¿Por qué es tan caro el Curso de Adaptación al Grado en Trabajo Social?

LO ESTAMOS DANDO LO ESTAMOS REGALANDO…

MONO
¡QUE ME LO QUITAN DE LAS MANOS OÍGAAAA!

Aquí están las ofertas de El Corte Inglés, (en la Universidad de Almería), precios de saldo oiigaaaa!!!

PRECIO Curso de Adaptación a GRADO DE ENFERMERÍA en la UNIVERSIDAD DE ALMERÍA: 302,88€. En el precio se incluye la correspondiente expedición de título.
http://centrofcontinua.ual.es/ficha.asp?id=144713/2

Para pagar este curso no hace falta un riñon, mucho menos dos. De alguna manera se facilita a los que llevamos ya algunos años en el tajo el acceder al correspondiente Grado.

PRECIO Curso de Adaptación a GRADO DE TRABAJO SOCIAL en el Centro Adscrito a la UNIVERSIDAD DE ALMERÍA donde se imparte la titulación de Grado en Trabajo Social: 1014€: En el precio NO se incluye la correspondiente expedición de título, que vale 133 € más. 
http://cms.ual.es/…/documents/documento/sgaa_guiaicctrabajo…

¿POR QUÉ TANTA DIFERENCIA DE PRECIO? No lo entiendo, y me gustaría que alguien me lo pudiera explicar, porque cuando he llamado a la Secretaría de la Escuela de Trabajo Social de Almería no han sabido explicármelo.

Ahí queda dicho, y comparto la información con los y las colegas de profesión.

Propuestas de reflexión y enmienda al Anteproyecto de Ley Andaluza de Servicios Sociales.

Portada entrada sobre anteproyecto ley ss ss

 Propuestas de reflexión y enmienda al Anteproyecto de Ley Andaluza de Servicios Sociales. Una visión crítica y constructiva.

Estas últimas dos semanas he decidido dedicar mi tiempo libre y de ocio a la lectura y estudio del Anteproyecto de Ley de Servicios Sociales de Andalucía, y me apetece compartir con todos y todas mis primeras impresiones; y digo primeras, porque mañana me reúno con un grupo de profesionales del trabajo social para debatirla en más profundidad, y puede que mi análisis inicial sufra algún tipo de modificación, fruto del alcance del debate que llevemos a cabo.

A través de esta entrada de blog, quiero compartir los aspectos que –a bote pronto – más han llamado mi atención, e incluso me preocupan, respecto al citado Anteproyecto de ley.

INTRODUCCIÓN

El día 5 de Agosto del presente, se publicó en BOJA el anteproyecto de Ley de Servicios Sociales de Andalucía (http://juntadeandalucia.es/eboja/2014/156/BOJA14-156-00001-13807-01_00053286.pdf) , sometiéndolo a información pública, para que las personas, colectivos y entidades que lo deseen, puedan hacer las aportaciones, enmiendas o propuestas que consideren para mejorar el texto legal, que casi con toda seguridad servirá de marco de referencia de los servicios sociales en Andalucía para los próximos 20 años.

Este es un momento muy delicado respecto a todo lo concerniente a las políticas sociales en España, pero no solamente por la crisis económica que estamos atravesando, sino porque hay un descontento y desconfianza generalizados hacia las personas que gestionan las cuestiones de interés público. Esta desconfianza no sólo se debe a todos los escándalos relacionados con la clase política y sus desmanes, que diariamente amenizan telediarios y programas televisivos varios, sino porque la ciudadanía ya no sabe bien distinguir entre ideología de izquierdas, de derechas o de centro (como se ha venido clasificando en el lenguaje coloquial en nuestra comunidad); y cualquier cambio legislativo que afecte tan descaradamente al interés colectivo, remueve los cimientos de las conciencias de los ciudadanos y las ciudadanas, así como contribuye a su exaltación y mayor desconfianza (véase Anteproyecto de Ley de racionalización y sostenibilidad de la Administración local: http://www.juntadeandalucia.es/administracionlocalyrelacionesinstitucionales/fororeforma/wp-content/uploads/2013/09/proyectodeley6_9_2013.pdf )

DESARROLLO DE LOS ASPECTOS DEL ANTEPROYECTO PROPUESTOS PARA REVISIÓN O MEJORA

Las palabras FAMILIA, GRUPOS y COMUNIDADES… brillan por su –casi- total ausencia.

Un aspecto que llama poderosamente mi atención es que el texto legal del Anteproyecto de Ley, tiene un lenguaje que refleja un giro importante en cuanto a la concepción del abordaje de las situaciones de riesgo, necesidad o vulnerabilidad, dirigidas y centradas en la persona. Apenas se mencionan las palabras familia, grupos y comunidades ¿Acaso se puede sospechar que hay una tendencia al individualismo?

Siguiendo a Tropman, el “individualismo” hace referencia a la costumbre o tendencia de enfocarse en el individuo y no en la familia o el grupo como unidad de análisis (Tropman, J. E. (1989). American values and social welfare: Cultural contradictions in the welfare state. Englecliffs, New Jersey: Prentice Hall Publishers).

En casi todo el texto del Anteproyecto de Ley se alude al término persona, obviando casi por completo los términos grupo o comunidad, como importantes estructuras de análisis y evaluación y tratamiento de los problemas sociales, y propone una metodología de intervención centrada en la persona y sus necesidades. Esto no tiene porqué ser negativo, salvo que la tendencia de los profesionales de lo social se dirija hacia la gestión y atención de lo MICRO, obviando por tanto de los procesos MACRO, orientados y dirigidos por y hacia grupos y colectivos, que son los que verdaderamente pueden producir cambios en las estructuras sociales que generan las situaciones de injusticia, riesgo y vulnerabilidad social. Este cambio de tendencia parece responder a una tendencia político- económica de corte neoliberal, en lo que a atención y gestión de las demandas e intereses de la población se refiere.

Particularmente, considero que cualquier ley de servicios sociales que se precie, no puede pasar por alto la importancia ni el valor que el sistema ha de conferir a las familias, a los grupos y a las comunidades. Como señalaba Paulo Freire, de lo que se trata no es de devolverle el poder al pueblo, sino de no arrebatárselo.  

