responder a esta cuestión siempre recurro a las palabras de la célebre Adela Cortina, que nos advierte lo siguiente:

La palabra Ética viene de Ethos, carácter, y la primera tarea de la ética consiste en forjar el carácter de las personas. Esta forja del carácter no es cuestión baladí, sino que marca el talante ético y las predisposiciones de las personas para actuar en un determinado sentido.  

Por ejemplo, si solemos tomar decisiones precipitadas, desarrollaremos la predisposición a actuar de forma precipitada. Si solemos tomar decisiones injustas, desarrollaremos la predisposición de actuar de forma injusta, y terminaremos siendo personas posiblemente calificables como injustas.

Afirma Adela Cortina que de lo que trata la ética es de desarrollar Virtudes (lo que los griegos llamaban areté) que se concretan precisamente en esas predisposiciones que mencionábamos, y que nos conducen en el caso de las virtudes, a actuar bien, de manera excelente, y esto implica iniciar un diálogo consciente sobre cuál es el mejor modo de hacer las cosas, el más beneficioso o el menos malo, según sea el caso.

La ética, por tanto, se ocupa de reflexionar para tomar conciencia de cómo actuamos y cómo debemos hacerlo, para desarrollar un flujo de comportamientos más acordes a forjarse un carácter virtuoso.

Esta ética se teje entre sujetos, no es un proceso individual (aunque se exprese a través del comportamiento de cada persona).

Para no hablar de manera tan etérea, quisiera traer a esta exposición algunas situaciones prácticas que sirvan para poner de manifiesto cómo aterriza la ética en la temática de esta Escuela de Verano: los servicios sociales.

No me quiero detener mucho en la exposición de casos prácticos para poder presentar oportunamente la Estrategia de Ética, motivo por el que enunciaré sólo algunos de ellos, sin entrar demasiado en detalle.

Veremos cuatro casuísticas tipo que pueden darse  en servicios sociales, desde el punto de vista de la ética:

LA VOZ SILENCIADA DE UN MENOR MALTRATADO: DANIEL PELKA (2012), VICTORIA CLIMBIÉ (2000) Y GABRIEL FERNÁNDEZ (2013)

En 2019 participé en esta misma Escuela de Verano y relaté el caso del pequeño Daniel Pelka, un menor de 4 años que fue asesinado en su entorno familiar, por su madre y la pareja de la misma (comparto un video resumen del caso por si alguna persona desea visualizarlo).  

Respecto a este caso, el máximo responsable político del Municipio de Conventry, Reino Unido, reconoció que en más de 30 visitas que recibió el menor en su casa (entre policía y servicios sociales), así como en su propio centro educativo, nadie preguntó al menor cómo se encontraba en su casa, y ni él ni su hermano, también menor, pudieron pedir ayuda. La situación de malos tratos era muy evidente, pero nadie fue al origen, a su testimonio.

Casos como el de Daniel, los encontramos también reflejados en Victoria Climbié, también en Reino Unido, asesinada por su familia, y Gabriel Fernández, EE.UU, que murió a manos de su madre y la pareja de su madre.

Rescatar la voz y el testimonio de las personas vulnerables es fundamental para actuar desde un punto de vista virtuoso.

PRIVACIDAD E INTIMIDAD NO RESPETADA: ABUELA DE VARIAS MENORES EN RIESGO ESCUCHA TRAS LA PUERTA ENTREABIERTA. “QUIEREN QUITARLE LAS NIÑAS A MI HIJA”

En este caso comparto otra situación real, ocurrida hace más de 15 años en un centro de servicios sociales. Tres compañeras hablaban de una madre que solía quedarse dormida para llevar a sus hijas al colegio… Su situación económica era bastante precaria: sin trabajo, más su pareja era vendedor de chatarra. Ella presentaba, además, una ligera discapacidad intelectual… Tras una visita domiciliaria, una trabajadora social comenta a sus compañeras la situación detectada en el hogar (mucha suciedad y desorden, una infravivienda que presentaba, además, condiciones de hacinamiento…). En ese momento una compañera le advierte: oye, si la situación está tan mal, ponlo en conocimiento del servicio de protección de menores y que actúe, pero la trabajadora social le respondió que por el momento consideraba que se podía seguir interviniendo en el entorno. Por una casualidad de estas que es difícil que sucedan, la puerta de estas colegas profesionales estaba entreabierta, y la abuela de esas niñas escuchó lo referente al tema del servicio de protección de menores… al poco tiempo estaba la madre en el centro, llorando y gritando que no le quitaran a sus hijas, con una crisis de ansiedad.

Imaginad la situación, verdaderamente durísima e incomprensible para todo el mundo. A veces no somos conscientes de la importancia de respetar la privacidad de las personas que atendemos, de sus historias, y hablamos de los casos sin poner mucha conciencia sobre quién nos puede estar escuchando. Este tema es bastante importante y es el que casi siempre falla en los sistemas públicos de servicios sociales, a la luz de resultados de investigaciones llevadas a cabo en New York y España, por ejemplo.

