El trabajo social es una carrera que está muy relacionada con la psicología. Estos profesionales ayudan a las personas con una amplia gama de problemas: financieros, de salud, de relaciones, de consumo de sustancias., de transición a diferentes etapas de la vida, de organización doméstica, de crisis en cualquier momento de la vida.
Esta profesión promueve el cambio social, la resolución de problemas en las relaciones humanas, y el fortalecimiento y cohesión ciudadana, para incrementar el bienestar. Interviene en los puntos en los que las personas interactuan con su entorno.
SU MISIÓN es facilitar que todas las personas desarrollen plenamente sus potencialidades, enriquezcan sus vidas y prevengan las disfunciones. Por ello, los y las profesionales en trabajo social, se convierten en agentes de cambio en la sociedad y en la vida de las personas, familias y comunidades para las que trabajan.
EL TRABAJADOR SOCIAL, orienta a las personas para desarrollar las capacidades que les permitan resolver sus problemas familiares, individuales y/o colectivos, promoviendo su facultad de autodeterminación, adaptación y crecimiento personal.
A través del artículo que enlazo a la presente entrada de blog, comparto una reflexión crítica sobre los elementos determinantes que caracterizan la infravaloración institucional de una profesión en un entorno de trabajo. Estas categorías de análisis no se han extraído al azar, sino que forman parte de los resultados de la sistematización de la experiencia laboral de una trabajadora social en un servicio público, que es la misma que redacta estas palabras.
Si quieres conocer estos indicios (para mi son pruebas fehacientes) puedes dar lectura al presente artículo; de este modo, podrás cotejar cuál es el nivel de aprecio que tu organización tiene acerca de tu categoría profesional, dentro del equipo de trabajo.
De: https://www.geekmi.news/comics/5-veces-en-las-que-Joker-le-salvo-la-vida-a-Batman-20210115-0020.html
Hay diferentes posicionamientos teóricos que nos pueden ayudar a comprender muchos de nuestros pensamientos y consecuentes actos, en definitivas cuentas, de las decisiones que tomamos en la vida, seamos conscientes o no de ello. Digamos que hay una explicación filosófica que puede explicar nuestro comportamiento. Conocer esos posicionamientos teóricos, nos lleva a desentrañar las claves de algunas de las corrientes éticas más significativas, pero lo vamos a hacer recurriendo al final de la película de Batman, en la que este benevolente personaje debe tomar la decisión más importante de su vida. Reflexionemos desde el enfoque de la ética aplicada…, ¿debe Batman matar a Joker? Batman es un personaje que lucha contra el crimen, y el Joker es un criminal sanguinario, desprovisto del más mínimo escrúpulo. El personaje del Joker también es conocido como El Guasón, debido a que tiene el rostro maquillado como un payaso sonriente, incluso a veces cuando habla pareciera inofensivo. Sin embargo, su arsenal de armas incluye cartas-navajas, flores de ácido y el gas de la risa, y sin duda es el mayor enemigo de Batman. Hay un momento decisivo en una de sus películas (dibujos animados) en el que, tras una larga y dura pelea entre Batman y Joker, en la que todo apuntaba a que Batman iba a morir, se revierte la situación y es Batman el que tiene al personaje del Joker contra las cuerdas, a punto de acabar con su vida…, pero hay un segundo en el que todo cambia. El Joker está casi acabado (representa sin duda el mal en toda su extensión), pero Batman para la lucha…. parece que se pregunta:
¿Debo realmente acabar con la vida de El Joker?
Desde el punto de vista del principialismo, no debería hacerlo porque no es correcto dañar a otras personas, y este es un principio ético prima facie: no dañar (no maleficencia). Desde el punto de vista del consecuencialismo utilitarista, no sería un mal acto, si con ello consigue salvar un buen puñado de vidas humanas. De lo que se trata es de hacer el mayor bien posible para el mayor número de personas Desde el punto de vista de la deontología, no debería jamás matarlo, porque está prohibido, y eso es una norma moral básica e ineludible. Desde el punto de vista de la ética de la compasión, no estaría bien que lo matara, porque la situación que presenta El Joker es el resultado de un proceso de exclusión y de marginación que se ha ido tejiendo a lo largo de su vida, en el que no ha encontrado ningún tipo de apoyo por parte del sistema, habiendo tenido una infancia verdaderamente terrible, llena de abusos y abandonos. En la actualidad sufre una importante desadaptación social y requiere, en todo caso, del apoyo de una institución psiquiátrica. Desde el punto de vista de las éticas de las virtudes, el acto de matar al Joker afectará irremediablemente al carácter de Batman, porque lo va a convertir en un asesino, ¿acaso quiere Batman convertirse en ese tipo de persona que arrebata la vida a sus enemigos? No, y de hecho no lo hace porque es virtuoso.
La ética está normalmente presente en todas las decisiones que tomamos, aunque no seamos conscientes de ello. Lo que sucede, como casi todo en la vida, es que dependiendo del enfoque que demos al tema en cuestión, sobre el que tenemos que decidir, los argumentos será unos o serán otros, tal como sucede en el ejemplo expuesto: la decisión final de Batman.
Batman no mató al Joker, ya que no quería ser como él: un villano. Su virtud estaba, precisamente, en lo opuesto a la villanía: la decencia, la dignidad y la honestidad.
Por Inmaculada Asensio Fernández.
Fuente de inspiración para realizar esta entrada de blog: https://ethicsunwrapped.utexas.edu/glossary/virtue-ethics?lang=es
La hostilidad es una actitud personal vinculada a expresiones de ira hacia las personas que tenemos cerca, como la familia, las amistades o los compañeros y compañeras del trabajo. Dada su repercusión en la calidad de vida profesional, en esta entrada de blog nos vamos a centrar en la hostilidad en los contextos profesionales.
Las personas hostiles suelen estar en actitud de defensa y ataque casi todo el tiempo –pura pelea– lo cual es bastante molesto y desgastante para las personas que están a su alrededor.
Suelen ser tercas e intransigentes, desconfiadas y negativas, y por este motivo generan mucho rechazo en las personas con las que se relacionan.
A menudo se muestran poco conscientes de lo lesivo de su conducta, y puede que esa inconsciencia se relacione con la falta de sinceridad de las personas que tiene a su alrededor, ya que nadie desea comunicar las verdades del barquero a quién estará posicionado en la ofensa eterna, además de que las reacciones de estas personas pueden ser difícilmente controlables a través de un diálogo pausado y respetuoso.
La jefa o el compañero que nos aborda con una actitud desafiante y agresiva por algún contratiempo que surge, porque necesita una información que no tiene a mano o por alguna mala interpretación… quizá un gesto o una palabra tuya. Estas personas contaminan los espacios de trabajo y son difíciles de soportar. Nos pueden llevar, en los casos más graves, a promover un cambio de trabajo o de servicio, para ponernos a salvo. También debemos admitir que esta actitud hostil también puede revelar un sentimiento de desgaste, motivo por el que debemos hacer de espejo con ellas (respetuosamente), para que se observen desde el ciego ángulo de su amargura y puedan tomar cartas en en asunto.
Puedo permitirme el lujo de reconocer que, en mis 20 años de trayectoria profesional, yo misma he padecido este tipo de comportamientos hostiles en alguna experiencia profesional, y el recuerdo de estas personas se te queda grabado por lo desagradable que puede llegar a ser. Sin embargo, con la perspectiva del tiempo te das cuenta de que hostilidad y desgaste muchas veces van de la mano.
Quedarse y luchar, tiene un coste. Huir para ponerse a salvo, también.
Si te quedas y luchas, corres el riesgo de verte violentada a superar tus límites de tolerancia a la agresividad, una y otra vez; incluso puede que en más de una ocasión te sientas obligada a defenderte, recurriendo a conductas agresivas. También corres el riesgo de aislarte en tu espacio de trabajo para evitar interacciones y posibilidades de enfrentamiento, lo que también provoca mucho malestar.
Si huyes y te pones a salvo, te arriesgas a reprocharte el no haber tomado el control de la situación, incluso puede que te reproches haber actuado como una persona cobardica.