Entonces, ¿Sabemos ya lo que son los servicios sociales y cuál es su objeto de intervención, o seguimos en pañales?

pañales

Me preocupa -al igual que a otras y otros colegas de profesión- que después de una trayectoria de 26 años de Ley Andaluza de Servicios Sociales, no parece concretarse a qué se dedican los dichosos servicios sociales. La colega Belén Navarro apuntaba acertadamente en su última entrada de blog ( http://www.belennavarro.es/2014/08/criticas-la-nueva-ley-de-servicios_20.html )  que sigue sin definirse claramente cuál es el objeto de intervención de los servicios sociales, y yo estoy de acuerdo con ella.

 Parece ser que los servicios sociales se concretan en una serie de recursos, servicios y prestaciones que se crean para dar respuesta al objetivo de la protección social (…); pero ¿protección social de quién o quiénes? ¿para qué o quiénes? No entiendo la dificultad que puede entrañar dejar claro a qué se dedican los servicios sociales, máxime en un momento tan complejo como el que llevamos sufriendo desde el año 2008 en España. Protección social es un concepto demasiado amplio que abarca a diferentes sistemas (salud, educación, justicia, servicios sociales…), pero los servicios sociales se dirigen a las personas que se encuentran en riesgo o situación de necesidad social; personas afectadas por procesos de exclusión social o marginación. Los servicios sociales, además, toman la fuerza y el impulso del tan mencionado y consabido principio de justicia social, que no es más que (así en plan basto) que proveer a las personas, grupos y comunidades de los recursos necesarios para asegurar su subsistencia y un nivel adecuado de calidad de vida. Desde luego se puede concretar más; sin embargo nuestra “nueva” Ley se presenta imprecisa y vaga, en definición y delimitación, y esto es algo que volveremos a arrastrar durante muchos años.

Qué tan difícil es conferir a los servicios sociales el lugar que les corresponde en el sistema, con su correspondiente identidad, la de ellos, y la de sus profesionales y personas, grupos y comunidades a los que dirige su intervención.

¿Es verdad ese rumor que está corriendo como la pólvora sobre la creciente tendencia a la  privatización de los servicios sociales?

El presente Anteproyecto de Ley abre una puerta de par en par a la gestión privada de los servicios sociales, cosa que preocupa a los y las profesionales del sector. Tengo la sensación de que los servicios sociales, que hasta la fecha han sido considerados como garantías públicas para todas las personas en situación de vulnerabilidad, afectadas por procesos de exclusión social o en situaciones de necesidad, están comenzando a acercarse a diferentes formas de gestión privatizada, sobre todo cuando el texto abre manga ancha a empresas y entidades de todo tipo con ánimo de lucro, bajo criterios de efectividad y calidad.

Las empresas o entidades con ánimo de lucro tienen un único objetivo, que es el de ser rentables y obtener los máximos beneficios; y esto no lo digo yo: es el ABC de la carrera de empresariales.  

Gran parte de las necesidades que sufren las personas en los países industrializados y más desarrollados tienen mucho que ver con las consecuencias del despiadado sistema capitalista. Lo que está claro, es que cualquier persona que en este momento esté leyendo esta entrada de blog, a lo largo de su vida puede haber sufrido, estar sufriendo ahora o sufrir en un futuro cualquier tipo de necesidad o situación de vulnerabilidad o riesgo social, y todas estas brechas del sistema son responsabilidad de todos y de todas. Y en un sistema democrático con el nuestro, la responsabilidad debería recaer, sobre todo, en los representantes que libremente hemos elegido por sufragio universal. Entonces… ¿Qué pasa? ¿Dónde está el problema para garantizar y para remover todas esas causas estructurales que generan esas situaciones de dificultad, vulnerabilidad, marginación o pobreza? ¿Estamos seguros de que mediante la privatización las personas recibirán mejores servicios y con mayores garantías? Me asusta pensar que no. Las empresas “no se casan con nadie”, así que ¡OJO!

Un aspecto que me parece importante resaltar, es que debería quedar claro en el texto que a la hora de establecer contratos de colaboración para la prestación de determinados servicios sociales, las administraciones deben dar prioridad a las entidades de carácter NO LUCRATIVO que cumplan un bien de interés social o de utilidad pública.

No se menciona ni una sola vez en el Anteproyecto la palabra MEDIACIÓN FAMILIAR, y eso que estamos en el momento de la historia en el que más divorcios y separaciones hay en la población, superando con creces el número de matrimonios y uniones de hecho, con el consiguiente aumento de los litigios y disputas familiares, con una repercusión directa en las personas más vulnerables de las familias.

La sociedad avanza hacia nuevas formas de agrupación familiar y convivencial, de manera que la diversidad es la nota característica. Y fruto de esta diversidad surgen conflictos y necesidades nuevas en las personas. A nivel europeo se fomenta la mediación como estrategia fundamental para la gestión de los conflictos en el seno de las familias, sin embargo este Anteproyecto de ley no ha mencionado ni de soslayo la palabra mediación, ni mucho menos familiar, con todo lo que ello puede suponer para la mejora de las relaciones familiares y las condiciones de vida de las personas.

Reserva de plazas residenciales  para casos urgentes: detección de malos tratos. Este debería ser un derecho de las personas usuarias de los servicios sociales

Esta reserva de plazas residenciales garantizaría la actuación inmediata en un plazo no superior a 24 horas, lo que garantizaría que la actuación en caso de malos tratos sea un éxito. La ley de servicios sociales del País Vasco regula, por ejemplo, la reserva de plazas residenciales para la actuación inmediata en caso de detección de malos tratos. Personalmente considero que hay un desarrollo normativo insuficiente para abordar estos casos de maltrato o violencia intrafamiliar, sobre todo relacionados con las personas mayores, realidad ésta que continua muy invisibilizada en nuestra cultura.

Se habla mucho de recursos, y poco de intervención profesional y técnica.

Parece que sigue vivo ese mito acerca de que los y las profesionales de lo social se dedican simplemente a la gestión de recursos y ayudas… “la paguica” como inocentemente lo nombran muchas personas.

Avanzo en la lectura del Anteproyecto  y compruebo que casi todo el tiempo se habla de “paquetes integrados de servicios”, recursos, prestaciones… pero ¿y todo lo demás que hacemos las y los profesionales de los servicios sociales?