USO DE LENGUAJE INAPROPIADO: HIJO QUE PIDE COPIA DE EXPTE. DE SU MADRE, CUYO INFORME RECOGE EXPRESIONES UN TANTO PEYORATIVAS HACIA SU PADRE.

La preocupación por el uso del lenguaje es fundamental desde el punto de vista ético, aunque a veces tampoco se tiene conciencia de ello. Hay personas que se expresan de forma muy coloquial “El marido es un guarro que nunca se quiere lavar”, o “La mujer tiene un carácter insoportable, pero como el marido es sordo la puede soportar”. Estas expresiones las he leído yo en informes sociales, y otras muchas. Aquí la cuestión es: si una persona pidiera copia de su expediente y tuviera acceso a esta información… ¿cómo se sentiría?

RIESGO DE DAÑO A TERCEROS Y CONFIDENCIALIDAD: ACCIDENTE GERMANWINGS (2015), CASO CHARLES WHITMAN (1966) Y CASO TARASOFF (1968).

A través de este ejemplo, quiero evidenciar la importancia de gestionar el posible riesgo ético de daños a terceras personas por decidir no comunicar una información vital para la vida de una persona, por no violar la confidencialidad. Hay códigos deontológicos que recogen este tema con mucha claridad, otros no tanto… y puede generar muchas confusiones.

Si una persona nos confiesa un aspecto que puede poner en riesgo la integridad o la vida de otra persona, debemos gestionar este conflicto de inmediato, para proporcionar una solución prudente, a la vez que ética.

Bien, he traído una serie de situaciones prácticas para poder humanizar un poco el tema este de la ética, que muchas veces parece referirse a cuestiones etéreas, pero no es así. Y con la ayuda de estas situaciones, voy a entrar de lleno en el tema que hoy me trae aquí:

La presentación de la Estrategia de Ética de los Servicios Sociales de Andalucía, aprobada por Orden de la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación, de 22 de diciembre de 2020.

Esta Estrategia se presenta como una planificación de acciones en un horizonte de 4 años de consecución, que tratan de impulsar una cultura ética en el Sistema Público de Servicios Sociales de Andalucía, con el objetivo de promover actuaciones e intervenciones desde el marco de referencia del que nos habla Adela Cortina, basado en el desarrollo de las virtudes.

Decir que en primer lugar la Estrategia contiene las referencias normativas que sirven de marco legal a su desarrollo (en el caso que nos ocupa, la ley de servicios sociales).

También debe define los conceptos básicos relacionados con el tema que pretende desarrollar, en este caso la ética.

Además, realiza un análisis del contexto en el que se va a desarrollar, para aprender de los aciertos y errores de otras experiencias similares. Nuestra Estrategia de Ética parte de un análisis de cómo se ha desarrollado la ética aplicada a los servicios sociales en las diferentes comunidades autónomas españolas.

Pero la Estrategia de ética contiene diversas acciones que se están poniendo en marcha, y para presentarlas voy a utilizar el esquema del investigador y académico Jesús Vilar Martín. Este autor cuenta con numerosas publicaciones sobre ética aplicada a la educación social, que además imparte desde hace años la asignatura de ética en la Facultat d’Educació Social i Treball Social Pere Tarrés.

Recientemente he tenido el placer de conversar con él, y en el transcurso de nuestra conversación él me compartió que, desde su punto de vista, la ética se debe impulsar desde tres frentes diferenciados, en una organización:

  1. PRIMERO, es necesario definir una POSICIÓN ÉTICA por parte de esa organización.
  2. SEGUNDO, es necesario generar cultura ética.
  3. TERCERO, es necesario gestionar lo no previsto: el conflicto.

Más o menos me dijo algo así: “Inmaculada, estas son las tres patas de la silla para enfocar la ética desde un Sistema organizacional”.

Me gustó bastante cómo lo expresó y por este motivo he decidido utilizar estas “tres patas” para orquestar mi presentación de la Estrategia de Ética de los Servicios Sociales de Andalucía, y lo haré compartiendo algunas de las actividades programadas (no todas) pues no hay tiempo para entrar en tanto detalle.

La Estrategia de ética, planifica la definición de una posición ética institucional, y lo hace de la siguiente manera:

  1. Define cuáles son los valores éticos del Sistema Público de Servicios Sociales.

DIGNIDAD, JUSTICIA SOCIAL, AUTONOMÍA, BIENESTAR, IGUALDAD, PARTICIPACIÓN.

Dice Alipio Sánchez (2016) que esta búsqueda por hacer el bien se ayuda de los valores –en tanto preceptos morales- para encaminar todas las actuaciones que se llevan a cabo desde los servicios sociales hacia la comunidad, con el objetivo de contribuir a la construcción de un modelo de sociedad más justo e igualitario en el que las personas puedan realizarse como tales, con dignidad y calidad de vida.

