El Test de Vacío de Poder o Test del Acosador

Inmaculada Asensio Fernández

Antes de llegar a la violencia o al acoso, las personas van probando tus límites e interiorizando hasta donde serías capaz de llegar en tu sumisión.

Performance Rythm 0

En la década de los años 70 se llevó a cabo un experimento denominado “Rhythm 0″, ideado y protagonizado por la artista conceptual y performer Marina Abramović. Gracias a este experimento social se pudo comprobar que cuando las personas no se defienden ante una agresión, quién sobrepasa los límites y agrede es capaz de llegar hasta límites mucho mayores en su capacidad de hacer daño.

Cuando no sabemos poner límites a tiempo en nuestras relaciones con los demás, podemos pasar de situaciones en las que otra persona nos hace sentir incómodas, pero no reaccionamos, a sufrir auténticas situaciones de violencia o incluso de acoso, y estas últimas ya requieren de acciones de defensa más contundentes. Por este motivo, como a la violencia se llega poco a poco, mediante nuestra tolerancia a las faltas de respeto reiteradas… lo mejor es reaccionar la primera vez que una persona nos molesta de algún modo (un comentario, una broma pesada, una pregunta o respuesta inapropiada, etc.), mostrando que eso nos ha molestado y que no queremos que vuelva a suceder. Si no lo hacemos, conforme se intensifique el comportamiento necesitaremos un mayor esfuerzo para hacernos respetar, y sólo conseguiremos acciones que traten de reparar un daño ya hecho.

Cuanto antes aprendas a defenderte de las ofensas, mucho mejor para tu bienestar.

Hay un experimento del que os quiero hablar un poco más detenidamente, que se denomina -en español- Ritmo 0.

Este experimento se llevó a cabo en la ciudad italiana de Nápoles, en 1974.

Consistió en una performance en la que la actriz y directora Marina Abramović, debía estar de pie al lado de una mesa sin moverse durante unas 6 horas. La consigna durante ese espacio de tiempo era que cualquier persona que pasara por allí podría hacer lo que quisiera con ella: eso rezaba en un cartel. Ella no se defendería, no gritaría, no pediría ayuda, no demandaría absolutamente nada… permanecería callada e inmóvil, en situación de sumisión.

Esta performance la llevó a su libro autobiográfico, titulado Derribando muros, y la describió de este modo:

Cuando se reunió un gran público a las ocho de la noche hallaron una serie de instrucciones en la mesa. Mi plan consistía en ir a la galería, y simplemente quedarme allí de pie, vestida con pantalones negros y una blusa negra, tras una mesa que contuviera 72 objetos: un martillo, una sierra, unas plumas, un tenedor, un látigo, un libro, unos zapatos, vino, pan, un peine, uvas, clavos, azúcar, agua, un abrigo, un sombrero, una vela, cadenas, flores, alcohol, jabón, un hacha, un plato, un vaso, pintura, alfileres… y otras muchas cosas, como una pistola y una bala junto a ella. Las instrucciones que había en la mesa eran: yacen sobre la mesa 72 objetos que cada persona puede utilizar sobre mi como desee.

Performance «Yo soy el objeto«: durante las próximas 6 horas seguidas puedes hacer conmigo lo que quieras, yo asumo la responsabilidad absoluta por tus actos sobre mi.

Durante las primeras 3 horas no sucedió mucho. Yo estaba como ausente y hubo escasos gestos sobre mí: darme un beso, taparme con un chal o acariciarme con una rosa. Pero, posteriormente, al cabo de esas tres horas, un hombre cortó mi blusa con una tijera y me dejó el pecho al descubierto. Me movían de posición una y otra vez, como si fuera un muñeco, me clavaron alfileres, me escribieron mensajes en el cuerpo como END (FINAL). Me abrieron las piernas y clavaron el cuchillo entre ellas (en gesto claro intimidatorio, intentando averiguar hasta donde podía aguantar). No me defendí en ningún momento. Si me bajaban la cabeza o me la subían, yo no hacía nada. Alguien me hizo un corte en el cuello y me chupó la sangre. Un hombre bajito se acercó a mi oreja e hizo un gemido muy desagradable, amenazante, metió la bala en la pistola y me la puso en la mano y me apuntó la mano contra la cabeza… luego puso el dedo en el gatillo, pero alguien lo detuvo. A las 02.00 de la madrugada la performance terminó. Yo tenía un aspecto horrible. Estaba medio desnuda, sangrando y mojada por los vasos de agua que también me lanzaron encima. Una cosa que me sorprendió es que al terminar la performance yo me levanté y me dirigí a algunas personas, que huyeron inmediatamente. Mientras estuve como una marioneta para ellos, no hubo problema, pero cuando adopté un papel más activo todos escaparon, evitando así un enfrentamiento real.

Pienso que al final, la razón por la que no me violaron fue porque las personas que asistieron estaban acompañadas por sus parejas… y esto las retuvo.

En este experimento se puso de manifiesto hasta donde es capaz de llegar la condición humana, desde el punto de vista moral. Ella buscaba explorar los límites del público si no hacía nada absolutamente por defenderse, y concluyó que -si dejas que el público decida sin defenderte- te pueden matar.

Según el psicólogo Fernando Leiva hay un test que todo acosador utiliza antes de acosarte, un test que él llama el Test del Vacío de Poder o Test del Acosador, que se describe del siguiente modo:

Las personas que están acostumbradas a sobrepasar los límites de los demás, tienden a testear previamente cuál es el índice de poder que tiene la persona, en función de los límites que es capaz de poner ante una ofensa. Su forma de poner en práctica este test puede ser, por ejemplo, del siguiente modo:

La persona en cuestión te dice algo que sobrepasa tus límites y tú te callas… esta persona ya ha medido que tú guardas silencio y te sometes. Ojo con esto, cuando te callas mandas el mensaje a tu posible agresor de que no tienes autoestima. Estas personas tratarán de provocarte, con bromas pesadas o con comentarios que te incomodan. ¿Qué debes hacer en estas situaciones? Lo que debes hacer es poner un límite, minimizar esa posible astucia que quiso tener esa persona con su comentario. Lo miras con compasión y le preguntas, «¿oye, es un chiste?» «¿Qué dijiste? habla bien, no te entiendo». Si además, luego lo minimizas sin reaccionar, por ejemplo, con una broma o diciéndoles que es broma, «no te molestes chica…» esa persona sabrá que no puede sobrepasarse contigo. Fin del test.

Previo a la violencia, en las relaciones se van produciendo gestos de incomodidad, palabras desagradables que van en aumento… hasta que la situación se puede volver insostenible. Por este motivo, lo importante es defenderse lo antes posible y que la situación no llegue a tal nivel de degradación, como sucedió de manera alegórica con la performance de Marina Abramović.

Imagen tomada de: https://www.enfoquederecho.com/2021/12/02/rhythm-0-una-obra-teatral-que-expone-el-lado-inhumano-de-las-personas/

Hoy he reconectado con la alumna de trabajo social que fui

De izquierda a derecha: Inmaculadasol, Pepe, Mariola y Marie. Año 2001 en Brighton.

Estudié Trabajo Social en la Universidad de Granada, plan de estudios (1997-2000); sin embargo, solicité una beca Erasmus y durante el año 2001 finalicé estudios en la Universidad de Brighton, Reino Unido.

Durante la época universitaria, todos los caminos que se dibujan frente a ti están llenos de posibilidades y de fuerza: todo es posible.  La ilusión es el motor que te hace caminar hacia la profesional que deseas ser, y el encuentro con una trabajadora social en ejercicio te parece algo extraordinario y muy valioso: esa persona representa lo que tú esperas para tu día de mañana.

Yo ahora estoy en mi día de mañana que soñé hace algo más de 20 años…, y me parece increíble que haya pasado todo este tiempo, cuando ahora se me antoja que ha sido un abrir y cerrar de ojos. El tiempo pasa sin darnos cuenta.

Ayer por la tarde visité la Universidad de Almería, con motivo de la conmemoración del Día Mundial del Trabajo Social, para disfrutar de una Conferencia del excelente académico Francisco Idareta, profesor de la Universidad Pública de Navarra. Su Conferencia ha versado sobre el deber y las virtudes de las y los profesionales del Trabajo Social, y me atrevería a asegurar que yo he sido la única persona asistente que ejerce activamente la profesión hoy día, el resto eran estudiantes de 2º y 3º de Grado en Trabajo Social.

Ha habido un momento, casi al final de la tarde, en el que he tomado la palabra para dar las gracias a Idareta por su magnífica exposición y he recordado en voz alta que llevo 18 años ejerciendo como Trabajadora Social; y me ha sucedido algo muy curioso, de repente me he visto ahí, sentada entre chicas y chicos jóvenes llenos de ganas de comerse el mundo y me he acordado de mi yo del pasado, de mi yo estudiante llena de ilusiones.

La verdad es que sigo emocionándome con el estudio de la disciplina del Trabajo Social y creo que soy bastante más activa de lo que muchas veces observo en mi entorno profesional cercano. Sin embargo, es cierto que he explorado muchos caminos, he vivido decepciones, también algunas injusticias, incluso a veces he sentido desgaste por las trabas que detecto como Trabajadora Social en interacción con otros perfiles profesionales en los equipos, ya que mi profesión aún tiene mucho que luchar para ser respetada en los ámbitos decisionales, pues todavía hay quién afirma que nos dedicamos a “arreglar paguicas”.

He viajado y vivido fuera de España, por tanto he comenzado varias veces, con nuevos proyectos e ilusiones. De hecho, tengo muchos textos escritos sobre todas estas experiencias que he atravesado, buenas, malas y regulares, aunque aún no me he atrevido a publicarlas, para no herir susceptibilidades, e incluso por consideración a terceros. Quiero decir con esto que “de todo llevo en la mochila”, la verdad.

Hoy se me acercaron un grupo de alumnas y me preguntaron: ¿llevas 18 años trabajando? Y contesté afirmativamente, a lo que me dijeron: “¡Wow, qué pasada!”. Y, ciertamente, es así como yo lo veía con los ojos de ese pasado estudiantil…, me parecía una pasada conocer Trabajadoras Sociales en activo.

  • Qué bonito ha sido reconocerme en ellas, en esa mirada ávida de conocer y de ilusionarse con un futuro lleno de opciones profesionales.
  • Qué bonito es sentir motivación por trabajar en lo que has elegido.
  • Qué bonito es sentir tu vocación intacta, limpia de descalabros y de estrecheces.

Hoy he deseado ser como estas estudiantes, hoy he sentido que ellas me han refrescado sin darse cuenta, y creo que esto ha revitalizado todas mis raíces.

Agradecida y emocionada, como Lina Morgan.

Gracias.

Inmaculada Asensio Fernández.

El perfil profesional del Trabajo Social, según el Libro Blanco del Título de Grado en Trabajo Social, publicado por la ANECA

Para la realización de esta entrada de blog se siguen meticulosamente los contenidos recogidos en el Libro Blanco del Título de Grado en Trabajo Social (en adelante LBTS), publicado por la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA). En su elaboración han participado 33 universidades españolas que imparten el Grado en Trabajo Social y se presentan las competencias específicas de formación disciplinar y profesional seleccionadas para diferenciar al Trabajo Social de otras disciplinas.

Introducción

El perfil profesional de una profesión es la descripción de competencias y capacidades requeridas para el desempeño de una ocupación, así como sus condiciones de desarrollo profesional. Está compuesto por la declaración de la competencia general, la descripción de unidades de competencia, las realizaciones profesionales y los criterios de realización o ejecución, independientemente del área profesional y/o ámbito de desempeño en el que desarrolle sus funciones (pág. 110, LBTS).

Para elaborar el perfil profesional del trabajador social y poder desarrollar el conjunto de competencias que permiten a este profesional acceder a un determinado puesto de trabajo, consensuamos la siguiente definición de competencia laboral:

“la competencia, así concebida, valora la capacidad del trabajador social para poner en juego su saber adquirido con la experiencia. De esta forma, se entiende como una interacción dinámica entre distintos acervos de conocimientos, habilidades, destrezas, actitudes y aptitudes movilizados según la característica del contexto y desempeño en que se encuentre el profesional del trabajo social y de la conceptualización diaria que el trabajador social lleva a cabo en su trabajo, sumando y mezclando permanentemente nuevas experiencias y aprendizajes, basado todo ello en los principios éticos del trabajo social” (pág. 110).

A continuación, pasamos a describir las competencias y capacidades requeridas para el desempeño de la profesión de trabajo social, compuesto por la declaración de la competencia general, la descripción de unidades de competencia, las realizaciones profesionales y los criterios de realización o ejecución:

COMPETENCIA GENERAL

El /la trabajador/a social es un/a profesional de la acción social que tiene una comprensión amplia de las estructuras y procesos sociales, el cambio social y del comportamiento humano, que le capacita para:

  • intervenir en las situaciones (problemas) sociales (de malestar) que viven individuos, familias, grupos, organizaciones y comunidades, asistiendo, manejando conflictos y ejerciendo mediación.
  • participar en la formulación de las Políticas Sociales.
  • contribuir a la ciudadanía activa mediante el empoderamiento y la garantía de los derechos sociales.

Todo ello con el fin último de contribuir junto con otros profesionales de la acción social a:

  • la integración social de personas, familias, grupos, organizaciones y comunidades,
  • la constitución de una sociedad cohesionada y
  • el desarrollo de la calidad de vida y del bienestar social.

Hemos definido un conjunto de cinco competencias profesionales que son las siguientes (págs.. 111-113, LBTS):

1. Capacidad para trabajar y valorar de manera conjunta con personas, familias, grupos, organizaciones y comunidades sus necesidades y circunstancias.

Esta competencia se centra en el trabajo de ayudar a las personas, familias, grupos, organizaciones y comunidades para que puedan tomar sus propias decisiones fundamentadas. Es preciso asegurar que las personas, familias, grupos, organizaciones y comunidades tengan información suficiente, relevante y comprensible para sus decisiones y elecciones, lo que incluye intervenciones legales en las que estén a salvo los niños y los adultos vulnerables. También se necesita información para ayudarles a considerar la mejor forma de acción dentro del contexto de los requerimientos y obligaciones legales. La información debe proporcionarse en un formato comprensible y utilizable. La práctica competente del trabajo social ha de capacitarles para analizar, identificar, clarificar y expresar sus fortalezas, expectativas y limitaciones y para tomar sus decisiones fundamentadas acerca de sus necesidades y opciones preferentes.

2. Planificar, implementar, revisar y evaluar la práctica del trabajo social con personas, familias, grupos, organizaciones y comunidades y con otros profesionales.

Trata de la respuesta a las situaciones de crisis. El/la trabajador/a social debe valorar la urgencia para la acción y responder a cualquier señal de riesgo potencial. También necesitará clarificar el uso de los poderes legales adecuados. En su plan de acción, deberá considerar a aquellos que también deben estar implicados e informados. Finalmente, deberá revisar los resultados de la acción emprendida, registrando todas las áreas de conflicto, desacuerdo y necesidades no satisfechas, y capacitando a los implicados para reflexionar sobre lo ocurrido.

3. Apoyar a las personas para que sean capaces de manifestar las necesidades, puntos de vista y circunstancias.

Esta competencia trata de las situaciones de defensa en las que los/las trabajadores/as sociales ayudan a personas, familias, grupos, organizaciones y comunidades a actuar en su propia defensa. También de su trabajo como defensores y de la evaluación y capacitación para que las personas, familias, grupos, organizaciones y comunidades accedan a una defensa independiente y efectiva. Es esencial el conocimiento y la relación con los servicios jurídicos y de defensa del ámbito local y la especialidad en que se trabaja.

4. Actuar para la resolución de las situaciones de riesgo con los sistemas cliente, así como para las propias y las de los colegas de profesión.