En el año 2009 tuve la oportunidad de realizar una estancia de un mes en la Universidad de Costa Rica. Recuerdo que mi compañera de piso por aquel entonces, una licenciada en trabajo social costarricense, que contaba con más de 55 años en su haber y experiencia, en cierta ocasión me dijo: “Inmaculada, aquí en América Latina no contamos –como ustedes- con recursos para intervenir con las personas, al menos no con tantos. Por este motivo el trabajo social que aquí llevamos a cabo, está muy centrado en la intervención, en el asesoramiento, en la orientación familiar, grupal y comunitaria, para generar procesos de cambio, mejora y autogestión en los grupos y en las comunidades”. Aquello se me quedó grabado, y me dije: -¿Por qué en mi país, para hablar de trabajo social o de servicios sociales, se comienza a hablar casi siempre de recursos? Sigo sin poder dar respuesta a esta pregunta, o a esta tendencia tan generalizada. Esto produce un inevitable sesgo en la concepción de la labor de los profesionales de los servicios sociales, de lo que se espera de ellos y de lo que puede demandar la población, y –por qué no decirlo- de lo que pueden demandar las y los responsables políticos que asumen la dirección y gestión de los diferentes servicios.

Ojalá que la participación ciudadana no sea sólo un lema, y que tenga contenido y cauces para llevarla a cabo.

Dentro de los objetivos de la participación ciudadana, observo que se van a crear mecanismos, cauces, órganos… bla bla bla. Concreción, eso es lo que echo de menos. De igual modo, un objetivo importante y no recogido en el artículo 13 del Anteproyecto sobre objetivos de la participación, haría referencia a la participación de la ciudadanía en la detección de necesidades sociales emergentes en la población. Esto me parece que aportaría mucho valor al sistema público de servicios sociales.

CONCLUSIONES

Y por hoy, concluyo que este anteproyecto contempla aspectos muy positivos también, como es recoger la dimensión ética dentro del campo de la intervención social, por poner un solo ejemplo y no extenderme demasiado, pues no es el objeto de esta entrada de blog. Sin embargo he preferido centrar la atención en algunos aspectos del anteproyecto que merecen revisarse con lupa.

No obstante lo dicho, tengo muchas más anotaciones y aportaciones en los márgenes de mi copia impresa del anteproyecto de ley de servicios sociales que compartiré mañana con algunas de mis colegas de profesión. Espero poder ampliar noticia.

Si quieres leer detenidamente el Anteproyecto de Ley Andaluza de Servicios Sociales, pincha en el siguiente enlace del Consejo Andaluz de Trabajo Social, donde encontrarás el texto al completo; no olvides que aún estás a tiempo de hacer propuestas de enmienda o de mejora:

http://www.catrabajosocial.es/

Autora: Inmaculada Asensio Fernández.

Madurez Activa

ImagenEl envejecimiento activo es un tema de actualidad en nuestro país, sobre todo teniendo en cuenta que se estima que en el año 2050 los mayores superarán en número a los jóvenes. De este fenómeno se derivarán nuevas situaciones sociales, económicas, políticas y culturales que no se pueden obviar. Por ejemplo: en 2050 yo misma tendré 72 años (ahora 35), con lo que la que suscribe será una de las protagonistas de esas cifras de envejecimiento progresivo de la población que se están barajando.

Todas las personas, mayores o no, disponen de más herramientas para enfrentar los retos que plantea la vida si poseen una formación adecuada y si están convenientemente alentados, bien mediante frecuentes y nutritivas relaciones sociales, bien mediante el estímulo que generan los procesos de enseñanza- aprendizaje, fundamentales a lo largo de toda la vida. La formación permanente es necesaria para fomentar que las personas mayores participen de forma activa en la sociedad que habitan, y en todas aquellas cuestiones de agenda que nos afectan a todos, pues tienen todavía mucho que decir y que hacer para mejorar la vida de las comunidades a las que pertenecen.

Me apetece compartir con vosotros-as el enlace a una revista que se llama Madurez Activa, que trata de manera muy profesional y rigurosa todo lo relacionado con el envejecimiento activo y con las cuestiones de interés de las personas mayores, y de la población en general. A ver qué os parece:

Acceso directo número 24: http://www.fadaum.org/revistas/madurezactiva_24.pdf

Inmaculada Asensio Fernández.

Hoy renuevo mi contrato con el trabajo social

En el año 1996 me encontraba estudiando Derecho en la Universidad de Almería, con mi amigo Fran y mi amiga Isa. Los tres estábamos de algún modo probando qué hacer con nuestras vidas profesionales. Estuve en clase unos meses y, cuando el curso estaba llegando a su fin, me di cuenta de que el Derecho no era lo mío. Ni siquiera era capaz de generar una imagen de esta profesión en mi cabeza que me hiciera sentir bien. Sencillamente no era lo mío, con todos mis respetos hacia la abogacía.

En esa época yo tenía 18 años, y una tarde estando en casa de una buena amiga: María, la escuché hablar de su hermana mayor, Lita, que en ese momento se encontraba en Granada estudiando la diplomatura universitaria de trabajo social.

¿Trabajo social, eso qué es?

Nunca había escuchado nada acerca del trabajo social. María me comentó que su hermana me lo podría contar esa misma noche, pues nos íbamos a reunir a cenar y ella también estaría, ya que venía a pasar el fin de semana a Almería.

Esa noche me acerqué a Lita y tímidamente le pregunté que qué era eso del trabajo social. Ella me comentó -en pocas palabras- que era una profesión para ayudar a los demás, a las personas que más lo necesitan. Que esta carrera te preparaba para trabajar ante situaciones de maltrato e injusticia hacia las personas más vulnerables, y que a ella le gustaba un montón. Me dijo que el ambiente universitario de la Facultad de Trabajo Social era muy “enrrollao” y que seguro me gustaría mucho.

El sueño toma forma

Esa noche volví a casa con un sueño y una esperanza: que mi padre me dejara ir a Granada a estudiar Trabajo Social, pues esa carrera no estaba en Almería en el año 1997 y me atraía mucho más que la que me encontraba realizando. Me costó trabajo planteárselo a mi padre, pero finalmente una mañana que íbamos de camino a la universidad, se lo dije:

“Papa, quiero ser trabajadora social”

Mi padre no se mostró muy entusiasmado con mi elección, pues él prefería que su hija fuera abogada, sin  embargo respetó mi decisión y me permitió ir a estudiar a Granada, y así lo hice, con su apoyo.