  • Planifica la elaboración de un Código de Ética de los Servicios Sociales.
  • Planifica la elaboración de la Carta de Derechos y Deberes de la ciudadanía en servicios sociales.

La Estrategia de ética, planifica el impulso de una cultura de la ética en todo el entramado del Sistema Público, y lo hace de la siguiente manera:

  1. Difunde la ética:
    1. Acciones formativas: gestión y resolución del conflicto ético dirigida a los servicios sociales comunitarios, ética aplicada al servicio de inspección de la Junta de Andalucía, liderazgo ético para personas con competencias de liderazgo y gestión en servicios sociales, acciones formativas en ética aplicada dirigidas a infancia, discapacidad, mayores, etc, para impulsar la creación de espacios de reflexión ética, etc.
    2. Creación de una página web y un buzón ético.
    3. Se ayuda de metodologías de trabajo colaborativo para desarrollar proyectos específicos bajo la temática de la ética.
    4. Propone la organización de encuentros y jornadas sobre ética aplicada.
  • Elabora materiales de apoyo para profesionales de los servicios sociales, en sus diferentes niveles de responsabilidad. Está planificado elaborar:
    • Consentimiento Informado
    • Planificación Anticipada de Decisiones
    • Objeción de conciencia
    • Protocolo Comunicar malas noticias noticias de especial complejidad (P. BUCKMAN)
    • Guía para recabar la voz de personas en situación de vulnerabilidad en los procesos que le incumben
    • Generación de convenios con universidades
    • Robótica: guía de elementos éticos mínimos

La Estrategia de ética, planifica acciones para proveer herramientas de prevención de riesgos éticos y gestión de lo no previsto: el conflicto

  1. Creación del Comité de Ética de los Servicios Sociales
  2. Promoción de los Espacios de Reflexión Ética
  3. Auditoría Ética aplicada a los servicios sociales

Si queréis más información sobre la Estrategia de Ética de los Servicios Sociales de Andalucía, podéis consultarla en este ENLACE.

Muchísimas gracias.

Inmaculada Asensio Fernández.

Mesa redonda sobre avances de la Ley de Servicios Sociales de Andalucía: Estrategia de Ética de los Servicios Sociales. Tecnosocial, 2022

Inmaculada Asensio Fernández. Directora de la Estrategia de Ética de los Servicios Sociales de Andalucía.

He sido invitada a participar en el Congreso Tecnosocial Andalucía 2022, que se celebra en la Universidad de Málaga, durante los días 28, 29 y 30 de marzo de 2022. Este evento persigue ser un foro de análisis, difusión y encuentro para la investigación e innovación tecnológica en el ámbito de los servicios y prestaciones del Sistema Público de Servicios Sociales de Andalucía.

A continuación, expongo los detalles de mi participación en la mesa redonda del lunes día 28 de marzo, comenzando por la configuración de la propia mesa:

16:30 h Mesa redonda: Avances de la Ley de Servicios Sociales en Andalucía.

Modera: Miguel Presencio. Subdirector DG Personas con Discapacidad e Inclusión.

Participan:

  • Estrategia de Ética de Servicios Sociales. Inmaculada Asensio Fernández.
  • Plan estratégico de Servicios Sociales y el Sistema CoheSSiona. (Historia social única electrónica). Gema Luque Granados.
  • Plan de Investigación e innovación de Servicios Sociales. José Manuel Ramírez Navarro.

Desarrollo de mi ponencia

El objetivo de esta comunicación es presentar la Estrategia de Ética de los Servicios Sociales de Andalucía, como elemento innovador que incorpora la Ley 9/2016, de 27 de diciembre, de Servicios Sociales de Andalucía.

Para comenzar, voy a explicar brevemente qué es la ética y para qué sirve, y para ello voy a echar mano de una de las palabras de una de las personalidades más relevantes en el campo de la filosofía, como es Adela Cortina, Catedrática Emérita de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia. Posteriormente, para entrar un poco en materia, compartiré un caso práctico en el que se da un conflicto ético, para pasar a presentar la Estrategia de Ética, mencionando previamente cómo se recoge la ética en la propia Ley de Servicios Sociales.   

Qué es la Ética

La palabra Ética viene de Ethos, que quiere decir carácter, y la primera tarea de la ética consiste en forjar el carácter de las personas, de los equipos profesionales, e incluso de las propias organizaciones. La forja del carácter es algo fundamental, porque sabemos que los seres humanos nacemos con un temperamento que no hemos elegido, pero después, a lo largo de la vida vamos acumulando experiencias y tomando decisiones que nos llevan a crear unas predisposiciones a actuar en un sentido determinado. Por ejemplo, si solemos tomar decisiones justas, desarrollamos una predisposición a actuar con justicia. Si solemos tomar decisiones imprudentes, desarrollamos una predisposición a actuar de forma imprudente. Por tanto, la ética tiene que ver con cómo nos comportamos moralmente, con lo que nos mueve a actuar predominantemente de un modo u otro, y es importante forjarse un buen carácter, porque de alguna manera es algo que está a nuestro alcance.