Estas personas están tan quemadas y amargadas que complican a todos los que tienen a su alrededor.
Esto lo describe muy bien el psicólogo Fidel Delgado en algunos de sus videos de youtube (en los que se hace llamar titiripeuta): el que está quemado es el último en darse cuenta, pero para el resto es muy evidente el olor a chamusquina que desprende.
Él recuerda lo dramático que puede llegar a ser esto, porque estas personas no sólo no aportan casi nada o nada a su trabajo, sino que arremeten contra las iniciativas e ilusiones del resto de compañeras y compañeros.
Las personas con actitudes hostiles modifican el clima laboral y lo enrarecen, y es bueno armarse de estrategias y recursos para que en nuestro encuentro con ellos o ellas no tengamos que salir mal paradas, por ejemplo, como observamos las personas que trabajamos en la Administración Pública, donde cada vez se imparten más acciones formativas para abordar situaciones de acoso laboral.
El enfurecimiento destruye las relaciones entre las personas y empeora cualquier situación de tensión, estrés o malestar. La hostilidad sólo pretende ejercer control sobre otras personas, por tanto, sus fundamentos irracionales se relacionan con el deseo de poder sobre otros desde la falsa sensación de que podemos manejar todas las situaciones (y personas) según nuestro –digamos- punto de vista experto.
Como veis, me da igual si hablamos de compañeros o de jefes, no me importa porque en resumen son personas, al igual que nosotras. Por tanto, lo importante aquí es aprender qué puedo hacer yo con esto que me ocurre, lo que va a depender de mi repertorio de respuesta ante este tipo de situaciones, o de mi propia reacción emocional ante su comportamiento.
¿Cómo podemos afrontar esa actitud de hostilidad hacia nosotros en el momento en que se produce el estallido?
Puedes tratar de reducir la intensidad de la reacción emocional, pero sin hacer nada por reducirla. Me explico. El resultado de la revisión de diferentes publicaciones sobre este tema, señala que para que otra persona se calme y salga del bucle agresivo, lo más adecuado es escuchar, pero sin dar muestras de que estamos asustados/ molestos/ contrariados. Mantener la calma en lugar de pedir a la persona que se calme. Si queremos hacerle ver lo mal que nos ha hecho sentir (las consecuencias de su actitud), deberemos esperar a que esté calmado, nunca antes. Hacer ver a la persona, según vaya cediendo la intensidad de su estado emocional, que la comprendemos y que sabemos cómo se puede estar sintiendo, puede hacer que sus actitudes vayan aplacándose. En el momento del estallido, lo que nos interesa es que esta situación ceda, y poder clarificar posteriormente qué hacer con todo lo sucedido.
Si la situación no cede de ninguna forma, o si la persona nos amenaza con agredirnos a nosotros, a sí misma o a otros, pediremos ayuda inmediatamente.
Si la situación es reiterativa, debemos ponerlo en conocimiento de un superior. También podemos barajar acciones legales (necesitaremos pruebas y/o testigos de estas situaciones y que estén dispuestos a testificar en un juicio). Si la situación se torna verdaderamente insostenible y no queremos entrar en pelea, quizá lo mejor sea establecer un cordón sanitario con esa persona, o incluso abandonar ese espacio de trabajo.
Imagen tomada de lavozdegalicia en https://cutt.ly/IXrreI6
La Agencia de Servicios Sociales y Dependencia de Andalucía ha aprobado el 21/12/2021 un Protocolo de actuación para la tramitación preferente en las situaciones de urgencia social y de emergencia social en el ámbito de la dependencia (en adelante PTP), para canalizar las situaciones de urgencia que obligan a priorizar actuaciones en unos casos sobre otros, dada la gravedad descrita y acreditada documentalmente en 6 áreas diferenciadas (pág. 18, 19 del PTP):
Área de convivencia.
Área de red de apoyo.
Área de conflictividad y riesgo.
Área sanitaria.
Área de vivienda.
Área de capacidad económica.
Estas 6 áreas recogen un total de 19 criterios/ítems de valoración de las situaciones de urgencia, por parte de quién sea competente en cada caso. A cada uno de esos criterios/ítems corresponde una puntuación, siendo el valor mínimo 3 puntos, y el valor máximo 10 puntos. La cuestión es que, para considerar un caso urgente, la suma de todos los criterios valorados debe arrojar un mínimo de 20 puntos (de estos, al menos 5 deben corresponder al área de capacidad económica).
Veamos con mayor detalle las situaciones que se pueden certificar desde los Servicios Sociales Comunitarios (la mayor parte de los criterios del baremo) y las que puede certificar el Servicio Público de Salud Andaluz (sobre todo situaciones relacionadas con el área sanitaria).
Tomando como referencia el soporte documental requerido para acreditar cada uno de los criterios de urgencia social, se va a identificar quién participa en estas baremaciones (pág. 19 del PTP):
Informe de los Servicios Sociales Comunitarios
Informe del Servicio Sanitario Público Andaluz (SSPA).
Informe de Centros Sanitarios Privados (si la persona no es usuaria del SSPA).
Informe de la Administración competente en función de la situación presentada (centro terapéutico, de acogida, centro penitenciario, etc).
Informe del Centro Residencial (en caso de personas residentes en este tipo de recursos).
Certificado de defunción, para acreditar que una persona vive sola, por perder a su cuidador.
Certificado de discapacidad emitido por el Centro de Valoración y Orientación (CVO).
Informe del Servicio de Atención a Victimas, Inspección de Trabajo y de la Seguridad Social, resoluciones judiciales por violencia de género, informe del Ministerio Fiscal, atestado de la Autoridad Judicial… según sea el caso.
Denuncia judicial.
Denuncia policial.
Orden judicial de desahucio, certificación del estado de la vivienda por la autoridad competente.
Declaración responsable de ingresos y bienes de la unidad de convivencia (anexo IX) y Declaración de la Renta de las Personas Físicas de los miembros de la unidad de convivencia hasta primer grado de consanguinidad, y los movimientos bancarios de los últimos 12 meses, inmediatamente anteriores a la fecha de solicitud.
INFORMES DE LOS SERVICIOS SOCIALES COMUNITARIOS (SSC)
Pueden acreditar 12 de los 19 ítems de valoración de la urgencia, aunque no de forma exclusiva. Aun así, nada más por el volumen de criterios que pueden evidenciar, son los que mayor protagonismo tienen en la valoración de las situaciones de urgencia/emergencia social, relacionadas con la atención a la dependencia en Andalucía. Además, no podemos olvidar que los servicios sociales comunitarios son la puerta de entrada al Sistema Público de Servicios Sociales.
Las situaciones que se pueden acreditar desde SSC, son:
A1. La persona vive sola (incluye la ausencia sobrevenida por fallecimiento de la única persona cuidadora).
A2. Convive con familiares de primer grado de consanguinidad, pero no puede ser atendida adecuadamente por ellos por razón de edad, discapacidad física, psíquica, sensorial, enfermedad mental, enfermedad crónica invalidante, problemas de adicción.
B1. Carece de familia y red de apoyo.
B2. Tiene familiares de primer grado de consanguinidad, no convivientes, pero: a). No puede ser atendida adecuadamente por ellos por razón de edad, discapacidad física, psíquica, sensorial, enfermedad mental, enfermedad crónica invalidante, problemas de adicción. b). Tiene familiares de primer grado de consanguinidad o afiliación pero existe imposibilidad de atención por motivos económicos, distancia geográfica entre lugares de residencia o por motivos de índole laboral. c). Estos eluden sus responsabilidades de cuidado y atención hacia la persona en situación de dependencia.
C1. Sufre malos tratos, situaciones de violencia (de género, intrafamiliar, sexual…).
C3. Situaciones consideradas de riesgo social (A: prostitución, pedofilia, exhibicionismo..; B: Reside en entorno de riesgo por robos, allanamientos, ocupación..)
E1. Vive en la calle o sin vivienda.
E2. Situación de desahucio, vivienda en ruinas infravivienda, chabola o similar.
E3. En defecto de certificación por la autoridad competente, los SSC puede informar sobre (A. Problemas de accesibilidad; B. Problemas de adecuación; C. Problemas de hacinamiento.