Esta competencia trata de la evaluación, respuesta y tratamiento del riesgo para personas, familias, grupos, organizaciones y comunidades. El/la trabajador/a social ha de identificar y valorar la naturaleza del riesgo con y para las personas, familias, grupos, organizaciones y comunidades. Se necesita contrastar los derechos, responsabilidades y necesidades de las personas, familias, grupos, organizaciones y comunidades con cualquier riesgo asociado. Esto incluirá la necesidad de promocionar el crecimiento personal, el desarrollo y la independencia contrastándolos con cualquier riesgo potencial. Es importante tener en cuenta los derechos de las personas para asumir riesgos y para contrastarlos con los intereses planteados por otros.

5. Administrar y ser responsable, con supervisión y apoyo, de la propia práctica dentro de la organización.

Trata de la administración y la responsabilidad del propio trabajo. El/la profesional debe demostrar su capacidad para dirigir y priorizar su trabajo, para justificar y ser responsable de la propia práctica del trabajo social. Se requiere el control y la evaluación de la eficacia de su práctica. Es esencial utilizar a poyo y supervisión profesional y organizacional para mejorar y desarrollar la propia práctica.

6. Demostrar competencia profesional en el ejercicio del trabajo social.

Estas unidades tratan de la investigación, evaluación y uso del conocimiento actualizado de la mejor práctica del trabajo social. Se debe proporcionar evidencia de que regularmente el trabajador social revisa y actualiza su propio conocimiento de los marcos legales, políticos y procedimentales y de que se implementan aquellos que son adecuados para la propia práctica. Se debería utilizar tecnología de la información y comunicación para buscar, identificar y revisar las investigaciones relevantes, y para actualizar los marcos legales de derechos y deberes. El/la trabajador/a social debería confiar no sólo en su propia revisión y análisis, sino también utilizar supervisión profesional y organizacional como apoyo para la propia investigación y análisis crítico. Finalmente, se debería tener capacidad de demostrar cómo se utiliza el conocimiento basado en modelos y métodos del trabajo social para desarrollar y mejorar la propia. Cada uno de estos ámbitos competenciales se ha concretado, como decíamos más arriba, en realizaciones profesionales y criterios de realización que ayudan a concretar el conjunto de competencias profesionales que los trabajadores sociales deben adquirir.

Ahora, vamos a ver cada una de las unidades de competencia, y las realizaciones profesionales que se derivan de ellas, así como sus criterios de realización (págs. 113- 139, LBTS):

UNIDAD DE COMPETENCIA nº 1

  • Actividades previstas para establecer relaciones profesionales.

REALIZACIONES PROFESIONALES

  1. Revisión de casos y otra bibliografía.

Criterios de realización:

  • Identificar y acceder a informes de casos y otra información.
  • Leer y revisar información.
  • Identificar y acceder a fuentes que puedan completar la información obtenida.

REALIZACIONES PROFESIONALES

2. Contactar con otros para recoger información adicional que pueda ayudar a comprender la situación.

Criterios de realización:

  • Identificar, contactar y coordinarse con personas, familias, grupos, organizaciones y comunidades que puedan facilitar información relevante respecto al proceso que estamos tratando.
  • Respetar los límites y la práctica profesional ética y no discriminatoria, cuando se establezca relación con individuos, familias, grupos, organizaciones, instituciones y/o comunidades.
  • Seguir los procedimientos institucionales establecidos y cauces legales de consentimiento informado y confidencialidad de la información compartida.

REALIZACIONES PROFESIONALES

3. Analizar toda la información para identificar, con el sistema cliente, la forma más adecuada de intervención.

Criterios de realización

  • Identificar la naturaleza de la intervención y los procesos requeridos para establecer la relación profesional, incluyendo, cuando sea necesario, el contacto con la persona que deriva.
  • Analizar y evaluar toda la información disponible.
  • Desarrollar una estrategia que permita una intervención óptima.
  • Identificar cualquier deber y requisito legal a tener en consideración en la intervención.

UNIDAD DE COMPETENCIA nº 2

  • Intervenir con personas, familias, grupos, organizaciones y comunidades para ayudarles a tomar decisiones bien fundamentadas

REALIZACIONES PROFESIONALES

  1. Informar y clarificar aspectos relativos a la misión y responsabilidades, tanto profesionales como de la organización en que se trabaja.

Criterios de realización:

  • Preparar y facilitar información relevante y accesible acerca de los deberes y responsabilidades profesionales y de la organización en que se trabaja.
  • Informar siempre que se requiera, facilitando la comprensión e interiorización de los deberes y responsabilidades.
  • Indagar si esta información ha sido comprendida y responder a las preguntas o dudas que se planteen.
  • Facilitar información adicional cuando sea necesario.

REALIZACIONES PROFESIONALES

2. Trabajar con personas, familias, grupos, organizaciones y comunidades para identificar, analizar y comprender la información que nos facilitan.

Criterios de realización:

  • Apoyar a las personas para identificar, reunir, analizar y comprender sus necesidades, circunstancias, impacto colateral y recursos relevantes para hacerles frente.
  • Asegurarse de que la información facilitada es precisa y coherente.
  • Identificar lagunas de información y comunicarlo a las fuentes apropiadas.

REALIZACIONES PROFESIONALES

3. Capacitar a las personas, familias, grupos, organizaciones y comunidades a analizar, identificar, clarificar y expresar sus fortalezas, expectativas y limitaciones.

Criterios de realización:

  • Ayudar a las personas, familias, grupos, organizaciones y comunidades a identificar sus expectativas, limitaciones, derechos y responsabilidades como ciudadanos.
  • Apoyar a las personas de cara a identificar los obstáculos.

REALIZACIONES PROFESIONALES

4. Trabajar con personas, familias, grupos, organizaciones y comunidades para que sean capaces de valorar y tomar decisiones bien fundamentadas, acerca de sus necesidades, circunstancias, riesgos, opciones preferentes y recursos.

Criterios de realización:

  • Ayudar a las personas, familias, grupos, organizaciones y comunidades a identificar, valorar sus propias necesidades y circunstancias y riesgos asociados, así como las opciones y recursos más adecuados para hacerles frente, decidiendo la opción más viable, teniendo en cuenta los requisitos legales.
  • Ayudar a identificar debilidades y potencialidades de la red de apoyo social, mediante el soporte y fomento de relaciones que favorezcan el crecimiento individual, el desarrollo y la autonomía.

UNIDAD DE COMPETENCIA nº 3

  • Valorar las necesidades y opciones posibles para orientar la estrategia de intervención.

REALIZACIONES PROFESIONALES

  1. Valorar y revisar las opciones preferentes de las personas, familias, grupos, organizaciones y/o comunidades.

Criterios de realización:

  • Indagar acerca de las opciones preferidas, los recursos identificados y su viabilidad, teniendo en cuenta los recursos disponibles.
  • Analizar si la estrategia elegida en función de todos los condicionantes posibles (requisitos legales de acceso, disponibilidad de plazas, tiempo de espera, etc.) es viable.
  • Cuando las opciones de preferencia no son viables, trabajar otras opciones y recursos alternativos, así como las consecuencias de las necesidades no cubiertas.
  • Identificar las lagunas en el suministro de servicios, las necesidades no cubiertas y los servicios idóneos.

REALIZACIONES PROFESIONALES

2. Valorar las necesidades, riesgos y opciones de las personas, familias, grupos, organizaciones y comunidades teniendo en cuenta los requisitos legales y de otra índole.

Criterios de realización:

  • Analizar las necesidades, circunstancias y riesgos, teniendo en cuenta las prioridades y conflictos potenciales entre diferentes necesidades e intereses, así como el impacto en el entorno.
  • Valorar las diferentes opciones teniendo en cuenta los aspectos legales, organizacionales y otros requisitos, los riesgos, las opciones de preferencia y los recursos o alternativas disponibles.
  • Trabajar con el sistema cliente para tomar decisiones acerca de las opciones disponibles.

REALIZACIONES PROFESIONALES

3. Valorar y recomendar una estrategia apropiada al sistema cliente.

Criterios de realización:

  • Evaluar, justificar y recomendar un curso de acción teniendo en cuenta la información existente, los deberes del trabajador social, las nociones y opciones preferentes del sistema cliente, los recursos disponibles y la red de apoyo con la que cuenta.

UNIDAD DE COMPETENCIA nº 4

  • Responder a situaciones de crisis.

REALIZACIONES PROFESIONALES

  1. Valorar la urgencia de las solicitudes de actuación.

Criterios de realización:

  • Recibir y registrar apropiadamente las demandas siguiendo los procedimientos legales e institucionales establecidos.
  • Evaluar la urgencia de la situación o necesidad y de la intervención o respuesta.
  • Búsqueda de información que pueda ser relevante y complete la demanda de intervención.
  • Profundizar sobre la demanda y las posibles acciones de intervención con todas las personas y organizaciones implicadas.
  • Cuando sea posible, establecer un plan de acción con el jefe o responsable inmediato.

REALIZACIONES PROFESIONALES

2. Valorar la necesidad de intervención legal y procedimental.

Criterios de realización:

  • Valorar la situación y elegir la acción apropiada.
  • Implicar al sistema cliente siempre que sea posible.
  • Informar, explicar y clarificar a los individuos cualquier procedimiento legal en el que está incurso y sus etapas y procesos.

REALIZACIONES PROFESIONALES

3. Planificar y desarrollar la acción para hacer frente a las necesidades urgentes.

Criterios de realización:

  • Identificar las necesidades que requieran atención inmediata.
  • Identificar cualquier requisito legal y los recursos disponibles, estableciendo la intervención para abordar las necesidades inmediatas.
  • Registrar, justificar y comunicar las actuaciones efectuadas y las necesidades de cualquier acción futura.

REALIZACIONES PROFESIONALES

4. Revisar los resultados con el sistema cliente y otros colegas profesionales.

Criterios de realización:

  • Recoger, analizar, verificar y evaluar el feedback de las acciones por parte de todas las personas y organizaciones relevantes.
  • Reflexionar sobre las propias decisiones de adoptar un determinado curso de acción y las consecuencias del mismo.
  • Identificar lagunas, las necesidades no atendidas y la necesidad de intervenciones adicionales para ayudar a prevenir situaciones de crisis futuras. Registrar y utilizar los resultados para informar el propio trabajo y a otros.

UNIDAD DE COMPETENCIA nº 5

  • Interactuar con personas, familias, grupos, organizaciones y comunidades para conseguir cambios y promocionar el desarrollo de los mismos y para mejorar las condiciones de vida.

REALIZACIONES PROFESIONALES

  1. Desarrollar y mantener relaciones con personas, familias, grupos, organizaciones, comunidades y otros.

Criterios de realización:

  • Desarrollar relaciones intencionadas, teniendo en cuenta aspectos étnicos, de género, de edad, de discapacidad, religiosos y sexuales.
  • Explicar con claridad el rol profesional del trabajador social, sus obligaciones para con la organización para la que trabaja y el derecho de todo usuario a la confidencialidad y a saber en todo momento el estado de la cuestión de su caso.
  • Proporcionar apoyo emocional y material que permita a las personas expresar, explorar y valorar sus sentimientos y emociones.
  • Mediante una relación de soporte y ayuda, acompañar a las personas a través del proceso de cambio.
  • Escuchar con eficacia emitiendo un feedback constructible, útil y comprensible para las personas.
  • Identificar las áreas de intervención en orden a establecer la mejor línea de actuación.

REALIZACIONES PROFESIONALES

2. Trabajar con el sistema cliente de cara a prevenir las situaciones de crisis y para hacer frente a los problemas y conflictos.

Criterios de realización:

  • Desarrollar relaciones intencionadas, teniendo en cuenta aspectos étnicos, de género, de edad, de discapacidad, religiosos y sexuales.
  • Mediar y negociar cuando las personas tienen puntos de vista diferentes.
  • Identificar junto con todos los implicados cómo se hará frente a los problemas actuales o potenciales.
  • Proporcionar información y, si fuera necesario, contactar con organizaciones y grupos de autoayuda que puedan apoyar al cambio para trabajar con los problemas y conflictos.

REALIZACIONES PROFESIONALES

3. Aplicar y justificar los métodos y modelos de trabajo social utilizados para conseguir el cambio y el desarrollo, y para mejorar las oportunidades del sistema cliente.

Criterios de realización:

  • Identificar los métodos y modelos de Trabajo Social adecuados a las necesidades y circunstancias.
  • Seleccionar y justificar los métodos y modelos a ser utilizados consultando con el supervisor y el sistema cliente.
  • Identificar los recursos a utilizar y sus requisitos.
  • Trabajar con el sistema cliente para planificar el espacio, el tipo y los métodos para hacer frente a las necesidades.

REALIZACIONES PROFESIONALES

4. Llevar a cabo el seguimiento con regularidad, revisar y evaluar los cambios en las necesidades y circunstancias.

Criterios de realización:

  • Apoyar a las personas, familias, grupos, organizaciones y comunidades para que puedan realizar su propia supervisión, revisión y evaluación de todo cambio en las necesidades y circunstancias y la efectividad del trabajo del trabajador social.
  • Recabar, reunir, analizar y evaluar el feedback recibido de todas las fuentes.
  • Identificar y justificar cualquier alteración necesaria en los servicios ofrecidos.
  • Registrar y utilizar la revisión de los resultados.

REALIZACIONES PROFESIONALES

5. Reducir los contactos y finalizar la relación de forma adecuada.

Criterios de realización:

  • Valorar la separación que debe existir entre un encuentro y otro y planificar cuándo y cómo reducir y romper las relaciones.
  • Acordar el momento de finalizar o reducir los contactos y servicios.
  • Consensuar el conjunto de apoyos adicionales que puedan ser necesarios una vez finalice la intervención del trabajador social.
  • Informar y registrar los asuntos no resueltos, las necesidades no cubiertas y cualquier riesgo que pueda surgir de ello.

UNIDAD DE COMPETENCIA nº 6

  • Preparar, producir, implementar y evaluar los planes con el sistema cliente y los colegas profesionales.

REALIZACIONES PROFESIONALES

  1. Negociar el suministro de servicios que han de ser incluidos en los planes.

Criterios de realización:

  • Proporcionar información acerca del proceso de planificación informando acerca de todo lo concerniente a sus derechos y responsabilidades.
  • Clarificar opciones y recursos potenciales y las oportunidades para promocionar el bienestar personal, social y emocional.
  • Clarificar quién es responsable de suministrar los servicios y realizar el seguimiento.
  • Identificar y registrar los objetivos a corto, medio y largo plazo que han de ser incluidos en el plan.
  • Determinar cómo serán revisados los objetivos.
  • Registrar los resultados incluyendo acuerdos, desacuerdos y áreas de incertidumbre.

REALIZACIONES PROFESIONALES

2. Identificar el contenido y las acciones y redactar planes.

Criterios de realización:

  • Redactar planes para alcanzar los objetivos y conseguir los resultados esperados.
  • Identificar la implementación del plan, calendario de realización, ejecución, resultados y evaluación del mismo.
  • Revisar y finalizar el plan teniendo en cuenta los feedback recibidos.
  • Elaborar informes y memorias explicativas de resultados.

REALIZACIONES PROFESIONALES

3. Desarrollar las propias responsabilidades profesionales y realizar el seguimiento, coordinar y apoyar las acciones de otras personas implicadas en la implementación de los planes de intervención.

Criterios de realización:

  • Identificar las acciones que son responsabilidad del profesional y de otros.
  • Desarrollar las acciones de las que es responsable el trabajador social.
  • Asegurarse de que todos los demás tienen claras sus responsabilidades para desarrollar las acciones requeridas para la implementación del plan y apoyarles adecuadamente.
  • Registrar e informar acerca de las acciones desarrolladas y su efectividad.
  • Observar el derecho de los sujetos a la privacidad y a ser informado.