Esas predisposiciones de las que nos habla Adela Cortina, cuando son predisposiciones que nos conducen a actuar bien, es lo que se llama Virtudes (areté) a lo que los griegos llamaban excelencia.

Actuar con excelencia es uno de los imperativos de la ética, pero hay que tener en cuenta que la actuación excelente surge del diálogo entre los seres humanos acerca de cuál es el mejor modo de hacer las cosas, el que nos parece mejor… el más beneficioso o el menos malo, según el caso.

Por tanto, la ética no es algo individual, aunque se manifieste a través del comportamiento de cada persona, sino que es una construcción dialógica que se teje entre los sujetos, para beneficiar al conjunto de personas: a ti, a mí, al otro… y a todos.

En el caso que nos ocupa, la Estrategia de Ética de los Servicios Sociales de Andalucía, la ética o la virtud cobra vida a través del diálogo que surge para construir entornos en los que las decisiones y acciones que se llevan a cabo, respeten siempre la dignidad, el bienestar, la igualdad, la autonomía, la justicia social y la participación de las personas que se atienden en los servicios sociales, y se apoyan, por tanto, en los valores éticos que por excelencia son la base de nuestro Sistema Público de Servicios Sociales.

Un caso que nos ayude a ejemplificar de lo que estamos hablando

Los equipos de profesionales enfrentan dilemas éticos con frecuencia, y voy a comentar una situación hipotética que se me ocurre se podría dar en un centro de trabajo, para que podamos ver la utilidad que tiene la ética y cómo se evidencia su preocupación por desarrollar una predisposición a actuar de la mejor manera posible:

Supongamos que, en el marco de una relación profesional de ayuda, una persona acude a un servicio solicitando tratamiento para resolver un problema de adicción. En la primera entrevista revela que suele perder el control cuando se encuentra en situación de abstinencia, y es capaz de auto-lesionarse y de agredir a los demás. De hecho, acude al lugar en el que tú trabajas por derivación del psiquiatra del Hospital de su localidad. El día anterior lo atendieron en urgencias porque se golpeó la cabeza contra la pared, y le recomendaron que acudiera a este Centro para abordar su adicción a determinadas sustancias, pues seguro que encontraría el camino para salir de esa situación y encontrarse mejor.

Cuando se atiende a una persona por primera vez en un centro de tratamiento de las adicciones, uno de los aspectos prioritarios es generar el vínculo terapéutico, que se apoya en el desarrollo de una relación de confianza en la que la persona pueda expresar sus problemas y cómo los está viviendo, y por supuesto su demanda. El vínculo terapéutico es de vital importancia para trazar la intervención necesaria para superar una adicción.

Imaginad que, en esa primera entrevista, la persona se siente en un clima de intimidad y secreto profesional, y poco a poco va comentando los estragos que está causando la sustancia (droga) en su vida, hasta que llega un momento que –incluso- reconoce que el apoyo más importante con el que cuenta en la vida es su esposa, y que a veces la trata mal; reconoce que incluso alguna vez le ha pegado y que es una santa, porque nunca lo ha denunciado. Él no soporta ser así y reconoce que necesita ayuda…, la pide con desesperación.

Cuando termina esa primera sesión de acogida, la trabajadora social comparte en sesión clínica con el resto del equipo todo lo sucedido durante la entrevista a esta persona, incluyendo toda la información sobre las agresiones a su esposa.

Ella considera que la información sobre las agresiones a la esposa debería ser puesta en conocimiento de la Fiscalía, para su protección. Sin embargo, el resto del equipo considera que lo conveniente es guardar secreto y trabajar terapéuticamente con la persona todos estos aspectos, pues si hay alguna posibilidad de que la situación mejore, al denunciar todo se irá al traste. Perderemos al paciente y puede que la situación no mejore después.

En este caso, no vamos entrar en consideraciones legales o normativas, porque lo que nos interesa es poner sobre la mesa el tipo de interacción que se puede dar en los equipos de trabajo, cuando surge un conflicto ético sentido:

Valores en conflicto: la protección de la mujer y el vínculo terapéutico.

  • Si se respeta la confidencialidad, se puede poner en riesgo la protección de la esposa.
  • Si se protege a la víctima y se denuncia, se pone en riesgo el vínculo terapéutico con la persona adicta.

Bien. Pues estas situaciones dilemáticas o conflictivas suelen tener una resolución compleja, ya que muchas veces los equipos no tienen una idea clara sobre cuál es el mejor camino a seguir y se producen discusiones acaloradas que no se resuelven objetivamente o a través de la reflexión ordenada, es decir, con un método, como por ejemplo el deliberativo, sino que se resuelven por medio de la jerarquía.