Sin duda los años de estudiante fueron magníficos. Estar viviendo en Granada, en un piso de estudiantes con mis mejores amigos de Almería fue toda una experiencia. Todo era nuevo: las personas, las esquinas, las costumbres, etc. Fue un maravilloso “desandar lo andado“, lo aprendido en mi entorno más cercano. Tener la posibilidad de explorar nuevos caminos y posibilidades, así como de relacionarme con personas tan diversas, me permitieron crecer mucho, y mejorar mis habilidades sociales y personales.

Trabajadora social convencida

Hoy me han invitado a la clase de mi sobrino Juan Jose en el Colegio (tiene 10 años) para explicarle a los pequeños la importancia de ayudar a los demás, de solidarizarse con los que necesitan nuestra ayuda y promover la no violencia (todo eso en 30 intensos minutos). Lo he hecho encantada, y el resultado ha sido muy bueno, para ellos y para mí. Estaba ante un grupito de unos 30 niños-as hablando de mi trayectoria, de cómo decidí estudiar trabajo social y qué ha aportado a mi vida. Al terminar mi exposición y escuchar todas las preguntas que me fueron haciendo los peques, me dí cuenta de un importante detalle:

Hoy es el Día Internacional del Trabajo Social.

Como cada tercer martes de marzo, los trabajadores sociales, a nivel mundial, celebran el Día Mundial del Trabajo Social. En el año 2014, a propuesta de la Federación Internacional de Trabajadores Sociales (FITS), lo hacen bajo el lema “Crisis económicas y sociales: soluciones del Trabajo Social”.

Estoy contenta porque hoy he celebrado este día en compañía de mi sobrino  Juan José y sus compañeros de clase (ante una exigente audiencia de 30 niños-as de 10-11 años). Ha sido genial tomar conciencia nuevamente de que todas las razones o motivos que me llevaron a estudiar trabajo social, siguen hoy día latiendo en mi corazón.

Me siento contenta y orgullosa de decir: Soy Trabajadora Social.

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Inmaculada Asensio Fernández

No se defenderme

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La indefensión aprendida

Imagínate que tratas de escapar de una situación agresiva o muy dolorosa siendo tan sólo un niño o niña, y por más que lo intentas no lo consigues. Tratas de cambiar la realidad en la que te hayas inmerso (maltrato, abandono físico o psicológico, etc), pero sin éxito.

¿Afectará esto de algún modo a tu vida como ser adulto?

La respuesta «la tengo en la boca«: SI, y con mayúsculas. Casi con toda probabilidad desarrollarás un sentimiento de indefensión aprendida, que te tendrá atado de pies y manos a situaciones dolorosas y que no quieres vivir, pero paradójicamente sin hacer nada por cambiarlas

¡Y es que hasta a no defendernos podemos aprender!

Hay una teoría denominada «la teoría de la indefensión aprendida«, desarrollada por Seligman (1967) y aplicada con posterioridad por Walker.  Seligman realizó varios experimentos ya clásicos en Psicología.

EL EXPERIMENTO:

«Expuso a dos perros, encerrados en grandes jaulas, a descargas eléctricas ocasionales. Uno de los animales tenía la posibilidad de accionar una palanca con el hocico para detener esa descarga, mientras el otro animal no tenía medios para hacerlo. El tiempo de la descarga era igual para ambos, ya que la recibían en el mismo momento, y cuando el primer perro cortaba la electricidad, el otro también dejaba de recibirla.  En cualquier caso, el efecto psicológico en ambos animales era muy distinto; mientras el primero mostraba un comportamiento y un ánimo normal, el otro permanecía quieto, lastimoso y asustado, con lo que la importancia de la sensación de control en el estado de ánimo parecía demostrada. Incluso cuando la situación cambiaba para el segundo animal, y ya sí podía controlar las descargas, era incapaz de darse cuenta y seguía recibiendo descargas sin intentar nada para evitarlo. Se intentó entrenar a los animales para que saltaran de un compartimiento a otro y así evitar o escapar de las descargas. Pero el aprendizaje de estas nuevas conductas no se produjo, a pesar de que les hubiera permitido librarse de estos castigos».

COMO LO LLAMARON:

Los autores describieron esta situación como Indefensión Aprendida (learned helplessness): – en términos psicológicos- cuando los organismos son sometidos a situaciones de incontrolabilidad (donde no hay relación entre lo que hacen y lo que obtienen) éstos, posteriormente, mostrarán una serie de déficits en la adquisición de respuestas exitosas, así como conductas características de depresión.

– Hablando en «manchego» (por decirlo de algún modo), que si hagas lo que hagas te llevas hostias. empieza a no tener sentido intentar hacer nada nuevo.

La familia suele ser la mayor fuente generadora de AMOR y estabilidad para la persona. Sin embargo también lo puede ser de MALTRATO, pues las situaciones de maltrato más dolorosas e impunes suelen darse en el entorno familiar. Ahí es mucho lo que tenemos que decir los y las trabajadores sociales, pues detectar y erradicar este tipo de situaciones es uno de nuestros más importantes cometidos.

Las personas crecen en familia, y llegadas a una edad salen a experimentar fuera de ella,  establecen nuevas relaciones y han de enfrentarse a un mundo que nada tiene que ver con lo aprendido hasta el momento. Lanzarse a vivir y toparse con sentimientos de indefensión aprendida ante determinadas situaciones personales o sociales, limita mucho a la persona y también la hace sufrir, dado que por lo general la obliga a aguantar y a someterse a circunstancias que no quiere vivir,  humillaciones,  injusticias, desaprobaciones, o a que le resten valor.

¿Y cuál es la voz de la indefensión aprendida, cuál es el eco que emite dentro de la persona y que la paraliza para actuar?

«Yo no puedo.

Lo siento.

Me avergüenzo por no hacer nada.

No puedo mirarte.

No puedo tomarte.

Tengo ansiedad.

No puedo permitir que me cuides, ni que me quieras.

No lo estoy haciendo bien.

Todo es un desastre.

Todo está perdido.

!Cállate! No digas nada.

No tiene solución.

No hay nada que yo pueda hacer.

Lo siento.

Se que yo lo he permitido.

Todo está mal.

Lo siento.

No merezco que me quieras.

No puedo mirarte a los ojos.

No puedo hacer nada.