REALIZACIONES PROFESIONALES

4. Revisar la efectividad de los planes de intervención con las personas implicadas.

Criterios de realización:

  • Recoger y analizar la información necesaria para la revisión.
  • Revisar los planes de acuerdo a los dispuesto, los resultados en función de los objetivos, la calidad de lo realizado y las diferentes perspectivas en desarrollo.
  • Identificar las lagunas en el suministro de servicios y las mejoras que puedan ser introducidas.
  • Comunicar los resultados de la revisión a las personas y organizaciones oportunas.
  • Registrar e informar de la revisión y distribuirla de acuerdo a lo convenido y establecido.

REALIZACIONES PROFESIONALES

5. Renegociar y revisar los planes para adaptarlos a las necesidades y circunstancias cambiantes.

Criterios de realización:

  • Identificar los cambios que deben ser introducidos para aproximarnos a los resultados acordados, las lagunas en el suministro de servicios y las necesidades no cubiertas.
  • Negociar cuándo los planes deben ser ampliados o reducidos y dónde se necesita y está disponible el apoyo adicional necesario.
  • Explicar, de manera accesible, por qué los planes han sido modificados.
  • Rescribir los planes para adaptarlos a los cambios y distribuirlos tal y como se acordó y estableció.
  • Registrar los desacuerdos e informar acerca de las necesidades no cubiertas de manera reiterada y de cualquier riesgo que pueda surgir de ello.

UNIDAD DE COMPETENCIA nº 7

  • Apoyar el desarrollo de redes para hacer frente a las necesidades y trabajar a favor de resultados planificados.

REALIZACIONES PROFESIONALES

  1. Examinar con el sistema cliente, las redes de apoyo a las que pueden acceder y desarrollar.

Criterios de realización:

  • Identificar y reunir información sobre las posibles redes a las que pueden acceder.
  • Proporcionar información, discutir y clarificar la gama de redes de apoyo que pueden hacer frente a las necesidades de cara a alcanzar los resultados planificados.

REALIZACIONES PROFESIONALES

2. Trabajar con el sistema cliente el cómo iniciar y mantener las redes de apoyo.

Criterios de realización:

  • Identificar y registrar las necesidades no atendidas, la inexistencia de recursos y cualquier consecuencia que pueda surgir de dichas necesidades.
  • Discutir e identificar si es conveniente y cómo las redes de apoyo pueden estructurarse para cubrir las lagunas identificadas.
  • Identificar el tipo de apoyo que el sistema cliente necesitaría para organizar las redes.
  • Trabajar con otros para identificar, proveer y asegurar recursos de apoyo a las redes nuevas y a las ya existentes.
  • Discutir y acordar las formas en las que el trabajador social puede iniciar y mantener redes de apoyo, incluyendo: apoyo al liderazgo de la red, promover la implicación de los miembros, establecer la forma en que realizar cambios y establecer y mantener la forma de renovar los miembros de la red.

REALIZACIONES PROFESIONALES

3. Contribuir al desarrollo y evaluación de las redes de apoyo.

Criterios de realización:

  • Trabajar con personas y organizaciones clave para identificar las buenas prácticas.
  • Hacer un uso exhaustivo de las redes existentes y potenciales para reducir la discriminación y la exclusión social.
  • Proporcionar apoyo a las redes.
  • Realizar un seguimiento continuo de las redes de apoyo para detectar su vulnerabilidad y sus puntos débiles.
  • Revisar el valor de la contribución de la organización a la red.
  • Identificar y utilizar adecuadamente las teorías de trabajo social, los métodos y los enfoques para deslindarse de la red.

UNIDAD DE COMPETENCIA nº 8

  • Trabajar con grupos para promover el crecimiento, desarrollo e independencia de las personas.

REALIZACIONES PROFESIONALES

  1. Identificar las oportunidades para formar y mantener a los grupos.

Criterios de realización:

  • Valorar y clarificar las habilidades facilitadoras de liderazgo y cooperación requeridas para formar y apoyar a los grupos.
  • Trabajar con grupos de apoyo para que sean capaces de utilizar un contexto no opresivo dentro del grupo.
  • Identificar la política organizacional, requisitos legales y buenas prácticas en relación a grupos de apoyo.
  • Discutir y consensuar el tipo de liderazgo requerido por el grupo y cualquier apoyo que se precise.

REALIZACIONES PROFESIONALES

2. Utilizar la programación, los procesos y las dinámicas de grupo para promover el crecimiento y la independencia individual y fomentar las habilidades de relación interpersonal.

Criterios de realización:

  • Contribuir al desarrollo de una cultura positiva de grupo y de cuidado en grupo.
  • Valorar y sopesar las oportunidades de que las personas obtengan resultados en el grupo y a través de los grupos de cuidados.
  • Identificar y planificar cómo hacer frente al crecimiento y desarrollo de grupos y de los cuidados en grupo.

REALIZACIONES PROFESIONALES

3. Ayudar a los grupos a alcanzar los resultados planificados para sus miembros y evaluar la adecuación de su trabajo.

Criterios de realización:

  • Apoyar a los grupos en la identificación de resultados personales, interpersonales y sociales.
  • Apoyar a los grupos a identificar formas en las que las personas pueden participar eficazmente sobre la base de sus fortalezas y necesidades.
  • Identificar y emprender acciones para trabajar con cualquier efecto adverso sobre las personas cuando la participación en el grupo pueda suponer situaciones de discriminación o exclusión.
  • Seleccionar y utilizar adecuadamente teorías, modelos y métodos para ayudar a los participantes a entender los procesos de grupo.
  • Discutir y revisar el progreso de las personas y de los grupos como un todo.

REALIZACIONES PROFESIONALES

4. Retirarse del grupo adecuadamente

Criterios de realización:

  • Revisar el rol del profesional en el grupo con otros colegas y con el grupo.
  • Identificar el momento y las fases requeridas para retirarse del grupo adecuadamente.
  • Valorar, seleccionar y utilizar adecuadamente los enfoques del Trabajo Social para retirarse eficazmente de los grupos.

UNIDAD DE COMPETENCIA nº 9

  • Trabajar con los comportamientos que representan un riesgo para el sistema cliente

REALIZACIONES PROFESIONALES

  1. Actuar con rapidez para intervenir en los comportamientos que representan un riesgo.

Criterios de realización:

  • Obtener información acerca de los acontecimientos, situaciones, circunstancias y acciones que configuran los comportamientos.
  • Identificar la naturaleza y el impacto de los riesgos asociados con el comportamiento.
  • Tener en cuenta los riesgos para uno mismo y los otros, y emprender actuaciones adecuadas para tranquilizar a los implicados y reducir los riesgos.
  • Registrar e informar de acuerdo con los requerimientos legales y organizacionales.

REALIZACIONES PROFESIONALES

2. Trabajar con el sistema cliente para identificar y evaluar las situaciones y circunstancias que pueden configurar el comportamiento.

Criterios de realización:

  • Valorar la posibilidad de comportamientos recurrentes y los riesgos para terceros asociados a los mismos.
  • Buscar consejo profesional sobre cómo trabajar con estos comportamientos.
  • Encontrar oportunidades adecuadas para discutir con todos los que estén implicados las posibles causas de los comportamientos y cualquier consecuencia que pueda emerger de ellos.
  • Apoyar a los implicados de cara a identificar los primeros síntomas, situaciones, acciones y sentimientos que conducen al comportamiento y el efecto y el impacto del comportamiento propio y de los otros.

REALIZACIONES PROFESIONALES

3. Trabajar con el sistema cliente en la búsqueda de estrategias y el apoyo que pueden cambiar positivamente el comportamiento.

Criterios de realización:

  • Apoyar a los implicados para aprender y utilizar apropiadamente el comportamiento.
  • Escuchar y ofrecer apoyo a aquellos que están implicados acerca de cómo pueden ayudar a cambiar el comportamiento.
  • Apoyar a aquellos que están implicados para identificar los posibles y actuales beneficios del cambio de comportamiento.

UNIDAD DE COMPETENCIA nº 10

  • Defender con, y en nombre de, al sistema cliente.

REALIZACIONES PROFESIONALES

  1. Establecer posibles alternativas de actuar el trabajador social como defensor del sistema cliente.

Criterios de realización:

  • Debatir con el sistema cliente los temas susceptibles de defensa que les conciernan y los resultados que esperan.
  • Establecer e identificar los tipos de defensa más apropiados para satisfacer las necesidades.
  • Debatir y clarificar los derechos del sistema cliente a utilizar al trabajador social como defensor.

REALIZACIONES PROFESIONALES

2. Asistir al sistema cliente para que acceda a una defensa independiente.

Criterios de realización:

  • Apoyar al sistema cliente para que identifiquen, valoren y accedan a una defensa independiente.
  • Trabajar con la gente que requiera defensa de cara a clarificar el rol del trabajador social como defensor.
  • Acceder e informar a los defensores con, o en nombre de, a quienes requieran una defensa independiente.

REALIZACIONES PROFESIONALES

3. Defender a, y con, el sistema cliente.

Criterios de realización:

  • Identificar métodos, recopilar información y evaluar los puntos clave que permitan al trabajador social preparar un informe.
  • Preparar un informe que defienda el mejor interés del sistema cliente.
  • Defender con, y en nombre del sistema cliente.

UNIDAD DE COMPETENCIA nº 11

  • Preparar a y participar en las reuniones de toma de decisiones.

REALIZACIONES PROFESIONALES

  1. Preparar informes y documentos para las reuniones de toma de decisiones.

Criterios de realización:

  • Clarificar los requerimientos de las reuniones de toma de decisiones.
  • Trabajar con todos los implicados en la recolección de datos.
  • Preparar informes y documentos que sean fiables, comprensibles y accesibles.
  • Compartir informes y documentos de forma apropiada. Revisar informes y documentos como respuesta al feedback.

REALIZACIONES PROFESIONALES

2. Trabajar con el sistema cliente para seleccionar la mejor forma de representarlo en las reuniones de toma de decisiones.

Criterios de realización:

  • Trabajar con el sistema cliente para valorar sus necesidades.
  • Identificar cualquier obstáculo que pueda dificultar la representación en las reuniones.
  • Trabajar con el sistema cliente para identificar, negociar y seleccionar la mejor forma de representación.

REALIZACIONES PROFESIONALES

3. Presentar informes y ayudar al sistema cliente a entender los procedimientos y resultados de las reuniones de toma de decisiones.

Criterios de realización:

  • Trabajar con el sistema cliente para clarificar que sucederá antes, durante y después de la reunión.
  • Presentar informes de forma exacta, accesible y comprensible.
  • Identificar cualquier obstáculo que pueda dificultar la representación en las reuniones.
  • Asegurar que el sistema cliente comprende las decisiones tomadas y las implicaciones a corto, medio y largo plazo.
  • Finalizar la relación apropiadamente y con sensibilidad, cuando el trabajador social no tenga un papel de continuidad.

REALIZACIONES PROFESIONALES

4. Capacitar al sistema cliente para involucrarse en las reuniones de toma de decisiones.

Criterios de realización:

  • Trabajar con el sistema cliente de cara a que identifique sus derechos, responsabilidades y requerimientos legales.
  • Ayudar al sistema cliente para que pueda aportar información complementaria en las reuniones.
  • Revisar con el sistema cliente los resultados de las reuniones.

UNIDAD DE COMPETENCIA nº 12

  • Establecer y actuar para la resolución de situaciones de riesgo del sistema cliente.

REALIZACIONES PROFESIONALES

  1. Identificar y establecer la naturaleza del riesgo. Establecer y analizar las preocupaciones planteadas por el sistema cliente.

Criterios de realización:

  • Establecer y analizar cualquier riesgo asociado con necesidades no satisfechas.
  • Establecer y analizar el derecho individual a asumir riesgos por la probabilidad del daño.
  • Establecer y analizar la situación y circunstancias asociadas al riesgo.
  • Identificar las propias obligaciones legales y las del trabajador social con respecto a la prevención y promoción.

REALIZACIONES PROFESIONALES

2. Equilibrar los derechos y las responsabilidades del sistema cliente con el riesgo que llevan asociado.

Criterios de realización:

  • Identificar y equilibrar conflicto de opiniones, conflicto entre el derecho de las personas a la autodeterminación y cualquier riesgo para sí mismo o terceros.
  • Apoyar a la gente para que tome los riesgos apropiados.
  • Registrar todas las fases del proceso de toma de decisiones y justificar los resultados preliminares y finales.

REALIZACIONES PROFESIONALES

3. Realizar el seguimiento, volver a establecer y actuar para resolver la situación de riesgo para el sistema cliente de manera regular.

Criterios de realización:

  • Revisar e identificar los derechos y responsabilidades legales y organizativos para proteger a las personas del daño.
  • Explicar las razones por las que se están usando determinados recursos y asegurarse de que las personas lo entienden.
  • Buscar el apoyo de los poderes públicos para proteger del daño a las personas.
  • Realizar el seguimiento del nivel de riesgo y renegociar la acción planificada cuando se producen cambios.

UNIDAD DE COMPETENCIA nº 13

  • Establecer, minimizar y gestionar el riesgo hacia uno mismo y los colegas.

REALIZACIONES PROFESIONALES

  1. Establecer el riesgo potencial para sí mismo y los colegas.

Criterios de realización:

  • Revisar las buenas prácticas reconocidas que tengan que ver con la identificación del riesgo y su gestión en el contexto del trabajo social.
  • Identificar, mediante escucha y discusión, el comportamiento, las situaciones y circunstancias relacionadas con los sistemas cliente que pudieran suponer un riesgo para el trabajador social y colegas.
  • Establecer el nivel de riesgo previo a una situación de riesgo potencial.

REALIZACIONES PROFESIONALES

2. Trabajar en el marco de los procedimientos para el reconocimiento y gestión del propio riesgo y del de otras organizaciones y profesionales relevantes.

Criterios de realización:

  • Revisar los requisitos legales y profesionales y guías para el reconocimiento del riesgo y su gestión.
  • Revisar políticas organizativas y procedimientos para el reconocimiento y gestión del riesgo en el contexto del trabajo social.
  • Informar a las personas apropiadas cuándo se producirán las ausencias del profesional y formas de establecer contacto.
  • Establecer los principios de buenas prácticas para identificar posibles fallos de los procedimientos.

REALIZACIONES PROFESIONALES

3. Planificar, realizar el seguimiento y revisar los resultados y acciones para minimizar el stress y el riesgo.

Criterios de realización:

  • Establecer medidas y procedimientos dentro de la propia práctica del trabajador social que apoyen los requisitos legales y organizativos para minimizar el stress y el riesgo.
  • Identificar, planear y utilizar medidas para la reducción del stress y el riesgo.
  • Hacer el seguimiento y revisar la efectividad de las medidas para reducir el stress y el riesgo.
  • Registrar, informar y compartir los resultados con colegas según las políticas y procedimientos legales y organizativos.

UNIDAD DE COMPETENCIA nº 14

  • Administrar y ser responsable de su propio trabajo.

REALIZACIONES PROFESIONALES

  1. Administrar y asignar prioridades al propio volumen de trabajo de acuerdo con las directivas y prioridades de la organización.

Criterios de realización:

  • Identificar las mejores prácticas y políticas para administrar el volumen y equilibrio de la propia carga de trabajo y los niveles de intervención.
  • Informar mediante procedimientos intra e interinstitucionales donde las expectativas actuales difieran de las políticas y las prácticas de la organización y donde la política no esté clara.
  • Utilizar supervisión para revisar los propios niveles de esfuerzo y carga de trabajo.
  • Discutir las prioridades con los sistemas cliente. Utilizar supervisión y reuniones de equipo.

REALIZACIONES PROFESIONALES

2. Cumplir con las obligaciones mediante el juicio profesional responsable y el conocimiento basado en la práctica del Trabajo Social.