Este tema es un recurrente cinematográfico, y hay infinidad de películas que nos muestran situaciones en las que una persona considera que se debe actuar de un modo para hacer el bien, y hay otras que lo ven de otro modo y lo dificultan, limitándose a lo que siempre se ha hecho, aun siendo obsoleto, sin abrir ningún dialogo abierto que permita busca la mejor manera de hacer las cosas. Esto no quiere decir que unos sean –en términos cinematográficos- los buenos o los malos de la película, sino que unas personas se guían por hacer lo de siempre, lo conocido, aquello en lo que se sienten cómodos, y otras se cuestionan si esa manera es la correcta o no, y cuáles pueden ser las consecuencias de hacer A o hacer B. Estas películas a veces terminan bien, y otras terminan mal.

En este siglo, con todo lo que se ha avanzado en materia de servicios sociales, no podemos seguir actuando de manera obsoleta, cumpliendo con requisitos básicos, sino que tenemos que ir más allá, marcar la diferencia a través de un diálogo abierto sobre cuál es la mejor manera de hacer las cosas. Y a esto viene la ética, a hacerse preguntas, a cuestionarse cuál es la mejor manera de hacer las cosas con lo que sabemos ahora.

No se puede dejar al tiempo la resolución de los conflictos éticos, pues hay consecuencias. Como dice el autor Diego Gracia (2007) y es mejor aprender a deliberar para encontrar el curso de acción más prudente en cada situación. Además, cómo hemos visto en los párrafos precedentes, de la calidad de nuestras decisiones iremos forjando una predisposición a actuar de la misma manera en el futuro.

Casos similares al relatado se han dado otras veces en los equipos de trabajo; de hecho, si tecleáis en google el caso de Tatiana Tarasoff, o también el caso de Charles Whitman, podréis comprobar cómo este tipo de situaciones conflictivas se han dado muchas veces, en diferentes partes del planeta.

Ejemplos podemos poner muchos, porque los servicios sociales son un escenario en el que se abordan situaciones muy complejas, y todo lo que rodea a la vida de una persona es sensible y merece especial atención y cuidado, pues podemos hacer más mal que bien sin darnos cuenta.

Hay una investigación sobre dilemas éticos en la intervención social, llevado a cabo en España entre 2009 y 2011, que presenta los principales dilemas éticos a los que se enfrentan las y los profesionales del trabajo social en su quehacer, y cómo los resuelven.

Dilemas éticos en la intervención social: la perspectiva de los trabajadores sociales en España (FFI2008-05546).5 La investigación se llevó a cabo durante los años 2009 a 2011 dentro del Plan Nacional de I+D+i del Ministerio de Ciencia e Innovación por el grupo de investigación Efimec (Ética, Filosofía y Metodología de las ciencias) del Departamento de Trabajo Social de la Universidad Pública de Navarra.

Los principales -no los únicos- dilemas, se sintetizan en:

  • Dilemas con el deber de informar a terceras personas.
  • Dilemas con la autonomía del usuario.
  • Dilemas con la incompetencia (mala práxis) de otro profesional.
  • Dilemas en relación con la confidencialidad.
  • Dilemas con la duración del tiempo de intervención.

No me puedo detener más en la práctica, pero me sirve para ofrecer un marco de referencia a la Estrategia de Ética de los Servicios Sociales de Andalucía, aprobada por Orden de la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación, de 22 de diciembre de 2020.

Esta Estrategia, por tanto, se diseña con el objetivo prioritario de impulsar una cultura de la ética en los servicios sociales, proporcionando herramientas para forjar ese carácter de excelencia o virtuoso del que nos hablaba Adela Cortina.

La Ley Andaluza de Servicios Sociales

Ley 9/ 2016, de 27 de diciembre, de Servicios Sociales de Andalucía.

En el desarrollo del texto legal se recoge la ética en dos de sus capítulos: un capítulo V titulado «sobre el proceso de intervención», y en un capítulo X que se titula «sobre ética y servicios sociales».

Capítulo V Proceso de intervención

Artículo 46. Proyecto de Intervención Social

2. El Proyecto de Intervención Social recogerá, al menos, los siguientes aspectos:

En los casos de mayor complejidad, situaciones de riesgo o desprotección social, el Proyecto de Intervención Social contemplará los instrumentos y mecanismos dispuestos para la toma de decisiones basadas en la deliberación ética.

Capítulo X Ética y servicios sociales

Artículo 70. Estrategia de ética de los servicios sociales

1. La Consejería competente en materia de servicios sociales desarrollará y aprobará una estrategia que permita introducir los principios éticos en las políticas sociales y en la provisión de los servicios sociales, facilitando un espacio común basado en valores compartidos entre ciudadanía, profesionales y la propia organización, bajo el enfoque de la corresponsabilidad, la cooperación y la confianza entre todas las personas que están implicadas en el desarrollo de los servicios sociales.

Artículo 71. Comité de Ética de los Servicios Sociales.

1. Se crea el Comité de Ética de los Servicios Sociales como órgano colegiado consultivo, adscrito orgánicamente a la Consejería competente en materia de servicios sociales y con autonomía funcional, con la finalidad de garantizar el derecho de las personas, sin discriminación social alguna, al respeto a su autonomía, personalidad, dignidad humana e intimidad.