No quiero estar aquí»

Esta puede ser sólo una voz, o una de las voces que se manifiestan dentro de la persona cuando está expuesta a un estímulo negativo- agresivo del que no sabe cómo defenderse, ni cómo actuar. Estas son las voces que escucha dentro de sí. No hace nada, y no se permite amarse a sí misma, pues se siente no merecedora de su amor propio.

Ahora bien, el problema lo tenemos claro, pero ¿Cómo podemos encararlo?

Fruto de las experiencias que he vivido, tanto en mi profesión como en mi propia vida, se me ocurren dos, que han de ir de la mano y secuencialmente:

La primera es LA CONCIENCIA. Tomar conciencia de lo que nos ocurre, de cómo nos paralizamos ante determinado tipo de situaciones, y cuán impotentes, asustados e incluso  tontos nos hace sentir. La conciencia debe ir siempre de la mano de cualquier acción para el cambio.

Lo segundo, y no menos importante, es LA EXPERIMENTACIÓN opuesta a lo que ya conoces: DESOBEDECE-TE.  Mi teoría es que la clave de la desprogramación está en la desobediencia, pues aunque los hechos que hemos vivido nos marcan (en forma de aprendizajes) siempre hay un espacio de libertad interior (tuyo) que debes reconocer y explorar, y justo en ese espacio está tu desobediencia a esa aparente limitación. Y cada vez que desobedeces, tú te haces más fuerte:

– ¡No me da la gana de callarme!

Se trata de lanzarse a experimentar el desobedecer comenzando poco a poco, con metas sencillas (plantando cara a esa situación o persona que nos pone a prueba una y otra vez… no permitir que nos interrumpan, negarte a hacer algo que no quieres aún a sabiendas de que tu imagen puede no quedar favorecida, etc). Cada uno debe ir enfrentándose a su ritmo. Se puede comenzar en un entorno más o menos controlado (en sesiones terapéuticas) o con la ayuda de un buen o buena amiga. Un aprendizaje señalizado por pasos puede ser muy positivo. Poco a poco vamos aprendiendo que nosotros tenemos las riendas y el timón de nuestra propia vida, y eso se va asentando, o interiorizando, independientemente de que no podamos «estar finos» en el 100% de las situaciones que se nos presentan.

Cuántas más experiencias de enfrentamiento vayamos atesorando, más confiados, fuertes y capaces nos iremos sintiendo, y más preparados estaremos para el cambio. Esto nos refuerza y nos hace ampliar el abanico de opciones cuando nos encontramos ante un estímulo que nos es dificil enfrentar.

Autora: Inmaculada Asensio Fernández

Fuentes consultadas para realizar esta entrada:

Centros de Protección de Menores. Una metodología de intervención basada en el AMOR.

Amor. Recuperación de los vínculos. Creación de redes informales de apoyo. 

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Este es un sueño que tengo desde hace tiempo, y que me gustaría compartir con vosotr@s.

Los Centros de Protección de personas menores de edad son establecimientos muy útiles y necesarios cuando las redes naturales de apoyo de las personas no funcionan, es decir, la familia. Estos centros son adecuados cuando hay un grave riesgo para la integridad (física o psicológica) de las personas menores dentro de sus propias familias.

Antiguamente este tipo de centros se constituían en macrocentros, totalmente despersonalizados, donde a cada menor se le asignaba un número a su ingreso para distinguirlo del resto, y así marcaban su ropa y objetos de su propiedad. Lógicamente la atención que podían recibir los niños y niñas en un centro de estas características era muy escasa, y totalmente limitada a cubrir las necesidades básicas de alimentación, vestido, “cierta” supervisión educativa -por decirlo de algún modo-  y poco más.

Estos centros cumplían con la función social de salvaguardar la vida, de proteger a aquellos más vulnerables, sin embargo no facilitaban la adquisición de lazos afectivos, ni siquiera entre los miembros de una misma familia (a veces incluso los separaban). Yo conozco algunos casos de personas que hoy tienen más de 60 años y que fueron separadas de sus hermanos, primos, etc; tampoco promocionaban las relaciones sociales, más allá del interés particular del propio individuo, de manera que la persona, una vez cumplía la mayoría de edad, no contaba con una red de contacto y apoyo informal… Sin embargo el centro “de protección” si que cerraba sus puertas para ella.

Hoy día parece que hemos superado este concepto de macrocentro, aunque -dada la coyuntura económica- el miedo de muchos profesionales de lo social es que la tendencia se encamine hacia gestionar con menos dinero, expuestos a la privatización más competitiva y menos humana, con criterios absolutamente empresariales. Si se promueve atender a más personas con menos dinero y recursos… la tendencia inexorablemente será hacia la vuelta al macrocentro. Puede que en términos económicos sea más rentable, pero desde luego no en términos sociales. Paradógicamente nos preocupamos por los derechos humanos, pero no nos preocupamos por las personas.

Sin embargo, hoy no quiero quedarme en la crítica, sin más. Mi sueño es ir más allá de la cobertura de las necesidades básicas, más allá de proporcionar seguridad y protección. Y al hilo de esto, se me ocurre plantear unas cuantas preguntas: ¿Qué sucede con la gestión de los afectos? ¿De qué manera estos centros se aseguran de que las personas menores de edad reciban amor?

Por todos es sabido que el AMOR es capaz de “mover montañas”… es capaz de impulsarnos, de animarnos a actuar para buscar de lo que necesitamos, de proporcionarnos amor propio o autoestima, de generarnos salud, de generar mecanismos de autoprotección y protección hacia los demás, etc.

Y sigo preguntando: ¿Qué tipo de sociedad queremos? Esta última pregunta sería para tener en cuenta por aquellas personas que deciden dedicarse a labores de gestión, dirección y atención en este tipo de centros.

ESTE ES MI SUEÑO

Yo apuesto por una metodología pedagógica basada en el AMOR. Estos serían los tres pilares fundamentales a desarrollar dentro de esta metodología:

UNO: Educación en valores. Educación en el valor del AMOR. Expresiones de afecto materializadas en abrazos, en la transmisión de palabras o mensajes afectuosos y mediante el reconocimiento de todo lo bueno que esa persona tiene y puede dar a los demás. Todo ello desde el respeto más profundo hacia las características personales de cada niño y niña. Yo soy de esas trabajadoras sociales que piensan que muchos niños y niñas pueden sobrevivir a la pobreza más extrema, pero ningún niño o niña puede sobrevivir a la falta de amor.