Criterios de realización:

  • Identificar áreas donde la práctica esté regida por códigos, estándares y procedimientos.
  • Identificar áreas donde se disponga de consejo y asesoramiento en organizaciones profesionales.
  • Identificar áreas donde las valoraciones profesionales sean necesarias y fundamentales, donde los límites no estén claros o exista un conflicto.
  • Trabajar dentro de las responsabilidades y prioridades de la propia organización.
  • Proporcionar evidencia para las valoraciones profesionales, en un formato adecuado y accesible, que identifique las fortalezas y debilidades de las valoraciones realizadas.
  • Utilizar supervisión y apoyo de los miembros del equipo para reorientar la intervención si su valoración profesional es persistentemente desatendida.
  • Donde fallen la supervisión y el apoyo, buscar asesoramiento en organizaciones profesionales.

REALIZACIONES PROFESIONALES

3. Realizar el seguimiento y evaluar la eficacia del propio programa de trabajo en cuanto al cumplimiento de los requisitos de la organización y las necesidades de los sistemas cliente.

Criterios de realización:

  • Identificar las responsabilidades y requisitos nacionales y de la organización.
  • Proporcionar información, e implicar a los sistemas cliente en el seguimiento y evaluación de los procesos, métodos y el efecto de su trabajo.
  • Analizar, cotejar y evaluar el feedback sobre la propia eficacia con los sistemas cliente, colegas, otros profesionales y supervisor.
  • Tomar medidas para mejorar las áreas de debilidad.

REALIZACIONES PROFESIONALES

4. Utilizar apoyo y supervisión administrativa y profesional para mejorar su actuación.

Criterios de realización:

  • Identificar las propias necesidades de desarrollo y apoyo al ejercicio profesional.
  • Identificar y utilizar sistemas de desarrollo y apoyo administrativo para mejorar la actuación profesional.
  • Identificar y utilizar otro desarrollo y apoyo profesional cuando no estén disponibles los sistemas de desarrollo y apoyo administrativo.
  • Evaluar e informar sobre el valor y el resultado del apoyo proporcionado.

UNIDAD DE COMPETENCIA nº 15

  • Contribuir a la administración de recursos y servicios.

REALIZACIONES PROFESIONALES

  1. Colaborar con los procedimientos implicados en la obtención y autorización de servicios.

Criterios de realización:

  • Identificar la gama de servicios relevantes para el sistema cliente, incluida la provisión de costes, en su caso.
  • Establecer responsabilidades en la gestión de recursos.

REALIZACIONES PROFESIONALES

2. Colaborar en el seguimiento de la eficacia de los servicios en cuanto a satisfacción de la necesidad.

Criterios de realización:

  • Identificar las ratios nacionales sobre tipos, volumen y calidad de recursos para las personas que demandan servicios.
  • Diseñar, mantener, dar seguimiento y controlar presupuestos mediante procedimientos y sistemas de la organización.
  • Trabajar con terceros para obtener y comunicar información relevante sobre carencias de recursos, necesidades no satisfechas y riesgo asociados.
  • Buscar asesoramiento en organizaciones profesionales acerca del curso de acción adecuado cuando no se están satisfaciendo los estándares nacionales.

REALIZACIONES PROFESIONALES

3. Participar en el seguimiento de la calidad de los servicios proporcionados.

Criterios de realización:

  • Identificar los estándares nacionales sobre calidad de los servicios en su área de actuación.
  • Identificar quién es responsable del seguimiento de la calidad en las organizaciones implicadas en la provisión de servicios.
  • Analizar cómo su propia actuación y la de sus colegas: promueven el desarrollo humano, combaten las desventajas, discriminación y exclusión social.
  • Planificar y realizar acciones para mejorar la práctica y la calidad de servicios.

REALIZACIONES PROFESIONALES

4. Contribuir a la gestión de la información.

Criterios de realización:

  • Identificar los sistemas y procedimientos para recoger, analizar y evaluar información con el fin de mejorar la práctica y los servicios.
  • Identificar las propias responsabilidades profesionales para gestionar y compartir información con otras organizaciones e individuos.
  • Contribuir a garantizar que la información proporcionada sea accesible, utilizable y comprensible para los receptores.
  • Registrar, almacenar y difundir la información de acuerdo con los procedimientos y requisitos legales, profesionales y de la organización.

UNIDAD DE COMPETENCIA nº 16

  • Gestionar, presentar y compartir historias e informes sociales.

REALIZACIONES PROFESIONALES

  1. Mantener historias e informes sociales completos, fieles, accesibles y actualizados.

Criterios de realización:

  • Identificar, con apoyo administrativo, los procedimientos y políticas legales, organizativas e interdisciplinares para la elaboración de historias e informes sociales.
  • Clarificar cualquier incertidumbre relativa a la elaboración de historia e informes, incluido el trabajo interdisciplinar.
  • Utilizar procedimientos para la elaboración de historias e informes con el fin de que reflejen las mejores prácticas, sean precisos, objetivos, comprensibles y accesibles, promuevan la participación de los sistemas cliente en la planificación, realización y análisis de la efectividad de disposiciones y servicios.
  • Documenten los conflictos, los desacuerdos y las necesidades insatisfechas.
  • Mantener y actualizar las historias de acuerdo con los procedimientos y políticas legales y de la organización.

REALIZACIONES PROFESIONALES

2. Proporcionar pruebas para la toma de decisiones y valoraciones profesionales.

Criterios de realización:

  • Documentar las decisiones y valoraciones profesionales con precisión.
  • Documentar las evidencias en las que se han basado las valoraciones profesionales.
  • Documentar dónde se basa la valoración profesional sobre la opinión fundamentada.
  • Registrar otras evidencias e informes.
  • Comprobar y concordar la precisión de las historias y evidencias con todos los implicados en el proceso de toma de decisiones.

REALIZACIONES PROFESIONALES

3. Implementar marcos de trabajo legales y de políticas para acceder a los historiales e informes.

Criterios de realización:

  • Identificar los requisitos legales y organizativos relativos a la confidencialidad, acceso y seguridad de historiales e informes.
  • Equilibrar los requisitos de confidencialidad con la necesidad de accesibilidad.
  • Divulgar los historiales e informes de acuerdo con los requisitos legales y organizativos y los acuerdos con los sistemas cliente.
  • Almacenar los historiales e informes de acuerdo con los procedimientos legales y organizativos de confidencialidad, acceso y seguridad.

REALIZACIONES PROFESIONALES

4. Compartir historiales con los sistemas cliente y colegas profesionales.

Criterios de realización:

  • Identificar los requisitos legales y organizativos para compartir la información, incluida la necesidad de preservar la intimidad, la confidencialidad y la seguridad de la información.
  • Identificar los criterios para compartir la información
  • incluidos el cómo se accederá y se compartirá la información y la frecuencia con la que se compartirá.
  • Identificar los mecanismos de feedback y revisión para el sistema cliente.
  • Compartir historiales con los sistemas cliente y colegas profesionales de acuerdo con requisitos legales y organizativos y los criterios establecidos.
  • Recibir, discutir y adoptar acciones en respuesta al feedback de los sistemas cliente.
  • Registrar opiniones sobre el progreso o la ausencia del mismo, las áreas de desacuerdo y conflicto y toda acción derivada del feedback recibido.

UNIDAD DE COMPETENCIA nº 17

  • Trabajar dentro de sistemas, redes y equipos interdisciplinares  y multi- organizacionales

REALIZACIONES PROFESIONALES

  1. Desarrollar y mantener relaciones de trabajo eficaces

Criterios de realización:

  • Identificar las propias responsabilidades y expectativas de su organización.
  • Identificar las diferentes prioridades que existen para el trabajador social y su organización.
  • Identificar los roles y límites legales, éticos y profesionales que deben establecerse y marcarse.
  • Negociar y establecer las propias responsabilidades profesionales dentro de la relación.
  • Negociar y establecer las propias expectativas con respecto a la relación, y las que otros tienen del trabajador social dentro de la relación.
  • Asegurarse de que se resuelven las diferencias de poder y autoridad.
  • Buscar asesoramiento, supervisión y apoyo en las áreas de confusión o conflicto.

REALIZACIONES PROFESIONALES

2. Colaborar en la identificación de fines, objetivos y duración máxima del equipo, red o sistema.

Criterios de realización:

  • Colaborar en la identificación sobre cómo debería operar el equipo, red y sistema.
  • Acordar el liderazgo y otras responsabilidades dentro del equipo, red y sistema, incluidos los casos en que se necesiten responsabilidades y acciones colectivas.
  • Colaborar en la configuración, acuerdo de fines, objetivos y potencial duración del equipo, red o sistema.

REALIZACIONES PROFESIONALES

3. Colaborar en la evaluación de la eficacia del equipo, red o sistema.

Criterios de realización:

  • Colaborar en la promoción de la participación de los sistemas cliente.
  • Colaborar en el seguimiento de procesos y resultados en contraste con los objetivos.
  • Colaborar en la evaluación del trabajo del equipo, red o sistema en el logro de sus objetivos.
  • Colaborar en la identificación de cambios y mejoras que deben realizarse.
  • La realización de cambios y mejoras que aumenten la calidad del equipo, red o sistema y las relaciones de trabajo entre sus miembros.

REALIZACIONES PROFESIONALES

4. Enfoque constructivo de los desacuerdos y conflictos dentro de las relaciones.

Criterios de realización:

  • Identificar las causas y los modos en que deberían encararse los desacuerdos y conflictos.
  • Utilizar mediación para asistir en la resolución de conflictos. Trabajar con otros para resolver desacuerdos y conflictos.
  • Donde no sea posible la resolución, trabajar con otros para identificar cómo se gestionarán los conflictos y los desacuerdos.
  • Buscar asesoramiento y consejo, supervisión y apoyo dentro y fuera de la organización cuando no pueden alcanzarse acuerdos y soluciones.

UNIDAD DE COMPETENCIA nº 18

  • Investigar, analizar, evaluar y utilizar el conocimiento actual de las mejores prácticas del trabajo social.

REALIZACIONES PROFESIONALES

  1. Revisar y actualizar los propios conocimientos sobre los marcos de trabajo.

Criterios de realización:

  • Actualizar continuamente los propios conocimientos sobre los requisitos de procedimientos, políticas y legislación y los derechos humanos asociados.
  • Actualizar los procedimientos, procesos de elaboración de historiales, y recursos de entidades.
  • Comunicar, en formato adecuado y comprensible, los marcos de trabajo que conciernen a los sistemas cliente.

REALIZACIONES PROFESIONALES

2. Utilizar apoyo y supervisión profesional y de la organización para investigar críticamente y examinar la práctica basada en el conocimiento.

Criterios de realización:

  • Utilizar la supervisión y el trabajo en equipo para identificar las diferentes fuentes de conocimiento que puedan formular las mejores prácticas.
  • Identificar las áreas de ejercicio profesional que requieran un conocimiento más amplio, más profundo y actualizado.
  • Utilizar procedimientos y prácticas, y asignar prioridades en el tiempo y compromisos, con el fin de garantizar que se tiene tiempo suficiente para: acceder y analizar bibliografía, acceder y analizar consejos sobre las mejores prácticas y evaluar la eficacia de la actuación en equipo.
  • Analizar el efecto de la actuación con los sistemas cliente.

REALIZACIONES PROFESIONALES

3. Implementar métodos y modelos de trabajo social basados en el conocimiento con el fin de desarrollar y mejorar el propio ejercicio profesional.

Criterios de realización:

  • Acceder y analizar el asesoramiento, con apoyo, sobre las mejores prácticas y los estándares de servicio y prácticas aplicables al trabajo profesional.
  • Evaluar continuamente y aprender de: la propia actuación del trabajador social, la investigación actual y emergente y las aptitudes y experiencia de expertos en el área.
  • Con la ayuda y apoyo y supervisión, planificar cómo transferir y aplicar las aptitudes y el conocimiento existente en contextos nuevos y no muy conocidos.
  • Utilizar habilidades de transferencia para actuar de forma eficaz en contextos nuevos y poco conocidos.
  • Examinar el conocimiento acerca de cuestiones de igualdad, justicia, acceso y prácticas antidiscriminatorias.

UNIDAD DE COMPETENCIA nº 19

  • Trabajar dentro de estándares acordados para el ejercicio del trabajo social y asegurar el propio desarrollo profesional.

REALIZACIONES PROFESIONALES

  1. Ejercer y justificar las valoraciones profesionales.

Criterios de realización:

  • Aplicar las habilidades y conocimientos profesionales a los procesos de trabajo social de evaluación, planificación, intervención, seguimiento y análisis de la práctica.
  • Identificar y justificar el fundamento de sus valoraciones profesionales, incluidas las basadas en métodos, modelos y teorías del trabajo social, las mejores prácticas basadas en el conocimiento, la evidencia y la opinión experta.
  • Explicar y justificar (tanto verbalmente como por escrito) la razón fundamental de sus decisiones y valoraciones profesionales cuando se trabaja con diferencias en perspectiva de individuos demandantes de servicios y sus cuidadores, otros dentro de su propio equipo y organización y otros profesionales.
  • Trabajar con tacto al tratar con cuestiones de diversidad.

REALIZACIONES PROFESIONALES

2. Utilizar la asertividad profesional para justificar decisiones y defender la práctica profesional, los valores y la ética del trabajo social.

Criterios de realización:

  • Aplicar eficazmente la asertividad profesional cuando: apoya sus decisiones y valoraciones profesionales, la gente está en desacuerdo u objeta sus decisiones y valoraciones, explica decisiones, hechos y resultados; se objetan las valoraciones y decisiones de otros donde puede existir un riesgo para los sistemas cliente, otros colegas o para el propio trabajador social.
  • Utilizar el poder y la autoridad de forma constructiva y apropiada
  • Explicar las habilidades y la base de conocimiento de la profesión.

REALIZACIONES PROFESIONALES

3. Trabajar dentro de los principios y valores que sostienen la práctica del trabajo social.

Criterios de realización:

  • Integrar los valores y principios del trabajo social en su propia práctica.
  • Identificar y trabajar con los desacuerdos, conflictos y tensiones entre los principios y valores establecidos.
  • Asegurarse de que, en los trabajos en equipo, los demás están al tanto de los principios y valores específicos del trabajo social.
  • Evaluar los propios valores y principios e identificar todo conflicto y tensión que pudieran surgir, de forma general y al trabajar con casos específicos.
  • Desarrollar estrategias para tratar con cualquier conflicto o tensión.
  • Buscar ayuda y asesoramiento sobre los valores y principios que no es capaz de integrar en su ejercicio profesional, tanto de forma general como cuando se aplica en casos específicos.
  • Asegurarse de que se utilizan los valores, códigos y principios profesionales en su práctica, especialmente en relación con las actuaciones inclusivas y antidiscriminatorias; además cuando trabaja con colegas, tanto si lo hace en grupo o de forma individual.

REALIZACIONES PROFESIONALES

4. Reflexionar de forma crítica sobre su propio rendimiento y práctica mediante sistemas de apoyo y supervisión.

Criterios de realización:

  • Realizar el seguimiento y evaluar los procesos, prácticas y resultados de su propio trabajo.
  • Buscar feedback de los sistemas clientes, colegas y supervisores y miembros del equipo, cuando se evalúa el propio trabajo profesional.
  • Identificar los propios logros, fortalezas, debilidades y necesidades de desarrollo, así como la mejora en las propias prácticas.
  • Analizar de forma continua y actualizar la propia práctica.

REALIZACIONES PROFESIONALES

5. Utilizar la supervisión y el apoyo para realizar acciones con el fin de responder continuamente a las necesidades de desarrollo profesional.

Criterios de realización:

  • Analizar e identificar los requisitos de desarrollo profesional, apoyo y supervisión.
  • Buscar y utilizar apoyo y supervisión profesional y de la organización.
  • Realizar acciones para responder continuamente a las necesidades de desarrollo profesional.

UNIDAD DE COMPETENCIA nº 20

  • Gestionar conflictos, dilemas y problemas éticos complejos.