Artículo 72. Código de Ética Profesional.

1. En el marco de la Estrategia de ética en servicios sociales de Andalucía, la Consejería competente en materia de servicios sociales promoverá junto a las organizaciones profesionales y colegios profesionales la elaboración de un código de ética profesional que garantice la reflexión ética en la práctica de la intervención social, el efectivo ejercicio de los derechos de las personas usuarias y el cumplimiento de los principios rectores del Sistema Público de Servicios Sociales de Andalucía.

Si quieren leer al detalle sobre las referencias a la ética que aparecen en la Ley Andaluza de Servicios Sociales, pueden continuar leyendo AQUÍ.

¿Cómo se ha diseñado la Estrategia de Ética?

Esta planificación se ha llevado a cabo teniendo en cuenta las siguientes premisas en su diseño:

Primero, se apoya en un buen número de publicaciones y artículos científicos sobre bioética y ética aplicada a la intervención social, fundamentalmente publicados en España, pero con alguna referencia internacional.

Segundo, ha tomado en consideración las experiencias consolidadas y en desarrollo de la ética aplicada a los servicios sociales que hay en las diferentes comunidades autónomas españolas: se elaboró un mapeo sobre la ética en servicios sociales nacional. 

Tercero, se nutrió del aporte de diferentes personalidades vinculadas a la ética aplicada a lo social que hay en España, que fueron las que supervisaron el diseño del plan estratégico, validando el contenido publicado en el documento.

Esto dio lugar a un documento estratégico que se organiza en una serie de ejes y objetivos que se apoyan en seis valores éticos:

Estrategia de Ética de los Servicios Sociales, pág. 47.

Dignidad, bienestar, autonomía, igualdad, justicia social y participación,

Se han elegido estos seis valores, y no otros, porque son los que más están presentes en diferentes textos de referencia para los servicios sociales (declaración universal de los derechos humanos, códigos deontológicos, publicaciones sobre ética aplicada a la intervención social, etc.).

Para finalizar, vamos a ver cuáles son esos ejes y objetivos en los que se estructura la Estrategia de Ética. Para conocer en profundidad cada eje, es necesario consultar la propia Estrategia de Ética de los Servicios Sociales, en el siguiente enlace: AQUÍ.

Esquema Estratégico: Ejes y Objetivos

EJE 1 / LAS PERSONAS 

OBJETIVOS:

1.1. Impulsar el desarrollo de la conciencia ética en la ciudadanía 

1.2. Crear un marco de referencia para que la ciudadanía pueda conocer y comprender cuáles son sus derechos y obligaciones 

1.3. Favorecer la adquisición de competencias básicas por parte de la ciudadanía para ejercer la autonomía

EJE 2 / PROFESIONALES, GESTORES Y LÍDERES POLÍTICOS 

OBJETIVOS:

2.1. Establecer un código de conducta ética 

2.2. Reforzar la protección de la intimidad y privacidad 

2.3. Desarrollar la conciencia ética y la capa­cidad de reflexión para afrontar conflictos éticos. 

2.4. Crear el Comité de Ética de los Servicios Sociales de Andalucía. 

2.5. Orientar a profesionales en el afronta­miento de situaciones especialmente comprometidas o difíciles en su manejo.

EJE 3 / INSTITUCIONES, ORGANIZACIONES Y CENTROS DE TRABAJO 

OBJETIVOS:

3.1. Introducir la Auditoría Ética de los Servi­cios Sociales, como herramienta de ges­tión de riesgos y de mejora de la calidad ética.

3.2. Impulsar la reflexión ética en los centros de trabajo para la mejora de la calidad de la atención profesional.

EJE 4 / EL INTERCAMBIO DE CONOCIMIENTO Y EL DESARROLLO DE LA ÉTICA APLICADA 

OBJETIVOS:

4.1. Otorgar un espacio virtual sobre la Es­trategia de Ética de los Servicios Sociales de Andalucía y su desarrollo, accesible al conjunto de profesionales. 

4.2. Fomentar el desarrollo de la ética apli­cada a los servicios sociales en España, con objeto de contribuir al intercambio de experiencias y avances científicos y técnicos en la materia. 

Aquí finaliza esta comunicación, ya que el tiempo de presentación es limitado y el objetivo es dar a conocer estas importantes novedades legislativas que han sido incorporadas con la aprobación de la Ley 9/2016, de 27 de diciembre, de Servicios Sociales de Andalucía.

NOTA FINAL:

En el caso planteado sobre la violencia de género, lo normativo es denunciar, pues las consecuencias pueden ser impredecibles e incontrolables (POR EJEMPLO), y porque así lo exigen las normativas. Lo deseable sería que todas y todos los profesionales estuvieran de acuerdo.

Inmaculada Asensio Fernández.

Hoy he reconectado con la alumna de trabajo social que fui

De izquierda a derecha: Inmaculadasol, Pepe, Mariola y Marie. Año 2001 en Brighton.