DOS: Reconstrucción de vínculos. La reconstrucción de la propia historia es importante, sobre todo cuantos menos años tiene el niño o niña que ingresa en un centro. Rescatar aquellos momentos más importantes y significativos de su vida en el centro, y fomentar que la persona menor de edad pueda conocer y elaborar su historia, teniendo en cuenta a los miembros de su familia, entendiendo el lugar que él o ella ocupa en el árbol genealógico, de manera que de sentido a su vida. Esto no quiere decir que tenga que mantener contacto con la familia de origen, si el proyecto de intervención lo desaconseja; simplemente se trata de crear los espacios para hablar con libertad de su familia, y de este modo permitirle crear y guardar dentro de sí las imágenes de esos miembros, que son los que proveerán al individuo de esos padres internos con los que convivirá siempre. El sentimiento de pertenencia al grupo original da sentido a la propia existencia, más allá de que en algún momento de la vida se decida o no tener contacto con los miembros de la propia familia.

TRES: Creación de redes informales de apoyo. Los y las trabajadores sociales tenemos una importante función de promoción de las relaciones sociales, más aún debería serlo en centros de este tipo. Los y las personas menores de edad algún día crecerán y será muy positivo para ellos y ellas el contar con alguien con quien mantener contacto y, en caso de necesitarlo, apoyarse. Todas las personas del planeta estamos conectadas y funcionamos en red (sobre todo ahora con internet) así que promover y trabajar aún más la adquisición de vínculos, dentro y fuera del centro, es lo más positivo y adaptativo al medio.

«Si una persona ha sido privada de amor, lo único que la puede salvar es el amor».

Autora: Inmaculada Asensio Fernández

Drogas y adicciones en la sociedad actual

En el año 2006 se me ofrece la posibilidad de colaborar en la redacción de un libro sobre el consumo el consumo de drogas en la sociedad actual, concretamente centrado en la etapa de la adolescencia. Mi colega Antonio Molina y yo nos ponemos manos a la obra y concluimos nuestra aportación con la confección de un capítulo para el libro, del cual paso a compartir la introducción.

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El adolescente ante las drogas.

Antonio M. Molina Moreno. Departamento de personalidad, evaluación y tratamiento psicológicos de la Universidad de Almería.

Inmaculada Asensio Fernández. Trabajadora social.

A modo de introducción

Existe cierto consenso entre expertos del estudio del desarrollo evolutivo humano a la hora de definir la adolescencia como un periodo de la vida o ciclo vital lleno de cambios (físicos, cognitivos y emocionales) y conflictos personales motivados por la intención de adoptar, por parte del adolescente, una identidad particular genuina a modo de ajuste creativo -en términos gestalticos- para alcanzar un estilo propio de personalidad. Dichos cambios son entendidos como parte de un proceso evolutivo de transformación de las relaciones que surgen en la adolescencia: se negocia con los padres nuevos niveles de autonomía e independencia, acordes con su edad, y al mismo tiempo se mantienen los vínculos afectivos con ellos (Collins, 1997).

No obstante, estos cambios no se originan de forma brusca y rápida, sino de manera progresiva en interacción con las personas que constituyen el contexto familiar más inmediato. En este sentido, los conflictos familiares que se producen en la etapa de la adolescencia en torno a los horarios, las tareas domésticas, lo deberes escolares, etc. resultan ser asuntos menores (Palacios y Palacios, 2002) cuya resolución dependerá de la calidad de las relaciones afectivas (intimidad, afecto, comunicación y aceptación incondicional) entre padres e hijos. Más adelante se analizarán las repercusiones asociadas a una deficitaria relación afectiva y las potenciales consecuencias que ello conlleva en el adolescente ante la decisión de tomar o no drogas.

Es en este periodo de crecimiento personal en el que los apoyos externos (familia, grupo de amigos, profesores…), diferenciados en los valores que cada uno promulga y defiende, se configuran como elementos de influencia. A menudo encontramos situaciones en las que el adolescente lucha en un intento desesperado por desligarse de ciertos grupos (en los cuales se haya inmerso) en pos de la búsqueda de una identidad propia, aspecto por el que se caracteriza este periodo de la vida. En esta situación de cambios, las personas más cercanas al adolescente – generalmente la familia- van a tener un papel fundamental, sirviendo como referentes de esta aparente muestra de “rebeldía” hacia las personas de autoridad y hacia los valores establecidos. Es decir, la familia como entidad relacional va a constituir un punto clave de apoyo en la emergencia de la identidad del adolescente. Por un lado, la familia es para el joven aquello de lo que quiere desligarse, independizarse, pero al mismo tiempo constituye el lugar de encuentro donde regresa cuando se encuentra desorientado.

El adolescente presenta en este periodo de su vida con un repertorio más desarrollado (en función de las habilidades, conocimientos y valores adquiridos por cada durante la niñez), mostrando mayor capacidad de discriminación, mayor grado de conciencia de su entorno y de sí mismo, reconocimiento de la relatividad de lo que conoce, etc. Se encuentra en este momento con que la sociedad va a exigirle “que sepa lo que quiere en la vida”, “que tenga las ideas claras”, “que trabaje para labrarse un futuro” cuando la realidad es que el adolescente está viviendo cambios a distintos niveles. Para McConville (1995) el periodo de la adolescencia se caracterizaría por tres momentos vitales: a) una adolescencia temprana, en la que su máxima expresión es el desarraigo o desapego de vínculos familiares; b) una adolescencia media caracterizada por la interiorización y c) una adolescencia tardía en la que su máxima expresión sería la integración. Estos tres momentos vitales se desarrollarían a lo largo de un continuo y la resolución de cada uno de ellos en parte determinaría el abordaje de la vida adulta. En general, los rasgos identificados en cada etapa sirven de orientación acerca de los cambios experimentados por el adolescente que, indudablemente, no se pueden generalizar, pero bien pueden servir de guías para aprehender este periodo de la vida.

Desde esta perspectiva, la primera etapa se contempla como una reelaboración de fronteras interpersonales en la que el adolescente toma distancia de sus padres y de otros adultos, retirándose físicamente, rechazando valores y reglas aprendidos en el contexto más inmediato. En este contexto persona el adolescente desea experimentar con su propio apoyo, se adueña de su espacio y tiempo, vive su privacidad, al tiempo que busca confirmación en el ambiente.