REALIZACIONES PROFESIONALES

  1. Identificar y evaluar los problemas, dilemas y conflictos que podrían afectar al ejercicio profesional.

Criterios de realización:

  • Identificar los principales problemas, dilemas y conflictos y las fuentes de conocimientos que servirán de ayuda cuando el profesional se enfrente a dilemas éticos y de derechos humanos.
  • Acceder y utilizar códigos y consejos de las organizaciones profesionales de trabajo social para hacer frente a los dilemas éticos y de derechos humanos que se dan habitualmente en el trabajo social.

REALIZACIONES PROFESIONALES

2. Diseñar estrategias para tratar con los conflictos, dilemas y cuestiones éticas.

Criterios de realización:

  • Diseñar estrategias para acceder a la supervisión y el apoyo al tratar con dilemas éticos.
  • Identificar las formas en que el propio servicio puede estigmatizar y aumentar la exclusión de los sistemas cliente, así como discriminar a miembros del staff y potenciales miembros del staff, para reducir la discriminación y promover la igualdad y diversidad.
  • Utilizar la supervisión como fuente de apoyo y los consejos de la propia organización y organizaciones colegiales.

REALIZACIONES PROFESIONALES

3. Reflexionar sobre los resultados.

Criterios de realización:

  • Evaluar la eficacia de las estrategias que se hayan diseñado y utilizado para hacer frente a dilemas éticos y de derechos humanos.
  • Identificar dónde han funcionado las estrategias y qué debe modificarse para optimizarlas.

UNIDAD DE COMPETENCIA nº 21

  • Contribuir a la promoción de las mejores prácticas del trabajo social.

REALIZACIONES PROFESIONALES

  1. Participar en el desarrollo y el análisis de las políticas.

Criterios de realización:

  • Identificar contextos y procedimientos en los que puede colaborar en la política local y nacional.
  • Contribuir al conocimiento de las mejores prácticas dentro de su equipo, organización y otras redes.

REALIZACIONES PROFESIONALES

2. Utilizar la supervisión y los sistemas profesionales y de la organización para formar un curso de acción en el que la práctica responda a los estándares requeridos.

Criterios de realización:

  • Identificar, con el apoyo de terceros, los mejores sistemas profesionales y de organización para objetar las prácticas peligrosas y no profesionales.
  • Evaluar las prácticas erróneas y peligrosas tanto en el ámbito individual como en la organización.
  • Trabajar dentro y entre sistemas profesionales y de organización con el fin de garantizar resultados eficaces.
  • Asegurarse de que todas las personas pertinentes se mantienen informadas sobre las acciones realizadas por el trabajador social y de que cumplen las acciones profesionales de acuerdo con los requisitos y sistemas legales, organizativos y profesionales.
  • Registrar y justificar las valoraciones profesionales exhaustivamente y con las evidencias apropiadas.

REALIZACIONES PROFESIONALES

3. Trabajar con los colegas para contribuir al desarrollo del equipo.

Criterios de realización:

  • Identificar los modos formales e informales que pueden utilizarse para contribuir y apoyar el desarrollo de los colegas.
  • Clarificar los métodos y contextos más apropiados para contribuir al desarrollo de los colegas.
  • Trabajar con los colegas para tratar la exclusión y discriminación institucional.
  • Compartir las mejores prácticas con los colegas, implicando, donde corresponda, a los sistemas cliente.
  • Evaluar las propias acciones y obtener feedback que mejores las aptitudes y habilidades como miembro del equipo.

Resumen recopilado por Inmaculada Asensio Fernández.

LIBRO BLANCO DEL TÍTULO DE GRADO DE TRABAJO SOCIAL: AQUÍ.

Algunas notas sobre confidencialidad, a propósito del manual titulado ´La confidencialidad en servicios sociales´

La confidencialidad es un derecho de las personas que son atendidas en los servicios sociales, y a su vez es una obligación por parte de los equipos de profesionales. Si se rompe la confidencialidad, se produce un daño irreparable en el vínculo o alianza terapéutica, por este motivo es necesario protegerla muy bien. No obstante, es importante que estas plantillas de profesionales conozcan que hay una serie de excepciones por las que se puede (Y SE DEBE) romper el secreto profesional y la confidencialidad, como veremos en el desarrollo de esta entrada de blog.

Vamos a repasar algunas referencias textuales que contiene el manual ´La confidencialidad en servicios sociales´, de manera que voy a ir planteando preguntas a cuya respuesta llegaré mediante citas textuales de este manual.

¿Cuáles son los principios que deben ser respetados en todo caso en nuestra intervención profesional?

“El respeto a las personas y el compromiso con el respeto de sus derechos exige al profesional armonizar los principios de autonomía y acción benefactora en una equilibrada confidencialidad, no siempre es fácil como se recoge en múltiples apartados de la guía. Aunque las diversas situaciones en que puede aparecer tensión entre ambas obligaciones serán tratadas pormenorizadamente en los siguientes capítulos, sí podemos señalar desde ahora tres principios éticos que deben ser respetados en todo caso.

  • El principio de finalidad, que obliga al profesional, o equipo de profesionales, a responder a la cuestión de para qué se va a utilizar la información revelada. Las finalidades pueden ser bien diversas, desde la finalidad asistencial de la persona usuaria, hasta otras como la judicial, epidemiológica, para investigación, docencia, administración y gestión, inspección, evaluación, acreditación y planificación. En cualquier caso, la utilización de la información confidencial deberá respetar la dignidad de las personas implicadas en la gestión de la misma.
  • El principio de proporcionalidad, que exige que la información revelada sea la necesaria (y no más) y la adecuada (y no otra) para el beneficio esperado a las personas implicadas. La gestión de dicho principio requiere administrar con prudencia y precaución la información teniendo en cuenta el contexto de la misma.
  • El principio de autonomía, en este caso autonomía decisoria o autodeterminación de la persona usuaria, que recuerda la obligación de solicitar el consentimiento al titular de la información cuando ésta deba ser revelada a un tercero no previsto”. PÁG. 29.

No respetar la confidencialidad en el desarrollo de nuestro trabajo, ¿qué trae consigo?

“Una muestra de la importancia de la confidencialidad para el bienestar de las personas nos viene dada por estas tres constataciones:

  • De modo no infrecuente, no respetarla y revelar información confidencial de una persona que se confía a nosotros, a otras personas, suele tener como consecuencia la ruptura del vínculo de confianza y la incapacidad de continuar la relación profesional o de obtener beneficios con ella.
  • El quebrantamiento de la confidencialidad genera un daño que no puede ser reparado en cuanto tal; lo sacado a la luz indebidamente ya no se puede ocultar, aunque estemos obligados cuando nos percatamos del daño a intentar que se difunda lo menos posible en el espacio y en el tiempo y, tengamos que tratar de compensar el daño lo mejor que se pueda.
  • El derecho a la intimidad, con el correspondiente deber de confidencialidad, es uno de esos derechos que se prolonga más allá de la muerte de la persona afectada, convirtiéndose en la obligación de preservar la memoria que se le debe”. PÁG. 19.

Cuando se trabaja en equipo:

“Con el desarrollo del trabajo en equipo, la obligación de secreto deja de ser una obligación individual y pasa a ser una obligación compartida; todo el equipo, desde el momento que conoce informaciones privadas de las personas a las que atiende con el objetivo de beneficiarlas, está obligado a tratar dichas informaciones de manera confidencial”. PÁG. 24.

“Los y las profesionales implicados/as en la atención, en ocasiones equipos amplios, necesitamos acceder a información que nos permita proporcionar una adecuada atención. Ello aumenta el riesgo de no respetar la confidencialidad de la información recogida en la historia socio-personal. Recomendaciones:

  • Debemos analizar qué profesionales han de tener acceso a la historia socio-personal y valorar a qué informaciones de la misma han de acceder en función de sus cometidos técnicos. Para ello es conveniente revisar las funciones/competencias y las del resto de agentes de intervención (voluntariado, colaboradores y colaboradoras en prácticas…).
  • Recomendamos establecer y definir círculos de confidencialidad en cada caso o proceso de intervención, así como especificar quienes tienen la obligación de secreto compartido y derivado.
  • Deberíamos alejarnos de posturas extremas como “todos los y las profesionales necesitan acceder siempre a toda la información” o “a esta información solo accede una persona determinada”. Será preciso valorar cada intervención no perdiendo de vista que el objetivo es lograr el máximo beneficio de la persona. Puede ayudarnos responder a la triple pregunta: ¿qué se necesita saber, quién y para qué?”. PÁG. 84.

Cuando sea necesaria la cooperación profesional con otros profesionales, e incluso con otros sectores o sistemas de protección social…

“Trabajar desde la cooperación profesional, también conlleva riesgos para la protección de la confidencialidad. La participación de diferentes profesionales abordando un mismo caso, tanto en niveles de gestión de los recursos como en la atención directa, puede comprometer, en mayor medida, la confidencialidad de la información de las personas usuarias y hace más difícil cumplir nuestra obligación de secreto, por lo que tenemos la obligación de cumplir con nuestro deber de secreto profesional, es decir, de no revelar información personal a la que accedemos debido a nuestra labor sin consentimiento de la propia persona.

La ruptura de la confidencialidad se produce siempre que se trasmiten informaciones personales fuera del ámbito de las personas directamente implicadas en su atención o con tareas directamente relacionadas con algún aspecto de la misma”. PÁG. 45.

“La cooperación entre distintos sectores sociales, sanitarios y judiciales, con el fin de mejorar la calidad de la atención y de preservar los derechos de las personas, permite y justifica el compartir la información. Con carácter general pueden servir de guía las siguientes recomendaciones.

Recomendaciones

  • La información no debe utilizarse con una finalidad distinta a la planteada inicialmente sin el consentimiento de la persona afectada.  
  • La información compartida debe seguir el principio de proporcionar el mínimo de información que aporte el máximo beneficio.
  • Siempre que sea posible es conveniente disociar los datos de identificación de la persona usuaria de los datos de carácter asistencial”. PÁG. 73.

En las intervenciones grupales y/o de pareja, ¿qué es aconsejable desde el punto de vista de la confidencialidad profesional?:

“Es algo habitual que en Servicios Sociales el abordaje individual se complemente con intervenciones de pareja, familiares o en grupo. Estas intervenciones comparten el hecho de que el núcleo de atención está integrado por varias personas (al menos dos), lo que implica que la confidencialidad se pueda vulnerar a niveles más complejos.

Señalemos, meramente, tres situaciones:

1. Las intervenciones o terapias de pareja pueden convertirse en un arma arrojadiza, fundamentalmente si no han resultado efectivas y uno de los cónyuges o ambos inician un litigio, que además puede complicarse por la presencia de hijos en una situación de custodia o en situaciones de riesgo de maltrato. En este contexto, un miembro de la pareja puede demandar informes para tratar de subrayar los aspectos negativos de la otra parte (patologías psiquiátricas, hábitos nocivos, proble­mas diversos) y conseguir así un beneficio en los resultados de los litigios.

2. En la intervención familiar, una de las principales dificultades tiene que ver con el manejo de las informaciones más íntimas de cada miembro. Se trata de determinados datos que pueden llegar al profesional vía comunicaciones individuales, pero sin autorización para ser empleados en la intervención grupal o con el riesgo de provocar desequilibrios si se tratan a nivel familiar. La existencia de esta información debe ser manejada con gran cautela.

3. La intervención grupal puede suponer la revelación de datos e informaciones de contenido personal a otros sujetos, que acuden igualmente en demanda de ayuda, esto exige respetar lo que se conoce como secreto compartido. Cómo introducir esta filosofía en el ámbito grupal sin correr riesgos para los contenidos y sin restringir la libertad de expresión por inmadurez grupal constituye sin duda uno de los problemas básicos de la confidencialidad en este ámbito”. PÁG. 47.

Recomendaciones:

  • “Es recomendable pactar los niveles de comunicación, el marco de confidencialidad y el tratamiento de los secretos individuales en una fase precoz de la intervención.
  • Hemos de negarnos a facilitar la información escrita no acordada dentro del contexto de la intervención o terapia.
  • En las intervenciones grupales es aconsejable, desde el inicio, consensuar las normas de funcionamiento del grupo, incluyendo entre ellas el compromiso de confidencialidad de las informaciones personales que se conozcan en las sesiones”. PAG. 48.

Ante una visita de medios de comunicación a nuestra Institución o Centro, con la finalidad de dar a conocer nuestro servicio o programa por el beneficio que esto puede tener

“Salir en prensa, tomar imágenes de las personas usuarias mediante fotografías y medios audiovisuales, las visitas al centro por otras personas ajenas al mismo, las visitas al domicilio o la participación en estudios de investigación son situaciones que pueden ser muy beneficiosas para el centro o servicio y, también, para las personas, a la par de un compromiso con la sociedad.

Pero si las organizamos con excesiva prisa y sin que las personas hayan recibido información y dado su consentimiento, además de atentar contra la autonomía de la persona, pueden poner en riesgo la protección de su intimidad y la confidencialidad de la información.

Es importante tener claro cómo desde el centro o servicio se debe responder a estas situaciones para evitar algunos riesgos. Algunas recomendaciones como las siguientes pueden sernos de utilidad, facilitando actuaciones que surjan de la reflexión y eviten la improvisación.

Recomendaciones (en general):

  • Debemos informar a las personas de estas situaciones, en la medida que les afecten personalmente y pedir su autorización.
  • Deberán ser informadas de su derecho de oposición a que le sean tomadas fotografías, a recibir visitas, etc.
  • Necesitamos que la persona conceda su autorización en cada situación y para cada uso de la información”. PÁG. 58.

Si nos llaman a testificar a un juicio como profesionales de servicios sociales…

“El profesional como testigo…

También puede suceder que se nos llame a testificar en un juicio como profesionales de servicios sociales. Hemos de recordar que la información que tenemos de la persona nos obliga a mantenerla en un marco de confidencialidad.

Apelando a este deber de secreto, podemos solicitar que se nos excuse de este cometido e incluso negarnos a testificar, salvo que nos encontremos en el ámbito penal, en cuyo caso, al tratarse de un bien colectivo el que se pone en juego, estamos en la obligación de colaborar con la justicia, y si no lo hacemos debemos asumir el riesgo de acusación de denegación de auxilio a la justicia.

Recomendaciones

  • Si pensamos que nuestro testimonio puede afectar a nuestra relación asistencial, podemos solicitar a la autoridad judicial, justificando nuestra petición, que se nos excuse de esta labor, en aras del secreto y del mantenimiento de la relación de confidencialidad.
  • Cuando testifiquemos debemos centrar nuestras respuestas en datos objetivos sobre las preguntas realizadas.
  • Es recomendable testificar con austeridad, contestando a aquellas preguntas que tengan que ver con la situación judicial concreta y que afecten lo mínimo a la relación asistencial establecida”. PÁG. 77.

A la historia social y personal, ¿quién puede acceder?

El acceso a la historia socio-personal debe estar autorizado y debidamente controlado. Para ello es imprescindible tener claro quién y para qué puede acceder a la historia socio-personal, en su totalidad o a algunas de sus partes”. PÁG. 86.

¿Cuáles son las excepciones al principio de confidencialidad?

Buena praxis ante algunas situaciones complejas… Excepciones a la confidencialidad.

Hay ocasiones en la intervención social que pueden requerir que revelemos información privada sin el consentimiento de la persona interesada. Es decir, a veces, saltarnos la confidencialidad puede estar justificado. No obstante, estos casos precisan siempre una fundamentación clara y suficiente de la excepción por nuestra parte.

Veamos, a continuación, estas excepciones: las situaciones de urgencia, cuando podemos generar daño a la persona usuaria en caso de no informar a terceros, cuando existe un imperativo legal o cuando no transmitir cierta información puede afectar al bien público, o cuando existen riesgos para terceros.

a) Las situaciones de urgencia

Algunas situaciones que se producen en los servicios y centros requieren que actuemos con rapidez. Ello deja paso fácil a comportamientos automáticos y poco reflexionados que pueden comprometer fácilmente la confidencialidad de la información personal que manejamos.