Estudié Trabajo Social en la Universidad de Granada, plan de estudios (1997-2000); sin embargo, solicité una beca Erasmus y durante el año 2001 finalicé estudios en la Universidad de Brighton, Reino Unido.

Durante la época universitaria, todos los caminos que se dibujan frente a ti están llenos de posibilidades y de fuerza: todo es posible.  La ilusión es el motor que te hace caminar hacia la profesional que deseas ser, y el encuentro con una trabajadora social en ejercicio te parece algo extraordinario y muy valioso: esa persona representa lo que tú esperas para tu día de mañana.

Yo ahora estoy en mi día de mañana que soñé hace algo más de 20 años…, y me parece increíble que haya pasado todo este tiempo, cuando ahora se me antoja que ha sido un abrir y cerrar de ojos. El tiempo pasa sin darnos cuenta.

Ayer por la tarde visité la Universidad de Almería, con motivo de la conmemoración del Día Mundial del Trabajo Social, para disfrutar de una Conferencia del excelente académico Francisco Idareta, profesor de la Universidad Pública de Navarra. Su Conferencia ha versado sobre el deber y las virtudes de las y los profesionales del Trabajo Social, y me atrevería a asegurar que yo he sido la única persona asistente que ejerce activamente la profesión hoy día, el resto eran estudiantes de 2º y 3º de Grado en Trabajo Social.

Ha habido un momento, casi al final de la tarde, en el que he tomado la palabra para dar las gracias a Idareta por su magnífica exposición y he recordado en voz alta que llevo 18 años ejerciendo como Trabajadora Social; y me ha sucedido algo muy curioso, de repente me he visto ahí, sentada entre chicas y chicos jóvenes llenos de ganas de comerse el mundo y me he acordado de mi yo del pasado, de mi yo estudiante llena de ilusiones.

La verdad es que sigo emocionándome con el estudio de la disciplina del Trabajo Social y creo que soy bastante más activa de lo que muchas veces observo en mi entorno profesional cercano. Sin embargo, es cierto que he explorado muchos caminos, he vivido decepciones, también algunas injusticias, incluso a veces he sentido desgaste por las trabas que detecto como Trabajadora Social en interacción con otros perfiles profesionales en los equipos, ya que mi profesión aún tiene mucho que luchar para ser respetada en los ámbitos decisionales, pues todavía hay quién afirma que nos dedicamos a “arreglar paguicas”.

He viajado y vivido fuera de España, por tanto he comenzado varias veces, con nuevos proyectos e ilusiones. De hecho, tengo muchos textos escritos sobre todas estas experiencias que he atravesado, buenas, malas y regulares, aunque aún no me he atrevido a publicarlas, para no herir susceptibilidades, e incluso por consideración a terceros. Quiero decir con esto que “de todo llevo en la mochila”, la verdad.

Hoy se me acercaron un grupo de alumnas y me preguntaron: ¿llevas 18 años trabajando? Y contesté afirmativamente, a lo que me dijeron: “¡Wow, qué pasada!”. Y, ciertamente, es así como yo lo veía con los ojos de ese pasado estudiantil…, me parecía una pasada conocer Trabajadoras Sociales en activo.

  • Qué bonito ha sido reconocerme en ellas, en esa mirada ávida de conocer y de ilusionarse con un futuro lleno de opciones profesionales.
  • Qué bonito es sentir motivación por trabajar en lo que has elegido.
  • Qué bonito es sentir tu vocación intacta, limpia de descalabros y de estrecheces.

Hoy he deseado ser como estas estudiantes, hoy he sentido que ellas me han refrescado sin darse cuenta, y creo que esto ha revitalizado todas mis raíces.

Agradecida y emocionada, como Lina Morgan.

Gracias.

Inmaculada Asensio Fernández.

El deber por el deber no funciona, si no se humaniza: la compasión de Concepción Arenal

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El término compasión deriva del latín, de la palabra cumpassio, que significa acompañar o sufrir juntos.

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La compasión es un sentimiento de tristeza que produce el ver padecer a alguien y que impulsa a aliviar su dolor o sufrimiento, a remediarlo o a evitarlo. Es sin duda una cualidad que impulsa a las personas a estar conectadas con el resto, por tanto, es innegable su valor social.

Las personas compasivas tienen la capacidad de ponerse en el lugar de otras personas y de sentir -casi como propios- sus problemas y dificultades; sobre todo las dificultades de aquellas personas o colectivos vulnerables y blanco fácil de culpabilizaciones, críticas, injusticias y desigualdades.

Un exponente de la compasión es la filósofa Concepción Arenal (1820 – 1893), que dedicó gran parte de su vida a hacer denuncia social: las deplorables condiciones en la que se vivía en las cárceles españolas, sin un ápice de enfoque de la reinserción (…); la miseria en las casas de salud o la mendicidad y la condición de desigualdad en la que se desarrollaba la mujer en la sociedad del siglo XIX.