F1. Ingresos iguales o inferiores a 1 vez el IPREM por persona (hasta primer grado consanguinidad/ afinidad)
F2. Ingresos iguales o inferiores a 1,5 veces el IPREM por persona (hasta primer grado consanguinidad/ afinidad)
F3. Ingresos iguales o inferiores a 2 veces el IPREM por persona (hasta primer grado consanguinidad/ afinidad)
INFORMES DEL SERVICIO SANITARIO PÚBLICO ANDALUZ (SSPA)
El SSPA puede participar de la valoración de 9 criterios, pero, de entre estos 9, sólo tiene competencia exclusiva en la valoración del riesgo de 4 de ellos, que son los ítems comprendidos dentro del Área sanitaria (D1, D2, D3 y D4):
D1. Persona ingresada en Unidad de Hospitalización de Salud Mental (UHSM), Unidad de Desintoxicación Hospitalaria (UDH), Centro Hospitalario, o reside en un alojamiento social o sanitario con carácter temporal, disponiendo de alta médica efectiva o fecha para abandonar el dispositivo, y existe la imposibilidad de regresar al contexto familiar.
D2. Persona encamada que necesita de otra persona para realizar todas las actividades de la vida diaria.
D3. Persona en situación de dependencia que derivado de enfermedad/accidente con graves secuelas precisa de una rápida intervención rehabilitadora en un centro especializado (Por ej. Daño cerebral adquirido).
D4. Persona con necesidades especiales de cuidados. Estas necesidades especiales de cuidados hacen referencia a “toda estrategia o actuación de atención sanitaria compleja de difícil ejecución en el entorno domiciliario, que precisa de un contexto adecuado para su administración o desarrollo (rotación de opioides, tratamientos endovenosos, sedación paliativa, sonda nasogástrica, alimentación parental, estoma eferente, estoma urinario, respiración mecánica, oxigeno terapia, aspiración, diálisis, bomba de perfusión analgésica, catéter epidural y otras medidas de soporte para funciones vitales o cuidados sanitarios de especial complejidad)”.
Sin embargo, el SSPA también puede participar de la valoración de algunos de los criterios, en concreto suman 5, integrados en las áreas de convivencia, red de apoyo, y conflictividad y riesgo; se describen a continuación (pág. 18 de PTP):
A2. Convive con familiares de primer grado de consanguinidad, pero no puede ser atendida adecuadamente por ellos por razón de edad, discapacidad física, psíquica, sensorial, enfermedad mental, enfermedad crónica invalidante, problemas de adicción.
A4. Reside en centro residencial de carácter privado cuya finalización de la estancia se estima en breve por imposibilidad de asumir el coste de la plaza, existiendo la imposibilidad de regresar al contexto familiar.
B2. Tiene familiares de primer grado de consanguinidad, no convivientes, pero:
a. No puede ser atendida adecuadamente por ellos por razón de edad, discapacidad física, psíquica, sensorial, enfermedad mental, enfermedad crónica invalidante, problemas de adicción.
b. Tiene familiares de primer grado de consanguinidad o afiliación pero existe imposibilidad de atención por motivos económicos, distancia geográfica entre lugares de residencia o por motivos de índole laboral.
c. Estos eluden sus responsabilidades de cuidado y atención hacia la persona en situación de dependencia.
C1. Sufre malos tratos físicos y/o psíquicos y/o situaciones de violencia de género, violencia intrafamiliar o violencia sexual1.
1Se incluye negligencia extrema en los cuidados.
C2. Persona que genera situaciones de violencia por sus conductas auto y/o heteroagresivas, existiendo grave riesgo para la integridad física de las personas de su entorno, al cumplirse alguna de las siguientes situaciones:
a. Es necesario el ingreso en la Unidad de Salud Mental para contener las conductas autolesivas/ heteroagresivas acreditado con parte de ingreso en UHSM2.
2 UHSM: Unidad de Hospitalización de Salud Mental.
b. Es necesario acudir a dispositivos de seguridad para poder contener las conductas heteroagresivas de la persona en situación de dependencia, acreditado mediante atestado o informes de dichos dispositivos que certifiquen las conductas.
c. La gravedad de las lesiones de la persona agredida requieren ingreso hospitalario3.
3 Las lesiones pueden ser producidas directamente por la persona en situación de dependencia o riesgo de estarlo, o indirectamente, cuando la sobrecarga del cuidado o situación de estrés vivida en el domicilio desemboque en intento de autolisis de la persona cuidadora o conviviente.
*** El resto de criterios no se pueden acreditar desde el SSPA.
SITUACIONES DE ACCESO DIRECTO(YO LOS LLAMO CASOS PASARELA)
Antes de finalizar, cabe destacar que hay cuatro situaciones de acceso directo a situación de urgencia, sin administrar el resto del baremo. Estas situaciones son:
1. Persona con enfermedad avanzada con pronóstico de vida limitado que precisa de especiales necesidades de cuidados (personas con diagnóstico de esclerosis lateral amiotrófica (ELA), personas que se encuentran en cuidados paliativos, etc).
2. Persona que dispone de providencia de los Juzgados obligando a la Administración a adoptar con carácter urgente e inmediato las medidas oportunas para el internamiento en centro adecuados a sus necesidades.
3. Persona con discapacidad que tras cumplir medidas privativas de libertad, ya sea en Hospital Psiquiátrico Penitenciario, Centro Penitenciario o Centro de Reforma de Menores, precisa continuidad asistencial.
4. Persona con discapacidad que residen o han residido en Centro de Protección de Menores o se encuentran bajo la tutela de la Junta de Andalucía y precisan de continuidad asistencial.
ANEXO: BAREMO COMPLETO (expresado en lenguaje resumen):
Baremo completo
A: CONVIVENCIA B: RED DE APOYO C: CONFLICTIVIDAD Y RIESGO D: SANITARIA E: VIVIENDA F: ECONOMÍA
Indicador
Puntos
Quién puede acreditar el ítem
A1.
Vive sola
7
SSC
A2.
Convive con familiares que no la atienden: por edad, discp, salud mental, crónico-invalidante, adicciones..
5
SSC/SSPA/ASSDA/CVO
A3.
Convive en alojamiento colectivo institucional temporal
5
ADMÓN
A4.
Reside en centro residencial privado e imposible seguir pagando
3
RESIDENCIA/SSPA
B1.
Carece de familia y red de apoyo.
5
SSC
B2.
Tiene familiares 1er grado cons., no convivientes, que no atienden: a. Edad, discp, salud mental, crónico-invalidante, adicción.. b. Imposibilidad familia x distancia geografica, problemas económicos/laborales… c. Familia elude responsabilidades
3
SSC/SSPA/ASSDA/CVO
C1.
Sufre malos tratos (físicos,psíquicos) o VDG, u otras violencias
Persona que genera situaciones de violencia: a. Requiere ingreso en salud mental conductas agresivas b. Requiere acudir policía para contener agresividad (atestado) c. Gravedad lesiones persona agredida con ingreso hospitalario.
7
USHM/ATESTADO POLICIAL/PARTE INGRESO SSPA O PRIVADO
C3.
Existe riesgo social por: a.Conductas riesgo: prostitución, exhibiocionismo, pedofilia,consumo de tóxicos, conductas delictivas. b.Reside entorno de riesgo: con robo, agresiones, allamiento, ocupa.
3
SSC/ DENUNCIA POLICIAL O JUDICIAL
D1.
Ingresa en UHSM, UDH, Hospital, alojamiento soc./sanitario temporal e imposibilidad de retorno al domicilio.
10
SSPA/ SANIDAD PRIVADA
D2.
Persona encamada que necesita de otra para ABVD.
10
SSPA/ SANIDAD PRIVADA
D3.
Persona dep. que sufre accidente con graves secuelas que requiere rápida rehabilitación (daño cerebral adquirido).
7
SSPA/ SANIDAD PRIVADA
D4.
Persona con necesidades especiales de cuidados dificil manejo:sedación paliativa, diálisis, catéter epidural, sonda nasogastr.,etc.