Algunos ejemplos de situaciones de urgencia que pueden darse:

  • Cuando la persona tiene que ser trasladada o atendida por una urgencia de salud.
  • Cuando el cuidador/a de una persona adulta con autonomía limitada fallece o ingresa en un hospital.
  • Cuando nos llegan notificaciones o informes sobre menores que apuntan hacia un claro riesgo para su bienestar (utilización de castigos totalmente inapropiados, niños o niñas que se niegan a regresar a su casa por temor a ser agredidos por sus progenitores…).
  • Cuando nos informan de personas adultas en situación de dependencia en riesgo de maltrato o viviendo solas en situación de desamparo.

La pregunta que debemos hacernos en estas situaciones es: ¿qué información personal mínima debemos utilizar o transmitir a otras personas, lesionando lo menos posible la confidencialidad?

Algunas recomendaciones como las siguientes pueden resultarnos de ayuda:

Debemos proporcionar la información mínima necesaria que garantice un abordaje correcto de la situación de urgencia, evitando relatar asuntos personales que no resulten imprescindibles.

Si la persona es competente para tomar decisiones se deberá informar y recabar su consentimiento para dar información personal a otras personas.

En aquellos casos en los que tengamos que dar información sin el consentimiento de la persona usuaria (por estado de shock, desmayo, etc.), deberemos informarle posteriormente, cuando recupere la capacidad, sobre los motivos que nos llevaron a revelar esa información, a quién se transmitió y con qué finalidad se hizo.

Es recomendable que en las historias socio-personales se recoja un ítem de “Urgencias Sociales” en el que se registre a quién y para qué se autoriza informar, procurando que estén actualizadas.

b) Cuando generamos daño a la propia persona usuaria en caso de no informar a terceros

En principio, si la persona usuaria es competente es ella la que debe valorar y decidir, tras la orientación profesional previa, si ella misma lo dice o no a otras personas, asumiendo su propia responsabilidad.

En cambio, si la persona no tiene suficiente competencia para tomar una decisión en ese caso, tendremos que plantearnos la excepción a la obligación de confidencialidad, para evitar que le suceda un daño grave (ejemplo: una persona con problemas de drogadicción o alcoholismo puede no ser consciente de la necesidad de compartir cierta información personal para recibir la ayuda adecuada).

En personas que tienen afectada su autonomía por padecer alguna discapacidad intelectual, enfermedad mental o deterioro cognitivo, podría estar justificado el quebrantamiento del deber de secreto tanto para hacerle un bien como para evitarle un daño, procurando informar a su representante.

Recomendaciones

Cuando se trate de personas incapaces debemos recabar el consentimiento de las personas que ejerzan su representación. Es importante referirnos solamente a aquellos ámbitos en los que la persona carezca de competencia suficiente, facilitando la información precisa para el correcto desempeño de su cometido de representación y no aquella que pertenezca a la intimidad de la persona y que no sea imprescindible para ello.

Esto es también aplicable, en general, para el caso de meno­ res, teniendo siempre en cuenta que habrá que valorar su edad y grado de madurez.

No deberíamos olvidar que tenemos que informar a las personas con autonomía limitada, en la medida de su capacidad de comprensión, tanto de a quién, sobre qué, por qué y para qué vamos a transmitir su información.

Finalmente, si la persona usuaria es plenamente consciente de las consecuencias que sobre sí misma tiene el no revelar información, habiendo sido previamente informada de forma adecuada, debemos respetar su autonomía, asumiendo ella misma la responsabilidad de dichas consecuencias.

c) Cuando existe un imperativo legal

En caso de solicitud de información por parte de la judicatura, lo primero que tenemos que hacer es informar a la persona usuaria de que desde el juzgado piden acceder a la información de su expediente. (Ver apartado 3.3. de la guía).

En caso de que la información sea requerida a un profesional al que se le solicita testificar o intervenir en el peritaje puede ser acertado seguir las siguientes recomendaciones.

Recomendaciones

Si vamos a testificar, lo más razonable es pedir a la judicatura aclaraciones sobre los datos que necesita para el desarrollo del proceso judicial, tratando de encontrar una solución constructiva que combine el interés de la persona usuaria y el deber de auxilio a la Justicia, a fin de romper la obligación de secreto lo mínimo posible.

En caso de negarse a participar en el peritaje, habría que formalizar un escrito ante el Juzgado en el que se expliquen las circunstancias que impiden emitir el informe pericial, reflejando las razones de la abstención y amparándose en el deber de respetar el secreto profesional y el derecho a la intimidad de la persona usuaria. Cabe recordar que la actuación en este campo es voluntaria, y se manifiesta mediante la inclusión en las listas elaboradas en los colegios profesionales que se remiten a los Juzgados.

d) Cuando no transmitir cierta información puede afectar al bien público

Un ejemplo claro es cuando el profesional detecta un fraude en la concesión de prestaciones sociales.

Recomendaciones

El profesional debe trasladar esta información a los responsables correspondientes, ya que omitir esta información transgrede el principio de justicia, es decir, la justa distribución de los recursos sociales. Antes de hacerlo deberá asimismo informar de su actuación a las personas afectadas, explicando los motivos que le llevan a hacerlo.

e) Cuando existen riesgos para terceros

Hay ocasiones que debemos plantearnos romper el deber de confidencialidad en la intervención social para evitar un daño a otras personas.  

Sirva de ejemplo el caso de una persona usuaria de un centro residencial diagnosticada de enfermedad contagiosa (tuberculosis, VIH…) que se niega a tomar precauciones, de modo que su comportamiento puede originar un riesgo grave para la salud de terceros.

Como criterio general, debe tenerse en cuenta que la revelación de información a terceros debe ser el último recurso después de haber agotado otras alternativas, y reflexionar ponderando que el mal causado no sea mayor que el que tratamos de evitar. Además, recomendaciones como las siguientes pueden servirnos de ayuda.

Recomendaciones

Es conveniente hablar con la persona usuaria para que sea ella misma quien dé la información a las personas que haya podido colocar en situación de riesgo.

Si no quiere hacerlo, debemos intentar obtener su consentimiento para comunicárselo a las personas expuestas al riesgo. También hay que advertirle que, si se produce el daño por no prevenir a la otra persona o por no tomar las precauciones debidas, la persona usuaria puede cometer delito.

En último caso, si nos consta que la persona usuaria no ha ad­ vertido a las personas con riesgo, aun cuando no contemos con su consentimiento para informarlas, podríamos romper el deber de confidencialidad. Esta ruptura debe considerarse siempre como último recurso, una vez agotadas las alternativas anteriormente mencionadas, para así proteger los derechos de terceros.

Cuando está en riesgo la integridad o salud de personas con autonomía limitada.

En ocasiones es preciso revelar cierta información sobre situaciones relacionadas con el cuidado proporcionado por familiares o personas allegadas para proteger o evitar daño a personas con capacidad o autonomía limitadas —menores, personas con discapacidad intelectual, enfermedad mental severa o deterioro cognitivo—.

Tenemos el deber de proteger a las personas con autonomía limitada y debemos plantearnos la prevalencia del bien superior de las mismas. Proteger la confidencialidad de los progenitores o familiares implicados en el cuidado de personas adultas en situación de dependencia puede suponer un riesgo para la preservación de la propia vida o salud de personas en especial situación de vulnerabilidad.

Aunque existe una gran dificultad para especificar el alcance del “deber de proteger”, se admite que, si implica a menores, cuya protección se considera prioritaria y es obligación directa de la administración evitar situaciones de desamparo o desprotección, el riesgo no tiene por qué ser tan extremo como en las personas adultas.

Recomendaciones

Hemos de valorar el riesgo que representa la situación o conducta determinada, así como los beneficios esperados en caso de romper la confidencialidad para actuar frente a dicho riesgo.

En el caso de menores, la notificación de sospecha se puede realizar ante los servicios sociales responsables de Infancia. Esta es la opción aconsejable, pues estos servicios especializados van a encargarse de investigar la sospecha y prestar las medidas e intervenciones necesarias para el o la menor y/o su familia, según proceda, y acudir a los tribunales si es preciso.

En el caso de sospecha de riesgo en personas adultas con autonomía limitada deberemos ponernos en contacto con el correspondiente departamento de los servicios sociales responsables.

Cuando conocemos situaciones que generan maltrato a una persona

En ocasiones, en nuestra práctica profesional podemos encontrarnos o conocer situaciones en que una persona está viviendo una situación de trato inadecuado. Bien porque sus necesidades no estén siendo suficientemente cubiertas bien porque sus derechos no estén siendo respetados.

Hablamos de maltrato cuando dichas situaciones generan en la persona un sufrimiento, una lesión física, psíquica y/o social o suponen un riesgo grave de lesión.

El maltrato es un trato indigno dado a otra persona, porque su dignidad no es respetada, al no ser considerada la persona como valiosa en sí misma y ser “tratada por otros como puro medio”.

Cuando conocemos una situación de maltrato, en ocasiones nos podemos encontrar con un conflicto de valores. Por un lado, la protección de la confidencialidad y por otro, el cumplimiento de deberes de comunicación y denuncia en los casos de abusos, maltratos y vejaciones que afecten a personas en situación de dependencia física, social o que emocionalmente no puedan defenderse en esta situación.

Debido a la alarma social que hay en torno a este tema, estas situaciones nos llevan a saltarnos con mayor facilidad la confidencialidad. Requieren, por tanto, reflexión previa y que actuemos con especial precaución, sin por ello caer en la inhibición profesional.

¿Cuál es la mejor manera, entonces, de lesionar lo menos posible la confidencialidad?  

Recomendaciones

En caso de sospecha fundada de maltrato y si la víctima es capaz, debemos ofrecerle los apoyos necesarios para que ella misma informe y, si es necesario, denuncie la situación que vive.

Debemos informar de la situación exclusivamente a las personas imprescindibles dando únicamente la información necesaria para poner en marcha las medidas oportunas para proteger a la víctima o para cumplir con nuestras obligaciones legales.

En aquellas situaciones en que el maltrato sufrido por la víctima sea un delito tipificado debemos comunicarlo al Ministerio Fiscal, con consentimiento de la víctima si ésta tiene capacidad.

En caso de que la víctima tenga su autonomía limitada debe­ remos también informarla, así como, en su caso, a la persona que actúa como representante (salvo que ésta sea la presunta agresora).

Cuando alguien nos elige como depositarios de la información sobre el maltrato que está sufriendo debemos tener claro que esto supone comprometernos en el tiempo a ayudarlo. Si no tenemos capacidad de prestar esta ayuda, debemos actuar con honestidad desde el principio, decírselo a la persona y buscar quien pueda acompañarle en el proceso. En cualquier caso seguiremos dando apoyo a la persona hasta que tengamos claro que ha establecido un nuevo nexo de confianza.

Es importante que nos informemos y conozcamos si existen protocolos u organismos especializados en un tipo de maltrato (por ejemplo, mujeres maltratadas, menores). Deberemos seguir el procedimiento establecido a tal fin.

Es recomendable que las personas que trabajemos en atención directa y en especial con personas con autonomía limitada contemos con suficiente formación sobre este tema, de modo que seamos capaces de reconocer los indicios de un posible maltrato”. PAGS. 101 – 107.

Fuente:

La confidencialidad en los Servicios Sociales. Consejería de Bienestar Social y Vivienda. Gobierno del Principado de Asturias.2013.

Resumen realizado por Inmaculada Asensio Fernández.

El Trabajo Social es combativo en las calles, ¿lo es también en su espacio profesional?

Audio: El Trabajo Social es combativo en las calles, ¿lo es también en su espacio profesional?

Hoy me encuentro con ganas de autocrítica, como profesional del Trabajo Social. Esto no quiere decir que esta crítica no pudiera ser extensible a otros perfiles profesionales, pero me circunscribo al mío.

Como en alguna ocasión he escuchado decir al profesor Manuel López Muñoz, “sin aspavientos ni hiperventilaciones”, me apetece dar una apreciación sobre algo que vengo observando en los equipos profesionales (sobre todo socio-sanitarios, y sanitarios):

“Las personas que ejercemos el trabajo social, somos más combativas en nuestras proclamas y discursos en público (por ejemplo, en manifestaciones) que a la hora de reivindicar el propio espacio profesional”.

Por raro que parezca, cuando el trabajo social sale del espacio que lo vio nacer y desarrollarse, y que además son su ámbito de absoluta referencia: los servicios sociales, para insertarse en el espacio de trabajo sanitario o socio-sanitario, se genera cierta falta de consideración profesional hacia sus funciones y cometido.

Da comienzo el baile de la confusión y los equipos no terminan de tener claro qué tipo de labor exclusiva corresponde a estos profesionales… si son administrativos, si se encargan de “arreglar paguicas”, o de “auxiliar” en todo aquello que se considere necesario para la correcta atención a las personas, pero sin un ámbito realmente propio e indiscutible que no sea rellenar solicitudes, formularios o completar informes para solicitar recursos de apoyo a la intervención de “otros”.

Los y las trabajadoras sociales realizamos INTERVENCIÓN con las personas y nuestro cometido es la transformación de situaciones sociales adversas, y disponemos de diferentes modelos teóricos desde los que nos movemos para ello, con el objetivo siempre de mejorar la calidad de vida de las personas en diferentes dimensiones. Acompañamos terapéuticamente cuando es necesario, abordamos situaciones de crisis, realizamos intervención con familias para mediar en situaciones de conflicto y para apoyar en la reorganización de roles; detectamos necesidades sociales, situaciones de malos tratos o de riesgo de padecerlos, y las diagnosticamos oportunamente haciendo uso de nuestras herramientas, técnicas e instrumentos. Si, solemos trabajar en equipo porque valoramos la aportación de cada perfil profesional, pero siempre tenemos claro hasta donde llegan nuestras responsabilidades, aportaciones al equipo y decisiones.

Sé que hay varios grupos de trabajo, en los diferentes Colegios Oficiales de Trabajo Social de toda España, en los que se trabaja en el objetivo de visibilizar el papel del trabajo social en el ámbito sanitario. No son pocas las veces que he leído comentarios y post en las redes sociales por parte de colegas de profesión que se quejan de falta de reconocimiento y de una clara definición de competencias exclusivas en estos espacios socio-sanitarios…, pero, a efectos prácticos, su ruido es como el de una aguja cayendo al suelo al tratar de enhebrarla: algo de queja y poco más.

Detecto que las y los profesionales somos proclives a unirnos para manifestarnos y reivindicar una sociedad más justa y más igualitaria, sin violencias, y con la perspectiva de impulsar la accesibilidad universal al estatuto básico para la dignidad humana: los Derechos Sociales para todas las personas. Esto es algo que nos moviliza como colectivo y no dudamos en alzar nuestra voz en los foros comunitarios, y en las calles:

“Me too”, “Ni una menos”, “Yo si te creo, hermana”, “Basta de injusticias”, “Vida digna para todas las personas”, “Si matan a una, nos matan a todas”, “Nosotras parimos, nosotras decidimos”, etc…

Ciertamente, todas estas proclamas presentes en las manifestaciones forman parte del ideario y discurso de la profesión de Trabajo Social (aunque no es exclusivo de esta), y, de hecho, esto hace que muchas personas califiquen al Trabajo Social y sus profesionales como personas críticas que no se dejan adormecer y que luchan activamente por una sociedad más justa, por unas condiciones de vida digna para todas las personas, por el derecho a una convivencia sin violencias.

Sin embargo, últimamente me pregunto:

¿Somos igual de combativas en nuestros discursos y proclamas colectivas, que en el espacio profesional individual… en los equipos técnicos, en los centros de trabajo, en las organizaciones? 