La segunda etapa se caracteriza por la apertura a sus propios sentimientos y emociones. Es el momento en el que el adolescente vive su primer amor, usa los diarios para reflejar sus sentimientos, se identifica con determinadas canciones, vive el aislamiento con tintes melancólicos, reflexiona sobre las “máscaras” sociales,,, Es el contexto personal en el que descubre la diferencia entre lo que siente y la forma de expresarlo: distingue entre confiar y no confiar en los demás.

Finalmente, la tercera etapa (integración) se contempla como el momento de la experimentación, de la puesta en práctica de la identidad formada, de lo que “soy yo” y adónde “yo me dirijo”. Es el momento de las elecciones y las decisiones (estudios, profesión…) y de “enfrentamiento” con el mundo real. Es el encuentro con uno mismo en el que el adolescente logra un sentido de identidad propio. La resolución de este cúmulo de cambios internos y externos dependerá de cómo el adolescente llegue a este periodo de la vida y de qué tipo de apoyos externos disponga. En este contexto relacional pueden hacer acto de presencia, en su forma más directa, las drogas, con las diversas funciones que a su uso se les ha otorgado, a saber, como sustancias de iniciación, de diversión, otras de experimentación y finalmente utilizadas como medio de evitación de las cosas desagradables del vivir.

Este es el caldo de cultivo en el que hacen acto de presencia los múltiples programas preventivos sobre el consumo de drogas. Cada uno lleva un estandarte particular (“no a las drogas”, “es tu responsabilidad”, “por tu salud”…) pero a todos ellos les une un objetivo común que es reducir el consumo de drogas en los jóvenes. En general, los programas de prevención de drogas en la población adolescente han ido dirigidos a proporcionar información sobre los efectos y consecuencias que conlleva el abuso de drogas. Son campañas amplias, dirigidas al grueso del grupo de adolescentes, residiendo tal vez ahí la gran dificultad de ser efectivas.

A continuación se van a presentar algunos datos de la prevalencia más recientes sobre el consumo de drogas en la población española que bien pueden entenderse como un indicador del efecto producido por las distintas campañas diseñadas para disminuir el consumo de sustancias en la adolescencia.

(…)

Cualidades de l@s grandes trabajadores/as sociales

Cualidades de l@s grandes trabajadores/as sociales

El trabajo social atraviesa momentos difíciles, fundamentalmente porque se está enfrentando a una situación económica generalizada que está limitando los recursos con los que complementa su trabajo con personas, grupos y comunidades, y con los que pretende erradicar y/o reducir situaciones de marginalidad, exclusión, injusticia y pobreza.

En estos momentos más que nunca es necesario revisar la ética del trabajo diario, así como los valores y las cualidades que no pueden faltar en ninguna de sus intervenciones.

En mi caso, aprovecho para reivindicar que la justicia social no puede estar en manos de unos pocos, ni ser un asunto meramente de agenda. Ha de formar parte de la estructura cívica y natural de cualquier tipo de agrupación social, sea ésta una ciudad, un poblado, una nación o un mundo entero.

¿Alguien se acuerda de la Declaración Universal de los Derechos Humanos?

ImagenEsta mañana me siento sacudida por todos los cambios que se están produciendo a mi alrededor, y justo ahora más concretamente por la escasez de recursos públicos con los que poder dar respuesta a las necesidades de las personas que acuden en busca de ayuda a los servicios sociales. Observo cómo la ley de dependencia se mantiene a duras penas, dando cobertura sólo a las personas que desde antes de Julio de este año 2012 tienen reconocido algún tipo de recurso, para apoyarles en la promoción de su autonomía, y en la atención a su situación de dependencia, para la realización de las actividades básicas de la vida diaria; me refiero a recursos tales como residencias de mayores, centros de día, servicios de ayuda a domicilio, ayudas económicas para cuidadores, etc). Se mantiene lo que hay, pero ya no se permite la entrada a nuevos beneficiarios, y todo ello bajo la consigna de: NO HAY DINERO.

No sabemos adónde nos lleva este cambio, pero lo que sí sabemos es que la agitación social es fuerte y que muchas personas se sienten perdidas, pues mientras el cambio pasa y todo se asienta, las situaciones de necesidad se dan día a día, y a algunas personas las golpea con fuerza. Como dato ilustrativo, me consta que la demanda de atención social en los albergues municipales y comedores sociales supera “muy mucho” el número respecto a hace un par de años (como dicen algunas colegas de profesión: “no se da abasto”). Parece ser que progresivamente nos vamos acercando más a un modelo de atención social basado en la beneficencia (característica en el siglo XIX) que a un modelo basado en los derechos subjetivos reconocidos por el estado de bienestar.

Paralelamente a este escenario de crisis y de agitación, afortunadamente también se habla de un cambio de conciencia, de que las viejas estructuras están cayendo o ya han caído; que el capitalismo, como modelo de sistema también se encuentra en profunda crisis, e incluso también caerá. Comienzan a surgir nuevas alternativas, como por ejemplo los bancos del tiempo, e incluso la creación de nuevas monedas sociales (p.e en Almería surge la pita), basada en criterios éticos, asignando un nuevo valor al dinero, que nunca puede estar por encima del valor de una vida y de la dignidad humana, rescatando la importancia de la vida en comunidad, puesto que muchas personas parecen estar despertando a nuevas formas de entender la vida, más centrada en la experimentación de las propias emociones y la conexión con el resto de personas, que en el deseo compulsivo de acumular objetos, que a fin de cuentas no viajarán con nosotros en el último trecho del camino.

Como ando un poco nostálgica, hoy me ha dado por releer la Declaración Universal de Los Derechos Humanos, en cuyo preámbulo ya se hablaba del advenimiento de un nuevo mundo, basado en nuevos valores y en una mayor justicia social.

La declaración universal de los derechos humanos surgió en el año 1948, tres años después de terminar la II Guerra Mundial, y a consecuencia de ésta. La comunidad internacional se comprometió a no permitir nunca más atrocidades como las sucedidas en ese conflicto. Básicamente se intentó crear una base de derechos o coto cerrado, intocable, y aplicable a todo ser humano por esa misma y sola condición: SER HUMANO.

A partir de estas reflexiones, a continuación el texto original, contenido en 30 artículos. No está de más recordarla y releerla, y que cada cual extraiga sus propias reflexiones.