7
SSPA/ SANIDAD PRIVADA
E1.
Vive en la calle, sin hogar.
10
SSC
E2.
Problemáticas Vivienda: a. orden desahucio única vivienda b. declarada oficialmente en ruinas c. chabola/ infravivienda insalubre y sin suministros básicos.
10
SSC/ORDEN DESAHUCIO/CERTIFICADO ESTADO VIVIENDA
E3.
Otras problemáticas Vivienda: a. problemas de accesibilidad: sin rampa acceso/ascensor,barreras.. b. problemas de adecuación (vivienda no apta para cuidados) c. problemas de hacinamiento (5-10m2 x persona)
5
SSC/CERTIFICADO AUTORIDAD COMPETENTE
F1.
Suma capital de la u.convivencia:1 vez IPREM x persona: 579 mes
10
RENTA/DECLARACIÓN INGRESOS/ MOVIMIENTOS BANCARIOS ÚLTIMOS 12 MESES (PARA F1, F2 Y F3)
F2.
Suma capital de la u.convivencia: 1,5 veces IPREM x persona:868,5 mes
7
F3.
Suma capital de la u.convivencia: 2 veces IPREM x persona:1158 mes
5
PASARELA DIRECTA (SIN NECESIDAD DE PUNTUAR) EN ESTOS CASOS: 1.Pronóstico vida limitado, 2. Orden internamiento, 3. salida de prisión y necesidad de centro de atención, 4. salida de CPM y necesidad de centro.
Hablo de jubilada refiriéndome, no a las mujeres, sino a todas las personas.
Etimológicamente, jubilación viene de la palabra jubilare: celebración, júbilo, alegría… pero no todas las personas que se jubilan viven este proceso con ilusión y ganas, sino que a veces es todo lo contrario.
El establecimiento de una edad para jubilarse es una construcción social que parte de una decisión política determinada por factores biológicos, psicológicos, económicos y sociales. Este proceso de jubilación no es igual para todo el mundo, pues las personas somos diferentes y afrontamos los cambios de la vida de una manera diferente también.
En este sentido, la jubilación es una etapa en la vida de una persona que puede ser recibida de forma amable, o puede suponer un bache emocional que superar hasta encontrar un nuevo mundo de significados en la propia existencia, no vinculados necesariamente a la fuerza de trabajo y a la correspondiente remuneración.
A mi juicio, un gran error de las sociedades industrializadas y post-industrializadas es el hecho de que el sistema en el que nos desarrollamos está diseñado eminentemente para producir, para tener éxito (asociado al trabajo/ocupación), para ser reconocidos socialmente en función de nuestra aportación al mercado de trabajo. Lógicamente, esto pone palos en las ruedas para recibir con los brazos abiertos la jubilación.
La Asociación Americana de Psicología establece que con carácter general podemos encontrar seis tipos de personas jubiladas:
1. Continuadoras
Las continuadoras mantienen el contacto con sus habilidades y actividades del pasado, pero las modifican para adecuarlas a la jubilación, a través de trabajo voluntario o trabajo a tiempo parcial en su campo de actividad anterior.
2. Aventureras
Las aventureras inician nuevas actividades o aprenden nuevas habilidades no relacionadas con su trabajo anterior, como aprender a tocar el piano o emplearse en algo totalmente nuevo.
3. Buscadoras
Las buscadoras aprenden, por ensayo y error, en su búsqueda de una nueva identidad, ya que no sienten tener esa identidad, ni estando jubiladas.
4. Despreocupadas
Las despreocupadas disfrutan del tiempo sin obligaciones y les agrada dejarse llevar (fluir) por la corriente, en lo que a su cronograma diario se refiere.
5. Espectadoras involucradas
Las espectadoras involucradas mantienen un interés en el campo de trabajo anterior, pero asumen roles diferentes, como por ejemplo un mayor protagonismo en la esfera familiar, o cualquier otra actividad que les pueda interesar.
6. Retraídas
Las retraídas se deprimen, se apartan de la vida y se dan por vencidas en la búsqueda de un nuevo camino.
Afortunadamente, hay muchas personas que se jubilan y no se retraen, sino todo lo contrario. Me viene a la cabeza de manera muy especial el caso de Carlos San Juan, impulsor de ‘Soy mayor, no idiota‘ que está consiguiendo sensibilizar al Gobierno de España -y a toda la ciudadanía- respecto a la dificultad que entraña para muchas personas mayores, que no han crecido sumergidas en la era digital, tener que realizar todos sus trámites bancarios a través de internet, cada vez con menos presencia física en oficinas y sucursales bancarias.
Olé tú, Carlos San Juan. Deseo tener tu fuerza y tu valor siempre, no sólo cuando me jubile.
Este señor es una inspiración para cualquier persona, y en concreto para los mayores se ha convertido en un icono…, prácticamente en un héroe.
Dicho esto, admito que pueda producirse cierto aletargamiento al cambiar drásticamente nuestras rutinas diarias, y al tener que reconfigurar nuestro autoconcepto e identidad, ya no asociados a una comunidad profesional concreta, o más bien a un espacio de trabajo concreto.
Ya no eres «Pepita, la de Cultura en el Ayuntamiento”, ahora tu concepto trasciende todos esos límites y se expande, tú eres mucho más que todo eso.
¡Reacciona!
Las tres pasiones de la jubilada o del jubilado radical se concretan en dejar paso a ciertos aspectos que ya no tienes que currarte, pues ya se han incorporado de manera gradual a toda tu trayectoria de vida, pero debes dejarles espacio para que aniden en ti.
3 pasiones de la persona jubilada radical:
SABIDURÍA
Eres más sabia, ya que tienes una experiencia que muchas personas desearían tener, y es como el oro líquido para aquellos y aquellas que están lidiando ahora con todo lo que ya has lidiado tú. Tienes el conocimiento de tu oficio/ profesión, pero además tienes todas las habilidades y soft-skills, como se les llama ahora, para poder alumbrar el camino a otros.
LIBERTAD
Tienes más libertad, pues ya no tienes que plegarte ante figuras de autoridad, normalmente asociadas a puestos y cargos, o a la fidelidad a nuestras jefaturas o centros de trabajo. Las personas más libres pueden ser infinitamente más creativas y desafiar lo establecido, por tanto, romper algunos moldes.
COMPROMISO
Ahora te encuentras con el reto, además, de tratar de mejorar la calidad de vida de las personas que llegan a la jubilación, pues no puedes permitirte el lujo de activar los detonadores emocionales que te resten fuerza e inteligencia práctica, de esta que sirve para la vida diaria. Las personas que llegan a la jubilación y que tienen formación y experiencia, son las más aptas para llenar de significados y valores esta nueva etapa, pues todo lo que ellas hagan nos lo vamos a encontrar los demás. Aquí el compromiso hacia los demás es muy importante, pues proporciona el sentido a todos los nuevos proyectos y pasos.
NO TE QUEDES PARA TI LO QUE HAS APRENDIDO, HAZ ALGO ÚTIL CON TODO ELLO. TIENES UN GRAN VALOR PARA APORTAR A LA SOCIEDAD.
Revisa los contratos ocultos que has estado respetando hasta ahora, esos sistemas de creencias y obediencia impuestos por la cultura, la familia y los grupos de referencia para ti. Revisa y cuestiona todo eso para soltar lastre.
Tú no eres tu trabajo.
Tú no eres un recuerdo de la organización/ institución/ empresa para la que has trabajado.
Tú no eres tu status socio-económico.
Tú no eres un rol asignado por la sociedad para ti, incluso antes de que nacieras.
Tú eres mucho más que todo eso, eres una persona y puedes ser un estímulo y una especie de coach de vida para otros.
Inmaculada Asensio,
La siguiente entrada de blog la voy a dedicar a un proceso dinámico para diseñar el proyecto de vida social tras la jubilación, utilizando la metodología que durante años he transmitido en los cursos de Preparación a la Jubilación Andaluza impartidos por el Instituto Andaluz de Administración Pública, y de los que he sido docente.