En mi experiencia personal os digo que NO. Sigo observando que la profesión de Trabajo Social sigue sufriendo cierto aire de sub-alternidad, cuando está en el encuentro con otras disciplinas profesionales fuera del ámbito de los servicios sociales.

Esto es una cuestión cultural que he observado únicamente en España; ya que terminé el último año de carrera en Reino Unido, y esto no era así, sino más bien todo lo contrario. Además, realicé una estancia en la Facultad de Trabajo Social de Costa Rica y observé que era una disciplina académica respetada socialmente. Lo mismo aprecié respecto al Trabajo Social en Brasil, donde colaboré en un proyecto de evaluación de políticas públicas de Salud, en Salvador de Bahía (organizado por la Escuela Andaluza de Salud Pública), y percibí que mi profesión era reconocida y apreciada por el resto de profesionales.

Luego, he viajado a otros muchos países de la Unión Europea (Alemania, Italia, Bélgica, Holanda…) y mi profesión goza de reconocimiento académico, profesional y social, y lo mismo sucede cuando realiza intervenciones con otros perfiles profesionales. Aquí en España todavía hay profesiones que consideran que el Trabajo Social “sólo” sirve para realizar gestiones administrativas… poco más.

#Spainisdifferent

El Trabajo Social necesita reivindicar su espacio, que no su valor, pues este se lo da su cuerpo de conocimiento, sus aportaciones científicas al terreno de las ciencias sociales y su práctica profesional, cada vez más necesaria en estos tiempos de injusticias varias.

Aunque una persona (TRABAJADORA SOCIAL) trate individualmente de cambiar las cosas en este tipo de centros de trabajo y organizaciones, con toda la fuerza de sus argumentos e intelecto… si se lucha sola, al final no queda más remedio de soltar el conflicto para que lo resuelva el tiempo…, si no se quiere perecer en el intento.

Abro hilo para una reflexión reposada.

¿Quieres dejar tu opinión? Gracias.

Inmaculada Asensio Fernández.

Los limites al secreto profesional: a propósito del caso de Charles Whitman

El secreto profesional es la obligación deontológica que tienen determinadas profesiones (y sus profesionales) de no revelar información confidencial que se ha obtenido en el ejercicio de la profesión. Estas profesiones bien pueden ser el trabajo social, la psicología, la educación social y la medicina, entre otras.

Guardar secretos no siempre es tarea fácil, de hecho, a lo largo de la historia encontramos anécdotas en las que se han producido situaciones de perjuicio muy graves por no revelar información confidencial obtenida en el marco de una relación profesional.

En el año 1966, el Dr. Maurice Dean, psiquiatra del Centro de Salud de la Universidad de Texas, se tuvo que enfrentar a una situación bastante difícil a nivel profesional, relacionada con una masacre llevada a cabo en la misma Universidad en la que trabajaba. Tenía un paciente cuyas ideas delirantes giraban en torno a cometer asesinatos, incluso había verbalizado que quería realizar un tiroteo masivo en su Universidad, y matar a varios y varias estudiantes.

Este profesional hizo todo lo posible, dentro del contexto terapéutico, por reconducir las ideas de Whitman, pero fue en vano. Días más tarde de la última sesión, llegó a la Universidad con dos rifles escondidos en una bolsa deportiva grande, y subió al edificio más alto del campus, y desde ese lugar con visión privilegiada y central, fue disparando a todos los universitarios que pudo, y cometió una auténtica masacre.

El caso fue bastante mediático, porque además de cometer este asesinato múltiple y aleatorio en su campus, esa misma mañana también asesinó a su esposa y a su madre. Lógicamente esta persona estaba bastante perturbada.

Cuando la policía abrió investigación sobre el caso, el psiquiatra confesó que él sabía que Whitman iba a cometer estos asesinatos, que se lo había expresado varias veces y que tenía ideas persistentes relacionadas con el asesinato en el campus universitario, de hecho, los hechos ocurrieron tal cual Whitman le dijo que ocurrirían. Expresó a los medios de comunicación en una comparecencia pública, que de algún modo se cumplieron todos los temores que él -como profesional- tenía: que llevara a cabo esas ideas macabras. Lo hizo. Su argumento para no denunciar esta situación de riesgo de daño a un tercero fue que él no podía romper el secreto profesional, ya que sus deberes como profesional de la psiquiatría se lo impedían. Estaba en lo cierto, en aquel momento, en EE.UU, ni los psiquiatras ni los psicólogos estaban obligados a denunciar riesgo alto y declarado de posible daño a terceros, pero posteriormente esta reglamentación deontológica se modificó.

En España, el Código Deontológico de la profesión de Trabajo Social (2012) recoge una serie de limites respecto a la confidencialidad y el secreto profesional:

CAPÍTULO IV. – LA CONFIDENCIALIDAD Y SECRETO PROFESIONAL

Artículo 48.- La confidencialidad constituye una obligación en la actuación del/la trabajador/a social y un derecho de la persona usuaria, y abarca a todas las informaciones que el/la profesional reciba en su intervención social por cualquier medio.

Artículo 49.- Están sujetos/as al secreto profesional:

Los/las profesionales del trabajo social cualquiera que sea su titulación, ámbito de actuación y modalidad de su ejercicio profesional.

Artículo 54.- Supuestos de exención de la confidencialidad y del secreto profesional

Los/las profesionales que trabajan en equipo con el/la profesional del trabajo social y que, por su intervención y con independencia de su profesión, tengan conocimiento de cualquier información confidencial.

El alumnado de trabajo social en prácticas y el voluntariado que ocasionalmente intervengan junto al/la trabajador/a social.

El/la profesional del trabajo social solicitará discreción a los/las colaboradores/as, personal administrativo, estudiantes, voluntarios/as o de cualquier otro tipo, que por razón de su profesión manejen información confidencial, haciéndoles saber la obligación de guardar silencio sobre la misma, sin perjuicio de firmar cláusulas de obligación de secreto conforme a la normativa de protección de datos.

Artículo 50.- El secreto profesional de los/las trabajadores/as sociales se extiende a toda información confidencial cualquiera que sea la manera en la que se haya recabado Se entiende por información confidencial aquella que es de carácter personal y que la persona usuaria no quiere que se revele. En caso de duda sobre la naturaleza de la información, el/la profesional podrá solicitar la confirmación de tal extremo a la persona usuaria, preferentemente por escrito, o pedir asesoramiento a la Comisión Deontológica del órgano competente o de la estructura colegial.

Artículo 51.- El/la profesional del trabajo social informará a la persona usuaria durante las intervenciones sociales significativas de su derecho a la confidencialidad de la información obtenida y de los límites del secreto profesional.

Artículo 52.- El deber de secreto profesional no tiene límite temporal alguno, permaneciendo después de haber cesado la prestación de los servicios profesionales o habiéndose producido el fallecimiento de la persona usuaria.

Artículo 53.- El/la trabajador/a social cumplirá los siguientes deberes en relación con la información confidencial:

  • De calidad: El/la profesional recabará la información estrictamente necesaria para el desempeño de su intervención social de la forma más exacta posible, siendo respetuoso/a en su obtención y actualización y haciendo un uso responsable de la misma.
  • De consentimiento: Cuando la información se obtenga de la persona usuaria, se entenderá concedida su autorización por el mero hecho de su solicitud dentro de la intervención profesional. La persona usuaria deberá tener la garantía de la confidencialidad de la información que haya de facilitar para la intervención profesional. Deberá explicarse a la persona usuaria cómo trabaja la organización, indicándole que tiene en todo momento el derecho de aceptar, rechazar o retirar el consentimiento, si en algún momento lo estima oportuno, de acuerdo con la normativa vigente.
  • De Cesión de información y advertencia de confidencialidad: El/la profesional del trabajo social, siempre que remita o traslade información indicará por escrito, si fuera necesario, al receptor/a, que ésta es confidencial y que solo puede utilizarse para el fin solicitado, pudiendo existir responsabilidad en caso contrario. En toda circunstancia se atendrá al principio de prudencia en el manejo y cesión de la información. Evitará por ello comentarios y coloquios acerca de información sobre los/las usuarios/as en espacios públicos, abiertos o faltos de intimidad.
  • De limitación: El/la profesional del trabajo social debe limitar las informaciones que aporta a sus colegas y a otros/as profesionales tan sólo a los elementos que considere estrictamente indispensables para la consecución del objetivo común, respetando el secreto profesional.
  • De cumplimiento de la legislación de protección de datos, administrativa o de la entidad en la que trabaje: El/la profesional del trabajo social cumplirá la normativa en materia de protección de datos, administrativa o de la entidad en la que trabaje, especialmente en relación a los datos sensibles y custodia de expedientes, como garantía del principio de confidencialidad y secreto profesional.
  • De Finalidad: La información obtenida se dedicará al fin para el que se recabó salvo consentimiento expreso de la persona usuaria, autorización legal o petición judicial.
  • De custodia y acceso responsable: El/ la trabajador social, sin perjuicio de las responsabilidades del resto de profesionales con los que trabaja o para quienes trabaja, deberá custodiar los documentos e informaciones de la persona usuaria, así como restringir el acceso permitiendo su uso sólo al personal autorizado con los que desempeña su función como forma de garantizar la confidencialidad.

El/la profesional del trabajo social tendrá como prioridad la vida, seguridad e integridad física, psicológica y social de la persona usuaria, dando la información confidencial indispensable en el círculo más restringido posible de la intervención profesional.

Para que el/la profesional pueda romper el secreto profesional debe darse una situación excepcional de suma gravedad que suponga un riesgo previsible e inminente para la persona usuaria, para el/la trabajador/a social o para terceros.

No obstante, el/la profesional no vulnera el secreto profesional en los siguientes supuestos:

  • Cuando fuera relevado/a del secreto profesional, por escrito, por la persona usuaria, su representante legal o sus herederos.
  • Cuando reciba orden de informar sobre cuestiones confidenciales por mandato legal o por un órgano judicial. Si a pesar de ello tuviese dudas sobre los límites de la información confidencial solicitada podrá pedir asesoramiento a la Comisión Deontológica de la estructura colegial correspondiente y plantearlo tanto de forma previa como en el juicio o expediente, para ser eximido de dicha obligación por la autoridad judicial o administrativa.
  • Cuando sea denunciado por un usuario por la comisión de un delito o falta o la infracción del código deontológico siempre que no existan otras formas eficaces de defenderse. Si comparece como testigo podrá pedir el relevo conforme al punto b).
  • Cuando la persona usuaria o terceras personas puedan resultar afectadas de una forma injusta y grave.
  • Cuando se realice la intervención social en equipo respecto de la información necesaria para ello, independientemente de si son trabajadores/as sociales o no. Si no lo son se advertirá de la obligación de secreto profesional o de guardar silencio.

Artículo 55.- En caso de duda en la aplicación de los principios y supuestos antes indicados para la ruptura del secreto profesional se atenderá jerárquicamente a los siguientes principios:

  • Prioridad de protección de los derechos fundamentales de la persona usuaria o terceros especialmente protegidos por la Ley.
  • Principio de seguridad.
  • Principio de libertad de decisión.

Autora: Inmaculada Asensio Fernández

En una relación de ayuda, la mirada del ´otro´ impulsa o contamina

Ilustración de Christian Schloe. Tomada de: https://n9.cl/w77e

Siempre se ha dicho que cuando una persona está atravesando una situación problema, uno de sus principales recursos personales es pedir ayuda. Conversar con otra persona –sobre todo profesional- puede favorecer la ampliación de la mirada sobre ese asunto, acerca de aspectos que no se habían considerado antes, o incluso puede permitir distinguir alguna solución en un plazo razonable de tiempo.

Puede ser que la demanda original no emerja con claridad en los primeros momentos, sino que venga tras un primer relato cargado de malestares y recuerdos, y además con peticiones poco claras e inespecíficas sobre la situación que más le preocupa. Para centrar la cuestión, el profesional se puede ayudar con preguntas, pero es necesario tener muy presente que las preguntas no son inocentes, no, sino que van cargadas de algo llamado intención. Por un lado, pueden ayudar al profesional a entender el marco de referencia de la persona, sus capacidades, apoyos y recursos para afrontar su problema. Y, por otro lado, si estas preguntas están contaminadas por un juicio de valor apresurado, pueden conectar a la persona con sus inseguridades y miedos, con el consiguiente coste para esa persona y para la intervención.

Es de vital importancia poner atención en el fácil error de recurrir a etiquetas diagnósticas (muchas personas las llaman hipótesis), y desde luego no es conveniente compartir estos juicios diagnósticos con la persona usuaria, sobre todo en el primer encuentro (…). Ten en cuenta que tus posibles sospechas también pueden estar condicionadas por tus prejuicios –no sólo por tu formación y experiencia- y esos sesgos en la interpretación de los datos podría dañar de algún modo la relación terapéutica, pero sobre todo a la persona.

Por ejemplo, vamos a suponer que una persona acude a solicitar ayuda para evitar un desahucio de su vivienda. Durante la conversación menciona que su vida ha sido muy dura…, que su madre y su padre no la cuidaron, que estuvo a cargo de sus abuelos, poco afectuosos con ella y además con muchas precariedades económicas (…). Imagina por un momento que la profesional considerara (debido a la agitación emocional de la persona en ese momento) que pudiera tener depresión o cualquier otro tipo de patología, incluso alguna adicción…, y que se lo preguntara abiertamente a la persona:  

–        Perdona, ¿tienes diagnosticada alguna enfermedad mental o tienes alguna adicción?

Aunque parezca surrealista, hay ocasiones en las que se toman estas atribuciones, sin más objetivo que dejarse llevar por una sospecha, pero que además no aporta un valor tal como para arriesgarse a dinamitar el vínculo terapéutico tan rápido. Otras veces ni siquiera es por sospecha, sino por seguir un absurdo protocolo de preguntas, al objeto de no saltar ni un solo paso del guión pre-establecido, ese que proporciona una falsa sensación de seguridad al profesional.

Cuando se trabaja con personas, lo adecuado es tratarlas como tales, con todo el respeto y el cuidado con el que nos gustaría ser tratados a nosotros mismos.

Una persona no es el problema que padece, del mismo modo que tampoco es el resultado de un cálculo aritmético de ecuaciones de experiencias del pasado, por más complicadas que estas puedan parecer. Una persona es mucho más que eso, es un ente vivo, es un ser en constante desarrollo y evolución que no puede ser coartado por una mirada congelada en un momento concreto de su historia, por más presunción de conocimientos que tenga el ojo que mira.

La mayor parte de las veces se acierta con una actitud profesional de interés y de cuidado, esto es, centrando la atención en qué es lo que trae la persona, cuál es su fuente de malestar en este momento y de qué modo la podemos ayudar para que encuentre una posible alternativa. Y esto es más importante que buscar respuestas apresuradas a las impresiones que manejamos en el momento (esas que algunas personas llaman intuiciones). Las cuestiones delicadas es necesario abordarlas cuando ya se ha creado ese vínculo con la persona y en el contexto adecuado. Y esto lo comparto porque he sabido de este tipo de situaciones, con apreciaciones completamente erradas y preguntas muy desafortunadas que han dañado a la persona usuaria, tanto que no ha regresado a la segunda cita.

La mayor parte de las veces no se trata de empoderar a las personas, sino de no arrebatarles el poder que ya tienen.

Podcast: «En una relación de ayuda, la mirada del ´otro´ impulsa o contamina»

Inmaculada Asensio Fernández.

La sociedad es obligatoria para todas las personas, pero los cuidados siguen siendo una asignatura pendiente

A propósito del sistema de cuidados del que viene hablando el Gobierno de España en los últimos meses, tras la crisis sanitaria generada por el Covid19, la colega de profesión Belén Navarro ha propuesto a las personas que componen la BlogoTSfera -entre las que me incluyo- debatir sobre este tema, ya que es una cuestión de primer orden en estos momentos de pandemia, aunque continúe siendo una asignatura suspensa desde el surgimiento de la civilización.