1948 Declaración Universal de Derechos Humanos

Preámbulo

Considerando que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana, Considerando que el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad; y que se ha proclamado, como la aspiración más elevada del hombre, el advenimiento de un mundo en que los seres humanos, liberados del temor y de la miseria, disfruten de la libertad de palabra y de la libertad de creencias, Considerando esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión,

Considerando también esencial promover el desarrollo de relaciones amistosas entre las naciones,

Considerando que los pueblos de las Naciones Unidas han reafirmado en la Carta su fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana y en la igualdad de derechos de hombres y mujeres; y se han declarado resueltos a promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto más amplio de la libertad,

Considerando que los Estados Miembros se han comprometido a asegurar, en cooperación con la Organización de las Naciones Unidas, el respeto universal y efectivo a los derechos y libertades fundamentales del hombre, y considerando que una concepción común de estos derechos y libertades es de la mayor importancia para el pleno cumplimiento de dicho compromiso,

La Asamblea General

Proclama la presente Declaración Universal de Derechos Humanos como ideal común por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse, a fin de que tanto los individuos como las instituciones, inspirándose constantemente en ella, promuevan, mediante la enseñanza y la educación, el respeto a estos derechos y libertades, y aseguren, por medidas progresivas de carácter nacional e internacional, su reconocimiento y aplicación universales y efectivos, tanto entre los pueblos de los Estados Miembros como entre los de los territorios colocados bajo su jurisdicción.

Artículo 1

Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.

Artículo 2

Toda persona tiene los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.

Además, no se hará distinción alguna fundada en la condición política, jurídica o internacional del país o territorio de cuya jurisdicción dependa una persona, tanto si se trata de un país independiente, como de un territorio bajo administración fiduciaria, no autónomo o sometido a cualquier otra limitación de soberanía.

Artículo 3

Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.

Artículo 4

Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre; la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus formas.

Artículo 5

Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.

Artículo 6

Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad jurídica.

Artículo 7

Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley. Todos tienen derecho a igual protección contra toda discriminación que infrinja esta Declaración y contra toda provocación a tal discriminación.

Artículo 8

Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo, ante los tribunales nacionales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la constitución o por la ley.

Artículo 9

Nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado.

Artículo 10

Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial, para la determinación de sus derechos y obligaciones o para el examen de cualquier acusación contra ella en materia penal.

Artículo 11

Toda persona acusada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se pruebe su culpabilidad, conforme a la ley y en juicio público en el que se le hayan asegurado todas las garantías necesarias para su defensa.

Nadie será condenado por actos u omisiones que en el momento de cometerse no fueron delictivos según el Derecho nacional o internacional. Tampoco se impondrá pena más grave que la aplicable en el momento de la comisión del delito.

Artículo 12

Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o ataques.

Artículo 13

Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado.

Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso el propio, y a regresar a su país.

Artículo 14

En caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él, en cualquier país.

Este derecho no podrá ser invocado contra una acción judicial realmente originada por delitos comunes o por actos opuestos a los propósitos y principios de las Naciones Unidas.

Artículo 15

Toda persona tiene derecho a una nacionalidad.

A nadie se privará arbitrariamente de su nacionalidad ni del derecho a cambiar de nacionalidad.

Artículo 16

Los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin restricción alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia; y disfrutarán de iguales derechos en cuanto al matrimonio, durante el matrimonio y en caso de disolución del matrimonio.

Sólo mediante libre y pleno consentimiento de los futuros esposos podrá contraerse el matrimonio.

La familia es el elemento natural y fundamental de la sociedad y tiene derecho a la protección de la sociedad y del Estado.

Artículo 17

Toda persona tiene derecho a la propiedad, individual y colectivamente.

Nadie será privado arbitrariamente de su propiedad.

Artículo 18

Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.

Artículo 19

Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Artículo 20

Toda persona tiene derecho a la libertad de reunión y de asociación pacíficas.

Nadie podrá ser obligado a pertenecer a una asociación.

Artículo 21

Toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su país, directamente o por medio de representantes libremente escogidos.

Toda persona tiene el derecho de acceso, en condiciones de igualdad, a las funciones públicas de su país.

La voluntad del pueblo es la base de la autoridad del poder público; esta voluntad se expresará mediante elecciones auténticas que habrán de celebrarse periódicamente, por sufragio universal e igual y por voto secreto u otro procedimiento equivalente que garantice la libertad del voto.

Artículo 22

Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad.

Artículo 23

Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo.

Toda personal tiene derecho, sin discriminación alguna, a igual salario por trabajo igual.

Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria, que le asegure, así como a su familia, una existencia conforme a la dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por cualesquiera otros medios de protección social.

Toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de sus intereses.

Artículo 24

Toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una limitación razonable de la duración del trabajo y a vacaciones periódicas pagadas.

Artículo 25

Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez y otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad.

La maternidad y la infancia tienen derecho a cuidados y asistencia especiales. Todos los niños, nacidos de matrimonio o fuera de matrimonio, tienen derecho a igual protección social.

Artículo 26

Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la instrucción elemental y fundamental. La instrucción elemental será obligatoria. La instrucción técnica y profesional habrá de ser generalizada; el acceso a los estudios superiores será igual para todos, en función de los méritos respectivos.

La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos; y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz.

Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos.

Artículo 27

Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten.

Toda persona tiene derecho a la protección de los intereses morales y materiales que le correspondan por razón de las producciones científicas, literarias o artísticas de que sea autora.

Artículo 28

Toda persona tiene derecho a que se establezca un orden social e internacional en el que los derechos y libertades proclamados en esta Declaración se hagan plenamente efectivos.

Artículo 29

Toda persona tiene deberes respecto a la comunidad, puesto que sólo en ella puede desarrollar libre y plenamente su personalidad.

En el ejercicio de sus derechos y en el disfrute de sus libertades, toda persona estará solamente sujeta a las limitaciones establecidas por la ley con el único fin de asegurar el reconocimiento y el respeto de los derechos y libertades de los demás, y de satisfacer las justas exigencias de la moral, del orden público y del bienestar general en una sociedad democrática.

Estos derechos y libertades no podrán en ningún caso ser ejercidos en oposición a los propósitos y principios de las Naciones Unidas.

Artículo 30

Nada en la presente Declaración podrá interpretarse en el sentido de que confiere derecho alguno al Estado, a un grupo o a una persona, para emprender y desarrollar actividades o realizar actos tendientes a la supresión de cualquiera de los derechos y libertades proclamados en esta Declaración.