Hoy día, el trabajador social y profesor de la Universidad Pública de Navarra, Francisco Idareta Goldaracena, ha rescatado a través de su libro: “Concepción Arenal: reformadora social y moral desde la compasión” (2020), el papel de Concepción Arenal en su lucha por la defensa de los primeros derechos humanos en España (antes de la propia Declaración Universal), así como por la defensa de la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, incansable feminista -también antes de que surgiera este término para designar la lucha social organizada de las mujeres por la igualdad- con la única intención de visibilizar y dignificar la contribución de la mujer a la sociedad.

Idareta destaca el rol de Arenal como primera trabajadora social dentro de la historia del Trabajo Social en España, a la que iguala -en términos de notoriedad para la profesión de trabajo social- a figuras como Mary Ellen Richmond y Jane Addams, y que colaboró en la definición de una ética global de mínimos (umbral de mínimos morales) que deben perseguir todas las sociedades y gobiernos para garantizar unos mínimos de calidad de vida para que todas las personas se sientan reconocidas con dignidad: lo que hoy conocemos como bienestar social.

La Compasión Arenaliana, como acción transformada en sentimiento. es la que da sentido al deber, para que pueda practicarse. Si no se da esta compasión -que justifica y precede a los deberes normativos para que la sociedad funcione y para que haya una ética de mínimos global (dignidad para todos y todas) – no se garantiza su cumplimiento, el cumplimiento del deber.

«El deber por el deber no funciona, si no se humaniza» – afirma Idareta.

Todos los deberes se razonan, pero van al sentimiento, y del sentimiento a la razón. La compasión tiene también una dimensión social (cada cual tiene un deber en función de su situación social) y una dimensión política, ya que afecta a los asuntos de los seres humanos. La compasión es necesaria para garantizar el deber moral hacia la ciudadanía, para establecer una ética de mínimos global que proteja a todas las personas, por el sólo hecho de serlo. Lamentablemente, esta ética de mínimos sigue siendo hoy día un motivo de lucha y reinvidicación social, aunque este anhelo no sea igualmente compartido por todas las fuerzas políticas presentes en el escenario mundial.

Inmaculada Asensio Fernández.

Se celebra en Almería un grupo de discusión ciudadano para recoger propuestas para impulsar una cultura ética en los servicios sociales de Andalucía

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Imagen del Grupo de Discusión

Esta iniciativa  forma parte del diseño de la Estrategia de Ética de los Servicios Sociales de Andalucía, cuya aprobación se prevé para el mes de diciembre del presente. 

Previo a la aprobación de la Estrategia de Ética de los Servicios Sociales de Andalucía, el 11 de octubre de 2019 se ha llevado a cabo un grupo de discusión compuesto por 13 personas que conocen o han sido atendidas en alguna ocasión por los servicios sociales, para conocer su opinión sobre cómo poner en valor la calidad ética en estos servicios, y también sobre cómo incorporar la voz de la ciudadanía en el diseño de actuaciones previsto en esta Estrategia de Ética.

El grupo de discusión se ha desarrollado en Almería, en el salón de actos de la Delegación de Salud y Familias, con ciudadanos y ciudadanas que desean colaborar en la construcción de unos servicios sociales que pongan en valor la ética, ya que es la que debe regir la atención proporcionada por profesionales, el diseño de los espacios y la protección de la intimidad y la privacidad, la gestión de los recursos y la inclusión de las personas usuarias en el centro de las políticas sociales y de las intervenciones profesionales.

El grupo destaca que deben ser cualidades inherentes a los servicios sociales el buen trato a las personas, sobre todo en la acogida inicial que es cuando una persona se siente más vulnerable y con dudas razonables sobre cómo evolucionará su situación y sus problemas. La empatía, el interés por la persona, el respeto, la serenidad, la escucha activa, la comprensión libre de juicios y el uso de un lenguaje comprensible y adecuado al nivel educativo, discapacidad o dificultades idiomáticas de cada persona, deben ser tan importantes como la disposición de recursos y ayudas, y la progresiva facilitación de trámites administrativos que reduzcan la burocracia, que es percibida de manera negativa por todo el grupo.

Se ha destacado el importante papel que tienen las personas que toman decisiones políticas, para la mejora de la calidad de vida de toda la comunidad, y han expresado que “esta responsabilidad conlleva la necesidad de actuar con rigor y mucha conciencia ética, pero sobre todo con un profundo conocimiento de la vida, de la justicia y de la igualdad”, ha expresado una persona de entre los asistentes.

Además, consideran que sería muy útil contar con un Código Ético en servicios sociales, de manera que todas las personas que trabajan en estos servicios se comprometan a aplicarlo en todas las situaciones que se presenten en el día a día, y que promueva la humanización de la atención, de los servicios y de la gestión de los recursos públicos. Incluso han expresado que sería interesante y necesario que la propia ciudadanía pueda participar en la elaboración de esos Códigos, y en el funcionamiento de los Comités de Ética de los Servicios Sociales, contando con la formación adecuada para ello.

Inmaculada Asensio Fernández.