Dentro de los estilos de comunicación profesional vamos a hacer referencia a dos que son completamente antagónicos, pero especialmente significativos en el ámbito de los servicios sociales y, más aún, en el ámbito de la salud: la relación centrada en el profesional y la relación centrada en el paciente.
Relación centrada en el profesional:
Este estilo comunicativo suele ser predominante por parte de aquellos profesionales que ejercen desde un rol de autoridad, considerando que tienen la solución al problema que trae la persona, a la cual consideran un agente pasivo… sin voz y sin voto.
En un estilo relacional centrado en el profesional, es este quién indaga –a través de sus preguntas- sobre la situación problema que trae la persona con el ánimo de establecer una conexión entre el citado problema, el diagnóstico y la posible solución.
Problema – Diagnóstico – Solución
Investiga las causas y las consecuencias generadas por el problema, así como valora las posibilidades de la persona y su entorno para hacer frente al mismo.
Valora para la persona, pero sin la persona, ya que su visión se considera “experta”. Por este motivo sus preguntas son mayormente cerradas, para obtener información lo más específica y concreta posible, incluso de esas que pueden ser respondidas con una o dos palabras. Cuando se dirige a la persona atendida, lo hace para hacer preguntas o transmitir información, de manera que la comunicación es unidireccional desde el profesional a quién atiende.
Desde este estilo comunicativo no hay espacio para la ventilación emocional, ni para abordar cómo la persona está vivenciando su problema. El profesional ignorará los intentos de la persona usuaria por desviar el foco del problema hacia detalles que se sitúen en los márgenes de la situación que padece, considerados accesorios y prescindibles al no estar vinculados con el tema principal. Esto limitará mucho el tiempo dedicado a la relación de ayuda y el enfoque será en exceso pragmático y con las palabras justas y precisas.
Relación centrada en la persona:
Este estilo comunicativo es bastante más flexible que el anterior, y se amplían un poco más los márgenes de la atención y la escucha por parte del profesional de referencia para la persona en este momento.
La profesional tratará de indagar en el problema que presenta la persona atendida y permitirá que esta lo exprese con sus palabras y emociones, respetando su necesidad de detenerse en ciertos detalles que favorezcan la expresión de emociones negativas asociadas a su estado de confusión, preocupación o sufrimiento, siempre desde una actitud de escucha activa.
La escucha activa permanece siempre atenta y favorece el desahogo de la persona, poniéndose en su lugar y viendo las cosas desde su óptica, pero sin identificarse con lo que le sucede. Además, la profesional también sabe mostrar a la persona que se hace cargo de cómo su problema debe estar afectando a su vida y a su bienestar, con lo cual valida la expresión de las emociones de la persona.
Suele ser más fácil saber hablar bien, que saber escuchar bien, pero desde este enfoque nos interesa más escuchar que hablar. Por este motivo, una técnica que nos puede ayudar a entrenar esta atención es utilizar la técnica del cambio de silla, que se basa en imaginar cómo nos sentiríamos nosotras si estuviésemos en su lugar, qué dificultades experimentaríamos y cómo nos gustaría que nos escuchasen.
Además, la profesional deberá ser hábil conjugando tiempos e interés por escuchar genuinamente, de manera que el resultado de la gestión del tiempo sea proporcionado a la naturaleza y objeto del servicio en el que trabaja, de manera que los tiempos de espera entre persona y persona sean razonables, pero no inflexibles. Por ejemplo, si tenemos el tiempo de atención limitado, es conveniente tratar de escuchar sin interrupciones, para aprovechar mucho más el tiempo y hacer que la persona se sienta recogida en sus manifestaciones y peticiones. Es importante dejar claro que esta escucha siempre precede a la clarificación de las diferentes partes del problema y el planteamiento de las posibles alternativas de solución.
Desde este estilo, la relación de ayuda se caracteriza por una tendencia clara a realizar preguntas exploratorias abiertas, lo que permite a la persona usuaria ofrecer una información más completa sobre su situación problema y sobre cómo lo está viviendo, así como permite a esta persona participar en la medida de lo posible en el proceso de toma de decisiones, desde la práctica del consentimiento informado.
Inmaculada Asensio Fernández.
Imagen tomada de: https://felixmaocho.wordpress.com/2016/11/03/rebecca-dautremer-la-mas-valorada-ilustradora-del-momento/
Esta es la tercera entrega de la saga “¿Por qué no me escuchas?”, en este caso dedicada a los aspectos que mejoran la comunicación entre las personas. Aprovecho para enlazar las entradas de blog precedentes: ¿por qué no me escuchas? (I) y ¿por qué no me escuchas? (II).
A continuación, presento una serie de consejos para mejorar la comunicación entre seres humanos, quizá puedan serte de ayuda:
Cuando discutas con otra persona sobre algún aspecto que te molesta relativo a ella, lo mejor es hablar de lo que hace y te molesta, pero no de lo que es. Cuando tomas un defecto o un mal comportamiento de una persona como si fuera una definición de sí misma, esa persona se dispone a estar en defensa y la fractura entre ambas se produce de manera inmediata.
Aborda los temas de uno en uno, no te amontones con el listado de cosas que echar en cara. Muchas veces se toma carrerilla y en medio de una discusión acalorada se verbalizan una a una todas las cosas que nos molestan de la otra persona, aunque no tengan nada que ver entre ellas ni con la situación actual. Esto es nefasto para que el otro pueda abrirse a escucharte y a intentar llegar a algún tipo de comunicación, acuerdo o solución.
Si sacamos a relucir el pasado, que sea para rememorar momentos buenos o positivos, con la intención de utilizarlo de modelo y para poner en marcha conductas positivas olvidadas. Lo que no es recomendable es poner el disco de los temas dedicados relativos al pasado…, sacar a relucir los “trapos sucios” de hace uno, cinco o veinte años, no sólo no aporta nada provechoso, sino que despierta emociones muy negativas. El levantamiento de un muro infranqueable entre ambos está asegurado.
No es bueno marear la perdiz con nuestras palabras, si queremos que la persona siga conectada a nuestra conversación. Para ello es necesario huir de subterfugios y enredos e ir al grano, ser específicos y concretos. Tras una comunicación específica, hay cambios; es una forma concreta de avanzar. Cuando se es inespecífico, rara vez se moviliza nada.
Evita por todos los medios hablar haciendo uso de generalizaciones. Los términos «siempre» y «nunca» raras veces son ciertos y tienden a formar etiquetas. En cambio, es más positivo utilizar expresiones como “a veces”, “con frecuencia”, “alguna vez”, “en ocasiones”… .
Por último, es importante poner especial atención a la comunicación no verbal, esa que no se oye, pero que habla a gritos sobre nosotras y nuestra forma de comunicarnos… parece invisible pero no lo es. Me refiero al contacto visual, que debe ser frecuente, pero no incisivo o exagerado. De igual modo, es importante regular el tono de voz, la expresión facial y el volumen de voz, para mostrar los afectos que consideremos convenientes a la situación (transmitir tranquilidad generalmente ayuda mucho). Y, por supuesto, es fundamental elegir cuidadosamente el lugar y el momento adecuados para mantener esa conversación.
En la entrada de blog anterior he abordado las dificultades que subyacen al proceso de comunicación, entre las que destacan el no saber escuchar a nuestro interlocutor. Vimos que escuchar no es un proceso automático ni tampoco pasivo, sino que requiere de una actitud diligente para prestar atención a lo que la otra persona nos está contando, por tanto, requiere interpretar el mensaje y observar los elementos no verbales que la persona nos muestra cuando se expresa. Además, hicimos un repaso sobre los elementos que favorecen la escucha activa y que puedes leer AQUÍ.
En esta segunda parte nos vamos a centrar en las habilidades para desarrollar la escucha activa, y que se emplean mucho en la práctica de la mediación familiar. Estas habilidades son:
Mostrar empatía: es necesario entender desde donde nos habla la otra persona, entender sus motivos y escuchar sus sentimientos. Es necesario colocarnos los zapatos del otro para entender todo el camino que ha andado, y cómo ha sido su vivencia. Esto no significa aceptar ni estar de acuerdo con la posición del otro, sino entenderlo y mostrarle que lo entiendes, sin juicios.