Belén Navarro ha dado el pistoletazo de salida al debate con una reflexión –primera parte- que deja entrever las costuras del Sistema en relación al desarrollo de la filosófica idea del cuidado, siempre invisibilizado, rebajado y relegado a la habitación del fondo de la casa. Navarro critica la falta de diálogo por parte del Gobierno de España con la ciudadanía para diseñar –de manera compartida y equilibrada- un sistema de cuidados que sea verdaderamente significativo y suponga un cambio de paradigma en el desarrollo de la sociedad. A su vez, el consultor social Fernando Fantova (ella lo menciona) ha escrito sobre el mismo tema en su propio blog, y sobre el agudo dardo que sigue sacudiendo al sistema de cuidados en nuestro país. Del mismo modo, algunas semanas atrás, la colega María José Aguilar Idáñez ha criticado y reivindicado la necesidad de que los cuidados se consideren de una vez por todas un asunto de ámbito público, no privado, para que cuenten con el estatus y la importancia que merecen en la sociedad igualitaria que – al menos en teoría- estamos construyendo. Incluso -yo misma- compartí en este blog hace unos meses, durante la Declaración del Estado de Alarma, la firme convicción de que «Si todas las personas cuidadoras hicieran huelga de brazos caídos, habría más muertes por desatención que por Covid19«.

A la hora de concebir el establecimiento de medidas de cuidado a la población en situación de dependencia, las personas con responsabilidades políticas toman muy en consideración la disposición de cuidadoras y cuidadores informales (es decir, aquellos que no perciben ningún tipo de retribución económica por estas labores). Este tipo de cuidado se suele dispensar dentro de la propia familia y suelen ser en su mayoría mujeres –y lo han sido a lo largo de la historia- las que generalmente lo asumen, sin ningún tipo de reconocimiento ni retribución por ello.

La disponibilidad de estas cuidadoras informales (en muchos casos se autodenominan esclavas) que ejercen con total gratuidad, genera un efecto ceguera en una buena parte de la sociedad: parece que nadie repara en el impacto del cuidado en la calidad de vida de quién lo ejerce, en la posibilidad de acceder y mantener un empleo –y no morir en el intento- y los efectos económicos, sociales y emocionales que genera este desempeño en las personas o grupos de personas que se hacen cargo de esta importante labor.

Esta función de cuidado de las personas más vulnerables (dependientes) es una consecuencia de la cultura civilizada, entendiendo civilización en este contexto como el dominio de lo masculino, siempre considerado como un progreso y no como una injusticia, tal como ya apuntalara el psiquiatra chileno Claudio Naranjo. De hecho, el debate sobre los cuidados es un tema central en el movimiento feminista, y que lamentablemente sigue constituyendo una asignatura pendiente o, como decía al inicio de esta entrada de blog, más bien suspensa.

Todas las personas nos hacemos cómplices de un modo u otro de la mentalidad del Sistema del que provenimos, a través de la cultura aprendida, pero algunas personas se rebelan y denuncian lo inaceptable, lo que permite que se generen pequeños cambios a lo largo de generaciones.

En este sentido, hay culturas que están desarrollando la idea de que el cuidado es una buena inversión con gran rentabilidad social, de manera que en Europa encontramos diferentes modelos de atención a la dependencia, con significativas diferencias entre ellos.

Modelos de cuidados de larga duración en Europa

Siguiendo a Zalakain (2017) tradicionalmente se han distinguido 4 modelos de atención a la dependencia en Europa:

Zalakain, J. (2017). Atención a la dependencia en la UE: Modelos, tendencias y retos. Derecho Social y Empresa, 8, 19-39.

  1. Modelo Nórdico

Suecia, Finlandia y Dinamarca.

En el modelo nórdico se produce un elevado gasto público en políticas sociales de cuidados de larga duración, a través de impuestos y sistemas de copago por los servicios. El acceso a los cuidados es un derecho universal, y el apoyo que proporciona el Sistema a las familias cuidadoras se basa en un apoyo intenso y sustitutivo del papel de cuidado informal que proporcionan las personas cuidadoras en las familias, a través de una atención formal amplia, asequible y accesible.

  • Modelo Corporativo

Alemania, Francia, Austria, Holanda, Bélgica.

En el modelo corporativo se produce un gasto público medio en políticas sociales de cuidados de larga duración, y se financia a través de cotizaciones obligatorias (nivel contributivo) y a través de impuestos y fórmulas de copago. El acceso a los cuidados es un derecho universal, y se da una alta utilización de apoyos informales (cuidadoras familiares) a la vez que se brinda un amplio apoyo a estas personas cuidadoras.

  • Modelo Liberal

Reino Unido e Irlanda.

En el modelo liberal también se produce un gasto público medio en cuidados de larga duración, financiada mediante impuestos y fórmulas de copago. El acceso a los cuidados no es universal, sino que se trata de un acceso selectivo y asistencial. El apoyo a las personas cuidadoras informales es limitado, por tanto, se produce una elevada responsabilidad individual frente a los cuidados que se necesitan.

  • Modelo Mediterráneo

España, Italia y Portugal.

En el modelo mediterráneo se produce un gasto público medio, pero sujeto a disponibilidad presupuestaria; de este modo el aseguramiento de la cobertura de los servicios y atenciones puede ser media-débil. El acceso a los cuidados es de orientación asistencial, en “supuesta” evolución hacia orientación universal, pero no sin graves dificultades presupuestarias. La financiación de los cuidados se basa en impuestos generales y el establecimiento de fórmulas de copago. El sistema de cuidados se basa en una elevada utilización de cuidadoras y cuidadores informales, con apoyos escasos y limitados.

Como se observa, estos 4 modelos guardan diferencias importantes respecto a la consideración e importancia que se otorga a los cuidados en el ámbito político, y es una realidad que cuanto más al sur de Europa, más intensamente asumen los cuidados las familias (en su mayoría mujeres); aunque también se da bastante la economía sumergida en la prestación privada de cuidados en el domicilio, y con elevadas tasas de mujeres inmigrantes.

En el caso que nos ocupa, el sistema de cuidados mediterráneo que tenemos en España se encuentra en la encrucijada: el sistema público de servicios sociales presenta importantes déficits para hacer frente a la atención a la dependencia, ya que la crisis económica originada en 2008 golpeó especialmente a nuestro país. De este modo, la Ley de Promoción de la Autonomía y Atención a la Dependencia se ha quedado bastante estancada, en su aplicación y desarrollo, casi desde su aprobación.

Obligatoriamente debe aumentar el gasto público en políticas sociales, pero a la vez se debe cambiar la orientación de los valores que sustentan el modelo de cuidados, para evitar que se sigan perpetuando las injusticias que hoy día continuamos observando.

El actual sistema de cuidados supone una mordaza psicológica para las mujeres, y con toda seguridad, si no se invierten más recursos económicos en servicios sociales, difícilmente se podrá diseñar un sistema de cuidados que aporte algo nuevo al panorama social que ya conocemos. Los servicios sociales, junto con el sistema de salud, son los que van a proteger las necesidades más básicas de las personas y los que van a posibilitar que podamos avanzar como sociedad en términos de igualdad, justicia y autonomía.

Inmaculada Asensio Fernández.

Profesionales del trabajo social que ven más allá de lo aparente

mujer

Christian Schloe, ilustrador.Tomado del twitter de laura franch.

Hace años que escribo en este blog de trabajo social, pero fue a mediados del año pasado cuando me propuse dejar rastro de cada profesional que encuentre en mi camino que me parezca que da muy bien la talla en sus intervenciones sociales. Y lo hago –no por generosidad ni para dorar la píldora a nadie- sino por una cuestión medioambiental: para contrarrestar los efectos nocivos provocados por esos otros y esas otras profesionales que están absolutamente quemadas, con un bajísimo nivel de exigencia y con una actitud de total despersonalización y desinterés hacia las personas que atienden.

Ejercer la profesión de trabajo social con pericia exige desarrollar habilidades para percibir el trasfondo de muchas situaciones que no son fácilmente accesibles por medio de una primera impresión; y esto se consigue gracias a una buena formación -académica y continuada- pero sobre todo gracias al interés sincero por la situación que atraviesa cada persona con la que se interviene.

Una persona es el conjunto de muchas experiencias vividas y, desde luego, es complicado tomar decisiones en base a una única instantánea, tomada en una entrevista en un despacho o en una visita a domicilio.

Se pueden cometer muchos errores si observamos las situaciones desde una perspectiva lineal, quedándonos sólo con las minucias que saltan a la vista fácilmente, sin hacernos preguntas, y sin atender pequeños detalles ligeramente contradictorios respecto a la imagen que ya nos habíamos conformado de la persona y sus circunstancias, antes de conocerla personalmente.

Hace unos meses tuve la suerte de tropezar con una persona de esas que tienen bien desarrollada esa capacidad de ver más allá de lo aparente, más allá del relato apresurado durante los primeros 30- 50 minutos de una intervención, o del resumen recibido de manos de otro colega profesional que ha tenido algún contacto con la persona usuaria y ya se ha formado un juicio de valor sobre ella, seguramente sesgado.

Esta profesional me mostró su enorme talento para acercarse al otro como si fuera un lienzo en blanco, sin ideas preconcebidas y con la intención clara de averiguar lo que sucede y cómo se le puede ayudar. Albert Espinosa denomina a estas personas como ´amarillos´, en el sentido de sujetos positivos capaces de generar grandes cambios en las vidas de otras personas, a través de su impulso y motivación.

Esta profesional es trabajadora social del Instituto Almeriense de Tutela y su nombre es Purificación Fernández Reverte. Gracias a su ojo clínico, he podido conocer los beneficios reales de intervenir con una persona desde el prisma de las posibilidades, y no desde la losa de las limitaciones y precariedades que llegan en una rápida visual . Ella huye de planificaciones rígidas. simplistas y cómodas, aún con el esfuerzo que supone, y se empeña en acercarse a la persona desde una actitud de profundo respeto y tratando de generar opciones de bienestar.

Toda persona inmersa en una relación de ayuda, máxime si está tutelada por una institución, debería contar con toda la información sobre su proceso, las posibles alternativas para mejorar su proyecto de vida y -sobre todo- información veraz sobre los derechos de acceso a los recursos públicos, independientemente de las listas de espera o de las posibilidades reales de acceso a los mismos en un tiempo razonable. Siendo conocedores de sus derechos, pueden tratar de ejercerlos, bien a través de los cauces normalizados, o estableciendo las reclamaciones oportunas, tal como marcan las normativas.

Purificación Fernández Reverte es una trabajadora social de raza que, en lugar de juzgar de manera apresurada, se hace preguntas, se cuestiona cuál es el tipo de información que falta para completar el complejo puzzle de la situación problemática, incluso de “marginación o exclusión” en la que está inmersa una persona. No busca atajos ni etiquetas que reduzcan los detalles biográficos de la historia social de un ser humano; ni se ayuda, para economizar esfuerzos, de expresiones del tipo: “es un diógenes”, “esta persona no quiere ayuda”, “con esta persona no se puede hacer nada, sólo dejarla tal como está porque vive bien a su aire”, “esta persona no limpia la casa porque no quiere, le gusta vivir así”… Ella huye de explicaciones fáciles y apuesta por el pensamiento complejo, uniendo detalles y observando las circunstancias desde una mirada nueva. Esta capacidad de reflexionar y discernir que tiene Purificación me lleva a considerar que si hubiera muchas profesionales como ella, sin duda este mundo roto sería mucho mejor lugar para vivir, sobre todo para las personas más vulnerables.

Hoy mi entrada de blog la dedico a estas personas, que ven más allá de lo aparente y conectan con el pensamiento complejo para tratar de buscar alternativas de ayuda a los demás.

Inmaculada Asensio Fernández.

La sonrisa de la mujer ante la ofensa

lisa simson

Lisa Simpson

Estuve en una conferencia de una compañera psicóloga que trabaja en un equipo de salud mental comunitaria en Granada, que expuso durante su intervención que hay bastante bibliografía dedicada a las ofensas que soportan las mujeres, en forma de bromas soeces y machistas, a las cuales responden con una simple sonrisa. Sin embargo, en realidad esa sonrisa no hace la función de sonrisa que todas las personas conocemos, sino que es una respuesta social aprendida para tragarse algo muy molesto, y a la par mantener una falsa calma, para no dar la nota en una situación social.

Las mujeres adultas de este momento histórico hemos recibido una educación patriarcal desde niñas, y durante muchos años hemos tolerado comentarios y expresiones soeces, maleducadas y machistas, incluso en contextos profesionales, pero en todas las situaciones completamente fuera de lugar. A muchas nos han educado para reprimir acciones y emociones (sí, sí, incluso los estornudos nos han enseñado a refrenar, poniendo un dedo debajo de la nariz justo antes de la expulsión violenta e involuntaria de aire de los pulmones). Toda esta negación de la expresión supone una vulneración de nuestra autonomía y del ejercicio de la asertividad.

Justo ahora me llega un recuerdo muy gráfico alusivo a la sonrisa de una mujer ante una agresión, y se sitúa en un lapso de tiempo de unos 8 años atrás aproximadamente:

Una mujer, dedicada profesionalmente a la práctica médica, se encuentra en presencia de un colega profesional de mayor edad -ella unos 45 y él unos 60 años- ambos con el mismo nivel de responsabilidad. Están desayunando sentados a la misma mesa, yo también estoy presente, así como dos compañeros más de trabajo. Las únicas mujeres en la escena somos esta médica y yo.

De repente, el colega profesional de 60 años se dirige a los dos hombres que hay en la mesa para hacer un comentario sobre el físico espectacular de otra compañera que está en el mismo departamento, una mujer de unos treintaypocos años… Y dice, literalmente: “mejorando lo presente, esta mujer está buenísima, es que es espectacular, es que dan ganas de…”. En ese momento, mira a su homónima compañera de puesto y añade algo así como: “ya sabes que yo de ti no digo nada, porque tú para mí eres como una hija, nos conocemos desde hace muchos años”.

Fue vulgar, soez, baboso, infinitamente desagradable e inapropiado. Le faltó decir que quería meterse en la cama con ella. 

Yo observé la escena en silencio. Sentí vergüenza ajena y me tragué un sapo enorme, pues no dije nada para evitar una discusión o una situación incómoda. Puntos suspensivos.

Esta médica, por su parte, tampoco dijo absolutamente nada, sólo lo miró fijamente en silencio, con una sonrisa inexpresiva, tipo Gioconda. Yo percibí claramente la tensión de la escena. Esa sonrisa escondía muchas palabras tragadas, seguramente para no desentonar socialmente, muchos sapos de gran tamaño, envueltos en esa curvatura hacia arriba de la boca, en un gesto auto- envenenado.

Espontáneamente se cambió de conversación y se corrió un tupido velo. Ese día me fui a casa sintiéndome mal y nunca lo he olvidado.

Es muy lesivo sentirse violentada en una situación social y encima sonreír para lidiar con elegancia (o eso nos han enseñado) con esa situación ofensiva, para no quedar mal nosotras.

¿En serio? De verdad es demencial.

Conforme voy cumpliendo años me resulta más fácil mostrar mi desagrado en contextos sociales, pero sobre todo desde que decidí incorporar la perspectiva de género en mis inquietudes formativas y en mis lecturas. Erróneamente, muchas veces se piensa que siendo mujer y “modernilla o guay” (puntos suspensivos), no es necesario adquirir este tipo de conocimientos, pero una vez empiezas a interpretar el mundo con otro marco, desde un enfoque de género, te das cuenta de que no sólo es conveniente, sino que es insoslayable para alcanzar cotas saludables de bienestar, autonomía y autoestima.

Lo creamos o no la discriminación social hacia las mujeres está viva, en diferente grado, aunque muchos colectivos organizados quieran convencer a la sociedad de lo contrario.

Inmaculada Asensio Fernández.