Parafrasear: en el transcurso de una conversación, puede resultar útil mostrarle al otro que lo estamos escuchando verificando con nuestras palabras el mensaje recibido, incluso retomando sus palabras y devolviéndoselas reduciendo la carga emocional; de este modo la persona puede tomar conciencia de otros ángulos o puntos de vista menos viscerales, y además puede darse cuenta de que la seguimos… , sin tener que suponer nada y sin malinterpretar, que es tan nocivo para comunicarse positivamente con los demás. Un ejemplo de parafrasear puede ser: «entiendo…, cuando dices que no lo soportas te refieres a que te hace daño que se vaya de la habitación y te deje con la palabra en la boca, como si no le importaras… «.
Resumir: a veces es conveniente introducir un pequeño resumen, cuando el otro nos cede la palabra, para mostrarle que hemos comprendido el mensaje, o incluso para pedirle aclaración sobre algún aspecto concreto… “según entiendo, tu jefe te levantó la voz y decidiste plantarle cara mostrándole claramente que te estaba faltando al respeto, y por eso te fuiste de la reunión”.
Reforzar al otro: puede resultar positivo emitir refuerzos o cumplidos a la otra para transmitir que de algún modo estamos aprobando lo que nos dice, estamos de acuerdo y comprendemos lo que nos dice. Un ejemplo sería: «Hiciste muy bien en hablarle claro”… «Debes ser muy buena poniendo limites».
Todas estas son habilidades que mejoran el proceso de la comunicación con los demás, y que se pueden emplear alternativamente para mostrar al otro que lo estamos siguiendo y que nos interesa lo que dice, que validamos su mensaje y cómo lo está viviendo.
Escuchando con interés mejoran mucho las relaciones con los demás, en todos los ámbitos y esferas de la vida personal y profesional.
Inmaculada Asensio Fernández. Directora de la Estrategia de Ética de los Servicios Sociales de Andalucía.
He sido invitada a participar en el Congreso Tecnosocial Andalucía 2022, que se celebra en la Universidad de Málaga, durante los días 28, 29 y 30 de marzo de 2022. Este evento persigue ser un foro de análisis, difusión y encuentro para la investigación e innovación tecnológica en el ámbito de los servicios y prestaciones del Sistema Público de Servicios Sociales de Andalucía.
A continuación, expongo los detalles de mi participación en la mesa redonda del lunes día 28 de marzo, comenzando por la configuración de la propia mesa:
16:30 h Mesa redonda: Avances de la Ley de Servicios Sociales en Andalucía.
Modera: Miguel Presencio. Subdirector DG Personas con Discapacidad e Inclusión.
Participan:
Estrategia de Ética de Servicios Sociales. Inmaculada Asensio Fernández.
Plan estratégico de Servicios Sociales y el Sistema CoheSSiona. (Historia social única electrónica). Gema Luque Granados.
Plan de Investigación e innovación de Servicios Sociales. José Manuel Ramírez Navarro.
Desarrollo de mi ponencia
El objetivo de esta comunicación es presentar la Estrategia de Ética de los Servicios Sociales de Andalucía, como elemento innovador que incorpora la Ley 9/2016, de 27 de diciembre, de Servicios Sociales de Andalucía.
Para comenzar, voy a explicar brevemente qué es la ética y para qué sirve, y para ello voy a echar mano de una de las palabras de una de las personalidades más relevantes en el campo de la filosofía, como es Adela Cortina, Catedrática Emérita de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia. Posteriormente, para entrar un poco en materia, compartiré un caso práctico en el que se da un conflicto ético, para pasar a presentar la Estrategia de Ética, mencionando previamente cómo se recoge la ética en la propia Ley de Servicios Sociales.
Qué es la Ética
La palabra Ética viene de Ethos, que quiere decir carácter, y la primera tarea de la ética consiste en forjar el carácter de las personas, de los equipos profesionales, e incluso de las propias organizaciones. La forja del carácter es algo fundamental, porque sabemos que los seres humanos nacemos con un temperamento que no hemos elegido, pero después, a lo largo de la vida vamos acumulando experiencias y tomando decisiones que nos llevan a crear unas predisposiciones a actuar en un sentido determinado. Por ejemplo, si solemos tomar decisiones justas, desarrollamos una predisposición a actuar con justicia. Si solemos tomar decisiones imprudentes, desarrollamos una predisposición a actuar de forma imprudente. Por tanto, la ética tiene que ver con cómo nos comportamos moralmente, con lo que nos mueve a actuar predominantemente de un modo u otro, y es importante forjarse un buen carácter, porque de alguna manera es algo que está a nuestro alcance.
Esas predisposiciones de las que nos habla Adela Cortina, cuando son predisposiciones que nos conducen a actuar bien, es lo que se llama Virtudes (areté) a lo que los griegos llamaban excelencia.
Actuar con excelencia es uno de los imperativos de la ética, pero hay que tener en cuenta que la actuación excelente surge del diálogo entre los seres humanos acerca de cuál es el mejor modo de hacer las cosas, el que nos parece mejor… el más beneficioso o el menos malo, según el caso.
Por tanto, la ética no es algo individual, aunque se manifieste a través del comportamiento de cada persona, sino que es una construcción dialógica que se teje entre los sujetos, para beneficiar al conjunto de personas: a ti, a mí, al otro… y a todos.
En el caso que nos ocupa, la Estrategia de Ética de los Servicios Sociales de Andalucía, la ética o la virtud cobra vida a través del diálogo que surge para construir entornos en los que las decisiones y acciones que se llevan a cabo, respeten siempre la dignidad, el bienestar, la igualdad, la autonomía, la justicia social y la participación de las personas que se atienden en los servicios sociales, y se apoyan, por tanto, en los valores éticos que por excelencia son la base de nuestro Sistema Público de Servicios Sociales.
Un caso que nos ayude a ejemplificar de lo que estamos hablando
Los equipos de profesionales enfrentan dilemas éticos con frecuencia, y voy a comentar una situación hipotética que se me ocurre se podría dar en un centro de trabajo, para que podamos ver la utilidad que tiene la ética y cómo se evidencia su preocupación por desarrollar una predisposición a actuar de la mejor manera posible:
Supongamos que, en el marco de una relación profesional de ayuda, una persona acude a un servicio solicitando tratamiento para resolver un problema de adicción. En la primera entrevista revela que suele perder el control cuando se encuentra en situación de abstinencia, y es capaz de auto-lesionarse y de agredir a los demás. De hecho, acude al lugar en el que tú trabajas por derivación del psiquiatra del Hospital de su localidad. El día anterior lo atendieron en urgencias porque se golpeó la cabeza contra la pared, y le recomendaron que acudiera a este Centro para abordar su adicción a determinadas sustancias, pues seguro que encontraría el camino para salir de esa situación y encontrarse mejor.
Cuando se atiende a una persona por primera vez en un centro de tratamiento de las adicciones, uno de los aspectos prioritarios es generar el vínculo terapéutico, que se apoya en el desarrollo de una relación de confianza en la que la persona pueda expresar sus problemas y cómo los está viviendo, y por supuesto su demanda. El vínculo terapéutico es de vital importancia para trazar la intervención necesaria para superar una adicción.
Imaginad que, en esa primera entrevista, la persona se siente en un clima de intimidad y secreto profesional, y poco a poco va comentando los estragos que está causando la sustancia (droga) en su vida, hasta que llega un momento que –incluso- reconoce que el apoyo más importante con el que cuenta en la vida es su esposa, y que a veces la trata mal; reconoce que incluso alguna vez le ha pegado y que es una santa, porque nunca lo ha denunciado. Él no soporta ser así y reconoce que necesita ayuda…, la pide con desesperación.
Cuando termina esa primera sesión de acogida, la trabajadora social comparte en sesión clínica con el resto del equipo todo lo sucedido durante la entrevista a esta persona, incluyendo toda la información sobre las agresiones a su esposa.
Ella considera que la información sobre las agresiones a la esposa debería ser puesta en conocimiento de la Fiscalía, para su protección. Sin embargo, el resto del equipo considera que lo conveniente es guardar secreto y trabajar terapéuticamente con la persona todos estos aspectos, pues si hay alguna posibilidad de que la situación mejore, al denunciar todo se irá al traste. Perderemos al paciente y puede que la situación no mejore después.
En este caso, no vamos entrar en consideraciones legales o normativas, porque lo que nos interesa es poner sobre la mesa el tipo de interacción que se puede dar en los equipos de trabajo, cuando surge un conflicto ético sentido:
Valores en conflicto: la protección de la mujer y el vínculo terapéutico.
Si se respeta la confidencialidad, se puede poner en riesgo la protección de la esposa.
Si se protege a la víctima y se denuncia, se pone en riesgo el vínculo terapéutico con la persona adicta.
Bien. Pues estas situaciones dilemáticas o conflictivas suelen tener una resolución compleja, ya que muchas veces los equipos no tienen una idea clara sobre cuál es el mejor camino a seguir y se producen discusiones acaloradas que no se resuelven objetivamente o a través de la reflexión ordenada, es decir, con un método, como por ejemplo el deliberativo, sino que se resuelven por medio de la jerarquía.
Este tema es un recurrente cinematográfico, y hay infinidad de películas que nos muestran situaciones en las que una persona considera que se debe actuar de un modo para hacer el bien, y hay otras que lo ven de otro modo y lo dificultan, limitándose a lo que siempre se ha hecho, aun siendo obsoleto, sin abrir ningún dialogo abierto que permita busca la mejor manera de hacer las cosas. Esto no quiere decir que unos sean –en términos cinematográficos- los buenos o los malos de la película, sino que unas personas se guían por hacer lo de siempre, lo conocido, aquello en lo que se sienten cómodos, y otras se cuestionan si esa manera es la correcta o no, y cuáles pueden ser las consecuencias de hacer A o hacer B. Estas películas a veces terminan bien, y otras terminan mal.
En este siglo, con todo lo que se ha avanzado en materia de servicios sociales, no podemos seguir actuando de manera obsoleta, cumpliendo con requisitos básicos, sino que tenemos que ir más allá, marcar la diferencia a través de un diálogo abierto sobre cuál es la mejor manera de hacer las cosas. Y a esto viene la ética, a hacerse preguntas, a cuestionarse cuál es la mejor manera de hacer las cosas con lo que sabemos ahora.
No se puede dejar al tiempo la resolución de los conflictos éticos, pues hay consecuencias. Como dice el autor Diego Gracia (2007) y es mejor aprender a deliberar para encontrar el curso de acción más prudente en cada situación. Además, cómo hemos visto en los párrafos precedentes, de la calidad de nuestras decisiones iremos forjando una predisposición a actuar de la misma manera en el futuro.
Casos similares al relatado se han dado otras veces en los equipos de trabajo; de hecho, si tecleáis en google el caso de Tatiana Tarasoff, o también el caso de Charles Whitman, podréis comprobar cómo este tipo de situaciones conflictivas se han dado muchas veces, en diferentes partes del planeta.
Ejemplos podemos poner muchos, porque los servicios sociales son un escenario en el que se abordan situaciones muy complejas, y todo lo que rodea a la vida de una persona es sensible y merece especial atención y cuidado, pues podemos hacer más mal que bien sin darnos cuenta.
Hay una investigación sobre dilemas éticos en la intervención social, llevado a cabo en España entre 2009 y 2011, que presenta los principales dilemas éticos a los que se enfrentan las y los profesionales del trabajo social en su quehacer, y cómo los resuelven.
Dilemas éticos en la intervención social: la perspectiva de los trabajadores sociales en España (FFI2008-05546).5 La investigación se llevó a cabo durante los años 2009 a 2011 dentro del Plan Nacional de I+D+i del Ministerio de Ciencia e Innovación por el grupo de investigación Efimec (Ética, Filosofía y Metodología de las ciencias) del Departamento de Trabajo Social de la Universidad Pública de Navarra.
Los principales -no los únicos- dilemas, se sintetizan en:
Dilemas con el deber de informar a terceras personas.
Dilemas con la autonomía del usuario.
Dilemas con la incompetencia (mala práxis) de otro profesional.
Dilemas en relación con la confidencialidad.
Dilemas con la duración del tiempo de intervención.
Esta Estrategia, por tanto, se diseña con el objetivo prioritario de impulsar una cultura de la ética en los servicios sociales, proporcionando herramientas para forjar ese carácter de excelencia o virtuoso del que nos hablaba Adela Cortina.
La Ley Andaluza de Servicios Sociales
Ley 9/ 2016, de 27 de diciembre, de Servicios Sociales de Andalucía.
En el desarrollo del texto legal se recoge la ética en dos de sus capítulos: un capítulo V titulado «sobre el proceso de intervención», y en un capítulo X que se titula «sobre ética y servicios sociales».
Capítulo V Proceso de intervención
Artículo 46. Proyecto de Intervención Social
2. El Proyecto de Intervención Social recogerá, al menos, los siguientes aspectos:
En los casos de mayor complejidad, situaciones de riesgo o desprotección social, el Proyecto de Intervención Social contemplará los instrumentos y mecanismos dispuestos para la toma de decisiones basadas en la deliberación ética.
Capítulo X Ética y servicios sociales
Artículo 70. Estrategia de ética de los servicios sociales
1. La Consejería competente en materia de servicios sociales desarrollará y aprobará una estrategia que permita introducir los principios éticos en las políticas sociales y en la provisión de los servicios sociales, facilitando un espacio común basado en valores compartidos entre ciudadanía, profesionales y la propia organización, bajo el enfoque de la corresponsabilidad, la cooperación y la confianza entre todas las personas que están implicadas en el desarrollo de los servicios sociales.
Artículo 71. Comité de Ética de los Servicios Sociales.
1. Se crea el Comité de Ética de los Servicios Sociales como órgano colegiado consultivo, adscrito orgánicamente a la Consejería competente en materia de servicios sociales y con autonomía funcional, con la finalidad de garantizar el derecho de las personas, sin discriminación social alguna, al respeto a su autonomía, personalidad, dignidad humana e intimidad.
Artículo 72. Código de Ética Profesional.
1. En el marco de la Estrategia de ética en servicios sociales de Andalucía, la Consejería competente en materia de servicios sociales promoverá junto a las organizaciones profesionales y colegios profesionales la elaboración de un código de ética profesional que garantice la reflexión ética en la práctica de la intervención social, el efectivo ejercicio de los derechos de las personas usuarias y el cumplimiento de los principios rectores del Sistema Público de Servicios Sociales de Andalucía.
Si quieren leer al detalle sobre las referencias a la ética que aparecen en la Ley Andaluza de Servicios Sociales, pueden continuar leyendo AQUÍ.
¿Cómo se ha diseñado la Estrategia de Ética?
Esta planificación se ha llevado a cabo teniendo en cuenta las siguientes premisas en su diseño:
– Primero, se apoya en un buen número de publicaciones y artículos científicos sobre bioética y ética aplicada a la intervención social, fundamentalmente publicados en España, pero con alguna referencia internacional.
– Segundo, ha tomado en consideración las experiencias consolidadas y en desarrollo de la ética aplicada a los servicios sociales que hay en las diferentes comunidades autónomas españolas: se elaboró un mapeo sobre la ética en servicios sociales nacional.
– Tercero, se nutrió del aporte de diferentes personalidades vinculadas a la ética aplicada a lo social que hay en España, que fueron las que supervisaron el diseño del plan estratégico, validando el contenido publicado en el documento.
Esto dio lugar a un documento estratégico que se organiza en una serie de ejes y objetivos que se apoyan en seis valores éticos:
Estrategia de Ética de los Servicios Sociales, pág. 47.
Dignidad, bienestar, autonomía, igualdad, justicia social y participación,
Se han elegido estos seis valores, y no otros, porque son los que más están presentes en diferentes textos de referencia para los servicios sociales (declaración universal de los derechos humanos, códigos deontológicos, publicaciones sobre ética aplicada a la intervención social, etc.).
Para finalizar, vamos a ver cuáles son esos ejes y objetivos en los que se estructura la Estrategia de Ética. Para conocer en profundidad cada eje, es necesario consultar la propia Estrategia de Ética de los Servicios Sociales, en el siguiente enlace: AQUÍ.
Esquema Estratégico: Ejes y Objetivos
EJE 1 / LAS PERSONAS
OBJETIVOS:
1.1. Impulsar el desarrollo de la conciencia ética en la ciudadanía
1.2. Crear un marco de referencia para que la ciudadanía pueda conocer y comprender cuáles son sus derechos y obligaciones
1.3. Favorecer la adquisición de competencias básicas por parte de la ciudadanía para ejercer la autonomía
EJE 2 / PROFESIONALES, GESTORES Y LÍDERES POLÍTICOS
OBJETIVOS:
2.1. Establecer un código de conducta ética
2.2. Reforzar la protección de la intimidad y privacidad
2.3. Desarrollar la conciencia ética y la capacidad de reflexión para afrontar conflictos éticos.
2.4. Crear el Comité de Ética de los Servicios Sociales de Andalucía.
2.5. Orientar a profesionales en el afrontamiento de situaciones especialmente comprometidas o difíciles en su manejo.
EJE 3 / INSTITUCIONES, ORGANIZACIONES Y CENTROS DE TRABAJO
OBJETIVOS:
3.1. Introducir la Auditoría Ética de los Servicios Sociales, como herramienta de gestión de riesgos y de mejora de la calidad ética.
3.2. Impulsar la reflexión ética en los centros de trabajo para la mejora de la calidad de la atención profesional.
EJE 4 / EL INTERCAMBIO DE CONOCIMIENTO Y EL DESARROLLO DE LA ÉTICA APLICADA
OBJETIVOS:
4.1. Otorgar un espacio virtual sobre la Estrategia de Ética de los Servicios Sociales de Andalucía y su desarrollo, accesible al conjunto de profesionales.
4.2. Fomentar el desarrollo de la ética aplicada a los servicios sociales en España, con objeto de contribuir al intercambio de experiencias y avances científicos y técnicos en la materia.
Aquí finaliza esta comunicación, ya que el tiempo de presentación es limitado y el objetivo es dar a conocer estas importantes novedades legislativas que han sido incorporadas con la aprobación de la Ley 9/2016, de 27 de diciembre, de Servicios Sociales de Andalucía.
NOTA FINAL:
En el caso planteado sobre la violencia de género, lo normativo es denunciar, pues las consecuencias pueden ser impredecibles e incontrolables (POR EJEMPLO), y porque así lo exigen las normativas. Lo deseable sería que todas y todos los profesionales estuvieran de acuerdo.
Groucho Marx, tomado de lasprovincias.esAudio de la entrada de blog, por su autora.
Inmaculada Asensio Fernández.
Esta entrada de blog es una continuación de la anterior (AQUÍ), pues me quedó bastante extensa y decidí dividirla. Está dedicada a la importancia de poner límites en nuestras relaciones con los demás, lo que es sumamente importante para vivir en sociedad.
Cuando no hay respeto, hay abuso. Cuando hay abuso, se puede convertir en violencia y en acoso.
Fernando Leiva.
Como sociedad que somos, es necesario aprender desde nuestra infancia a prestar atención hacia los demás, y a mantener, por tanto, relaciones de sujeto a sujeto. Esto implica tener conciencia de que la otra persona es tan valiosa como nosotros. Esta es la manera más saludable de construir una convivencia sana y mantener los vínculos sociales. Tener consideración hacia los demás implica ser amables, pero también mostrar atención a las normas sociales, y dentro de estas normas encontramos los límites que nos ponen los demás. Relacionarse es muy positivo, pero es importante auto-regular nuestras interacciones hasta donde nos sintamos cómodas y cómodos. Cuando dejamos de sentirnos de este modo, cómodas, porque otra persona nos falta al respeto, es necesario limitar su comportamiento en ese aspecto concreto que nos ha molestado. Es importante destacar que cuando respetamos al otro también nos cuidamos nosotros, ya que de algún modo interiorizamos que esa conducta es la apropiada para vivir integrados en la comunidad. En la infancia, los niños y las niñas son esponjas que perciben cómo se relacionan sus cuidadores, tanto con él, como entre ellos. Esta etapa es muy importante para aprender determinadas reglas sociales, pero no todas las familias enseñan a sus hijos e hijas el valor del respeto, tanto propio como ajeno. En este sentido, y como siempre nos recuerda el psicólogo Álvaro Pallamares en sus redes sociales (Instagram), si a un niño o a una niña no se les ha dado un buen ejemplo en su casa, el proceso de socialización queda gravemente afectado. Si no te han respetado, o en tu familia no se practicaba la comunicación asertiva… esto va a dificultar, entre otras cosas, que cuando se llegue a la edad adulta se pueda reaccionar a tiempo ante una ofensa.
Tus padres no te entregaron normas, te entregaron complejos.
Fernando Leiva.
Si ese niño ha sido humillado en su familia, cuando sea adulto necesitará, en el mejor de los casos, un mayor nivel de exposición (en intensidad o en repetición de número de veces) de esas conductas abusivas; es decir, le será más difícil darse cuenta de que no se le está tratando bien. Muchas personas llaman a esto tener capacidad de aguante.
Entonces, si le ofenden y no se defiende, ¿qué puede ocurrir? Si no sabe poner límites y la otra persona se sobrepasa, entonces tendrá que entrar en defensa de una manera más contundente, tal como dice Fernando Leiva, a través de su razón, y esto va a provocar que la otra persona se defenderá también con su razón, y a esto se le llama conflicto. Si ese conflicto no se soluciona, porque los dos son tercos, vamos hacia la violencia. Y si esa violencia no se soluciona, se va hacia el acoso, que no es otra cosa que la ilusión y la fantasía de vengarse de la otra persona, de aniquilar al otro. Este tema no es fácil, de hecho, vivimos en una cultura de la confrontación y de la falta de acuerdo… no hay nada más que observar a las personas que toman todas las decisiones políticas globales, lo que presupone que en comunicación asertiva probablemente no lleguemos ni a un cinco, en una escala de uno a diez.
Cuando no hemos sido educados en el diálogo, la práctica de la asertividad se nos atraviesa, y podemos reaccionar de manera pasiva, agresiva, o pasivo-agresiva. De adultos vamos a necesitar un entrenamiento en habilidades de comunicación asertiva. No respetarse es no defenderse, y la ausencia de respeto genera conflicto entre los seres humanos. Si decidimos comenzar la casa por los cimientos, en lugar de por el tejado, la pregunta que tenemos que plantearnos es: ¿Cómo podemos aprender a respetar-nos? • Lo principal, es poner atención en nuestras relaciones con los demás, a cómo se dirigen a nosotros y cómo nos sentimos. Debemos intentar reaccionar desde el principio, hacernos sensibles a la ofensa justo en el momento que se produce. En ese momento exacto hay que expresar directamente la incomodidad, de la mejor manera posible. • Si no reaccionaste a tiempo, existe la posibilidad de que, en un próximo encuentro, la persona en cuestión vuelva a sobrepasarse y te verás forzada a enfrentarte a la situación. El silencio te debilitará cada vez más y más. Cuanto antes reacciones menores serán las consecuencias. • Trátate con respeto a ti misma, no te falles. Hazlo todo por ti y demuestra que tienes claridad y coherencia en tus decisiones.
Cada día nuevo que comienza, es una oportunidad para ser la persona que quieres ser. Observa bien tu entorno, y si identificas una conducta que te genera malestar (lo puedes percibir claramente en tu cuerpo) expresa a esa persona que te molesta su comportamiento, hazlo de algún modo, aunque sea recurriendo al humor, que -como dicen Francesc Miralles y Álex Rovira en el Laberinto de la felicidad- es el disolvente universal de las preocupaciones.
• Ensaya en casa, recrea esa situación en la que te has sentido mal y te has callado, y trata de responder de manera asertiva, por ejemplo ante un espejo.
Practica, pues como dicen algunas culturas ancestrales, la práctica hace al maestro.
Sólo propóntelo. Prevenir, es reducir los factores de riesgo de un problema mayor.